Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El hilo rojo del destino por Chiaki28

[Reviews - 553]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos primero gracias a Takano90 si mi acoso es cosmico por emocionarme de esa manera y motivarme aunque bueno no se me dan bien estas escenas me esforze (La escribi como 3 veces).

Y mi querida Romi no se si leas esto a tiempo perdon me atrase un par de horas pero muchaaaaaa suerte en tu examen mañana, si se puede, arriba con tus animos y positivo porque los conocimientos los tienes yo lo peudo comprobar de primera fuente, te quiero relajada <3 <3

Espero que les guste <3 <3

Takano Pov

No fui capaz de dormir, de comer, de trabajar, de salir, no fui capaz de hacer nada más que pensar en la decisión que tomaría Onodera sobre asistir a la dichosa fiesta que Isaka-san nos había organizado en un modesto bar para celebrar uno de los primeros grandes éxitos que espera que seamos capaces de realizar como equipo.

Esos ojos verdes estaban clavados en lo más profundo de mi mente, él me ama, lo puedo apreciar por la manera en que deja que mis caricias recorran su piel, por esa mirada tan ilusa que me regala junto a una descuidada sonrisa, por la forma en que se siente intranquilo con mi presencia al igual que yo con la suya.

No lo negare, yo amo a ese ingenuo joven que ha sufrido más de lo que debería por mis equivocaciones, sé que lo he lastimado múltiples veces, le di ideas erróneas al comienzo con mi algo agresivo comportamiento, pero aun así acá estoy yo con el corazón pendiendo de un hilo esperando poder ser correspondido, a que de entre todas las persona que mi oji verde pueda elegir solamente me vea a mí.

Ignorando la presencia del molesto príncipe resplandeciente y de mi hermano, los cuales al parecer volverían juntos a tener una relación más cálida que la anterior, me decidí ir a arreglar para la hora de la verdad, ya no me interpondría entre esos dos, si Shouta es feliz nada más me debería importar, ya no quiero que las personas salgan lastimadas por mi culpa y paguen los precios que a mí me corresponden.

Me vestí con la ropa nueva que compre para casos de emergencias, una elegante polera negra con manga de tres cuartos y un pantalón de jean, me rocié mi mejor colonia, me peine con dedicación y tome un taxi hasta dichoso bar en el cual ya se encontraba la mayoría de mis compañeros editores y algunos escritores.

Le indique al camarero que me trajera un vodka sin despegar la mirada de aquella puerta con la ilusión de que el amor de mi vida ingresara calmando todos mis temores para regalarme una oportunidad que a pesar de no merecer la pido con tanta desesperación.

Sé que estuve mal, no he dejado claro nada de lo que me ocurre  ni que es lo que siento, para ser honesto ni si quiera yo soy capaz de comprenderme a mí mismo, de lo único que estoy seguro es que si él se aleja yo soy capaz de morir de tristeza, porque cuando lo veo tan lejano, tan frio y distante conmigo mi corazón se destruye en pedazos que ya no se pueden volver a unir al estar tan devastados y maltratados.

Espere un par de horas intentando mantener mis ánimos convenciéndome a mi mismo que entre nosotros existía algo cuando ambos sabíamos que no soy nada más de él además de su editor, aun así me esfuerzo por ilusionarme, rogando porque mis sentimientos lo hayan podido llegar a alcanzar sin barreras.

Poco a poco los de la editorial se retiraron del lugar ofreciéndome transporte que yo rechace, necesitaba verlo, tenía el presentimiento de que Onodera vendría para decirme que también me amaba, que no se casaría para poder escapar conmigo y crear la historia de amor perfecta que jamás debí haber intentado borrar.

Me recosté en la barra apoyándome mis brazos en ella, escondiendo mi rostro, quería seguir creyendo pero las posibilidades bajaban a cada minuto que transcurría, sé que es una petición egoísta la que le hice, fue infantil quizás hasta impulsivo hacerla frente a su pareja, sin embargo no pienso nada cuando estoy con Ritsu, los sentimientos y los pensamientos son los que afloran más allá de mi piel dejando en evidencia lo que hay en mi interior.

