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The Lost Family Shin por Labia

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Notas del fanfic:

Esta historia ya la habíamos publicado, pero debido a problemas, la debimos pausar y luego borrar. Ahora nuevamente estamos publicandola, esperamos que les guste. A quienes ya la habían leído, hay algunos cambios en la redacción y cosas que van pasando, pero son mínimos.

Notas del capitulo:

¡Sin más, esperamos que lo disfruten! <3

Kim MinSeok llegó a la estación King’s Cross justo quince minutos antes de las once, junto a su primo menor, Kim JunMyeon, y el novio de este último, Kim JongDae, quien, a pesar de llevar el apellido Kim, no es parte de la familia.

Todos ellos se dirigían hacia el andén nueve y tres cuartos, y llegaban tarde. JunMyeon apuraba a JongDae, a quien se le había trabado una rueda de su carrito y estaba a punto de sacar su varita para desengancharse.

—Niño bobo —exclamó MinSeok, al acercarse. Ayudó a empujar el carro, y ambos siguieron caminando.

Estaban a punto de llegar a la pared que llevaba al andén donde los esperaba el Expreso a Hogwarts, cuando algo, o más bien, alguien los detuvo. MinSeok observó a un chico de cabello rubio, que tocaba con gran insistencia una de las columnas entre los andenes nueve y diez.

—¿Zhan YiXing? —preguntó. El chico lo miró con una sonrisa—. Nuestro anden está unas columnas más adelante, ¿qué haces ahí? —Quien respondía al nombre de YiXing ladeó la cabeza.

—Es que siempre quise saber si había más trenes mágicos además del que lleva a Hogwarts.

—¡Minnie! ¡Apúrate! Faltan cinco minutos para que parta el tren —gritó JongDae desde más adelante. MinSeok murmuró algo que nadie escuchó, y el novio de su primo cayó fuertemente al piso.

—Vamos, YiXing. No quiero llegar tarde —los cuatro comenzaron a avanzar hasta cruzar la columna correcta.

Frente a ellos, se presentaba perfecto y majestuoso el Expreso a Hogwarts. El tren rojo que los llevaría a un nuevo año escolar.

Fue entonces que se separaron. JunMyeon se dirigió junto a JongDae a buscar un vagón. YiXing corrió hacia algún sitio, mientras que MinSeok comenzó a buscar a su amigo, Wu YiFan; lo encontró regañando a unos niños de primero, se saludaron con una sonrisa.

Tanto YiFan como MinSeok habían hecho una hermosa amistad desde que ambos se subieron al Expreso de Hogwarts en primer año, incluso, a pesar de estar en casas diferentes, seguían hablando en los pasillos o en el Gran Comedor. Ambos estaban en el equipo de Quidditch de sus casas y ambos eranPrefectos. La única diferencia que ambos tenían era su altura: YiFan era extremadamente alto, mientras que MinSeok podría pasar por uno de los de primero—una de las razones por las cuales fue elegido como Prefecto.

Ambos chicos comenzaron a hablar sobre su verano, cuando MinSeok sintió un pequeño escalofríos en su espalda, una pesada respiración sobre su cuello, que le hizo poner la piel de gallina, más un débil murmullo: “Baozi~”. YiFan tomó aire, tranquilizó su temperamento, y con la mayor paciencia del mundo—la cual le fue otorgada por su santa madre—, golpeó a un chico rubio de su edad sobre la cabeza, con un pergamino que tenía a mano.

—LuHan, te dije mil veces que dejaras de hacer eso. MinSeok no se siente bien si lo haces… ¿verdad? ¿MinSeok? ¿Te sientes bien? Estás demasiado pálido.

—Lo siento, Baozi. Te prometo que no lo volveré a hacer —comenzó a disculparse el chico, haciendo reverencias rápidamente. Pero MinSeok no le hacía caso, no. Él estaba mirando fijamente como su primo estaba demasiado cómodo sobre una de las puertas del tren, con su novio, besándose con demasiado entusiasmo.

—Estos dos me van a tener que escuchar. Demasiado con tener que soportarlo todo el verano —dijo murmurando, una vez se despertó del shock dado al verlos. Se acercó con paso decidido, mientras LuHan y YiFan lo observaban, el primero preocupado y el segundo divertido.

