Capítulo 1 – Los chicos nuevos
Hoy es el primer día del campamento de verano, muchos chicos pasan sus vacaciones jugando video-juegos, o ya sea salir con sus amigos a la playa o en la piscina, hasta pueden quedarse todo el día en casa si quieren, pero los chicos de este campamento pasan casi todo su verano aquí, en un lugar apartado de las grandes cuidades, donde la naturaleza maravilla tu vista ni bien pisas el campamento. Ya sea porque querías hacer algo diferente este verano o por que simplemente tus padres te obligaron a venir, igualmente sientete bienvenido, serán unos meses llenos de diversión, aventura, nuevos amigos y quien sabe… tal vez descubras algo más que una amistad.
Este día, un sábado del mes de Junio, todos los chicos del campamento llegan en los autos de sus padres, es un campamento solo para varones, ya que el campamento de las mujeres está al otro extremo del gran lago que separan ambos campamentos, los chicos de aquí pueden entrar de 11 años hasta los 16, los demás que ya son mayores o adultos son los cuidadores y maestros de actividades. El campamento entero es muy amplio, teniendo en el centro la zona de cabañas, donde a los chicos se los divide por grupos de 7 y cada grupo duermen en una cabaña, al lado de las cabañas está el gran comedor, donde se puede desayunar, almorzar y cenar; además cuenta con un patio de juegos donde los chicos pueden divertirse. A parte de las instalaciones está el amplio bosque donde se puede acampar y si quieres nadar puedes ir al lago, también hay canoas, aquí el deporte es lo esencial, lamentablemente los juegos de video y la comida chatarra están prohibidas pero… ¿no es normal que algunos chicos piensen “las reglas están para romperse”?
Era muy temprano, casi las 7:30 de la mañana, un chico de cabello negro y de estatura un poco alta estaba sentado sobre la hierva, no le importaba ensuciar un poco su uniforme, ya estaba acostumbrado a asistir a este campamento desde hace algunos años, había conocido a varios amigos, algunos de ellos se iban después de un solo verano y ya no volvian al año siguiente y otros sí se quedaban y los volvía a ver. Este chico de cabello negro y piel clara ya tiene 15 años, su nombre es Felipe, estaba mirando como todos los chicos llegaban en autos, veía a muchos niños nuevos, otros que ya había visto antes pero que habían crecido, lo que Felipe estaba esperando era encontrarse con sus viejos amigos del año pasado, tenía ganas de volver a verlos, entonces cuando empezaba a aburrise sintió una mano en su hombro, cuando volteó a ver vio que era Benjamín, el jefe de todo el campamento. Felipe sonrió y se puso de pie, veía al jefe como su hermano mayor.
Pov’s Felipe
No puedo creer que por fin Benjamín haya regresado, me preocupé cuando el año pasado no estuvo por aquí, solo nos dijeron que se había ido a la playa o algo así, ahora es el momento perfecto para interrogarlo. Rayos creo que no he crecido mucho, aún sigo siendo mucho más bajito que él y eso que solo me gana por 10 años, no importa, algún día le alcanzaré.
- Así que otro año más y te veo de nuevo Felipe –me dijo saludandome con un apretón de manos.
- Claro que sí, sabes que todas las vaciaciones de mi adolescencia las desperdicio aquí, jajaja.
- Sí claro, no te hagas el chistoso –me despeinó con una mano.
- Oye Benja ¿en donde estubiste el año pasado? Solo nos dijeron que te habías ido a la playa o algo así.
- Sí, me llamaron para dar clases de surf a unos chicos en una cuidad al lado de la playa, y fue divertido, pero ya quería regresar aquí.
- Más te valía, yo aún estoy esperando a que mis amigos vengan.
- Tú siempre llegas super temprano en el primer día, así que tendrás que esperar seguro, jaja… bueno ya me tengo que ir, debo organizar los grupos y bla, bla, bla.
- Esta bién ¡Nos veremos luego! –me despedí de él alzando la mano.
Así que él estuvo enseñando a surfear a unos chicos, vaya, si viviera al lado de la playa seguro me gustaría aprender a surfear también. Sacudí mis shorts con las manos, todos los campistas tenemos que usar un uniforme aquí o bueno… en realidad es para cuando nos vamos a acampar al bosque, pero es que estaba emocionado por usar esta cosa de nuevo. Ahora ¿Dónde estarán los vagos de mis amigos? Ojalá que no se hayan quedado dormidos en el primer día, falta poco para la ceremonia de apertura y… ¿Qué rayos? ¿Quién me está tapando los ojos ahora? “Jaja, Felipe nunca adivinarás quien soy” escuhé de la voz que está detrás de mí, pero esa voz la conosco, no importa que trate de cambiarla.
- Cody ya sé que eres tú, así que sueltame.
