El sonido de una ciudad ajetreada, típico de las grandes ciudades del mundo y no era para menos, ese era Paris. Gente hablando con el celular mientras caminaba, algunos con auriculares hablándole a la nada, jóvenes con auriculares aparatosos caminando mientras estaban escuchando música aun volumen tal que llegaba a salir de los aparatos, los grandes cafés repletos de gente al punto de tener fila para entrar, restaurantes con tumultos esperando un lugar para comer, y un lenguaje demasiado fluido como para ser entendido, ese era la ciudad Luz, Paris.
Haruto había llegado desde su pueblo esperando encontrar al santo de Acuario pero desde que había llegado solo encontró frustración y un gran deseo de irse de aquel lugar. No era que no estaba comprometido con su misión, estaba seguro que encontraría a aquel antiguo santo sin importar sus costos pero odiaba a esa ciudad tan ruidosa y abarrotada de gente, sin contar a los verdaderos parisinos que se confundían muy rápidamente con los turistas pasajeros. Había sido el primero en llegar a su ciudad objetivo a comparación de sus amigos, y por su mente paso la posibilidad de ser el primero en terminar con su misión, pero no parecía avanzar mucho en el tiempo que lleva instalado en la cuidad nombrada como la ciudad luz.
Según supo por una charla que tenia de noche con sus amigos por celular, Yuna se había distraído en todos los países de Europa antes de volver camino a Suecia, por lo que aún estaba en camino, junto a Soma, para llegar a donde buscarían al antiguo santo de oro de Piscis. En cambio Koga y Ryuho habían tardado un día más en contra de Haruto en llegar a su destino, pero habían sido los primeros en encontrar a su objetivo, en su última charla telefónica habían asegurado que el antiguo santo de capricornio tenia memorias de su pasado y vivía junto al santo de la leyenda, Aioros de Sagitario, así mismo estos estaban en contacto con sus antiguos camaradas. Gracias a ese dato que obtuvo supo entonces que era probable el santo de Acuario había seguido con su vida sin más remedio, que tenía contacto con quienes fueran sus camaradas en las batallas del siglo XX y muy probablemente vivía o tenía una relación cercana con el antiguo santo de escorpio.
Paris probablemente era de las mismas dimensiones geográficas que Barcelona, o quizás más grande o más pequeña, eso no le importaba saber en lo más mínimo a Haruto, lo único que le molestaba de todo era saberse que a pesar de haber llegado una semana atrás no tenía indicios del antiguo santo de Acuario, y eso que contaba con la idea de que quizás el santo de Cisne se encontraría allí.-Vamos Paris, ayúdame un poco- grito al aire mirando a su alrededor- Por Atenea, bendito seas santo legendario de cisne, ¿Por qué no estás aquí?- se revolvió el cabello ante la desesperación, suponía que encontraría rápido al tal Camus porque según las viejas cartas el santo de cisne trece años atrás había permanecido un tiempo largo en Francia y se había quedado hasta la guerra de marte, por lo que supuso encontrarlo de nuevo en aquel lugar ahora que no había guerras y que no portaba marca de oscuridad alguna.
-No te han dicho que gritar al aire es de mala educación- exclamo un joven detrás de él cuya vos el santo de lobo rápidamente le pareció familiar, era el mismísimo Edén de Orión.
-Edén ¿Qué haces aquí?
-Estoy aquí hace un par de semanas, recorro el mundo buscando mi lugar en el mundo… ¿Tu qué haces aquí?
-Busco a los antiguos santos de oro de Escorpio y Acuario, según supimos fueron revividos hace más de veinte años, se supone Camus de Acuario está aquí junto a Milo de Escorpio.
-Milo de Escorpio dices…
-Si, al parecer viven juntos o algo así, Aioros de Sagitario vive en España junto a Shura de Capricornio, o eso dijo Ryuho quien está allá con Koga, se supone todos tienen contacto entre sí pero no sabemos más de ellos, yo quiero conocer al famoso santo de los hielos y ver que tanto tiene Hyoga de él. Yo tenía las esperezas de que Hyoga de Cisne estuviera aquí y me ayudara a buscarlo, con su cosmos, ya que ninguno de los antiguos santos tiene cosmos, pero al parecer no está aquí.
-Quizás ellos puedan ayudarme- susurro el santo mirando hacia el horizonte- dime ¿tienes alguna pista?