Así que mientras MinSeok golpeaba con insistencia a JunMyeon y JongDae, dos personas se apoyaron en cada hombro de LuHan. Byun BaekHyun y Park ChanYeol, ambos compañeros y amigos desde el primer año.

—En verdad pensé que el estar tanto tiempo juntos los iba a aburrir —mencionó BaekHyun.

—Yo te dije que a esos dos iban a necesitar más de un simple verano para saciarse —continuó ChanYeol. LuHan los miró y sonrió.

—¿Cómo está mi jugador estrella este año? —preguntó LuHan observando a ChanYeol. LuHan era el Capitán del equipo de Quidditch de su casa y Cazador, mientras que ChanYeol era Golpeador, uno de los mejores que había tenido el equipo hasta la actualidad.

—Podría estar mejor, tú sabes. No quisieron comprarme la nueva Nimbus 1700. Además convencí a Baek que este año podría estar en el equipo. Como Lee tuvo que dejar los aros, pensé que podría ser un excelente Guardián. —LuHan observó al chico que había nombrado ChanYeol. Bajo, flacucho.

—Podría ir mejor para Buscador… es demasiado… pequeño para ser Guardián.

—Juro que tiene unos reflejos de muerte —intentó convencerlo.

—Ya veremos.

MinSeok había terminado con su primo y se acercaba a ellos caminando furioso: “No puedo creer que lo hayan nombrado Prefecto, a él.” Decía entre dientes.

Un chico alto, con el cabello oscuro y grandes ojeras se acercó con la mirada en el suelo.

—¿Qué sucede, Tao? —preguntó YiFan con ternura.

—YiXing ge me dijo que te dijera que ya está en el tren y te espera. Dice que cuando te cambies te quiere mostrar algo especial que encontró durante su verano.

Entonces, el sonido del tren avisando que debía partir hizo que todos subieran. MinSeok, YiFan, JunMyeon y LuHan caminaron hacia el vagón de los Prefectos, y aunque este último no lo era, dijo que quería conocer las instalaciones de las que se perdía porque Dumbledore no le quiso dar demasiadas responsabilidades.

—No es que no le quieran dar responsabilidades, es que no puede ni consigo mismo. —Rió con fuerza JongDae, viendo que se alejaban los cuatro mayores—. Vamos, tengo un vagón para nosotros —mencionó a ChanYeok y BaekHyun, sus amigos y compañeros de travesuras en el colegio—. Si quieres puedes venir, ZiTao —le dijo al chico que anteriormente había hablado con YiFan, quien negó con la cabeza y corrió hacia el otro lado—. Que chico tan extraño… como sea. Baek, escuché que quieres entrar en el equipo este año. —Abrazó a su amigo por el hombro y comenzó a caminar.

 

Zhan YiXing estaba dentro de un vagón. Lo acompañaban dos chicos más pequeños que él. Oh SeHun y Kim JongIn. Este último era el hermano de MinSeok, pero pocos lo sabían, porque difícilmente se dirigían palabra dentro del colegio. Ninguno hablaba.

JongIn se sentía nervioso con ese chico frente a ellos. SeHun había sido su amigo desde que ingresó el año anterior, no podía negar que era algo extravagante, pero lo quería. Sin embargo, aquel chico nuevo tenía un aura extraña. Quizás fuera su mirada perdida o la forma extraña en la que movía los pies, pero le inquietaba algo en él. Vio que algo pasaba por la ventana de la puerta, se levantó con rapidez y salió del vagón.

SeHun, por otro lado, observaba sus cartas. Sabía que algo grande iba a ocurrir ese año. Lo sabía porque era un prodigio de la adivinación, veía el futuro con claridad.

—Seguro te va a querer —mencionó YiXing para romper el silencio.

—¿Tú amigo? Esto dice que le voy a gustar… pero esto otro que luego tendrá muchos celos y te prohibirá verme —dijo señalando las cartas.

—No digas ñoñerías. Vas a gustarle, sino no le voy a hablar nunca jamás. —SeHun hizo un pequeño mohín. No le gustaba que le dijeran que sus predicciones eran falsas.

 

—Señor, no puede entrar aquí. —El chico se quedó viendo al hombre mayor, parado al lado de la puerta del vagón de los Prefectos, mientras sus tres amigos pasaban. Intentó ver por la ventanilla, pero no pudo.

