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Evidencias.... por Anttara

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de su autora y yo sólo los utilizo para fines recreativos, sin lucro alguno.

Notas del capitulo:

Buenas tardes, les traigo un nuevo fic. Ya lo había subido ayer pero no sé porque la página lo borró.


En fin... 

 

Cierto día en la residencia Usami, se encontraba un castaño de ojos grandes y expresivos lavando los platos de la comida principal en el fregadero.

Ese día no había tenido clases y en su trabajo las cosas habían estado bastantes relajadas como  para darle la mitad de la tarde.

Por su parte, Usagi-san no tenía trabajo pendiente (o eso creía el castaño) pues estaba recostado sobre Suzuki-san en el sillón principal de la estancia mientras leía tranquilo un libro y observaba de reojo, sin  que se percatará, a su niño.

Todo estaba demasiado tranquilo, la casa ya estaba limpia, su tarea hecha y todo en orden, hasta que el sonido del timbre rompió con la armonía del momento.

Sin inmutarse por tal acción, el universitario corrió a abrir la puerta mientras el escritor continuaba con su libro. De inmediato pensó que era Aikawa-san que visitaba al escritor por una entrega y había perdido sus llaves; mas no reconoció a la persona en la entrada.

-¿Disculpe es aquí la Residencia de Akihiko Usami?- Preguntó una hermosa mujer de apariencia joven, grandes ojos azules y cabello negro, perfectamente maquillada y vestida elegantemente. ¡Una artista de cine!

-Si ¿Puedo ayudarle en algo?-

-¡Que gusto! ¡Pensé que me había perdido de nuevo! ¿Podría decirle que Mina-san viene a verlo?-

-Por supuesto- Con una gran sonrisa, el menor correspondió la indicación ¡Era tan raro que el novelista tuviera visitas y menos de mujeres atractivas como elegantes! Sin embargo, al decirle el nombre indicado, su casero de inmediato abrió con susto sus ojos y palideció como nunca antes lo había hecho.

-¡¿Quién está aquí?!-

-Una señorita llamada Mina-san, viene a verte… ¿Es una amiga?-

-No, para nada-

Rápidamente dejó su lectura y se levantó del sillón para corroborar lo que escuchaban sus oídos. Más al llegar a la puerta pudo comprobar lo que su niño le decía…

-¿Qué haces tú aquí?- Con tono serio mencionó el escritor, al ver a la mujer.

-Vengo a visitarte por supuesto ¿Ya no quieres verme? ¡Qué cruel eres!- 

-¿Cómo encontraste mi departamento?-

-¿Acaso eres tonto? ¡Eres un famoso escritor! No es complicado encontrar tu casa y Ryuichiro-chan me lo dijo… ¿Me vas a tener todo en día en la entrada?-

Con un gesto serio el mayor dejó pasar a aquella mujer a su casa. De inmediato el castaño quedó paralizado, el escritor tenía el ceño fruncido y su cara era una mezcla de sorpresa con enojo. Al parecer esa mujer no era del agrado del peli-plata y Misaki percibía el tenso ambiente de la habitación, pero antes de que pudiera dirigir alguna palabra o saber las intenciones de aquella mujer, ella se le quedo observando.

-¿Y tú quién eres? ¿Eres el “sirviente” de Akihiko?-

De inmediato el menor se sonrojó. No tenía apariencia de “mozo” ¿Por qué le había dicho eso? ¡¿Quién era ella para insultarlo de esa forma?! Más después de unos minutos recordó que tenía el mandil blanco con el que lavaba los trastes y se recriminó por sus pensamientos.

-No, Disculpe por no presentarme. Mi nombre es Takahashi Misaki y soy yo su inq..-

-Mi pareja- Contestó cortantemente el mayor mientras se sentaba en uno de los sillones rosados de la estancia y encendía un cigarro para clamar el estrés.

-¡¡¿Eh?!!-

Al escuchar esto el universitario se alteró ¡Estúpido Usagi-san! ¡¡ ¿Acaso quería matarlo?!! ¡¿Cómo lo había dicho tan fácilmente?! ¡Era un imbécil!