-Según una carta, Camus de Acuario vive con su madre y un abuelo, su abuelo se llama Albert y madre Natassia, es una enfermera y eso es todo lo que se.
-Familia disfuncional y con un solo trabajo para mantenerla- exclamo pensante- quizás sean una familia de clase baja o media baja, no creo lleguen a clase media, deben vivir en un barrio modesto y no muy elegante, quizás en un viejo barrio y en una casa casi arruinada…
-No creo eso sea suficiente para buscar a un jubilado, si es que está vivo, han pasado trece años.
-Si acuario es inteligente podemos buscarle mediante el uso de sus habilidades…
-Edén, no tiene cosmos congelante- exclamo serio el santo de Lobo.
-Pero sus otras habilidades no deben de haberse alterado ¿No lo crees?- explico mirando con serenidad- por ejemplo siempre se supo que el santo de Escorpio y Acuario eran amigos, así también se sabe que el santo de Acuario era un santo muy culto, teniendo eso en cuenta podemos buscar maneras de que el santo de Acuario consiga dinero utilizando su inteligencia o buscando más conocimiento.
-Explícate mejor.
-Si eres un hábil estratega puedes usar eso a tu favor- exclamo dando media vuelta- en las plazas de parís, o al menos en algunas, hay mesas donde se juega ajedrez, una forma de ganar dinero utilizando su ingenio, las bibliotecas públicas son los lugares más aptos para conseguir más conocimientos a nulos costos.
-¿Eso como lo sabes?
-Lo he hecho- respondió sin mirarlo caminando hacia una de las plazas cercanas- hay que buscar a dos hombres con cabellos demasiado llamativos, uno de cabellos azulados y el otro de turquesa, los colores que según dicen son los de los santos de oro del siglo XX.
Sorprendido por las deducciones de Edén no hubo más que hacer, Haruto lo siguió y comenzaron a buscar en plazas aledañas en los barrios de clase baja y media a hombres con las descripciones de los santos de oro. Contrario al pensamiento del santo de Orión no encontraron mucho, en las mesas de ajedrez siempre había hombres mayores jugando y hablando amenamente, pero ninguno tenía esas características de los santos de oro. No estaban dispuestos a resinarse ante lo que veían, seguirían buscando aunque callera la noche, o al menos la mirada decidida de Edén daba a entender eso, por lo que cuando el sol comenzó a ocultarse se adentraron en un café para recargar energías.
No notaron lo llamativo del lugar, primero los colores que adornaban todo el local, celeste y blanco, tampoco notaron las antigüedades griegas en su alrededor y solo notaron que poca gente estaba allí, quizás por la zona poco conocida donde estaba localizado o su variedades de cafés y tortas. Pidieron dos cafés fuertes solamente y se sentaron a esperar en una mesa mirando hacia el gran ventanal.
-Es como buscar una ajuga en un pajar- exclamo Haruto- si supiera el apellido al menos tendríamos un indicio…
-¿Cómo encontró tan rápido Ryuho a Shura de capricornio?- indago Edén.
-Su padre le hablo de la tienda donde trabajaba el padre de Shura de Capricornio, Ryuho tenía la dirección…pero en nuestro caso no sabemos más nada, solo sabemos que Camus de Acuario vive en Francia y que es inteligente, según tú.
El mesero se acercó dejando las tazas de cafés, ninguno de los jóvenes lo vio llegar, agradecieron el servicio mientras seguían hablando intentando buscar una manera de encontrar al antiguo santo que tenía residencia en la ciudad de parís. El hombre se alejó sin darles la cuenta pero regreso unos momentos después dejando no solo la factura por las tazas de café sino una nota, ninguno de los jóvenes la noto, dejaron el dinero sobre la mesa y se fueron tan rápido que como entraron.
Llegada la noche Edén invito a Haruto a su habitación de hotel, y el santo de lobo no dudo en aceptar sabiendo la procedencia que tenía el santo de Orión, estaba seguro que su camarada tenía una habitación lujosa donde dormir. Y así como lo predijo fue, Edén de Orión estaba habitando una habitación lujosa para una sola persona, la habitación tenía tres alas, un recibidos donde a un lado se ponían zapatos y abrigos, una sala para descansar y al final la habitación con la cama, todo estaba pintado de un agradable color canela, tenía una televisión de pantalla plana con algún canal francés sintonizado.