“Takano-san” Levante la mirada encontrándome con un par de hermosas orbes verdes llenas de tristeza que me observaban con amargura, yo me levante para poder verlo de frente mientras el menor ordenaba una enorme jarra para consumir.

“Si viniste” Declare sin poder ocultar el evidente alivio que había en mi voz acompañado de angustia al tener que esperar que el castaño acabara su bebida para poder responder a mis preguntas “Pero te demoraste un poco ya van a ser las dos de la mañana” Musite en un tono de reproche recordando que llevaba casi cinco horas en aquel lugar.

“No sabía si debía venir” Confeso depositando el enorme jarrón para pedir otro “Pero finalmente me aventure porque siento que debemos aclarar un par de malentendidos” Yo toma su pequeña y fría mano entrelazando nuestros dedos con dulzura.

“No hay nada que debas explicarme, me basta con que estés acá sentado a mi lado, tú has decidido darme una nueva oportunidad y yo prometo no decepcionarte por arriesgarte a amarme, Ritsu no te fallare” El más bajo separo con brusquedad nuestras manos para esconder su expresión debajo de su flequillo.

“No es precisamente eso lo que te vine a decir” Susurro el castaño  con tanta frialdad que mi pecho se comenzó a oprimir “Yo solo me quiero disculpar si te he dado ideas incorrectas sobre nosotros dos porque yo amo a mi pareja”

“¿Entonces porque no me miras y me lo dices a los ojos? Anda, confiésame que estas enamorado de él, dime que no causo nada en tu corazón” Lo provoque tomando su mentón para asegurarme de que no me engañara.

“No tengo intereses amorosos contigo” Musito con un hilo apenas audible de voz mientras su cuerpo temblaba debajo del mío con temor, yo sonreí con satisfacción al ver que no repudiaba mi contacto.

“Eres muy malo mintiendo ¿Ya te lo han dicho?” El castaño se separó abruptamente de mí mirándome con ira.

“YA BASTA DE ESTO” Grito con la voz quebrada “Estoy cansado de tus juegos Takano-san, no sé qué rayos es lo que quieres de mí, porque me torturas ¿Acaso eso te divierte? ¿Tanto te gusta verme mal?” Yo desesperado por mis errores me agache para poder tomar entre mis grandes manos las mejillas del menor.

“jamás jugaría contigo, cuando te digo te amo es de forma sincera, yo sé que te confundí pero eres el único que me importa”  El más bajo con una expresión llena de dolor intento regularizar su respiración para seguir hablando.

“¿Eso es lo que le dijiste a las demás para que luego las desecharas?” Yo parpadee un par de veces sin poder comprender de lo que hablaba “Takano-san, no soy tan imbécil como parezco, ¿Crees que no se acerca de tu reputación? De cómo te jactas de que nadie se resiste ante tus pies, seguramente te pareció un desafío enamorar a un hombre tan torpe como yo” Proclamo abrazándose a su mismo, mierda, nuevamente maldecí a mi yo del pasado, es verdad tenía una gran reputación que comenzó hace tres años cuando Erika y yo nos desafiamos mutuamente a ver quién conseguía más parejas nocturnas.

“Deja atrás el pasado y concéntrate en el yo del presente” Le rogué negándome a dejarlo ir, negándome a soltar a quien más me importa, si cometí un error, uno que quizás resulte imperdonable, pero acá estoy frente a Onodera intentando arreglarlo, dando la batalla a pesar de esta ser en vano al no estar unidos.

“Cuando te rompen no quieres arriesgarte, dime ¿Cómo quieres que lo deje todo por ti si has jugado conmigo desde el inicio? Ni si quiera tu sabes lo que sientes por mí y yo no estoy dispuesto a corretear contigo hasta que lo averigües” Declaro el castaño con los ojos fuertemente cerrados y los puños apretados forcejeando para que lo dejara.

“Lo se, antes no sabía que me pasaba contigo pero por favor escúchame Ritsu yo” Tome una de las manos del oji verde para depositarla en mi corazón “Podría dejarlo todo para que tú te quedaras a mi lado” Proclame con honestidad, sin desviar la mirada, sin vacilar, permitiendo que el vieran cada una de mis heridas.

