Capitulo Unico.
Gone Gone Gone.
Abrí los ojos y sentí que los parpados me pesaban y los ojos me ardían, pero como no hacerlo después de todo esa semana no había podido dormir en ni una sola noche, y dudo que pudiera hacerlo alguna otra vez.
Me quite todas las cobijas que me cubrían para después quedar boca arriba mirando el techo, como si fuera la cosa más interesante en el mundo, porque justo en esos momentos lo era.
Y recordé, recordé el porqué de mi aislamiento, y gracias a ello una lágrima recorrió por mi mejilla dando paso a muchas más, que trate de detener, sin éxito alguno.
“No puedes solo hacerme diferente y luego irte”. Pensé, aunque después me di cuenta que no había sido culpa tuya, y que jamás lo seria, pero eso mi corazón no lo entendía, no entendía que te habías ido… para siempre.
“Para siempre…”. Esas palabras dolían, que ironía. Antes aquellas palabras habían logrado sacar varias sonrisas, pero solo cuando eran pronunciadas por tu boca.
Suspiré y recordé los sucesos acontecidos hace unos días.
◊◊◊
Desperté como cada mañana, buscándote a mi lado pero no estabas y recordé que hoy irías más temprano al trabajo para así en la noche salir y darme la sorpresa que me tenías preparada. Aunque yo ya sabía de que se trataba. Cortesía de Sai.
Me levante y con paso perezoso me dirigí a la cocina, al entrar me encontré con el desayuno preparado y nota al lado de aquel. “Ya quiero que llegue la noche” Sonreí, pero después me fue imposible comer aquel desayuno al sonar el teléfono de la sala. Lo tome pero sin saber que noticia me esperaría por el otro lado.
-Disculpe hablo con Sasuke Uchiha.
-Si, ¿Quién habla?
-Señor, necesito que se tome esto con calma”-. Me alarme, si quería que me calmara ¿Por qué había dicho aquello?-. Hablamos del hospital, el Señor Uzumaki ha tenido un accidente…
En ese momento, a pesar de que respirar era algo involuntario, yo había olvidado cómo hacerlo, mi cerebro aun procesaba aquellas palabras. Accidente, curiosa palabra.
-¿Señor?”
No conteste, colgué el teléfono, sin nada más en mente que estar a su lado, salí rumbo al hospital.
Había tomado un taxi para llegar más rápido, pero con el tráfico que se vivía en estos días dudaba llegar hasta el mes siguiente.
-¿Sakura?
Necesita hablar con alguien, necesitaba distraerme de alguna u otra forma.
-Sasuke, ¿Qué ocurre?-.Suspire.
-Naruto… Naruto ha sufrido un accidente-. La línea se quedo en silencio unos momentos hasta que escuche unos sollozos.
-Dime que es mentira, Sasuke, dime que es solo una broma de Naruto y tuya.
-Jamás jugaría con algo así.
-¿En qué hospital esta?-. Le di la dirección y con un te veo luego se despidió.
Cuando me di cuenta ya había llegado al hospital, le pague y baje rápidamente.
Al entrar me encontré con Sakura.
-Está en la habitación doscientos diez, por el momento no podemos verlo.
Yo asentí. Ambos subimos por el elevador hasta llegar al segundo piso, cuando encontré la puerta, estaba cerrada. Me senté en las sillas que se encontraban enfrente de la habitación y Sakura hizo lo mismo.
Después de aquello nos mantuvimos en silencio. Esperando por noticias pero nada, ni uno sola palabra llegaba a nuestros oídos, eso me desesperaba de alguna manera y me hacía temblar de pura rabia.
Era extraño que la persona que más quería en el mundo estuviera a unos metros de mí pero yo no podía acercármele en lo más mínimo.
Recargue mi cabeza en la silla y cerré mis ojos. Quería hacer algo, no solo pasármela sentado en un silla sin hacer nada pero ni yo mismo sabía que quería hacer en esos momentos.
-¿Familiares del Señor Uzumaki?-. Me levante al escuchar su nombre.