—Baozi~, ayúdame. Sé que me necesitas allí adentro. ¿Quién te ayudará a colocarte correctamente el uniforme? —golpeaba la puerta, casi llorando. El hombre lo observaba negando con la cabeza y recordando el año anterior, en el cual LuHan había paseado durante todo el viaje a Hogwarts por el pasillo, esperando a que MinSeok saliera.

—LuHan, ya es suficiente. Lo digo en serio. —YiFan había salido del vagón, y lo estaba amenazando con la varita. El más bajo gimoteó y lo miró a los ojos, suplicando—. Es en serio. Deja de acosarlo, simplemente no quiere que te acerques.

—No es cierto. Baozi me quiere mucho. Somos los mejores amigos. —Entonces, MinSeok salió del vagón, al sentirlo, YiFan escondió su varita.

—Vete —dijo, mirando a su mejor amigo. Este le hizo caso y se metió en el vagón nuevamente—. Tú, ven conmigo. —LuHan sonrió y comenzó a seguir a MinSeok por los pasillos del tren, quien buscaba algún lugar apartado en donde pudiesen hablar—. Entra aquí. —Ambos ingresaron en un vagón donde había un chico y una chica acostados sobre los asientos, besándose apasionadamente—. Ustedes dos. Está prohibido hacer eso. —Ambos amantes se miraron y luego al que habló, fijándose en su túnica y el broche de Prefecto que tenía en ella. Salieron rápidamente, dejando a LuHan y MinSeok solos.

LuHan estaba feliz, y lo hacía notar con una amplia sonrisa en su rostro, sin embargo, MinSeok estaba serio. Estuvieron en silencio por varios minutos.

—Baozi… yo…

—LuHan, te he dicho una y mil veces que no me molesta que me sigas, pero eso no significa que tengas que estar todo el tiempo pegado. —Lo miró con cariño—. Nosotros somos amigos, ¿verdad? Buenos amigos, pero necesitamos espacio. Tú por allí, yo por acá. Hablamos de vez en cuando…

—Pero… —A LuHan le daba pena admitir lo idiota que podía llegar a ser con sus relaciones sociales. Era el Capitán del equipo de Quidditch de su casa, pero se le hacía demasiado difícil acercarse a los demás. Era por eso que le gustaba estar con MinSeok, era el único lo suficientemente confiable como para hablar.

—Mira —dijo, cuándo LuHan dejó un silencio entre ambos y bajó la cabeza—, en verdad eres una buena persona, divertido, pero no puedes entrar al vagón de los Prefectos.

—MinSeok. Yo no sé con quién estar más que contigo. Me siento solo allá. —Señaló por la ventana—. No me gusta cómo me miran —susurró—, a veces pienso que dicen cosas horribles a mis espaldas.

—LuHan. Nadie habla mal de ti. Todos quieren ser tus amigos. Estás en sexto, deberías haberlo entendido hace tiempo. Lo único que quieren es acercarse a ti. ¿No te has visto en un espejo? Eres realmente he… —y ahí detuvo lo que iba diciendo, sin embargo, LuHan no llegó a entender lo último, y solo miraba sus manos, que se retorcían.

—Es porque veo mi reflejo que no quiero hacerlo… —suspiró—. MinSeok ah, ¿cuándo ves tú reflejo, te gusta lo que ves? —¿Qué clase de pregunta era esa?

—Sí.

—Entonces no deberías entenderlo —dicho esto, fue LuHan quien salió del vagón, sin agregar nada.

MinSeok quedó parado en medio de aquel vagón, buscando sentido a las palabras de LuHan. Era un chico muy extraño. Había sido la estrella de Quidditchen segundo año, consagrándose como unos de los mejores jugadores de Gryffindor. Durante ese mismo año, él mismo había ingresado en el equipo de su casa, y en el primer partido en el que se enfrentaron había golpeado a LuHan en la cabeza con una Bludger, no lo había llegado a lastimar seriamente, porque la señora Pomfrey estaba cerca. Desde entonces no había podido hacer que LuHan dejara de seguirlo.

Los siguientes años, LuHan se convirtió en su sombra. YiFan podía controlarlo, porque MinSeok se ponía demasiado incómodo con el chico cerca, pero a pesar de que al principio nadie lo quería en el grupo de amigos de MinSeok, lo fueron aceptando, de a poco se había ganado la confianza de ellos, aunque había veces, como aquella, en la que MinSeok simplemente no quería verlo.

