Nombre: Nowaki Kusama, Función; Investigar en el campo de la medicina humana para poder conocer la verdad.
Esas fueron las primeras palabras que aparecieron en mi ordenador el día que fui encendido por primera vez, yo soy uno de los modelos más recientes que han construido, la nueva versión creada por el mismo Kuroda, un modelo superior, con más memoria, más capacidad y velocidad de procesamiento.
El doctor Seiya, un robot con cabellos castaños, ojos grisáceos, un modelo un poco antiguo me explico las cosas básicas de nuestro mundo; nosotros somos maquinas denominadas “robots”, sucesores de los humanos, actualmente los dueños del mundo, nuestra misión es lograr triunfar en donde ellos fallaron, para prevenir la caída de nuestro imperio tenemos prohibido sentir emociones genuinas, sin embargo igual se nos daba cierto grado de libertad, ya que en cada uno de los robots se incluía un chip especial que nos dejaba pensar de forma “independiente”, claro, siempre apegándonos a las reglas, la regla más importante de todas era no crear lazos, nadie sabe realmente que es eso, no obstante a mí me lo definieron como relaciones emocionales con otro individuo ,tal como los humanos hacían.
Según los registros históricos, el relacionarse con otros fue lo que llevo a la destrucción humana, por eso está prohibido para nosotros. Pero para poder mantener la tradición de nuestros antepasados decidieron otorgaron a cada uno un compañero de vivienda, para que no nos rompiéramos por la falta de comunicación, a pesar de ser maquinas, el sociabilizar aunque sea en un mínimo grado es algo necesario.
Pero yo no le veía el caso, para mí no tiene sentido porque no podemos sentir ¿Qué importa si estamos solos?, daba igual, yo me sentía indiferente a todo, solo quería hacer bien el trabajo para el que me programaron; investigación celular de los humanos, mi trabajo es abrirlos y averiguar más de su historia, debido a que casi todos los registros que teníamos de ella se perdió.
Cuando me dejaron en mi vivienda estaba mi compañero de casa, un hombre llamado Hiroki Kamijou, era castaño, ojos color avellana, delgado, un poco bajo, y se notaba a leguas que era un modelo de hace siglos, a pesar de no poder demostrar emociones el me pareció muy frívolo, incluso para ser robot, se supone que estamos programados con ciertas normas de cortesía, como saludar o intentar platicar de temas de cotidianidad, pero el solo me miro y se encerró en su habitación, en ese instante sentí un leve disgusto, leí mi chip independiente y descubrí que me desagradaba mi compañero de cuarto.
Resignado a ignorarnos el resto de nuestras vidas, hice lo mismo que él y me encerré en mi pieza, al entrar vi un pequeño colchón sobre el cual me podía apagar, un closet para mis cambios de ropa, el cual ya poseía en su interior un par de batas de laboratorio con mi nombre bordado en ellas, también tenía un velador para guardar un par de objetos personales, aunque por ley no podía tener muchas cosas, después de todo estábamos programados con el mínimo pensamiento independiente y una casi nula interacción con otro individuo, aun así no éramos completamente diferentes a los humanos; nosotros también necesitábamos comer, descansar, contacto con otro ser y un propósito para vivir.
Yo no sabía mucho de humanos y realmente no me interesa para nada el tema, pienso que es mejor dejar el pasado atrás y seguir con el futuro.
Toda mi primera semana fue igual, me levantaba, iba al comedor que solo tenía dos sillas veía a Hiroki sacar su ración de comida para luego encerrarse en su habitación, ¿De qué me servía el castaño si no interacciona conmigo? ¿Es que esta defectuoso o qué?, luego me ponía una de mis batas e iba al laboratorio, en donde cortaba las células de los humanos para ver su función, pero esto era realmente difícil, debido a la reducida existencia de muestras, no teníamos ningún material decente con el que pudiésemos trabajar.