-Yo soy… su pareja.
-Muy bien, el señor Uzumaki sufrió un accidente mientras iba el trabajo, lo cual nos deja con varias costillas rotas, al igual que un brazo, pero ese no es el problema, sufrió un severo golpe en el cráneo lo cual hasta el momento lo ha dejado inconsciente, cuando despierte le realizaremos algunos estudios para ver qué tan grave fue el problema.
-¿Podemos pasar a verlo?-.Pregunto Sakura.
-Por el momento no sería conveniente, cuando despierte y se le hagan los estudios correspondientes podrán pasar a verlo-. Dicho aquello se retiró.
Pasaron varios minutos cuando escuchamos el murmullo de varias voces en el pasillo.
-Habitación 210.
-No… es la 120.
-Entonces ¿Para qué subiríamos al segundo piso?
-Dímelo tu. ¡Sasuke!-. Grito Sai, pero seguido de eso Gaara le dio un golpe en la cabeza.
-¿Que no ves que estamos en un hospital?
-Lo siento, ma-pa-chi-to-. Gaara se limitó a rodar los ojos, en sus manos sostenía un ramo de flores.
-¿Qué tal está?-. Pregunto justo en el momento que me extendía el ramo de flores-. ¿Podemos verlo?
-Esta inconsciente-. Nos sentamos en las sillas, sin decir una palabra más.
Después de eso llegaron Shikamaru, Neji, Hinata y Kiba.
Así pasaron varios días pero a diferencia de los días anteriores Naruto ya había reaccionado e incluso nos habían permitido verlo. Esos días no me había separado del ni un solo instante, a pesar de la insistencias de Sakura y los demás, no me podía permitir hacerlo.
-Sasuke, ¿Puedes salir? Necesito hablar con Shikamaru-. Me sorprendí ante esas palabras pero no negué y me retire.
Y así sucedió con todos hasta que llego con Sakura, la cual al salir contenía lágrimas en los ojos, al igual que los demás. Me alarme por ello y sentí que mis manos comenzaban sudar.
-Quiere que pases.
Suspire y me adentre a la habitación. Desee no haberlo hecho, porque comprendí por que habían tratado de no llorar.
-Yo… Sasuke… Te amo. No lo olvides.
-Jamás lo olvidare, siempre estarás para recordármelo, ¿No?
¿No?
-Ven-. Se hizo a un lado, permitiéndome sentarme con él. Después de aquello nos quedamos en silencio varios minutos, consolándonos mutuamente, oyendo el latir del corazón de cada uno pero el Naruto no se oía tan potente como lo había escuchado a lo largo de los años, se oía… diferente.
-Te amo-. Susurro a mi oído.
-Y yo a ti.
Lo mire y el me miro, sus ojos no se veían tan brillantes como siempre. Me acerque aún más a él y le bese, el me correspondió. Ese beso era diferente a los demás, pero en esos momentos solo sabía que no quería separarme de el por nada en el mundo.
-Te amo, no lo olvides-. Fueron sus palaras al separarnos y justo en ese momento la máquina que detectaba los latidos del corazón de Naruto comenzó a soltar pitidos de advertencia.
-¿Naruto?-. Sus ojos se encontraban cerrados y respiraba agitadamente-. ¡Naruto!
Varias enfermeras entraron junto con un doctor, una de ellas me insistía que saliera de ahí pero yo no la hacía el menor caso hasta que Neji junto con Shikamaru me sacaron de la habitación para después ver como una enfermera me cerraba la puerta en la cara.
Después de aquello no me quedo más que esperar.
Me aleje unos minutos para ir al baño y poder refrescarme el rostro, cuando salí me encontré con el doctor el cual se retiraba, vi a Sakura llorar tratando de ser – inútilmente – calmada por Sai.
Y lo supe, ya no le vería más.
Después de eso todo lo demás es borroso. Recuerdo que comencé a gritar, entre Neji, Shikamaru y Gaara trataron de controlarme incluso vagamente recuerdo haber golpeado a Neji.