-Jejeje Disculpe ¡está bromeando! ¡hoy amaneció con buen sentido de humor! Jejeje- Rio nerviosamente el oji-verde mientras observaba, como enojado Usagi-san lo veía por contradecirlo en sus palabras-  Yo soy su inquino, mi hermano era amigo del colegio y él se ofreció a darme alojamiento mientras terminó con mis estudios, jejeje ¿Gusta algo de té?-

Casi le había dado un infarto al menor con esa afirmación ¡¿A que estaba jugando Usagi-san al decir eso?! ¡¿Y si sospechaba de algo?! ¡Todo podía salirse de control!

 -¿A sí?- Lo miró inquisitivamente la mujer sin desdibujar su perfecta sonrisa- Rojo con un poco de leche pasteurizada y dos cubitos de azúcar por favor-

-¿Y bien? ¿Qué quieres?- De nuevo volvió a pronunciar el novelista, después de darle una bocada a su cigarro y cruzar su pierna derecha.

-Vengo a verte por supuesto. Quiero ver cuánto ha crecido y como… – volteó a ver al menor quién se encontraba ocupado con el té-…haz estado, aunque ya puedo imaginármelo.-   

-He estado bien, ya puedes irte- Sentenció Usagi-san

-¡¿Eh?! ¡Apenas acabo de llegar! ¿Dónde están tus modales?  Sé que estés enojado y debí avisar antes de llegar, pero solo quiero verte. No puedes culparme por eso, además tengo ganas de pasar una noche contigo-

Ante esto, de inmediato el castaño paró todas sus actividades… ¿Qué había dicho? ¿Pasar una noche con Usagi-san? ¡¿Enserio?! ¿Quién era esa mujer? ¿Era cercana al escritor? ¿Y por qué se dirigía a su casero por su primer nombre?

Y de pronto un pensamiento apareció en la mente del universitario.

“Quizás ella era… ¿un antiguo amor?”

Sin duda eso explicaría la actitud enojada del novelista y porque el asombro de ver nuevamente a esa mujer, pero su casero era gay ¿no? ¿Por qué tendría un romance con una mujer? Si antes de él…- hizo una pausa su mente-…había estado secretamente enamorado de su hermano por diez años.

-No, vete yo ya tengo con quién pasar las noches, así que no haces falta- Sentenció el mayor firmemente regresándole un poquito la confianza al menor. Más esta no duró mucho…

-Akihiko, por favor no me digas que no extrañas “los viejos tiempos” cuando te aferrabas a mi pecho y  en la oscuridad me suplicabas que no te dejará solo-

Y de un momento a otro, el mundo se congeló para Misaki

“¿Suplicarle que no lo dejara solo?”¿Entonces ellos dos habían estado juntos? Usagi-san y  esa mujer habían tenido… ¿sexo?

¡No, no, no! ¡Imposible! El mayor no era ese tipo de hombre, él era gay y se sentía atraído por las personas de su género ¿cierto?  Sino por qué escribía novelas boy´s love y lo acosaba constantemente. Además de que sentía celos por todos los amigos que él tenía.

Sin embargo, algo le hizo dudar. Alguna vez su hermano le había contado que, a pesar de que Usagi-san era muy  popular con las mujeres, solo había tenido una novia en sus años de estudiante. Entonces había una posibilidad de que le hubieran atraído las mujeres y que la única exnovia del mayor fuera ella.

De inmediato el menor comenzó a temblar, si el peli-plata había salido con una mujer, ella debía ser una digna compañera para el escritor, elegante como hermosa y desde lejos se veía que  Mina-san era rica, nacida en una buena familia, con clase y muy refinada…  no como él que era un muchacho común y corriente.

 ¿Cómo podía comparase  él con esa mujer? Si apenas estaba en la universidad y ni siquiera era un alumno sobresaliente.

Prontamente el castaño sintió una punzada de dolor. Quizás esa mujer había recapacitado y había venido para reconquistar al novelista haciéndole recordar lo muy enamorado que algún día estuvo de ella para rogarle que no se fuera de su lado.  