“Aun que eso sea verdad me casare lo quieras o no” Sentencio separándose de mi para beber un poco más del toxico liquido transparente.

“No te casaras con él porque estás enamorado de mi” Intenten contradecirlo, sin embargo, lo único que logre fue destrozarme al ver como expresión llena de dolor se posaba en el inocente rostro del castaño.

“Lo siento pero no me gustas de esa manera” Proclamo mirando con amargura su vaso ya vacío, yo me limite a sentarme al lado de él esperando a que se retractara, rogando porque fueran unas maldadosas mentiras para castigarme en vez de una cruda realidad a la cual yo me negaba a enfrentar.

Los minutos dolorosamente silenciosos que nos atrapaban parecían eternos ante mis ojos, esperaba que él se rescindiera, que no me dejara y me diera la oportunidad que no debí desperdiciar arruinando lo que más ansió tener ahora, no obstante, esas melodiosa palabras jamás llegaron a mis oídos, lo único que nos pudimos confinar a hacer fue a sonreír irónicamente al apreciar lo cruel que es el destino.

“Me voy a casa” Declaro el menor tambaleándose de su asiento, logrando que yo lo atrapa, él aunque no parecía estar muy ebrio tenía movimientos bastante torpes, y temblorosos volviéndolo más frágil de lo usual.

“Compartamos un taxi, no te puedo dejar en este estado” Ordene tomando al oji verde entre mis brazos para poder ir a la calle y detener un taxi, esperamos un par de minutos hasta que un auto nos paró,  con cuidado ingrese al castaño para sentarme a su lado dejando que su cabeza reposara en mis hombros.

“¿Quieres que te lleve a tu departamento?” Le pregunte mientras el levantaba la mirada de manera inocente sin despegarse de mi cuerpo, el cual se estremecía al tener tan cerca a la persona que amo, cuando se trata de Onodera no me puedo sentir tranquilo, ni puedo pensar en otra cosa que no sea él.

“No me lleves a mi casa, no me siento muy bien y no quiero que Haitani se preocupe por mi” Susurro el menor con la voz entre cortada, como si me quisiera decir algo que de sus labios se niega a salir para que reciba el mensaje.

“Tampoco te puedo llevar a la mía, ahora que regreso el idiota brillante supongo que ellos harán esa clase de cosas” Dije para mí mismo frunciendo levemente el entre cejo “Llévenos al hotel más cercano” El más bajo parecía nervioso, antes de que protestara yo proseguí “No te preocupes, los gastos corren por mi cuenta”

E taxista se limitó a obedecer mis órdenes mientras que por alguna razón desconocida podía sentir como Ritsu buscaba algo de protección en mi pecho, sus palabras y sus acciones resultan tan contradictorias dice que no me ama pero aun así se niega a separase de mis brazos, son estas acciones las que alimentan la fe que tengo para que nosotros dos nuevamente unamos nuestros caminos para recorréroslos juntos.

Al llegar le pedí a la recepcionista una habitación, después de pagar el excesivo precio de ese lugar, la muchacha me dio en el segundo piso el cuarto del número 28, con dificultad guíe a Onodera hasta el ascenso para después comenzar mi brusquedad de dichoso lugar en el cual podríamos descansar o al menos escapar un instante de mi punzante realidad.

Sonreí al divisar el número grabado al lado de la muralla pintada de un colorido celeste, con cuidado de no dejar caer a Ritsu ingrese la llave dorada en el cerrojo hasta que percibí como el más bajo se alejaba de mi cuerpo.

Con fuerza sostuve al pequeño cuerpo del castaño dejando que él se apoyara en mi hombro, esperando que mí agitado corazón se tranquilizara ante la extraña cercanía que estábamos teniendo, debiendo contenerme para no lazarme a esos tentadores labios que me convertirían en pecador con tan solo un inocente roce.