LuHan tenía muchas—y muchos—admiradores dentro del colegio, MinSeok también, pero no tanto como el otro. Tenía una popularidad de la que pocos gozaban. Los profesores lo querían mucho, los alumnos lo querían mucho. Pero a él poco le importaba, siempre escapaba cuando se sentía demasiado acosado, y se dirigía a MinSeok. Eso era lo que MinSeok no entendía. ¿Por qué intentaba evitar todo eso?

 

ChanYeol y BaekHyun estaban jugando con una pluma, quien la dejaba caer primero perdía. Mientras tanto, JongDae leía El Profeta, el periódico de los magos.

La puerta de su vagón se abrió de golpe, dejando entrar al sonriente Capitán de su equipo de Quidditch. Los tres lo miraron sorprendidos. No era realmente curioso verlo con ellos, pero siempre querían saber porque se acercaba sin avisar.

—¿Qué hacen? —preguntó, sentándose, por no decir lanzándose, al lado de ChanYeol, quien dejó caer la pluma. BaekHyun comenzó a reír, y le pidió el dinero que le debía por la apuesta.

—No es justo, él lo provocó. Que te pague. —Señaló a LuHan, quien observaba a ambos con una mueca inocente.

—Hoy es el aniversario —dijo JongDae, cuando dio vuelta una página.

—¿Aniversario? ¿Qué aniversario? —preguntó BaekHyun, buscando entre sus cosas su bolsa de dinero, escuchaba a la señora del carrito a lo lejos, y quería comprar dulces.

—Cierto. El primero de septiembre —dijo LuHan, haciendo lo mismo.

—No lo sabrías, Baek. Hoy se cumplen diez años de la muerte de la familia Shin. ¿Recuerdas cuando te conté sobre los tiempos oscuros? —el chico asintió—. Bueno. Ellos eran una familia muy antigua en el mundo de la magia, así que encontrar muertos en su casa al único descendiente y su esposa fue una gran pérdida para nosotros. Es como…

—La Familia Real —dijo JongDae, para que BaekHyun entienda—. Como si la familia entera de algún duque fuera asesinada.

—Entonces, ¿se festeja o algo? —Tanto ChanYeol, como LuHan soltaron una carcajada. Ambos eran de familias de magos. Habían crecido en ese mundo, sin embargo, BaekHyun era hijo de muggles. No sabía absolutamente nada de la existencia de la magia hasta que llegó su carta a Hogwarts.

—No se burlen. Si yo les llegara a preguntar quién fue el emperador más importante de los últimos tiempos, no tendrían idea. —JongDae los reprendió. Él era hijo de madre muggle y padre mago, por lo tanto tenía conocimiento completo de ambos mundos.

—¿Hablas de Bonaparte, o Hittler? —dijo LuHan, todos lo miraron sorprendidos—. Yo también hago Estudios Muggles.

—Como sea —dijo ChanYeol, restándole importancia—. La cosa es que hubo mucha controversia con el asesinato. No piensan que haya sido elInnombrable, o alguno de sus seguidores, sino algún enemigo de la familia —comenzó a bajar la voz, haciendo que BaekHyun tuviese que acercarse para poder escuchar bien—. Dicen que quien sea que haya querido terminar con esa familia, dejó un miembro vivo.

—Por favor, ChanYeol, no me digas que te crees esas estúpidas historias. La pareja Shin no tenía hijos. Eso lo sabían todos —interrumpió LuHan—. Cuando buscaron en la casa no había nadie. No se escucharon gritos de niños. Ningún vecino habló de que tuviesen descendencia.

—Eso es lo que piensa la mayoría. Es lo que ellos querían.

—¿Estás insinuando que el niño ahora vive solo en el bosque? —JongDae se rió—. Si escapó, no tenía sitio al cual ir. Deja de decir cosas estúpidas. El Profeta sacó una nota, hablan de lo sucedido y brindan memorias sobre la familia, quienes los conocían…

—No hay un bebé Shin —terminó LuHan, quien vio asomarse el carrito con los dulces, y se levantó para comprar aproximadamente media docena dePasteles de Caldero. BaekHyun, por otro lado, compró Varitas de Regaliz y un par de Caramelos Ácidos. Los otros dos no compraron nada—. No puedo creer que puedas comer eso. —Señaló el caramelo que el chico estaba por meter en su boca.