Un nudo en el estómago apareció en el universitario.  Si era así, no podía seguir ahí, no mientras su mente pensaba lo que podrían haber vivido. Las noches apasionadas, los besos y los “te amos” que habían pronunciado.

Así que lentamente y tratando de aparentar que todo estaba bien el universitario, tomó la tetera y le sirvió su petición a aquella mujer. Después, sin siquiera mirarla, se  dispuso a marcharse, más el escritor notó su tristeza.

-¿Misaki pasa algo?-

-¿Eh? No, yo, yo voy a hacer mi tarea, si necesitan algo estaré en mi habitación- Mintió el castaño

-Iré a ayudarte-

-No, no hace falta gracias-

Y sin alargar más la conversación el menor se encerró en su alcoba para llorar en silencio su desagradable descubrimiento.

Por su parte, Usagi-san siguió conversando con Mina-san.

-¿Y bien? ¿Qué dices? ¿Me puedo quedar?-

-Por supuesto que no, ahora vete, seguro tendrás algo importante que hacer- Contestó el mayor algo exasperado.

-¡Vamos Akihiko! ¡No seas gruñón! Antes eras muy lindo. Además solo será una noche, mañana temprano me iré-

-No, contrata un hotel. Si no tienes dinero diles que lo cargue a mi nombre pero vete-

-¡¿Qué dices?! ¡¿No tener dinero?! ¡¿Acaso recuerdas con quién estás hablando?! No vengo a pedir tu limosna Akihiko. ¡Solo quiero pasar una noche contigo! ¡Rayos! ¿Por qué tienes que ser tan testarudo como Fuyuhiko?!-  

Y ante esto el escritor explotó ¡¿Cómo ella se atrevía a decirle eso?! ¡Ella no era la persona más indicada para compararlo! ¡¿Acaso lo conocía tan bien para juzgarlo?!

-¡No vuelvas a compararme con él!- Respondió  fuertemente y con el ceño fruncido Usagi-san.

-¡Entonces déjame pasar una noche contigo! Mañana volveré a irme y no te molestaré en años, si así lo quieres…- hizo una pausa-…Por favor, solo una noche- Sentenció aquella mujer con una voz bastante dolida, que de inmediato hizo reaccionar al escritor y bajar drásticamente su enojo. Aunque le costará aceptarlo, esa bella mujer de cabellos negros, que lo miraba esperanzada, todavía causaba algún sentimiento en él. Siempre lo había causado.

Así que resignado suspiró. Ya tenía una pequeña idea del  gran problema que se  estaba  metiendo.

-Solo será por hoy ¿de acuerdo?-

-De acuerdo-

Y sin decir nada más la mujer le sonrió y se lanzó a abrazar al escritor, de una forma tan tierna y dulce que de inmediato lo hizo cerrar sus ojos y suspirar de resignación.

Habían pasado tantos años que no sentía ese abrazo.

…………………………………………………………………………..

Por su parte, después de haber llorado en silencio un rato, el menor se encontraba recostado en su cama reflexionando lo que pasaba.

Seguro que estarían los dos platicando amenamente sus aventuras, recordando cuando eran felices y como llegaron amarse. Retomando nuevamente sus planes de noviazgo, considerando formar un hogar con una gran casa y un perro al que le llamarían “Duque”.

No pudo evitar volver a estremecerse Misaki. A Usagi-san siempre le había gustado la idea de tener una familia normal y sin dudarlo aceptaría. ¿Qué hombre no aceptaría a una mujer como Mina-san, elegante bonita y de buena familia que le proponía pasar una noche con ella? ¡A ninguno!

No obstante un pequeño pensamiento por un instante alumbró al menor…

Con  el tiempo que había estado viviendo con él escritor, este nunca se había mostrado interesado en el físico, ni con la posición social de las personas. Si hubiera sido así, habría salido con Sumi-sempai que era hijo de un afamado escritor como él. ¿no?

Quizás todo era parte de su mente, Usagi-san constantemente le decía que lo quería y ya habían pasado varios años juntos en su relación. Quizás habían sido amantes años atrás pero ahora él era su novio así que no debía dudar ¿verdad?