Al ingresar en la habitación recosté al menor en la cama, el cual tenía las mejillas sonrojadas por los efectos del alcohol en su cuerpo esta noche, observe como esas preciosas gemas verdes se iluminan aún más debajo de la tenue luz que la luna nos brindaba a través de las delgadas y finas cortinas de seda.

Tome un gran respiro intentando reprimirme, por mucho que lo deseara yo no sería capaz de forzarlo a nada, no a quien más amo, no a quien perdí por un estúpido error que jamás debió ocurrir, por eso me dispuse a salir de la habitación para dormir encerrado en el baño, cuidando desde las sombras a mi castaño, sin embargo antes de que me pudiera levantar un par de delgados y temblorosos brazos me sujetaban la espalda.

“No te vayas” Musito el menor ocultando su rostro en lo más profundo de mi polera “Por favor no me dejes solo esta noche” Yo intentando regularizar lo acelerada que se tornaba mi respiración y las constantes cosquillas que atacaban mi vientre me libere para poder observarlo a esos ojos que desearía solo me vieran a mí.

“Ritsu si me quedo no seré capaz de controlarme esta noche” Declare de manera sincera sin titubear en mi voz, acariciando con una amarga sonrisa su cálida y suave mejilla, quería poder permanecer a su lado, no obstante, él ya no es alguien que me pertenece, yo lo deje escapar, pero ¿Acaso por eso debería rendirme? Aun no lo sabía, de lo único que estaba seguro es que no lo deseo forzar a que haga nada.

“Entonces no te controles conmigo” Susurro en mi oreja logrando que todo mi cuerpo temblara, yo lo mire incrédulo sin querer despegarme de la calidez que desprendía el cuerpo del menor, deseando quedarme siempre a su lado.

“Estas ebrio, no sabes las cosas que estás diciendo” Le reclame con el poco autocontrol que me quedaba en mi sistema, era una tortura tenerlo tan cerca pero a la vez tan distante de mí, tan solo poder limitarme a contemplarlo.

“Cuando estoy ebrio soy mucho más sincero, las barreras se caen y quedo completamente expuesto ante ti” Declaro con una mirada avergonzada y una tímida sonrisa naciente en esos rosados y tentadores labios.

“Te vas a casar con otro hombre” Suspire recordando lo trágico que acabaría mi destino al perder mi adoración por alguien más.

“Yo amo a Haitani” Musito aquel joven de mirada esmeralda sin vacilar “Pero de quien estoy enamorado es de ti” Mis ojos se abrieron impactados ante esa confesión “Te mentí, te engañe para que te alejaras pero ya no quiero tener que ocultar la manera en que mis ojos te buscan necesitados de tu mirada”  

“Ritsu” Susurre levantando sus rostro para quedar sorprendido por el nuevo esplendor que esas resplandecientes orbes me ofrecían, él no me estaba mintiendo, él me correspondía, una inconsciente sonrisa se dibujó en mis labios reemplazando toda la amargura por esperanza, no lo forzaría a nada pero no me detendría.

“Sé que me voy a casar con otro hombre, se lo que te dije en el bar, pero quiero al menos sentir lo que es amar y ser amado incondicionalmente tan solo una noche, quiero poder unirme a ti Takano-san” Mire seriamente al castaño delineando su perfecta boca con uno de mis dedos, mordiendo mi labio reprimiendo aquella tentación prohibida.

“Cuando comience no me voy a poder detener” Musite repasando esos suaves labios, permitiendo que su dulce aroma se impregnara en lo más profundo de mi ser para fusionarse con el mío para poder revivir aquella pasión que creía extinta en mi corazón, aquella que no pensé llegar a vivir cambiando los hilos.

“No te pediré que te detengas, solo déjame perderme en mis inocentes e ingenuas fantasías unos momentos con nuestra historia de amor” Yo sonreí con calidez, mirando esas preciosas gemas, extraviándome en ellas solo para encontrar un lado desconocido de mí.

Me acerque rozando nuestros labios para después unirnos en un tímido beso, el cual rápidamente se convirtió en uno lleno de pasión y lujuria, mis labios se movían al compás de los suyos mientras que mi lengua intentaba buscar la de mi castaño para poder deleitarse con aquel encuentro fogoso que he anhelado por tanto tiempo.