—No puedo creer que tú no. Son deliciosos, ¿quieren? —ofreció a ChanYeol y JongDae, que negaron fuertemente. Los Caramelos Ácidos eran realmente fuertes, pocos podían comerlos y soportarlos.

Siguieron hablando de temas irrelevantes, mientras llegaban al Colegio Hogwarts. Por la ventanilla comenzaba a verse como atardecía, así que los cuatro chicos decidieron cambiarse.

 

YiFan había encontrado a YiXing en un vagón, junto a un chico de segundo año, luego de terminar su ronda. Encontró muy curiosa, la forma en que ambos hablaban, en voz muy baja, como si nadie tuviese que enterarse de su conversación.

YiXing se levantó, apenas vio al Prefecto entrar, y lo abrazó con cariño, recibiendo lo mismo del otro. Sin embargo, el chico se mantenía sentado, con el rostro serio y la mirada dirigida a los ojos de YiFan. Despreocupadamente, el mediano en edad hizo sentar al mayor a su lado, quedando ambos frente al otro.

Se presentaron formalmente. YiFan debía admitir que la sorpresa que su amigo de la infancia le tenía, no era precisamente lo que esperaba. Más bien pensaba que era algo, y no alguien, sin embargo, no dijo nada. El chico parecía agradable, aunque no hablara o expresara demasiado con su rostro, le hacía acordar un poco a sí mismo años atrás, incluso pudo sonsacarle que quería ingresar en el equipo de Quidditch como Cazador, su misma posición.

—SeHun es un genio en Adivinación. Realmente es muy bueno, lo lleva en la sangre —decía YiXing. Se veía demasiado emocionado con el nuevo amigo que había hecho durante sus vacaciones de verano. Ese año había viajado con su padre, y lo había conocido, cuando supo que también asistía a Hogwartsno quiso separarse de él.

—No es tan así, hyung —decía humildemente, sin embargo se podía ver en sus ojos claramente un pequeño brillo de orgullo.

Hablaron hasta que el tren llegó a la Estación de Hogsmeade, donde YiFan tuvo que despedirse para cumplir con su papel de Prefecto.

KyunSoo y JongIn se subieron a la misma carreta que YiXing y SeHun. Mientras los más jóvenes hablaban entre ellos como si fuesen niños de primaria, los otros dos se miraban desconfiados. Pero no podía ser de otra forma. KyunSoo tenía una reputación en el colegio, nadie se acercaba a él, poco le importaba, pero le daba algunos momentos incómodos, como ese.

 

—¡Adoro los caballos! —exclamó LuHan cuando su carreta se acercaba a ellos.

 

—Siempre dice lo mismo, no entiendo donde rayos ve los caballos alados —murmuró ChanYeol a JongDae y BaekHyun, que reían por lo bajo. Los cuatro subieron a la carreta, y siguieron bromeando.

 

LuHan fue el primero en bajar, demasiado ansioso por encontrar un rostro redondo y familiar. Lo localizó a un par de metros a su izquierda, dando órdenes por doquier y reprochando a todos los que pudiera dar alcance.

 

—¡Oye, no corras! ¡Ten cuidado con los de segundo año, ChanYeol! No es su culpa que seas tan monstruosamente alto. Hola, LuHan. —Saludó con un tímido asentimiento a su amigo antes de seguir propagando exclamaciones, que la mayoría ignoraba.

 

—Baozi, nos sentaremos juntos durante la Selección, ¿verdad? —sugirió esperanzado.

 

MinSeok miró extrañado al más alto. Hacía aproximadamente medio día habían tenido una pequeña discusión donde el verdadero afectado parecía LuHan. Él no solía enojarse con su amigo, de hecho era quien tenía la culpa de la mayoría de sus conflictos, por un acoso demasiado entrometido o un griterío que colmaba el punto de paciencia del mayor. Al ver que LuHan actuaba como si nada hubiese pasado, decidió comportarse del mismo modo. Quizá no hubiese sido una pelea en verdad como el suponía.

 

—Sabes que no. —Sonrió como disculpándose—. Al menos no por ésta noche.

 

—Pero… ¡MinSeok! —Y siguió quejándose incluso cuando entraron en el Vestíbulo, decorado con antorchas que iluminaban la sala—. Me lo prometiste en la última carta del verano. ¡Lo prometiste!

