Era una mañana fría de esas que te joden levantarte y quitarte lo calientito en tu cama, no me molesta despertarme lo que me desquicia es tener que salir de donde me siento bien pero hay algo bueno que puedo decir por mí que me agrada de mis mañanas y es lo siguiente….
Se escuchaba un despertador al cual por no poder encontrar fue apagado con violencia, a los pocos minutos se escuchaban unos pasaos que venían a toda velocidad y con una gran fuerza estampo la puerta de la cual prosiguió con su muy característica voz anunciaba:
— ¡Muy buenos días Zoro, Torao, despierten ya está hecho el desayuno! — con una sonrisa inocente de oreja a oreja.
Los dos jóvenes ante su escándalo se enroñaban nuevamente entre sus sábanas mientras se resistían, ante las palabras del pequeño chico.
— ¡Vamos ya despierten! — hizo un puchero mientras era evidente su enojo ante la desconsideración de sus compañeros.
Al verlo de reojo como escuchar su voz, estos decidieron levantarse.
— ¡Shishishi! — río — dúchense, mientras les recaliento el desayuno— volvía a la cocina
(¿Quién eres, mi esposa o qué?)-pensaron ambos—
Al levantarse ambos se a bañaron y en lo que se arreglaban, salió un comentario del peliverde—¡Oi, Tragaldar! —dijo el peliverde—. pasame la tarea, no la hice anoche.
Era evidente que le molestaba qué le llamara de esa manera — Roronoa-ya te dije ayer en la noche que te ayudaría pero que no te lo iba a pasar, y … -le avienta un zapato- ¡Es Trafalgar! —.
A pesar de la diferencia de casa uno compartían un pequeño departamento los donde cada inquilino tenían su historia, personalidad y gustos como carreras distintas, después de las peleas como disturbios entre Zoro y Law, Luffy llegaba a calmarlos para que pudieran desayunar tranquilos.
—Ahh, que fastidio— dijo, Law mientras se desparramaba en la silla — no quiero ir a mis prácticas…—
—Cierra la boca, al final seré yo quien deba acompañarte tendré que ayudarte a cargar tus cosas—mientras tomaba su taza, donde tomaba su té—
—Oh~ hablas de mas ¿no?, Roronoa-ya … esto no sería necesario si no hubiera presentado tu examen, ¿verdad? — Burlón, mientras reía ante su victoria—
—¡QUE PERRADA LA TUYA! —Exclamo furioso—.
—Shishishi, sea como sea Zoro,Torao te ha ayudado así que acepta tu responsabilidad— sonrió mientras alborozaba con el desayuno.
Así, pues después del desayuno se retiraron a clases, como Zoro y Law se pusieron de acuerdo para verse a cierta hora, para que ambos pudieran cumplir las actividades que tenían que hacer por lo cual querían hacerlo lo más deprisa posible, no les gustaba a dejar mucho tiempo a Luffy solo no era porque no supiera defenderse si no que se sentía solo con mucha facilidad, además de que gustaban de poseer a el pequeño Sombrero de Paja tanto como les fuera posible. Al final después de unas horas de las actividades de Law, Zoro como el regresaban a el departamento donde a unos kilómetros se les descompuso el automóvil donde venían juntos.
—Ah…lo que faltaba…—golpeo Zoro su cabeza en vidrio— …¿caminamos? —pregunto a su compañero.
—¿Tenemos de otra? —sin ganas de tener que hacerlo—.
Al bajarse, y dejando el automóvil asegurado caminaron por varias horas, ante esa caminata en alguna parte de la conversación salió un tema que ambos no saben de dónde salió.
—Oye, Roronoa-ya…— pregunto Law—.
—¿Qué? — Respondió el peliverde de mala gana—.
—……Tú, ¿has pensado que siente tener relaciones o emocionalmente atraído a alguien de tu mismo sexo? —.
—¿¡Ah!? —sorprendido ante la pregunta más rara que le ha hecho hasta ahora su amigo—…mmm… Bueno, no de donde te has metido eso pero… ¿hay alguien que te interese de esa manera? —Se detuvo de tope—.
—Se podía decir que si, solo que no sé cómo expresarlo o hacérselo saber, sin embargo esa persona se ha ganado mi corazón por lo cual al verlo o sentirlo me hace perder mi razón, no sé cómo me he enganchado tanto a el— se detuvo mientras, respondió lo que le preguntaron—.
El peliverde, se quedó mudo por alguna razón, Law noto perfectamente aquella mirada que este intentaba disimular de frustración. — (¿a qué se debe esa cara?) —pensó.
—Law…— serio, mientras le miro a los ojos a él joven de cabello negro— haz lo que debas a hacer, ama a quien debas a amar es tu propia decisión incluso si es de tu mismo sexo que es lo que cambia, ¿dejarías de amarlo por ello?, estas cosas solo tu deberás aceptarlas con la mejor decisión ante ello siempre y cuando seas correspondió y viceversa…—sonrió, mientras regresaba a caminar nuevamente cuando su tono cambio a uno crudo — … No hagas lo que yo no reprimas tus emociones y hazle saber lo que sientas, no seas como yo … cuando el tiempo se te viene encima ya no hay vuelta atrás, por eso … di lo que sientas …
—Si…—respondió Law, en ese momento pareciera que hablo con otro Zoro, un Zoro a quien no conocía, era un Zoro que era extraño, profundo, sincero y dulce… le agrado saber que su amigo tenía ese lado pero ahora estaba intrigado ante esas palabras— (“No seas como yo…”)—pensaba—(Roronoa-ya, ¿Quién fue la persona que te alcanzo al grado de arrepentirte?¿Quien fue la persona capaz de tomar tanto de tu ser?) —se preguntaba mientras caminaba a lado del peliverde.
Hundido por sus pensamientos, el frío como el silencio que se hizo entre ambos apenas notaron que había llegado a casa, un poco después antes de entrar a el departamento notaron que las luces estaban apagadas.
—¿Luffy a un no está en casa? —Preocupado —
—No, lo más probable es que ya este dormido al final ya es muy tarde— saco su celular —.
Al desvestirse para dormir, Zoro se acercó a Law, este no le incomodo su acercamiento en cambio lo disfruto, y entre caricias como toqueteos pasaron los besos, de besos inocentes y llenos de curiosidad pasaron a una mayor intensidad y así ambos se unieron en aquella noche fría donde el sudor, sus temperatura como gemidos e incluso las envestidas que Zoro le proporcionaba a Law se entregaban el uno al otro, los rasguños en la espalda, de en manera la dulce como erótica voz de Law al pedir por más como el hecho de venirse dentro de él, hizo que ambos se quedaran dormidos pero sin soltarse las manos…estas permanecieron juntas y entre su canción, ambos abrazaron su calor mutuamente.
Con un silencio inminente, se escuchó en la obscuridad de ese departamento como se cerraba la puerta, en la fría madrugada de ese día alguien abrió una puerta que no debía pero con ella se cerró otra, ¿Qué podría tener esta puerta como las que faltan? Y así; se dejó en la puerta de esta una linda caja blanca con un enorme listón rosa de la cual tenían el nombre:
“Para Zoro y Law”
…
Final del capitulo 1.