Sonreí sin despegar mi boca de la de Ritsu al percatarme que aún era inexperto en el tema, dejando que yo lo guiara formando una armónica danza entre nuestras lenguas, degustando el adictivo sabor que él me concebía.

Aquel apasionado beso de increíble dulzor y amargura al temer que se acabara, aquel que trasformaba mi sangre en fuego ardiente y acababa con mi aire permitiéndome perecer en la boca de mi amado, aquel beso con el que soñé toda una vida esperando ser correspondido, el que me hacía llegar hasta el cielo para tocar las estrellas me estaba consumiendo, tomando posesión de cada uno de mis pensamientos y de mis mismo sentidos.

Mi mano con deseo se metió debajo de la fina camisa de Onodera sintiendo como se erizaba su piel, separándome levemente yo me dedique a desabrochara cada uno de sus botones para lamer su cuello sacándole un par de melódicos gemidos al menor, sin detenerme en mi tarea, mordí aquella blanca piel marcándola como mía.

Ritsu me miro con pretensión llevando sus manos hasta mi polera para poder arrebatármela dejando mi pecho expuesto, sus mejillas se adornaron de ese sublime carmín que yo amo poder provocar en él, esos gesto delatan la inocencia que aun intentan ocultar fervientemente ante mis ojos, los cuales son capaces de atravesar sus barreras.

Recosté al más bajo con cuidado entre las sabana para poder seguir probando aquella nívea piel que he proclamado como solo mío, dejando un par de marcas rojas que exponían como su cuerpo y alma me pertenecían, con mis manos seguí estimulando sus pezones arrancándole esos excitantes gemidos de placer que intenta negarme al morder su labio, esos que me estimulan aumentando mis aspiraciones de poder poseerlo.

Con una mirada de satisfacción descendí por su abdomen hasta su ya erecto miembro, me deshice de su pantalón, para bajar lentamente su ropa interior dejando a la vista su hombría, la cual yo comencé a lamer sin vergüenza alguna, deleitándome de todos los sabores que él más bajo me regalaba, de esas cálidas sensaciones que atacan todo mi cuerpo.

Esta no es mi primera vez, sin embargo, con Ritsu puedo sentir cosas que jamás he experimentado, más allá de la lujuria, más allá de la mente, de los sentimientos, esto es lo que llaman estar enamorado y sentir que la piel te comienza a quemar, la sangre a hervir y el deseo de unirte a ese alguien especial nubla la razón.

La espalda de Ritsu se arqueo al sentir como metía su hombría en mi húmeda boca, jugueteando con mi legua permitiendo que esta recorriera todo de él, no deseando que este momento se acabara.

“Taka….Takano ya sácala” Ignorando los ruegos del menor aumente el ritmo de mis movimientos apreciando como su tamaño aumentaba hasta que un cálido liquido se derramo en mi boca, esencia que yo trague sorprendiéndome por lo adictivo que resultaba el sabor.

Separe las delgadas piernas del más bajo para acercarme a su boca y mostrarle tres dedos, los cuales el rechazo “Yo quiero poder sentirte, quiero que lo nuestro sea especial” Susurro apenado escondiendo sus ruborizas mejillas en mi pecho, acto que me hizo sentir extasiado, lo amo más que a nadie, no logro imaginar como pude subsistir sin él.

Sin replicarle con cuidado introduje de a poco mi miembro en la estrecha entrada del castaño, deleitándome con la calidez que esta me ofrecía, con intenciones de poder acabar con esa lagrimas senté con cuidado al oji verde en mi regazo para que se aferrara a mi espalda, al notar un par de fugitivas lagrimas escapándose de sus ojos yo las comencé a besar.

“Duele mucho” Musito dejando escapar un par de suspiros, yo acaricia su espalda logrando que él se tensara y me vieran entrelazando nuestras miradas en ese profundo contacto que solamente ellas pueden lograr entender.