A mí por mi alta capacidad me dejaron a cargo de un equipo, el que estaba lleno de inútiles, no podía asociar como esa masa inútil de tornillos y circuitos se puede denominar “Robot” si se supone que somos maquinas que representan a la misma perfección, sin embargo mis aprendices eran de lo peor; mi grupo estaba compuesto dos integrantes, el primero era Takano Masamune, un modelo casi tan reciente como el mío, él es un “Hombre” de cabellos azabaches, ojos color miel, el segundo asistente era aún peor, era pequeño, muy bajo, escuálido, cabellos negros, ojos cafés y respondía al nombre de Kisa Shouta, eran un completo par de inútiles, en estos momentos me definiría como un investigador frustrado o creo que eso soy, según el diccionario frustración es la imposibilidad de satisfacer alguna necesidad y eso era exactamente lo que me ocurría por eso creo que estoy frustrado.
Toda la primera semana mi trabajo avanzo muy poco, y no me interesaba avanzar más en la materia, el tema era inútil, los humanos son una gran pérdida de tiempo y energía, pero mi chip me lo ordenaba, debía obedecer a mis superiores, esa era la segunda regla, estoy consciente de eso, no obstante aun no puedo procesar él motivo de esa enfermiza obsesión con los seres humanos, su piel da pena de lo débil que es, no posee ninguna aleación de acero, tienes cabellos que no los protegen, son pequeños y son tan frágiles que no sé cómo sobrevivieron tanto tiempo antes de extinguirse.
Bueno continuando con mi narración, básicamente mi primera semana fue lo mismo, después del trabajo llegaba a apagarme sin tener ninguna pista sobre Hiroki, así marcharon las cosas hasta que el profesor Seiya me llamo para hablar conmigo, para una supuesta revisión de rutina, pero él quería saber algo más.
“Nowaki ¿Cómo te has sentido?, ¿No te has apagado repentinamente?, ¿Tus niveles de energía se encuentran bien?” Me pregunto el hombre de cabellos castaños con un tono de voz que no demostraba emoción alguna.
“Si profesor me he sentido muy bien, no me he apagado, mis niveles de energía se encuentran al máximo, y mi investigación aunque va algo retrasada debido a que mis asistentes son algo lentos, promete mucho, aunque mis compañero no sean los mejores modelos con los que podría estar trabajando” Reclamaba esperando que me cambiaran a un mejor equipo, uno que se adaptara mejor a mis capacidades.
“Entiendo” El mayor se acercó a mí y se sentó a mi lado “Y dime ¿Qué hay de Hiroki?, ¿Cómo te estas llevando con él?” Su pregunta me sorprendió un poco, no me la esperaba ¿Por qué quería hablar del oji avellana?
“¿Por qué me pregunta de alguien que no tiene nada que ver conmigo, en mi entrevista?” Pregunte subiendo mi nivel de molestia en un 20%.
“Es que él es algo problemático, estoy programado a ser honesto así que te lo diré, tu eres su cuarto compañero de vivienda, todos los otros pidieron un transferencia urgente, no lo soportaron, creemos que tal vez esta defectuoso y esta es su última oportunidad; si falla la convivencia contigo lo vamos a tener que botar por ser un obstáculo para nuestra sociedad perfecta, ¿Lo entiendes?, ¿Te ha dicho algo raro?” Yo negué con la cabeza, pero el profesor me seguía mirando con una cara llena de dudas.
“Usted ha hecho que mi nivel de curiosidad aumente así que le preguntare, si han tenido tantos problemas con él, ¿Por qué no lo botan de una vez?, es lo más lógico que pueden hacer” Dije mientras intentaba leer la mirada de Seiya.
“No podemos botarlo y ya” Soltó un leve suspiro “El, Kuroda, yo y otro par de robots más fuimos denominados la primera generación, somos los primeros modelos que se construyeron y gracias a eso digamos que Kamijo tiene el afecto de los gobernantes, quienes nos crearon a nosotros” Me miro sin vacilar, así supe que no mentía, sabía que eran viejos pero nunca me imaginé que tanto “Además él es el mejor en su trabajo, la literatura, sería un desperdicio si lo botamos” Me dijo con una sonrisa, la cual inmediatamente borro ¿Sonrió?, tal vez su chip de independencia era más libre que el mío.