-Me lo esperaba- exclamo el caballero de bronce sentándose en el sillón más amplio.
-Mañana reanudaremos la búsqueda, podemos empezar con las bibliotecas públicas- exclamo Edén mirando con seriedad-Buscas a Camus de Acuario para conocerlo, verdad Haruto pero... ¿Qué vas a hacer cuando lo encuentres?
-Decirle hola supongo, no voy a comportarme como Ryuho que se emocionó y casi grita como una de las chicas que son fans mías- respondió sacando todo lo que llevaba en los bolsillos-Quiero conocerlo por lo que se dice, dicen que era el santo más frio que podrías llegar a conocer, que tenía la capacidad de evadirse totalmente de sus sentimientos, entreno al santo de cisne y hasta se convirtió en su oponente para volverlo lo poderoso que es, algunos dicen que el también poseía la capacidad de que su cosmos lograra emanar el cero absoluto, su ejecución de Aurora era tan poderosa que igualaba a la de su discípulo.
-¿No crees que es posible que él no tenga el uso de su cosmos o su evasión a los sentimientos?
-Es posible, pero si ha de tener recuerdos de su pasado, según Ryuho que le conto Aioros de Sagitario, están los dos juntos y tienen contacto con los demás, más bien quiero tener una charla con alguien con un nivel intelectual y de estrategia cercano al mío… ¿Has pesando que hacer tu?
-Me gustaría conocer al santo de escorpio, a decir verdad dicen que era un santo orgulloso y engreído, que gustaba de notar su poder y al mismo tiempo te daba la posibilidad de rendirte para redimirte o morir en la batalla, eso demostraba la clase de hombre leal que era, la clase de ser humano que era y quiero conocerlo…
-Una extraña razón- exclamo mirando los papeles en sus bolsillos- ¿De dónde sacas dinero para esto?
-Jugando ajedrez, puedes sentarte un día entero en un parque a jugar, a diez euros por partida y haciendo la apuesta de cien euros a que las partidas duran menos de una hora, ganas buen dinero, la gente siempre- respondió caminando tranquilamente.
Haruto no le tomo importancia a las palabras del santo de orión, miro los papeles en sus bolsillos, envoltorio de caramelos y algunos boletos del trasporte público, noto entonces en la factura algo escrito, rápidamente busco entre sus cosas el pequeño diccionario de francés que llevaba a mano y tradujo sin problemas.
-Edén ¿Sabes dónde está el parque de la victoria? Tenemos una cita mañana a las ocho de la mañana…lleva todo tu dinero.
Haruto paso la noche en un sillón amplio mientras Edén descanso en la única cama de la habitación, aquella nota le llamo la atención al santo de lobo pero era un indicio quizás de donde buscar y quien lo escribiera había sido muy rápido para hacerlo sin que lo notara el o quizás había sido el mesero al que ni siquiera miro, fuera cual fuera la forma en que recibió el mensaje había un hecho probable, encontraría al santo de acuario en la mañana.
La plaza de la victoria era una vieja plaza con estatuas antiguas que estaban repartidas por todo el parque, algunos de héroes, de algunas fechas históricas y hasta de antiguas de bronce, en el pasado había sido nombrada la plaza de los héroes pero con el tiempo cambio su nombre a la plaza de la victoria. Como toda plaza tenia áreas de juegos para niños, con cajas de arena y antiguos juegos infantiles, otras áreas destinadas a las diversas etapas de la vida, una gran pared destinada al grafiti con rampas para patinetas era el área para adolescentes y para adultos junto ancianos había un área rodeada de flores y bancos con mesas de ajedrez. Cada día las mesas de ajedrez eran usadas por cientos de ancianos y jóvenes que jugaban ajedrez, la moneda corriente era ver a ancianos horas y horas jugando.
Haruto llego y miro las mesas, había cientos de hombres mayores, ancianos en su mayoría jugando y hablando de los tiempos de antes, sobre lo que compraban con lo que en él ahora era un euro o como habían crecido sus nietos. Los dos santos de bronce no lograron encontrar a nadie remotamente joven entre todos los ancianos en el parque hasta que notaron a mucha gente amontonada, pensaron que había alguna pelea por todos los murmullos, lograron adentrarse entre la multitud y notaron a dos hombres jóvenes, uno de ellos caminando alrededor de la mesa registrando apuestas y levantando el dinero, el segundo estaba jugando con un anciano.