“Ritsu te amo” Declare para adueñarme de esos labios moviéndolos con descontrol, mordiéndolos en un delicioso dolor, profundizándolo enlazando mis manos en los suaves cabellos castaños de Onodera mientras él se aferra con desesperación a mi espalda intentando corresponder lo fogoso de nuestro encuentro, dejando escapar un par de dulces sonidos de placer, mientras que sus labios comienzan a enrojecer al igual que los míos.

Perdidos en ese beso comencé a embestir al castaño sin separarme de esos prohibidos labios que me incitaban a profundizar cada vez más en él, y mi legua anhelaba poder probar hasta fusionarse en un perfecto sabor mientras yo me enceguecía por todas las sensaciones que mi cuerpo recibía, la manera en como el atrayente aroma del más bajo me seducía, el cómo sus uñas se clavaban en mi piel buscando consuelo mientras que mi interior estaba en la misma gloria con cada uno de los abismales movimientos.

La sangre me comenzaba a hervir en ese vaivén que el menor me otorgaba, cuando nos separamos pude observar como en sus ojos lo cegaba el placer con los labios hinchados, envueltos por un color escarlata al igual que sus mejillas, sus cabellos desordenados pegados a la frente por el sudor que corría entre nuestros cuerpos, esa imagen solamente me logro excitar a seguir embistiendo con más profundidad aferrándome al momento que estábamos viviendo temiendo que el desapareciera de entre mis brazos y que todo quedara como si hubiera sido un nostálgico sueño recordando mis amarguras.

Solté un ronco gruñido al desear más de esa calidez, más de esas descargas eléctricas que recorriera sin piedad cada parte de mi cuerpo, con sensualidad tome el miembro de Ritsu para masajearlo con mi mano dejándome envolver en esos sonoros gemidos, el cómo pronunciaba mi nombre aquellos labios logrando que lo olvidara todo para concentrarme en esa perfecta y tentadora imagen que tenía frente a mí.

El castaño respiro un último jadeo gritando mi nombre para liberar su esencia en mi mano y caer rendido en mi espalda mientras yo acababa en su acogedor interior, me aferre fuertemente a ese delgado cuerpo temiendo que esto fuera uno más de los crueles sueños que el amo del destino me concedía para que me arrepintiera de mis estúpidas decisiones.

Con cuidado saque mi miembro de su interior recostando al oji verde en mi pecho el cual dormitaba pacíficamente acurrucándose entre mis brazos, buscando más de mi calor y de mi cercanía, adentrándose cada vez más en todos mis pensamientos.

No pude dormir en toda la noche, me aterraba que él despertara y se marchara de mi lado, no quiero terminar como Saga, quisiera poder mandarlo todo a la mierda para quedarme junto a él, para que mi destino vuelva a ser lo que debió.

Jamás pensé que el sexo pudiera ser tan placentero y a la vez trasmitir tantas nuevas emociones, nunca imagine que necesitaría de alguien más con tanta desesperación, no poder respirar sin que esa persona este a mi lado, es porque lo amo, lo amo tanto que mi respiración no fluye bien, más a que a mí mismo, más que a cualquier otra cosa, es Ritsu quien me importa, y lo único que necesito para poder seguir caminando por esta misteriosa senda que llamamos vida.

Acaricie cada minuto con ternura el iluminado rostro del oji verde, memorizando cada uno de sus finos rasgos por si tuviera que separarme de él para al menos poder sobrevivir con la sombra que fue su recuerdo.

Toque su blanco y suave pecho notando como los latido de su corazón se aceleraban ante mis caricias, sonreí sabiendo que él y yo nos pertenecíamos, no me importa si no estamos atados por el hilo rojo, yo no quiero resignarme a perderlo, no puedo hacerlo después de haber conocido esas electrizantes emociones, después de tener la necesidad de que el fuera lo único que mis ojos vieran cada minuto.

El castaño se removió entre las sabanas hasta que esas largas pestañas se abrieron mostrándome un par de resplandecientes esmeraldas que me miraban tímidamente, antes de que yo lo pudiera besar el menor se levantó de golpe cubriéndose con la blanca sabana que nos acurruco en la fría noche.

“Así que eso no fue un sueño después de todo” Musito agarrándose con brusquedad la cabeza reflejando pánico y desesperación en su voz, yo lo abrace por la espalda recargando mi rostro en su frágil hombro.

