Capítulo 1: Compañero nuevo.
“Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama”
- Jong In -
— ¿Acaso no debes largarte ya? —
Jong In miró por sobre su hombro al sujeto desparramado en sofá, mirando perezosamente una película porno en televisor. Se giró nuevamente sobre su taza de café y suspiró con pesadez. Los gemidos fingidos de la mujer, que iban en aumento hasta llegar al punto de aturdirlo pronto habían cubierto la sala. Miró con cierta lástima el resto de la bebida caliente que quedaba antes de abandonar la habitación con rapidez.
Su padre le había hablado por primera vez en tres semanas y no podía regocijarse en sus palabras, así que arrastró su maleta y su trasero fuera de la casa. Aunque la despedida de su progenitor había sido muy cálida, él todavía tenía mucho tiempo para llegar a la universidad.
Sería su segundo año y lo único bueno era que se reencontraría con sus amigos luego de las vacaciones que parecían eternas. No se habían llamado ni se habían escrito porque nunca lo habían hecho, no era su estilo. Pero le tranquilizaba saber que los volvería a ver, que no habría gritos hostiles: Yi Xing contaría su misma anécdota de siempre; cuando encontró un gato en el jardín de la casa de sus abuelos. Min Seok cocinaría su ramen especial que no tenía nada de peculiar y Tao se quejaría como niño de cinco años al terminar cada jornada de estudios. Todos eran perros de costumbres.
La Universidad SM – Y la “S” y la “M” son por Soo Man, el nombre del Sr. Lee, el director del colegio y no por Seoul Metropoly- contaba con sus residencias para los estudiantes y la mayoría se hospedaba en ese lugar. Los departamentos aunque no eran excesivamente amplios, contaban con los muebles necesarios para estudiar y dormir tranquilamente. Jong In había compartido su departamento el año pasado con Zi Tao.
Era demasiado temprano, según su reloj biológico debían ser las cinco de la mañana porque aún no había amanecido cuando él puso un pie en el complejo de departamentos. En realidad, más que caminar, estaba arrastrando su cuerpo por el lugar. Su motocicleta quedó estacionada donde más tarde habría más motocicletas y coches. Sus párpados le pesaban demasiado y el dolor estaba naciendo en su nuca por el mal comienzo de su día.
El tintineo de las llaves girando en su dedo índice era conocido, las escaleras verde oscuro también, el pasillo vacío del tercer piso le recibía silenciosamente. Tarareaba al ritmo de Boulevard of Broken Dreams mientras meneaba la cabeza con suavidad.
Abrió la puerta de su departamento, sin prestar atención a la placa que dictaba los nombres de los habitantes de cada espacio. Arrastró su maleta, no le gustaba tener que ordenar sus cosas, pero una vez que lo hiciera podría acostarse a dormir antes de que Huang llegase a irrumpir en su orden. Jong In no notó que en la placa dictaba:
Departamento 3C-F:
Kim Jong In y Do Kyung Soo.
Alrededor de las siete de mañana, escuchó el ruido de la puerta abriéndose. Espero el « ¡Hello, people!» con acento chino que nunca llegó. Jong In estaba dormitando, por lo que no le prestó mayor atención. Seguramente su amigo había tenido un mal día como él.
Kyung Soo entró arrastrando sus maletas y con la respiración hecha un lío, había sido dificultoso subir los tres pisos que lo separaban del suelo sin ayuda de un ascensor y con todas esas cargas. Aquel cambio de habitación lo había tomado por sorpresa, había estado tan cómodo compartiendo habitación con Joon Myeon. No protestó, pero si se sintió mal. Seguramente su nuevo compañero no sería igual de perfeccionista que el anterior. Le gustaba eso de su hyung. Era una lástima tener que cambiarse.
Conocía el nombre de su nuevo compañero, también sabía que era un estudiante de segundo año como él y que –obviamente- estaban en la misma modalidad pero en carreras distintas, mientras él se dedicaba a estudiar sobre las luces, las cámaras, el rating y la historia televisiva y cinematográfica; su compañero se dedicaba a pintar. Era extraño que jamás hubiese hablado con él, Kyung Soo sabía que era bastante popular en la universidad y había hablado por lo menos una vez con la mayoría del alumnado.