Otro pensamiento apareció en la mente del universitario…

“¿Estaría bien reclamar a Usagi-san como de su propiedad ante esa mujer?“

Tal vez ella lo conocía desde algún tiempo atrás y habían vivido un romance, tenían una historia y posiblemente harían una muy bonita pareja ante los demás, pero no había nadie que lo conociera tan bien como él lo había llegado a conocer durante los 4 años que habían vivido juntos.

Nadie había experimentado el humor del escritor en las mañanas, su loca obsesión por los ositos de felfa, ni su fascinación por los marimos así como juguetes, además del escribir novelas boy´s love incluyéndolo en sus perversiones.

Tampoco el mini infarto que le daba cuando su editora venía a buscarlo y  el castaño tenía que persuadirlo para que cumpliera con sus entregas.

Ella era muy bonita, casi una artista de cine, pero no sabía que era lidiar con el novelista y “sus recargas” matutinas, mucho menos que era pelear por qué dejará de fumar o que comiera pimientos aunque los odiara.  

No importaba que hubiera estado antes que él, simplemente no sabía que era amar a Usagi-san.

Habían dormido juntos y el escritor suplicado por que no se fuera, pero era pasado. El peli-plata ya estaba enamorado de alguien más y era correspondido. Miles de veces habían hecho el amor y él le había susurrado en el oído que solo estaba enamorado de “Misaki” ¡de nadie más! y que incluso enfrentaría a Takahiro con tal de no se fuera de su lado. ¿Eso no contaba?

¡Ella no podía venir a reclamar a Usagi-san como si él no existiera, pasándolo de largo como si él no tuviera sentimientos!

Con estos pensamientos Misaki se dio valor. Iría a reclamar su posición y enfrentaría a esa mujer, para decirle que su casero ya tenía novio, que por favor lo dejara en paz de una vez.

Sin embargo, cuando abrió la puerta de su habitación, dispuesto a separar a esa mujer de los brazos del peli-plata, se encontró justo con el dueño de la casa y de sus actuales “celos”.

-¿Te encuentras bien?- Preguntó amablemente el novelista mientras observaba  inquisitivamente el rostro de su niño, el cuál de inmediato bajo su mirada al suelo.

-Si- Contestó bajito el menor, no muy convencido… ¡¿A dónde se le había ido toda esa determinación que tenía minutos antes?! ¡¿Qué había pasado con eso de “ser un hombre y enfrentarse”?!

-¿Enserio?-De inmediato el mayor se acercó al cuerpo del castaño y le abrazó suavemente para después susurrarle- No eres bueno para ocultar las cosas ¿sabes? Dime que te preocupa, yo lo solucionaré Misaki-

Al sentir el cálido abrazo del escritor el universitario no pudo evitar sonrojarse ni suspirar ¿Desde cuándo los abrazos de Usagi-san tenían el poder de reconfortarlo al momento? Y peor… ¡¿Desde cuándo él estaba tan calmado cuando lo abrazaba?!  ¡No importaba! Se sentía tan bien, que por un instante el menor quiso que el tiempo se parara en ese mismo instante.

 Pero tenía que solucionar, como todo un hombrecito, sus problemas.

-Dime ¿Qué pasa?-

-¿Mina-san ya se retiró?- Preguntó el oji-verde con la esperanza de que todo volviera a la realidad y el no tuviera que pelear. Sin embargo la contestación del mayor lo dejó helado

-Se está instando en mi habitación ¿Hay un problema con ella?-

Y de inmediato el menor rompió el contacto separándose del pecho de su casero ¡¿Qué estaba qué?!

Rápidamente palideció. ¡¿Iban a dormir juntos?! ¡¿Usagi-san había aceptado volver con ella?! ¡No podía ser verdad!

-¿Pasa algo Misaki?-Volvió a preguntar el oji-violeta mientras intentaba volver a abrazar a su adoración como minutos antes lo había hecho, pero este lo rechazó de una forma bastante brusca, dejándolo sorprendido.