“No fue un sueño, pero si la noche más mágica de mi vida” Declare repartiendo pequeños besos por toda su espalda, el más bajo me separo con brusquedad poniendo una de sus manos en mi acelerado pecho.

“NO LO ENTIENDES” Grito mientras esos hermosos ojos se cristalizaban dejando escapar un par de lágrimas llenas de amargura “Soy de lo peor, no puedo creer que me haya acostado con alguien más a tan poco de esa boda”

“¿Por qué te esmeras en casarte con él si me amas a mí?” La pregunta sorprendió al más bajo el cual se ruborizo furiosamente.

“Porque no le puedo hacer eso a Haitani, yo no sé qué voy a hacer” Musito cubriendo su tristeza entre las pequeñas manos, yo lo abrace acariciando su espalda para que sus sollozos se detuvieran, detestaba verlo así.

“NO te cases con el” Le rogué con la voz quebrada “Ritsu por favor no te vayas a casar con Haitani, sé que él fue quien estuvo a tu lado cuando no tenías a nadie más, pero jamás te querrá con tanta desesperación como yo, estoy enamorado de ti” El oji verde levanto la mirada intentando contradecirme con el ceño levemente fruncido “No te atrevas a negarlo porque anoche confesaste lo que en verdad piensas de mi”

“Entonces ya no vale la pena escondértelo” Susurro sin fuerza dejando caer sus hombros sin energía con las orbes apagadas “Si estoy enamorado de ti, sé que soy una basura por haberme dejado guiar por el corazón en vez de la razón pero” El más bajo respiro profundamente “No lo sé, no lo puedo explicar cuando estoy contigo lo demás desaparece, pierde importancia y hasta olvido quien soy yo, por eso me deje llevar”

“Si lo amas a él como dices no seas injusto y se sinceró con tus emociones” Le rogué tomando con mis temblorosas manos sus mejillas para poder verlo aunque fuese por una última vez, no quiero perderlo, no quiero que no me elija.

“Él sabe que estoy enamorado de ti” Declaro Onodera levantándose de la cama para tomar su ropa regada por toda la habitación “Y no le voy a ocultar lo de esta noche porque él no merece casarse con una mentira”

  “¿Y LUEGO QUE? ¿VAS A SEGUIR ENGAÑANDOTE? ¿VAS A CONDENARTE A SER INFELIZ PORQUE NO TE ATREVES A AMARME?” Grite conteniendo la rabia apretando mis puños, un doloroso ardor se hizo presente en mi pecho.

“Si me quiere aun cuando soy una escoria por haberlo engañado lo hare feliz el resto de su vida, si me rechaza yo” El menor me miro con una profunda tristeza en sus ojos “No pasare de nuevo por todo esto”

“YA TE HE DICHO QUE TE AMO” Declare con desesperación intentando impedir que se alejara por esa puerta “Por favor no me dejes Ritsu, yo no te lastimare, no soy Haruhiko” Le implore tomando entre mis manos su fina cintura para que me mirara, para poder ver la verdad en sus mentiras, en esas cristalinas orbes verdes.

“¿Cuántas veces más vas a romper mi corazón? ¿Cuántas lágrimas más debo derramar por ti para que te sientas satisfecho? Si me amaras, habrías hecho bien las cosas” Susurro el más bajo dejándome pasmado, momento que aprovecho para liberarse y abandonarme en esa solitaria habitación.

Notas finales:

Lo que yo pense al escribir el lemon o dios esto esta super candente, y al leerlo, que fracaso, pero no importa esta hecho con amor, eso cuenta?? Pues deberia.

Ahora aclaraciones Onodera si estaba ebrio pero consiente de lo que hacia asi que se entrego a takano por voluntad.

Takano su reputacion de mujeriego qsa que rego por tantos años y ya saben todas las indirectas confisas que mandaba al comienzo terminaron confiuendiendo más a mi Ritsu pero sus te amo de verdad son sinceros.

Espero que les hay gustado, ojala comenten y muchas gracias por leer <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).