- ¿Yo? Ejem… claro que no, soy otra persona, no soy Cody… -trató de poner la voz más grave pero obvio que no le funcionó.
- ¿En serio? Bueno… yo pensaba en darle una gaseosa a mi amigo cuando llegara pero…
- ¿Gaseosa? ¡Yo quiero! ¡Damela!
Entonces mi amigo me soltó y se puso en frente de mí saltando como canguro, en serio que es un adicto a la gaseosa, menos mal que solo nos dejan tomarla los fines de semana.
- Lo siento, solo estaba bromeando, no te molestes conmigo, jaja.
- Oye eso es cruel –me contestó frunciendo el seño.
- Tranquilo, ya verás que tomarás mucha gaseosa ahora en la ceremonia.
- ¡Esta bien!
Mi amigo Cody en serio que es bastante entusiasta… yo lo llamaría hasta hiperactivo, ahora ya debe de tener 12 años, lo conocí el año pasado y ahora está practicamente igual, con su mismo corte de cabello, pero sí creo que ha crecido un poquito, lo que más me llama la atención de Cody es el color de sus ojos, son violetas, en serio, algunos podrían pensar que miento pero en serio que tiene ojos violetas y se nota más aún ya que su cabello es castaño oscuro y pues como que resalta un poco más así.
- Oye, oye, oye Felipe ¿Ya viste a Darío? –me preguntó de nuevo saltando como canguro.
- Aún no, estaba que los esperaba.
- Pues volteate tonto, que él viene detrás de ti.
Me volteé y vi a nuestro amigo Darío caminando hacia nosotros, “Hola chicos, ya un año entero sin verlos ¿eh?” nos dijo alzando su mano. Darío es pelirrojo, pero su cabello no es todo rizado, apenas y es ondeado, también es menor que yo, creo que ya cumplió los 13 años, él es un poco serio pero es muy buen amigo y el año pasado lo nombraron como el mejor campista, porque ganó muchas competencias, les puedo decir que a él le encantan las aventuras, aunque cuando lo vez a primera vista es muy calmado.
El pelirrojo llegó hasta nosotros y los tres hicimos el saludo secreto de nuestra cabaña, nosotros somos de la “Cabaña 3” y pues los chicos ahí somos como familia, o mejor dicho eramos, ya que 4 de nosotros ya no van a volver este año. Dos de ellos ya tenían 16 así que era su último año aquí y los otros dos eran hermanos, pero se tenían que mudar a otro país este año, asi que de la Cabaña 3 solo quedamos nosotros, Cody, Darío y yo. Pero aún así veo que hay muchos chicos nuevos, espero que los nuevos que se agrupen con nosotros sean buena onda. “Oigan, vamos a caminar juntos, ya que estamos todos, veamos quienes son los nuevo en el camp.” Dijo Darío, esa es una buena idea y en realidad es lo único que podemos hacer ahora, así que a caminar se ha dicho.
Mientran estabamos caminando los tres juntos veíamos a muchos chicos nuevos, se estaban conociendo, otros hasta ya estaban jugando al fútbol, hasta vimos a un pequeño que estaba durmiendo en medio del cesped, usando su mochila como almohada, eso me dio algo de gracia ¿Quién se duerme en medio de un campamento? Seguro que se levantó demasidado temprano de la cama. Los minutos pasan y ahora Darío nos está contando que su nuevo reto de este año es aprender a tocar la armonica desde cero, “Ya saben que en la escuela me enseñaron a tocar la flauta, pero creo que la armonica va mejor conmigo” nos decía, luego Cody se puso a hablar de sus grupos de K-pop que tanto le gustan, bueno… yo respeto eso, pero no sé como le puede agarrar tanto gusto un pequeño de solo 12 años.
- Si quieren les enseño la coreografía que me aprendí –dijo Cody poniendose de pie.
- No gracias/Mejor otro día –dijimos yo y Darío uno después del otro.
- Bah… pero sí es muy divertido.
Entonces mientras Cody estaba hablando vimos que una limosina entró por la puerta de entrada, creo que todos volteamos a verla, ya que es una limosina blanca y llama la atención, hasta los que estaban jugando fútbol dejaron de hacerlo. Vimos que un conductor todo formal con su traje salió y caminó hasta la parte trasera del auto, abriendo la puerta, donde un niño rubio bajó, ya traia puesto el uniforme del campamento así que es obvio pensar que estará aquí. Luego de eso todos volvieron a sus propias cosas, seguro pensaban que era algo más interesante que un niño ricachón, puedo decir eso por tremendo auto que tiene.
- Oigan… ese chico de la limosina… es muy cute.
- ¿Cody hablas en serio? Jajaja.