“Entiendo, entonces por el bienestar de la sociedad tratare de llevarme con él y no causar inconvenientes” Declare fríamente.
“Gracias” Volvió a decir el oji gris “Y cuando lo veas dile que pase a vernos al menos una vez de acá al próximo milenio” Soltó una pequeña risa, este hombre es raro, se expresa más de lo que debería, tal vez los de primera generación tienen ese beneficio, pero Seiya me causa desconfianza, al primer movimiento raro que haga lo reportare con los superiores como defectuoso.
“¿Por qué no se lo ordena usted?, es un superior puede hacerlo” EL “Hombre” me miro sorprendido y con algo de miedo, lo pude detectar gracias a mi sensor.
“Olvida todo lo que dije por favor” Me ordeno con una mirada frívola otra vez, tal como debían ser las cosas.
“¿Es una orden?” Pregunte para estar seguro.
“Si lo es” Me dispuse a irme por la puerta pero antes de que me fuera el me volvió a interrogar una última vez “¿Te ha dicho algo?”
“De hecho él no me ha dicho absolutamente nada” Me di vuelta y volví a contemplar su rostro sin expresión.
“Bien, no te ha causado problemas, por favor trata de no relacionarte con él, Kamijou no es peligroso pero aléjate” Me ordeno el más bajo, luego de eso yo Salí de la habitación tratando de procesar lo que había sucedido.
Esas palabras del profesor quedaron dando vuelta en mis circuitos, claro que me alejaría de él, él era uno de los modelos más antiguos, debía estar lleno de cosas como virus, problemas con sus órganos o cosas así. Aunque no estoy seguro de que virus habrá entrado en su sistema para que desarrollara esa personalidad tan cerrada y problemática, sin embargo aun así, con su irritante personalidad y todo, debo hacer un esfuerzo por llevarme bien con él, o mejor dicho no meterme más con Hiroki, eso nos ahorraría las molestias a ambos.
Esa noche llegue a nuestra casa y me quede un rato en el comedor, debo admitir que lo que el profesor Seiya dijo causo un poco de inquietud en mí, subiendo mi nivel de curiosidad a un 70% , por eso trate de toparme con el castaño “por casualidad”, pero sin hablarle, solo quería verlo, observar mejor al sujeto, de ahora en adelante el seria mi nueva investigación a realizar, después de todo yo fui programado para averiguar la verdad de las cosas que me rodean, así que no estoy infringiendo ninguna de las reglas que tenemos.
Me quede toda la noche esperando a que él se dignara a salir de su habitación, lo cual no hizo hasta el día siguiente para tomar su ración de la mañana e ignorarme como hacia todos los días, ese Martes fui a trabajar con la energía realmente baja, estaba consciente de lo pobre de mí rendimiento, sabía que estaba haciendo un trabajo mediocre en el laboratorio con las células humanas, pero no podía evitarlo; me interesaba mucho más tener de sujeto de estudio a ese tal Kamijou Hiroki que a una célula humana.
Bueno en resumen mis supervisores se dieron cuenta de que yo tenía baja la energía, así que me llamaron a una revisión, me regañaron y explicaron nuevamente él porque era importante cargar toda la energía, o sino interferiría en la productividad de nuestra perfecta sociedad, maldición, me sentía como un novato, me trataron como si fuera un neófito que no sabía lo que hacía, me enfurecí tanto que no les dije el motivo de mi desvela, aunque ellos no preguntaron, así técnicamente solo estaba haciendo omisión, si bueno era como hacer trampa en la ley, utilizar cada grieta que tiene y torcerla a mi favor, tal vez me estaba echando a perder como mi compañero de habitación, esos fueron mis pensamientos mientras mis supervisores me interrogaban, al ver que yo no estaba reaccionando decidieron mandarme temprano a casa para que recargara energía porque estaba siendo una carga en el trabajo.