Kim Jong In era todo un misterio para él. El administrador del complejo tenía un cuadro de él y todo, que había hecho el año pasado. Era una pintura de un barco de papel flotando en el agua acumulada en el borde del pavimento.
Jong In se durmió tan rápido y tan profundo que solo pudo despertarse dos horas más tarde, con el olor a café recién hecho y a galletas horneadas. Aún estado embobado por el sueño sabía que Tao no cocinaba –probablemente en su vida nunca había tocado una olla para otra cosa que no sea servirse más comida- Miró la cama extendida prolijamente a su lado. Estaba adornada con almohadones que no conocía, con mantas que nunca había visto y el aroma no era el perfume Chanel de Tao.
Se levantó, con el cabello revuelto y la misma ropa con la que había llegado, arrastrándose por la habitación hasta terminar en la única otra habitación que había aparte del baño y de la recámara. La cocina estaba ubicada en un rincón de la sala, separada de esta por una barra-mesada.
Había una pequeña figura de espaldas a él, el sonido de la canilla abierta y el agua corriendo era más fuerte que el débil tarareo de una canción coreana que no conocía que emitía aquella imagen recortada en la media luz del lugar. Sobre la pequeña mesa para dos personas que estaba casi pegada a la barra, había una taza de café humeante y un platón de galletas.
— Has despertado, Kim Jong In, si quieres, aún hay café —
Un rostro apacible y tranquilo entró en su panorama visual. Aquella escasa estatura, los ojos grandes y el manojo de pestañas que lo cubrían, los labios gruesos que delinearon su nombre, la piel pálida acariciada por la luz que se colaba por la ventana de cortinas delgadas, la voz calma. Ninguna de las características eran las de Tao.
— Tu ¿Quién eres? —
— Do Kyung Soo, mucho gusto —
— No vuelvas a decir mi nombre, soy Kai. ¿Qué haces aquí? —
Kyung Soo miró fijamente al muchacho frente a él. Su idea de un comienzo agradable parecía desdibujarse frente a él, Kai, no era tan amistoso como el resto del alumnado lo era con él. Inclusive había horneado galletas y el sujeto simplemente las estaba ignorando. ¡Eran las mejores de toda Seúl! ¡Un corcuso departamental de pasteleros se lo había dicho!
— Este será mi departamento este año, es un cambio repentino, pero así lo dice la placa y el delegado —
Jong In frunció el ceño antes de ir en busca del delegado, de Tao y de sus amigos –aunque teniendo en cuenta la hora, ninguno todavía habría llegado, tal vez Min Seok sí y Yi Xing si no se había perdido por el camino- Kyung Soo lo seguía de cerca, corriendo detrás de los pasos ligeros y largos del muchacho.
— ¡Hey! ¿Dónde vas? Ya te lo he dicho, el delegado ha hecho los cambios. Por más que vayas a hacerle un escándalo no lo cambiará — exclamó intentando alcanzar al veloz muchacho.
Varios alumnos miraban con curiosidad al único ser que sería capaz de huir de Do Kyung Soo. Pero Kong In no se enteró de todas las miradas que recaían sobre él, no quería compartir habitación con un desconocido, menos con una persona que prendía incienso sin estar orando por nada.
Llegaron con Dae Sung, el delegado como solían llamarle, aunque en verdad, solo era el administrador de los departamentos, quien se encargaba de la disposición y de mantener el orden.
— ¿Por qué este enano está en mi habitación en vez de mi amigo? — espetó Jong In sin molestarse en saludar.
Kyung Soo soltó una exclamación luego de hacer una profunda reverencia al saludar al administrador. Dae Sung sonrió ante la llegada de los muchachos y miró a su alrededor.
— ¿Cuál enano? —
— Este — Kai señaló a Kyung Soo.
— Hyung, Jong In está haciendo un escándalo, por favor, no pierda su tiempo con nosotros —
A Kai se le erizó la piel y un pitido resonó en sus oídos, provocando que inmediatamente le lanzara una mirada feroz al muchacho. Nadie usaba su nombre, ni si quiera los profesores, nadie. Y Do Kyung Soo no sería el primero en rebelarse contra su regla, no. Dae Sung soltó una risilla. Los adolescentes son verdaderamente entretenidos.