- Oye Darío no te rias, uy… sería genial si por cosas del destino le toca en la misma cabaña que nosotros –dijo el menor de los 3.
- Eso solo pasa en las peliculas… o en las historias escritas supongo –dije yo.
“Ehh… Hola” escuchamos una voz nueva, volteamos y vimos a un chico como de nuestra edad, tiene el cabello castaño lacio y sus ojos son de color azul, lo curioso de él son las pecas que tiene en su cara, están sobre sus mejillas y naríz, supongo que se ve lindo.
- Hola –respondimos los tres.
- Hola… este… -parece que este chico es un poco timido.
- Hola amigo, yo me llamo Cody, él es Felipe y el pelirrojo se llama Darío. ¿Cuál es tu nombre?
- Me llamo Tomás, pero me gusta más que me digan Tomy… yo soy nuevo aquí y pues…
- No te preocupes, yo también era timido al principio –le dije para que nos tuviera confianza, eso hace un buen campista- puedes estar con nosotros si quieres.
- Oh ¿En serio? ¡Gracias! Me aprenderé sus nombres muy rápido –contestó de forma alegre.
- Oye Tomy ¿Y cuantos años tienes? –preguntó el pelirrojo Darío.
- Tengo 13 años, pero seguramente ustedes también ¿verdad? Todos somos más o menos de la misma altura.
- Sí, todos tenemos 13 menos Felipe, él es el viejo del grupo, jajaja.
- Callate Cody, solo te gano por unos años… respeta a tus mayores.
- ¿Lo ves? ¡Eres viejo! Jajaja.
Todos se rieron con Cody, ya sé que está bromeando pero igualmente me hace sonrojar, ya sé que tengo 15 pero digamos que no he crecido mucho, o es eso o todos los demás crecen muy rápido, lo ironico es que en mi escuela yo soy uno de los más altos de la clase, así que no soy tan bajito, eso creo.
“Atención campistas, agrupense todos en medio del campamento, es momento de separarlos en sus respectivos grupos y escoger sus cabañas” escuchamos de la voz de los altavoces que hay aquí, así que todos nos pusimos a caminar hasta el medio del campamento, al frente del gran comedor, vaya que somos muchos este año, aunque bueno… a decir verdad como hay un número maximo de campistas supongo que es el mismo número de chicos cada año. Darío, Cody y Tomy están aquí a mi lado, el chico pecoso es quien está literalmente al lado mio. “Espero que nos pongan en la misma cabaña, ya me están agradando mucho” dijo Tomy, mis dos amigos le sonrieron así que yo también lo hice.
De pronto vimos como todos los superiores del campamento se pararon frente a nosotros y nos pidieron que hagamos una fila recta, luego de estar un rato acomodandonos, ya pasó Benjamín con una lista en sus manos, a cada uno le decía un número, el número era la cabaña en donde nos instalariamos. Ya sabía que a mis dos amigos y a mí nos pondrían en la cabaña 3 y por pura suerte… y porque Cody se lo pidió usando sus ojitos de carrorrito a Benjamín, Tomy también está ahora en nuestra cabaña, el pecoso y el ojitos violeta se pusieron a bailar como si fuera un baile de victoria, creo que esos dos se van a llevar muy bien. Después de un buen rato ya todos teniamos nuestros números de cabaña, entonces nos dijeron que los grupos nos juntaramos.
“Los de la cabaña 1 ponganse aquí… los de la 2 aquí… los de la cabaña 3 parense aqui” nos indicaban los cuidadores, asi que los 4 nos paramos juntos, viendo como todos los demás niños se movían ordemandose. Entonces vimos a 3 chicos que venían caminando hacia nosotros, a dos de ellos ya los había visto hoy y el otro que no lo había visto nunca parecía molesto, no lo sé. Uno de ellos era el niño que vimos durmiendo, caminaba hacia nosotros sobandose un ojo y bostezando, al menos es mucho más bajito que yo, al fin. El otro era el chico rubio que bajó de la limosina, él y yo somos los únicos que vestimos el uniforme oficial, pero ya que. Y el último pues ni idea de quien será, solo veo que es alto y tiene el cabello negro, está medio despeinado.
- Hola… -bostezó el pequeño también de cabello negro- me llamo Barry ¿Ustedes son los de la cabaña 3?
- Sí, nosotros somos –le afirmó Darío.
- Saludos, mi nombre es Alberth y estoy emocionado de estar aquí –dijo el rubio con un acento algo gracioso.
- Waoh, que lindo hablas ¿De donde eres? –preguntó Cody.
- Bueno, yo soy de Francia pero mis padres y yo nos mudamos aquí, pero todavía vamos ahí muchas veces al año.
- Seguro que sí –dijo el chico que parece molesto- todos vimos que bajabas de tan inmensa limosina.