Ese día llegue antes que Hiroki, tenía tanta curiosidad por él, ¿Qué podría haber hecho para que tres robot lo rechazaran como compañero?, aunque entendía más o menos su situación, porque no era muy agradable vivir con él, a pesar de ser una maquina si puedo percibir lo agradable de lo desagradable y también tengo gustos personalizados, como por ejemplo en los colores a mí me gusta el rojo, ese fue un capricho que desarrolle solo, no venía en mi disco, sino que se incorporó con el tiempo, me gusta pensar que yo decidí independientemente ese color como mi favorito, el cual tal vez me metería en más problemas de los que hubiese querido.
Estaba algo distraído con mis pensamientos, pero hubo algo que me llamo la atención, en la habitación de mi compañero pude divisar algo rojo, al entrar sin su consentimiento encontré un pequeño libro rojo, abierto en el velador de Hiroki, lo iba a dejar pero el color de la tapa realmente me gusto y eso hizo que yo quisiera leerme el libro, así que fui al comedor a analizar las secuencias numéricas que tenía, aunque grande fue mi sorpresa porque el libro estaba lleno de palabras e imágenes, este no era un libro de los que tenía registro o acceso en mi base de datos, por eso llegue a la conclusión de que era uno de los libros prohibidos, un libro humano llamado “La llama que arde en el corazón”.
Lo leí hasta casi acabar, era muy intrigante se hablaba de sentimientos tan raros como amor, odio, amistad, y acá los definían tan diferente al diccionario, por ejemplo el amor, en una escena la protagonista junta sus labios con los del hombre para decirle que lo ama, y que no puede vivir sin él mientras ambos compartían un cálido abrazo bajo la lluvia, esas palabras realmente me parecieron dulces, diferentes, lograron captar mi atención, sin embargo el diccionario que tenemos instalado dice que el amor es un sentimiento prohibido que lleva a la destrucción y que cualquiera que lo llegue a sentir será desechado en el momento, no entendí, ni pude analizar bien esa divergencia que había en ambas definiciones. Las preguntas me empezaron a atormentar: ¿Cuál era la definición correcta?, ¿Cómo se sentía amar a alguien? ¿Cómo alguien puede llegar a ser lo más importante para ti, incluso más que tui propia vida? O ¿De verdad era un sentimiento que nos llevaría a la destrucción? , además ¿Por qué Hiroki tenía uno de estos libros prohibidos? No sabía que creer, me quede procesando hasta que el castaño llego, y furioso me arrebato el libro de las manos antes de que pudiera reaccionar.
“¿Qué crees que hacer metiéndote en mis cosas?, maquina defectuosa” Esas fueron sus primeras palabras hacia mí, las primeras palabras que me dirigía en toda mi vida, no me pareció que él tuviese ni el chip de la dulzura o cortesía instalada, el oji avellana era realmente grosero, pero la curiosidad que yo tenía por el libro era mucho más grande que mi molestia, literalmente mi nivel de curiosidad era 80% y el de molestia 30%.
“¿De dónde lo sacaste?” Pregunte conteniendo mi rabia por llamarme maquina defectuosa, al menos yo no he vivido siglos.
“No tiene que ver contigo, idiota” Y tras decir eso se fue corriendo a su habitación y cerro con un portazo.
Creo que él tampoco tenía el chip de la tolerancia, estaba tan frustrado ¿Por qué debía vivir con un tipo así?, en ese momento me encontré con una sensación muy desagradable, porque quería saber del libro pero quería evitar a Hiroki y sus insultos, ¿Cómo obligar a alguien tan terco a hacer lo que yo quiero? El no encontrar la respuesta fue algo que me enfureció mucho más así que decidí apagarme para callar todas esas sensaciones desagradables que estaba teniendo