-Buenos dias- dije entrando en la cocina, allí ya se encontraba Nezumi junto a mi madre, detrás mío llego Kazumi.
-Buenos dias- contestaron ellos dos, mi mamá se veía realmente feliz junto a Nezumi, él tambien sonreía.
-Siéntensen- dijo mi mamá mostrándonos los asientos, Kazumi se hizo al pie de Nezumi, la mire de reojo sintiendo una espina en mi corazón, una sensación que hacia mucho no sentía, mi mamá sirvió el desayuno de cada uno, se sento junto a mi, los pequeños ratones chillaron en el suelo.
-Se me olvidaban ustedes- dijo ella dándoles a cada uno un trozo de pan, acaricio el cabello de Crabat.
-Te extrañaban- dijo Nezumi mirándome.
-Yo igual- sonreí empezando a comer mi desayuno. Me levante llevando mi plato al fregadero, de allí fui hasta mi habitación, me vesti para un dia de oficina.
-¡Que elegante! Jamás creí verte así- dijo Nezumi acercándoseme, lo mire pasando saliva, en serio me gustaba, senti mi corazón acelerarse.
-Asi soy normalmente.
-Mentiroso, ataste mal tu corbata- dijo tomándola, desarmo el nudo, senti una leve corriente bajar por mi medula espinal, hizo el nudo completamente perfecto, me miro congelándome, la única acción que acerté hacer fue morder mi labio, él paso saliva.
-No hagas eso, no sabes que quiero hacer- dijo con un tono de lascividad en su voz, podía ser eso, o solo me lo imaginaba. Con sus dedos solto mi labio, acaricio mi mejilla acercándose.
-Nezumi ¿Qué vamos hacer hoy? – pregunto Kazumi interrumpiéndonos, me sonroje apartándome, ¿qué estaba a punto de hacer?
-A conseguir dinero- dijo Nezumi acercándose a ella.
-Me voy adiós- dije saliendo de mi casa, me sentía tan feliz y horrible a la vez, esa espina se intensificaba cada vez mas, senti mis piernas tambalearse, tome bocanadas de aire.
-Gracias por volver, Nezumi- dije entrando en el departamento de recursos humanos.
-Miembro Shion- dijo un hombre parado enfrente mio, levante mi vista observándolo.
-¿Si?
-Tenemos ciertos lios.
-Cuénteme.
-No es algo confirmado, pero al parecer hay personas inconformes con que el señor Yoming haya quedado preso.
-Les has mostrado las pruebas de sus robos.
-No señor, un no sabemos quiénes son.
-Ya veo, gracias- conteste, sentí una espina que me advertía que nada bueno vendría de esto, por un leve momento senti miedo.
-Muy bien, me retiro- dijo el hombre yéndose, mire hacia el oscuro cielo de ese dia, era hora de que volviera, me levante y cogi mi abrigo saliendo.
-Estoy en casa- dije entrando, quiete mis zapatos yendo a la sala.
-Bienvenido príncipe- contesto Nezumi con una sonrisa jugueteando en su rostro, era simplemente hermoso, me sonroje agachando la cabeza.
-No soy un príncipe.
-Perdona, lo olvide, no recordaba que habías subido de cardo, majestad- rio haciéndome sonrojar mas de lo que estaba, me acerque sentándome junto a él.
-¿En dónde esta mamá?- pregunte cambiando bruscamente de tema
-Se fue con Kazumi por algo para la comida de mañana.
-Ya veo, ¿cómo te fue hoy?
-Demasiado bien, es buen pago el teatro en esta ciudad, hoy tengo una función por la noche.
-¿En serio? Quiero ir a verla.
-No.
-¿Por qué no?
-Mañana madrugas.
-¿Vas a ir con Kazumi?- pregunte frustrado, me molestaba que no me dejara ir a sus funciones.
-Si.
-¿Estas seguro que vas a ir a trabajar?- pregunte levantándome, me sentía tan enojado.
-Si ¿Qué intestas insinuarme?
-Nada- conteste yendo hacia la cocina, me sentía celoso, no quería que esa mujer estuviera cerca de Nezumi, y menos una noche solos.
-Aun sigues siendo tan fácil de leer- dijo él entrando de igual manera.
-No se dé que hablas- dije apretando mis labios
-Me vas a negar que estabas celoso- rio, me voltee lleno de rabia acercándome a él.
-Callate- grite abalanzándome, él me barrio con un movimiento delicado, cai al suelo sintiendo el peso de Nezumi encima mio, cogió un cuchara y me la acerco al cuello, igual que la primera vez que me inmovilizo.
-De nuevo te lo dijo, si esto fuera un cuchillo estarías muerto- dijo pasando el borde de la cuchara por mi cuello, lo mire fijamente, sus ojos grises me llenaban de una alegría y deseo que no había experimentado con nadie que no fuera él, pase saliva.
-Nezumi, tu has sido el único que has perdido, no puedo detenerme- dije cogiendo su cuello, me acerque a él, deseaba besarlo.
-Estamos en casa- grito Kazumi desde la entrada, me separe de Nezumi, no había podido hacer nada, sentí rabia por Kazumi, mire de reojo a Nezumi, me levante un poco nervioso.
-¿Qué es lo que ibas hacer?- pregunto Nezumi asesinándome con su gélida mirada.
-Yo…Nada- tartamudee.
-Mentiroso- susurro, fui hasta la sala, por esa noche no hablamos, él se fue con Kazumi dejándome solo con mi mamá, después de un tiempo subi a mi habitación encerrándome, me cambie y me acosté sintiéndome realmente pesado ¿Qué iba hacer?
-Nezumi- susurre cerrando mis ojos.
-Shion- senti su aliento en mi oído, pronto senti sus tibias manos deslizarse por mi pecho y su lengua recorrer mi cuello.
-¿Nezumi?- pregunte sintiendo sus caricias.