- ¿Y cual es tu nombre? –le preguntó Darío.
- ¿Qué te importa? Ni siquiera te conosco, a ninguno de ustedes… ni siquiera quería venir aquí.
Ok… esa no fue la respuesta que esperaba, todos nos quedamos callados por un momento, pero luego Cody rompió el hielo presentandose él mismo, y luego yo, Darío y Tomy, creo que ahora todos nos conocemos excepto ese tipo que ni voltea a mirarnos. “Muy bien ahora vayan todos a instalarse a sus cabañas, la ceremonia de inicio empezará en media hora” dijeron por el altavoz, todos obedecimos y fuimos a nuestras cabañas. Ya estabamos caminando los 6 en grupo, excepto el chico anónimo qu está detrás de nosotros y ni nos habla ¿Qué rayos le pasará?
“Y está es la cabaña 3, sientanse como en su casa” dijo Cody al abrir la puerta de nuestra cabaña, aquí hay 3 camás de dos pisos y una sola para el lider del grupo, pero al lider lo van a escoger en la ceremonia de apertura, asi que todavía no sabemos quien será.
- ¡Yo quiero estar en la cama de arriba! –dijo Cody- ¿Alberth quieres ser mi compañero y dormir abajo?
- Sería un placer –respondió, creo que el chico rico es muy educado.
- ¿Tú donde quieres dormir pequeño? –le pregunté a Barry.
- No sé… cualquier cama para mí está bien.
- Felipe… ¿puedo ser tu compañero? –escuché que Tomy me habló.
- Bueno, sí tú quieres está bien.
- ¡Gracias Felipe! ¿Dónde te vas a dormir?
- Creo que abajo –le respondí al pecoso.
- Pero… es que… -se acercó a mí y me susurró en el oido- me da algo de miedo dormir tan arriba.
- Oh… bueno, entonces dormiré arriba, no te preocupes por eso.
Todos estabamos ordenandonos bien, hasta habíamos escogido compañeros para dormir, entonces volteé y vi que Darío no se había acomodado en ninguna cama, eso me dio una idea. “Yo propongo a Darío para que duerma en la cama del lider” dije alzando su mano, Cody y Tomy dijieron que sí, que era buena idea, y cuando todos ya estabamos hablando de eso escuchamos el crujir de la cama, y vimos que el chico anónimo estaba recostado en la cama del lider.
- Oye, dijimos que esa cama es para Darío –dije yo.
- Ustedes no son mis jefes, quiero dormir aquí y punto –contestó.
- Pero… todos votamos por…
- Esto no es Grecia niñito, aquí yo soy el dictador –le respondió a Cody.
- Que pasado que te estás poniendo ¿Cómo se supone que te llamas?
- Jaja, pues tú risitos de zanahoria me puedes llamar Falcon.
- ¿Falcon? –preguntó Barry mientras bostezaba.
- Sí, como halcón en inglés y así me van a llamar porque yo seré su lider.
- ¡Ja! No me hagas reir, mejor cuentame otro chiste.
Darío y ese chico se pusieron cara a cara como si se quisieran pelear, rayos… es el primer día y ya vino alguien con un conflicto, no sé que poblemas tendrá este chico “Falcon” pero que no nos moleste el campamento.
- ¡No vayan a pelear! –dijo Tomy poniendose entre ellos dos- se supone que todos somos amigos, pelear no es bueno.
- Mmm… Tomy tiene razón, al menos él es maduro –Darío se separó del otro.
- ¿Maduro? Yo solo veo a un pecoso y gay pacifista –respondió burlandose.
- ¿Y qué si soy gay? Sí lo soy pues… ¿tienes algún problema?
La respuesta de Tomy no me la esperaba, creo que ninguno de nosotros. Falcon se quedó callado y lo demás también, el único que sonrie es Cody. “¿Qué? O sea… ¿en serio eres gay?” preguntó el brabucón y Tomy asintió con la cabeza.
- ¿Y lo aceptas como si nada? Vaya que estas loquita, jajaja.
- No te rias de mí… no hagas que me den ganas de golpearte.
- Uy sí, ahora me vas a decir que me puedes pegar, jaja.
- Ya deja de reirte ¿quieres? –Darío intervinió- ya nos estás callendo mal a todos ¿sabías?.
- No me importa, mis padres me obligaron a venir, no me importa caerles bien o no.
- ¿Ya pueden dejar de hacer tanto ruido por favor? Intento dormir un poco antes de la ceremonia.
El pequeño Barry fue quien rompió el hielo al fin, luego de eso todos volvieron a lo suyo. “Solo dormirás aquí si te asignan como lider” le dejó bien claro Darío a Falcon. “Pues ya veremos, solo retame” fue lo que le respondió el otro. Uff… creo que este será un año algo diferente a los demás.