Me levante sudado, ya había amanecido, mi alarma sonó asustándome, no había podido dormir muy bien.
-Mierda- susurre cogiendo mi cuello, sentí algo áspero en mi cuello, me acerque a un espejo asustado, tenía una línea de sangre ya seca que bajaba hasta mi pecho, nada había sido un sueño, me habían atacado en la noche.
-Shion, ¿ya estas despierto?- dijo Nezumi entrando en mi habitación, tape mi cuello sorprendido, él me miro sin decir nada, se acercó a mi lentamente mientras yo retrocedía.
-Ya voy- dije sonriendo nerviosamente, él me acorralo hasta la pared, con fuerza quito mi mano de mi cuello, observo detenidamente.
-Y bien ¿Me vas a decir cómo es que te hiciste eso?
-Es demasiado vergonzoso.
-¿Por qué?
-Porque me raye con tu mesita de noche.
-¿Cuándo será el día que aprenderás a mentir, Shion?- dijo él llevándome hasta la cama, saco un botiquín, saco alcohol y algodón, limpio la sangre que tenía, de nuevo mi herida empezaba a sangrar.
-Está sangrando de nuevo- dije cogiendo un algodón, él se acercó, con una de sus manos agarro mis cabellos con fuerza, me jalo hacia él.
-Solo tienes que detener el sangrado y ya está- susurro en mi oído, chupo esa zona, quería gemir pero me contuve, me empezaba a calentar.
-Nezumi- dije casi en un gemido, él se apartó de mí.
-Lo vez, dejo de sangrar- dijo saliendo de la habitación, sali tras de él, necesito ir a casa a ducharme y cambiarme de ropa, esta huele a alcohol.
-¿Qué tal tu sueño? ¿Tuviste muchas pesadillas querido Shion?- pregunto ella sonriendo, la sangre me hervía, tenía que ser ella la culpable de mi herida, no sabía que me había hecho para mantenerme quieto, pero lo tenía que descubrir, fuera como fuera.
-Sí, un sueño excelente- dije caminando hacia la salida y mostrándole la marca que Nezumi había dejado, ella se puso roja de la rabia volteando a mirar a Nezumi, él solo sonrió lambiendo su labio inferior, acción me excitaba.
-Maldito-susurro ella.
-Adiós, nos vemos después- dije saliendo de su casa.
<<Supongo que me debí ver muy bien diciendo eso, pero en realidad me siento muy apenado, no puedo creer que le allá mostrado eso>>pensé sonrojándome por completo, subí hasta mi casa, entre sin hacer ruido.
-Shion ¿Qué hacías ayer?- dijo mamá deteniéndome.
-Mamá, es que fui a tomar unas copas con un compañero de trabajo, lo siento tanto.
-Me alegra que salgas de vez en cuando, pero por favor avísame, me tenías muy preocupada.
-Lo siento, no va a volver a pasar, lo prometo.
-Vale, ve y arréglate hoy tienes que ir a trabajar- dijo ella volviendo a entrar en la cocina, yo subí hasta mi cuarto metiéndome en la ducha, al agua caía recorriendo cada parte de mi cuello, toque suavemente la marca que Nezumi me había dejado, tenía el pecho tan oprimido que sentía que pronto dejaría de respirar, mis latidos acelerados no se calmaban, ni aunque yo se los ordenara, no podía parar de enamorarme de él, tenía la pequeña esperanza de que él me amara, pero es tan diminuta que a veces no sé si eso podría suceder, tengo miedo de lo que el piense de mí, pero me desespero cuando él actúa de otra forma.
<< ¿Por qué me besaste ayer, Nezumi? ¿Por qué?>> pensé, las lágrimas salían de mis ojos sin detenerse, no sabía que pensar, me estaba volviendo loco.
-Te amo, te amo, te amo- grite cogiendo mis cabellos, cerré la ducha saliendo de esta, seque mi cuerpo poniéndome la toalla alrededor de mis cadera, me mire al espejo, no tenía nada de especial, lo único era mi extraño cabello, nada más.
Sali del baño caris bajo, no tenía ganas de ir a trabajar, me dolía la cabeza y tenía la garganta reseca, me acerque a un cajón de mi mesa de noche, de donde saque una pastilla, la tome pasándola con agua, deje el vaso encima de esta.
-Jamás me imagine el día en que el niño bueno de Shion tendría síntomas de guayabo- rio Nezumi entrando en mi cuarto por la ventana, lo mire sonrojándome.
-Espero que disfrutes con mi sufrimiento- dije mirándolo, mis latidos se empezaban acelerar, me sentía tan apenado.
-No sabes cuánto- se echó a reír
-Yo no le veo la parte graciosa.
-Yo sí, pero bueno ¿Cómo vas a ir a tu trabajo con resaca?
-No lo sé, algo me inventare- dije sacando mi traje, lo puse encima de la cama.
-Has cambiado un poco Shion.
-¿De qué hablas?
-Bueno, cada día me sorprendes más.
-¿Por qué lo dices?
-Eres tan inocente, pero ayer fuiste capas de traicionar a tu amante por mí, no sabía que el alcohol te ponía con ese humor.
-Nezumi yo no tengo amante.
-¿Entonces el chico de ayer que es?