 

—No, yo te prometí que estaríamos juntos más seguido este año cada vez que tuviéramos la oportunidad —aclaró, sin dejar de observar su entorno—. Y yo no tengo esa oportunidad de sentarme con quien se me plazca durante la Selección, siendo Prefecto de Ravenclaw, la verdad —agregó contrariado.

 

—Vamos, LuHan —intervino repentinamente JongDae, quien detrás tenía a ChanYeol y a BaekHyun—. Apresurémonos, me estoy muriendo de hambre. —Eran los últimos en entrar al lugar, aparentemente sus compañeros ya estaban en sus respectivas mesas.

 

Los cuatro se adentraron en el Gran Comedor, mientras volvían a hablar sobre el verano y sobre algún que otro partido de Quidditch donde hubiese destacado una maniobra de un notable Buscador o sobre los veloces Cazadores de la última temporada de la Eurocopa.

 

En el techo de la sala, había un hermoso cielo estrellado, que siempre se ganaba la admiración de varios. Frente a ellos se extendía una mesa larguísima, y a su lado otras tres exactamente iguales. En la primera llegaron a ver a YiFan palmeando la espalda de un chico de tercer año que le había hablado antes de que subieran al tren, Huang ZiTao —“Tiene unas ojeras que se parecen a las de un panda, ¿verdad?” comentó BaekHyun—, quien a su vez estaba sentado al lado de un silencioso y tranquilo Kim JongIn. Aquella era la mesa de Slytherin, y varios alumnos de allí empezaron a cuchichear al ver llegar a sus enemigos.

 

—No les hagan caso —dijo BaekHyun, sin alterarse—. Están envidiosos porque el año pasado los derrotamos en Quidditch —finalizó orgullosamente. Sus amigos le dieron la razón.

 

La segunda mesa era de Hufflepuff, en donde contaban con varias amistades. Realmente los de aquella casa eran amables, y raramente tenían una disputa con sus amigos. Kim JunMyeon le lanzó un guiño a JongDae, y éste sonrió entre feliz y avergonzado, devolviéndole el gesto. Zhang YiXing levantó la cabeza para saludarlos al verlos pasar, a su lado se encontraba Oh SeHun, quien enfrascado en su propio mundo no los vio—“Ese chico me da miedo, es demasiado extraño,” habló ChanYeol entre susurros.

 

La siguiente mesa era de Ravenclaw, repleta de alumnos quienes, si bien no eran malos con ellos, no solían dirigirles mucho la palabra. Pero había excepciones, como MinSeok que se llevaba muy bien con JongDae, ChanYeol, BaekHyun y LuHan. Los tres primeros advirtieron la forma en que este último no dejaba de mirar al mayor.

 

La última mesa era la de ellos, de Gryffindor, donde se oyeron varios gritos de júbilo al reconocer a los causantes de la victoria de su equipo durante al año anterior. Saludaron rápidamente a sus conocidos y se sentaron esperando a que los alumnos de primer año desfilaran por la entrada.

 

Mientras aguardaban a los demás, ChanYeol se puso a examinar la mesa de los profesores, que estaba al final del salón, junto al Sombrero Seleccionador. Si la vista no lo engañaba, el asiento del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras estaba ocupada por Park JungSoo, un agradable y sonriente profesor que siempre los hacía reír y apenas llevaba un año en el colegio. Era el profesor favorito de la mayoría, pero ChanYeol seguía prefiriendo la clase de Transformación, dictada por la profesora Minerva McGonagall, quien en ese momento estaba fuera, con los alumnos ingresantes de primer año.

 

A su lado estaba Dumbledore, el director del colegio. El chico pensaba—y la mayoría de los alumnos— que su actitud no concordaba con su edad—. Y realmente era así, el profesor Dumbledore podía ser tan poderoso como infantil y tan extraño como increíble. Su extremadamente larga barba de un poco más de medio metro seguía intacta.

 

No pudo seguir haciendo observaciones, porque el sonido de la puerta principal chirreando se oyó, y por allí caminaron niños ridículamente pequeños, o quizá sólo para alguien como ChanYeol.

 

La mayoría lucía aterrorizada, sin saber lo que realmente se avecinaba. Sólo un par de chicos lucían despreocupados, probablemente ya sabían en qué consistía la Ceremonia. ChanYeol se emocionó al pensar que el año siguiente su pequeña y hermosa hermana sería parte de ese grupo.

