3 dias después
Las luces de la sala se colaron por una ventana llegando directamente a mis ojos, los tape con mi mano sin lograr taparlas pro completo, me levante sintiéndome pesado era como si mi cuerpo fuera de plomo, me vesti para el nuevo dia en el comité.
-No quiero ir- susurre llendo hacia la cocina.
-Shion te levantaste temprano ¿Tienes algo importante que hacer?- dijo mamá mientras me volteaba a mirar, estaba haciendo el desayuno, me sente en la silla observándola.
-No es algo muy importante.
-Ya veo- dijo ella sirviéndome el desayuno, empece a comer este.
-Delicioso- dije, ella me volteo a mirar emocionada, acaricio mi mejilla y se sirvió el de ella, se sento al pie mio.
-Hoy voy a ir a la plaza ¿Quieres que te traiga algo?
-No, ¿vas a ir al bloque oeste?
-Si, ya sabes que todo es mas barato y de mejor sabor, no son de una presentación muy buena, pero saben bien.
-Tienes razón.
-Creo que tambien comprare algo de masa, asi que cerrare por hoy la panadería.
-Vale, gracias- dije levantándome, cogi el maletín, ella de igual manera se le levanto besando mis cabellos.
-Que te vaya bien- dijo ella sonriendo, bese su mejilla saliendo de la casa, estaba haciendo frio.
El dia habia pasado rápido, habia hecho el trabajo normalmente, como todos los días, NO.6 no era la mejor de las ciudades, pero se estaba empezando a reorganizar, alce mi vista al cielo nublado, pronto llovería, senti una presión en mi pecho, pesadamente camine por las calles de NO.6 hasta llegar al límite de la que antes era la ciudad, mire el bloque oeste que se extendía por el horizonte, todos los recuerdos vinieron a mi mente.
Fui hasta el lugar en el que solia vivir con Nezumi, en un viejo y anticuado espacio que antes pertenecía a una especie de biblioteca, me acerque lentamente, predeterminando mis pasos, suspire entrando al subterráneo, baje las escaleras pasando por el pasillo, me acerque al cuarto que compartíamos, una tristeza indescriptible se apodero de mi cuerpo, sentía mis fuerzas desfallecer, abri la puerta lentamente, un fuerte viento rozo mi rostro sacudiendo mis cabellos, cerré mis ojos impidiendo que algún polvo se metiera en ellos.
-Bienvenido, has tardado en venir, te he estado esperando-dijo Nezumi con su filosa voz, abri mis ojos sorprendido, esperando verlo, pero no estaba allí, solo habia sido una broma cruel de mi inconsciente, senti el desboronarme tan dolorosa y lentamente, pronto se me hizo difícil respirar, cai al suelo llorando, no soportaba tanta soledad, era verdad lo que una vez me habia dicho Nezumi, yo no era amable, solo escogía bien mis palabras para no sentir dolor, no estaba siendo sincero y ahora estaba pagando mi error.
-Nezumi-grite golpeando el suelo, observe el lugar que tenia cierto olor nostálgico, los miles de libros que se acumulaban en todo el lugar, cada una de sus obras que tarde en limpiar, la cama en donde solíamos dormir, el mueble e incluso donde cocinábamos nuestra comida, recordé eso tan pesadamente.
Sali del lugar yendo hacia mi casa, al entrar mi mamá se encontraba en la sala me acerque a esta, ella veía las noticias.
-El próximo 7 de septiembre se avisa a los habitantes de la ciudad que va haber un fuerte tifón, por favor tener cuidado en su regreso a casa- dijo la presentadora, asi que nuevo habría un tifón, hacia mucho que no sucedia uno.
-Quiero que ese dia vuelvas temprano a casa Shion- dijo mamá volteándome a mirar.
-Lo se, no debo preocuparte.
-Ese es mi hijo- contesto sonriendo.
Cuatro días después
Después de mi trabajo me dirigí hacia casa, ese dia era nostálgico, después de todo me acordaba el dia en que nos conocimos, el dia en que por fin pude ser libre, de nuevo estaba oscuro y con viento.
La casa estaba a oscuras algo que me extraño, abri la puerta, algo no se sentía bien.
-Estoy en casa- dije entrando, sentí un cosquilleo que subió por todo mi cuerpo, sentí un peso en mi hombro, pase saliva.
-Feliz cumpleaños Shion, es un día igual a la primera vez ¿Lo recuerdas?- dijo una voz gélida, cortante, engatusadora y fría, una voz que reconocí al instante.
-Nezumi- dije estirando mi mano hacia mi hombro, sentí el suave roce de un cabello, seguramente se trataba de uno de sus robots.