-¿Vas a dormir con ella?-

-Llegamos a un acuerdo, por esta noche estaremos juntos ¿te molesta?- Preguntó extrañado Akihiko, mientras veía como su pequeño lentamente se alejaba de él.

Y de nuevo la mente del castaño comenzó a funcionar…

¡Eso era todo! Ya no podía estar en casa del novelista y menos sabiendo que este se le habían olvidado sus promesas de amor y había regresado a los brazos de su antigua amante.

-No, para nada… Yo pasaré la noche en casa de Nii-chan, por favor estén cómodos-

Después de esto el oji-verde tomó un poco de sus cosas y se dispuso a retirarse del lugar. No podía si quiera pensar en otra cosa que no fuera irse lo más lejos de ahí, ¡¿Qué se suponía que tenía que decirle al escritor?! “Por favor no hagas mucho ruido, mientras tienes sexo con ella”

-¡¿Qué?! ¡No puedes irte!...- Al escuchar lo anterior rápidamente el novelista reaccionó, tomó a su inquilino por su brazo y lo retuvo para que no se fuera del lugar, pero los forcejeos del universitario y las lágrimas que empezaba a derramar lo dejaron en shock. Sólo una vez el menor había llorado enfrente y la razón era porque…- Espera ¿Misaki estas celoso?-

Y al instante el mayor dio en el punto clave del dolor del castaño. ¡¿Cómo podía preguntar eso?! ¡Claro que estaba celoso! ¡¿Que maldita persona no estaría celosa si su novio tendría sexo con una ex amante en la casa que compartían y enfrente de sus ojos?! ¡Usagi-san era un imbécil por preguntárselo!

Más el novelista no esperaba su respuesta.

-¡Por supuesto que estoy celoso! ¡Idiota!- Sin poder evitarlo más Misaki empezó a llorar, ya no podía controlarse. – ¡Se supone que las parejas sólo deben tener sexo ellos juntos, con nadie más! ¡Imbécil!-  Gritó fuera de sí el universitario  y sin poderse contener más, se derrumbó ante los ojos sorprendidos del escritor que no sabía si enojarse, preocuparse, emocionarse o reír por tal comentario.

No obstante antes de decir nada el mayor se acercó a su inquilino y pese a sus protestas de separarse de él, lo abrazó fuertemente recargándolo en su pecho y le susurró en el oído mientras le acariciaba su cabello castaño para tranquilizarlo:

-Misaki yo no tengo sexo con nadie aparte de ti, simplemente no podría ¿Qué te hizo pensar lo contrario?-

-¡Tú y Mina-san van a dormir juntos! ¡¿Cómo se supone que piense lo contrario?! Si cada vez que dormimos juntos es por qué… bueno hacemos “eso”- Hipó el oji-verde, mientras trataba de relajarse y detener sus lágrimas.

Al escuchar lo anterior el mayor sonrío, así que por eso había huido su pequeño de la estancia principal, el comentario de la azabache lo había alterado.  ¡Misaki estaba totalmente celoso  y se lo había dicho!  Y mejor ¡Su adoración era extremadamente lindo cuándo se portaba posesivo con él! Pero no era momento de alegrase por eso, realmente el novelista tenía que disipar sus miedos y sus dudas.

Así que tiernamente Usagi-san le dio un pequeño besito en su frente para tranquilizarlo, le acarició suavemente su mejilla y  lo más calmadamente posible le pronunció al menor para qué borrará sus ideas.

 

-Misaki yo no puedo, ni podría, tener intimidad con esa mujer,  porque ella... es mi madre.-

 Y con esto el universitario quedó en shock…  

 

 

¡¡¡¿EHHHHHHHH?!!! ¡¡¿LA MADRE DE USAGI-SAN?!! 

 

----------CONTINUARÁ----------

Notas finales:

Es algo cortito porque es un ¿two-shot?, no lo sé, solo sé que decidí cortarlo por que eran muchas hojas de word y a veces es algo tedioso leer un fic extenso.


Después les pongo la continuación. 


Bueno nos vemos bye se cuidan ¿ok?


¡¡VIVA EL LEMON!!


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