 

Entonces todos miraron expectantes al Sombrero Seleccionador, esperando una nueva canción, que no tardó en entonar.

 


He vivido muchos años ya

 

En este magnífico castillo

 

Oh, gran y poderoso Hogwarts

 

Lo conozco como a la punta de mi cabeza

 

He conocido a cientos de fantasmas

 

A generaciones de familias y celebridades

 

A cada uno de los admirables profesores

 

Sé cada oculto secreto de éste lugar

 

Todos los pasadizos escondidos y cada infinita escalera

 

Oh, maravilloso y enorme Hogwarts

 

¿Qué enigma me traes este año?

 

Sin embargo, también he conocido a cuatro magos

 

Que estaban unidos por una gran amistad

 

Y la misma conllevó a formar este histórico colegio

 

La ingeniosa Rowena Ravenclaw destacaba por su inteligencia y belleza

 

La fiel Helga Hufflepuff por su honestidad y nobleza

 

El poderoso Salazar Slytherin por su ambición y maldad

 

Y el temible Godric Gryffindor por su valentía y lealtad

 

Los cuatro no lograron permanecer hasta los confines

 

Pues las disputas no se hicieron tardar

 

Rowena sólo aceptaba a quienes ansiaban aprender

 

Helga deseaba la unión y aceptación de todos

 

Salazar quería enseñar a los ambiciosos de poder

 

Godric añoraba educar a los valientes de corazón

 

Y por lo tanto, se ha creado esta noción

 

Cada año los he ido seleccionando

 

Por sus facultades y habilidades

 

Y aunque nuestra canción termine aquí

 

La historia no finaliza allí

 

Pues el día de hoy se sigue escribiendo

 

Oh, asombroso y estupendo Hogwarts

 

¿Este año será aún mejor que mis canciones?

 

Los aplausos resonaron por todo el Gran Comedor, mientras los estudiantes intercambiaban sus opiniones sobre la canción. La profesora McGonagall se paró al costado del Sombrero Seleccionador y desenrolló un pergamino con los nombres de los estudiantes de primero.

 

—Ahn, SoHee.

 

Una chica menuda y de rostro adorable avanzó por el pasillo hasta el taburete vacío. LuHan sintió que tenía un gran parecido con alguien, pero no lograba recordar quién.

 

—¡Es exactamente igual a MinSeok! —exclamó con voz queda JongDae. LuHan abrió los ojos impresionado. En efecto, la niña compartía muchos rasgos parecidos con el mayor. ¿Serían hermanos? MinSeok nunca le había mencionado que tuviera una hermana pequeña.

 

—¡RAVENCLAW!

 

La mesa donde los alumnos tenían una escarapela azul soltaron un gran “clap, clap”, y un par de chicos golpearon el suelo con los pies, sin dejar de armar alboroto.

 

Para tremendo disgusto de LuHan, la niña corrió a un lugar que le ofrecían. Justo al lado de MinSeok, quien gustosamente se corría para cederle asiento. El rubio observó que a su otro lado había un chico, de quien antes no se había percatado, pero si mal no recordaba se llamaba Do KyungSoo.

 

—Choi, MinHo.

 

Un niño de ojos enormes imitó el camino de SoHee, se sentó con expresión de confianza y el Sombrero ni acababa de apoyarse sobre su cabeza cuando gritó: —¡GRYFFINDOR!

 

Los cuatro amigos y toda la mesa corearon festejos, intentando hacer más ruido que las demás mesas, como si fuese una especie de competencia.

 

Continuaron así, hasta que el último alumno quedó en Slytherin. Dumbledore se levantó de su asiento y examinó el lugar con sus amables ojos. Los estudiantes callaron de inmediato, había cierto poder en su mirada que hacía que nadie se atreviese a contradecirlo, a pesar de que el anciano no hubiese hablado aún.

 

—¡Sean bienvenidos! —comenzó, con una gran sonrisa—. ¡A Hogwarts, Colegio de Magia y Hechicería! Feliz comienzo para los nuevos estudiantes, y para los que no, espero que tengan otro buen año. Varitas que se mueven, creando tortas de manzana… ¡A comer se ha dicho!

 

Los alumnos vociferaron un “¡Bravo!” acompañado de risas. Algunos nuevos estudiantes miraban incrédulos al director, pero no reclamaron y se fijaron en la comida.