Desperté en una camilla, con aquella noticia, dada por los labios del mismo doctor.
Me quede en silencio varios minutos hasta que Itachi entro por la puerta, no me sorprendió verlo ahí a pesar de que llevábamos varios meses sin hablar. Me llevo al departamento que compartía con Naruto, y me ayudo a arreglarme.
Cuando termine me quede sentado en la cama, aun sin decir nada.
-Mandaron esto del hospital-. Eran las cosas de Naruto, las tome en mis brazos y una cajita cayó al suelo, al abrirla me encontré con un pequeño anillo con una incrustación de diamante. Y ahí fue cuando llore. Itachi se quedó conmigo, me abrazo y me consoló. Esa noche pude dormir bien.
Al día siguiente se llevó a cabo el funeral y me di cuenta que había muchas personas las cuales no conocía, le reste importancia, después de todo no las volvería a ver.
Pasaron varios días, días en los que había estado Itachi conmigo, corriendo a mi habitación justo en los momentos en los que yo gritaba a Naruto que no me dejara.
Después de un tiempo tuvo que regresar a Londres donde su novio le esperaba, él quería quedarse pero yo insistía que se fuera.
◊◊◊
Ahora me encontraba aquí, escondido bajo las sabanas de la cama.
-Teme-. Se escuchó un susurro.
Me destape y ahí estaba ese rubio, mi rubio. Se veía como si nada le hubiera pasado, como si siguiera aquí conmigo.
-Tienes que salir.
Yo seguí sin decir ni una sola palabra.
-Los ratones te comieron la lengua-. Me levante de la cama. Mis brazos se aferraron a su cuello y escondí mi rostro en su pecho, tratando de evitar que las lágrimas salieran pero fue en vano. Sentí que él me devolvía el gesto.
Nos quedamos así, bien pudieron ser segundos, minutos incluso horas pero me importaba en lo más mínimo.
-Te extraño-. Susurre en su oído.
-Y yo a ti, pero a pesar de ello tienes que seguir adelante-. Su mano tomo mi mentón haciendo que lo mirara a los ojos-. No quiero que te detengas por mí. Duele, lo sé, porque a mí también me duele, pero yo ya no puedo hacer nada, tú sí, sigue adelante, si no es por ti, busca esa motivación que te haga seguir adelante.
-Tú-. Susurre-. Tú eres, bueno, eras mi motivación.
-Entonces ahora hazlo por ti-. Tomo mi mano, en ella traía el anillo que iba a darme, sonrió-. Sasuke de Uzumaki.
Su vista volvió hacia mí y un beso fue depositado en mí frente pero yo no quería eso, quería algo más, así que lo tome del cuello y le bese los labios.
Ese beso era igual al último que nos habíamos dado, y lo comprendí, comprendí el porque me había parecido diferente, porque era de despedida.
Cuando nos separamos, mis ojos se aguaron.
-No… no te vayas, solo por hoy quédate, no me dejes-. Me tomo de la mano y me condujo a la cama.
Nos acostamos, de manera que mi cabeza quedo recargada en su pecho.
-Te amo-. Susurro, después de aquello me deje caer en la inconciencia.
◊◊◊
Mis ojos se abrieron una vez más, y pude percibir el olor a comida, me levante rápidamente y me dirigí a la cocina. Y ahí estaba Naruto.
-Naruto-. Susurre. Él se dio media vuelta y me miro para después sonreír.
-Buenos días, Sasuke-. De mis ojos comenzaron a caer lágrimas-. ¿Sasuke?
Corrí hacia él e hice lo mismo que en el sueño, aferrarme, me aferre a él. Mis brazos se enredaron en su cuello y mis piernas en su cadera.
-¿Sasuke?-. Volvió a preguntar, pero yo no le respondí, en cambio le bese.
-¡Te amo Naruto Uzumaki!-. Grite.
-¿Eh?-. Se encogió de hombros-. ¡Te amo Sasuke Uchiha!
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¡Te amare, por mucho tiempo después de que te hayas ido!