— Tao-ssi se cambió de Departamento, ahora está en Humanidades, así que se tuvo que cambiar de complejo. —
— ¿Qué? ¿Por qué no me dijo nada? Es imposible, el vivía solo para el modelaje…—
— Sus padres solicitaron el cambio, ahora es un estudiante de periodismo. Sabía que sus amigos se preocuparían por él, así que busqué un buen compañero para él. El Señor Wu, es una persona responsable y madura así que estoy seguro de que llevará por buen camino a tu amigo —
— ¿Señor Wu? ¿Y ese quién es? —
— Al parecer no conoces a nadie aquí, ¿Qué has hecho el año pasado? —
— ¿Es muy importante este sujeto? —
— Kris es el Presidente del Comité Estudiantil, sería interesante que conocieses a quien vela por tus derechos— explicó Kyung Soo.
— Oh, sí, el Señor Presidente es alguien admirable a tan corta edad. Le hará bien al Tao-ssi tratar con alguien como él —
— Tao no necesita tratar con nadie así, para eso están sus padres —
— Tal vez maneje los mismos códigos que sus padres, pero aunque no te agrade, no podrán compartir habitación este año. Además, Kyung Soo es muy agradable, no te acarreará problemas —
Jong In suspiró al mismo tiempo que Kyung Soo le ofrecía una sonrisa amable.
Min Seok y Yi Xing se cruzaron con el más joven de su grupo de amigos justo cuando iban a comprar algo para desayunar en la cafetería. Min Seok ladeó la cabeza al verlo acompañado de Do Kyung Soo ¿Qué hacía Kai – un alma libre- con la perfección hecha persona? Jong In parecía ignorar que el muchachito de ojos grandes le pisaba los talones intentando seguir su ritmo.
— ¡Zhong Ren*! — exclamó Zhang estirando sus labios en una sonrisa y saludando a su amigo con un gesto de la mano.
— ¡Chicos! ¿Ya se enteraron? —
Jong In desvió su camino y se plantó frente a sus amigos, saludándose con calurosos abrazos rápidos y palmadas en la espalda. Kyung Soo estaba detrás de él, siendo completamente ignorado.
— ¿Qué cosa? —
— Tao se cambió de modalidad —
— ¿Ottoke? ¿A qué Departamento se fue? —
— Se fue a Humanidades, no entiendo porqué dejo Artes, ¿A ti te lo dijo? —
— ¿Decirme qué? —
— Su motivo, el porqué se fue de Artes —
— ¿Quién se fue de artes? —
— ¡Tao! —
— ¿Qué pasó con Zi Tao? —
Min Seok soltó una risita al ver el rostro confundido de Kyung Soo mientras Jong In intentaba explicarle que Huang había dejado Artes para irse a Humanidades. Kyung Soo encontró la comprensión en el muchacho que permanecía callado y curioseó con la mirada. Min Seok hizo un gesto con los hombros. Esto ya formaba parte de su rutina.
— ¡Ah! ¿Ya les conté que una vez encontré un gato en el jardín de mi abuelita? —
Todos sabían la historia de memoria, el joven Zhang Yi Xing, de quince años, se encontró con una gata vieja, sorda y falta de un diente entre las lechugas de su abuela, pero Kyung Soo no conocía la historia y cuando su expresivo rostro demostró curiosidad Min Seok pensó que tirarse de un tercer piso era una buena idea.
— Yo estaba en el jardín de mi abuelita, me había dicho que recogiera las manzanas porque pronto llovería, yo no sabía dónde estaba el árbol de manzanas así que recorrí todo el jardín y tropecé con las lechugas. Hubo un ruido horrible como ¡Rawrr! Y allí estaba una linda gatita, me dijeron que no podía quedármela porque era muy vieja, pero yo no quería dejarla solita bajo la lluvia —
— ¿Hiciste que entrara en tu casa? — preguntó Kyung Soo.
— No, me quedé con ella bajo la lluvia, solo que ella se escondió debajo de un arbusto y yo no cabía allí —
Kyung Soo pensó que aquel muchacho era extraño. Para cuando Yi Xing terminó de contar su historia, Min Seok y Jong In habían desaparecido escaleras abajo, corriendo con todas sus fuerzas hacia el comedor.
— ¡Aigoo! ¿Por qué corren de esa manera? ¿Habrán visto al Coco? —