 

En las mesas, una cantidad inmensa de comida apareció con un chasquido. Carne asada, tocino, pollo, pescado, chuletas de ternera y cerdo, papas fritas, papas asadas, papas hervidas, pasteles, jugo de calabaza, cerveza de mantequilla, huevo frito, queso ahumado, tortilla, bombones de vainilla, menta y chocolate. Toda la variedad de comida estaba presente en aquellas mesas, y los estudiantes no tardaron en lanzarse a comer.

 

Todos hablaron y comieron como si no hubiera mañana, y cuando llegaron a su límite y sólo quedó hablar, los platos desaparecieron para dar paso a los postres. Nadie se creía capaz de dar un bocado más, pero ni bien vieron las delicias cambiaron de parecer al instante.

 

Ni bien finalizaron de comer, Dumbledore advirtió a los de primer año (“y a los que no recordaban las reglas”, agregó, mirando a ciertas personas, quienes solo rieron por lo bajo) que había algunos lugares donde el acceso estaba prohibido, como el bosque. También mencionó que hacer magia en los pasillos no estaba permitido, recordatorio de Filch, el celador. Y que las pruebas de selección para Quidditch comenzaban en la segunda semana del trimestre. Al final, dio órdenes para que se marcharan a sus salas comunes y la profesora McGonagall dirigió a los chicos de primero con sus Prefectos correspondientes.

 

—¡Por aquí, por aquí! ¡Los alumnos de primer año de Ravenclaw vengan conmigo! —se oyó la voz de MinSeok por encima del jaleo, junto a otra chica de pelo rojo.

 

—¡Los de Slytherin, por favor, acompáñenme! —decía YiFan. A su lado también intentaba hacerse escuchar Victoria Song, la otra Prefecta de Slytherin.

 

JunMyeon hacía lo mismo con los estudiantes de Hufflepuff, junto a una chica que JongDae jamás había visto pero ahora tenía en punto de mira, sólo por si tocaba más de lo necesario a su novio.

 

La Prefecta de Gryffindor, Park Sandara, era una chica menuda y guapa con una bonita sonrisa. No era un secreto que a ChanYeol le gustaba, tampoco lo era que BaekHyun miraba muy atentamente a dónde se dirigían los ojos de su mejor amigo. Iba al mismo curso que LuHan, quien a menudo era acosado por ChanYeol para que buscara la oportunidad de presentarlos.

 

—¡Los estudiantes de Gyffindor, vengan con nosotros! —gritaba, junto a un chico con rostro hermoso cuyo nombre era Lee SungMin. De pronto reparó en LuHan, su compañero, y al ver a sus amigos dijo: —Hola, ChanYeol —exclamó alegremente sonriendo de oreja a oreja. El nombrado tartamudeó un saludo de vuelta—. Ah, hola chicos —agregó como si no hubiese visto a los demás anteriormente—. Espero que tengan un buen año.

 

—Gracias… —contestó con un sonrojo el más alto de todos.

 

La chica lo miró un par de segundos con intensidad, para horror de BaekHyun. Abrió la boca para decir algo más, pero un alumno de primer año la empujó y recordando su obligación se despidió a prisa de los chicos, sin esperar una respuesta.

 

—Me… me habló —balbuceó ChanYeol, atontado.

 

JongDae negó con la cabeza sin poder creerlo, BaekHyun apretó los puños fuera de la vista de los demás, mientras que LuHan, sin dar detalle a todo eso, se puso a felicitar y a animar a su amigo.

 

Los amigos subieron por la interminable escalera, llegaron al retrato de la Señora Gorda y le dieron la contraseña—Píldoras ácidas. No dijeron mucho más, fueron a sus habitaciones correspondientes, cambiaron su ropa por el piyama y se dispusieron a dormir.

 

Notas finales:

Eso es todo, todos los capítulos son bastante largos, así que estaremos actualizando una vez a la semana. Esperamos que les haya gustado y que nos dejen saber sus opiniones :)) ♥

Más adelante vamos a ir agregando los perfiles de los doce, ya que aunque el fic puede leerlo cualquiera que haya leído el libro de Harry Potter como el que no, se podrían formar dudas, así que queremos aclararlas a todas :) 

También se está publicando en nuestro livejournal, y pueden seguirnos en facebook. Nos vemos la próxima!! <33


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