-¿Esto es broma verdad?- pregunto Haruto mirando a los dos hombres.
El más alto, el que recaudaba el dinero de las apuestas, era musculoso, de largos cabellos azulados y ojos azules, llevaba vestido un pantalón de jean azul bastante desteñido y con huecos en las rodillas, una remera cubría su torso pero era demasiado ajustada como para no notar la musculatura de la que se veía orgulloso, en los pies había una par de zapatillas deportivas bastante desteñidas y sucias mientras se paseaba. El segundo hombre tenía cabellos largos turquesa, sus ojos estaban entre cerrados mientras jugaba por lo que no podía verse su color, no se veía muy musculoso en comparación con su compañero, llevaba puesta una camisa azul y por lo que se veía un pantalón negro con unos zapatos color negros.
-Y el gran Camus vence otra vez- exclamo el hombre de las apuestas- vamos, no puede ser, cinco partidas seguidas en lo que ve al de la mañana.
-¿Son quienes creo que son? – pregunto el santo de lobo susurrando a su camarada.
-Son ellos, el Heleno y el Francés- respondió Edén y levanto su mano en alto- yo me ofrezco.
-La cuota mínima para jugar es de cincuenta euros.
-¿Cincuenta? He jugado con por diez.
-¿Cuántos años de invicto tienes niño? El gran Camus tiene diez años invictos en esta mesa.
-Bien que sean cincuenta- bufo molesto dándole su mano al hombre y se acercó a estrechar su mano en el llamado “Gran Camus” – Me llamo Edén.
-Camus- exclamo dándole la mano.
La partida comenzó sin más demora, fue bastante rápida ya que en pocos movimientos aquel hombre la termino, aquel hombre que no expreso palabra alguna por más que Edén intento sacarle y siempre se mantuvo mirando el tablero. Poco después Haruto le dio dinero al muchacho de las apuesta y se sentó a jugar.
-Haruto.
-Camus.
-Haruto de Lobo- exclamo intento sacarle palabra antes de mover.
-Camus el francés- se cerró moviendo su caballo.
Mantenido un ambiente rodeado en silencio y de expectativas, la gente miraba atentamente cada una de las piezas de ajedrez y los movimientos que cada quien realizaba, y tal como esperaron la partida termino en pocos movimientos, en tan solo casi diez minutos el joven caballero de bronce había caído en una trampa que termino en jaque mate y partida terminada. Camus extendió su mano para que Haruto la estrechara, pero el orgulloso santo de lobo se negó a hacerlo, se levantó molesto camino a donde Edén y optaron por alejarse del lugar.
Los dos santos de bronce se quedaron esperando mirando como las horas pasaran, como la gente seguía pasando y reía, escucharon de varios transeúntes que el tal Camus nunca había perdido y que llevaba diez años en la misma mesa de ajedrez, que era mística por ese hecho. Seis horas después de que comenzaran las partidas, el hombre más alto comenzó a gritar que se reanudarían en dos horas, ya que pararían para comer, la gente comenzó a dispersarse y fue cuando Haruto junto a Edén se acercaron.
-Disculpen ¿tienen un minuto?- pregunto el santo de Orión- Soy Edén de Orión…
-Vuelvan en dos horas para las partidas de la tarde muchachos y tendrán su revancha.
-No…no…no ustedes no comprenden…los estábamos buscando.
-Venimos de parte de Seiya de Sagitario y Shiryu de Libra, defensores de la diosa Athena, nuestros amigos nos dijeron que podríamos encontrarlos.
-No entiendo de lo que hablan- exclamo el más alto cambiando de cara, mirando con seriedad.
-Sé que tienen sus recuerdos, antiguos santos dorados de escorpio y acuario, Aioros de Sagitario le dijo a nuestro camarada, Ryuho de Dragón, que ustedes estarían aquí- remato el santo de lobo.
-Vengan con nosotros- exclamo Camus caminando a paso rápido, los dos jóvenes asintieron y así se encaminaron.
Tal como dijo Edén era posible que el santo de acuario viviera en una casa con graves problemas edilicios en una zona lejana de las áreas para gente adinerada, en un barrio de gente de clase media baja, en una casa austera y quizás con un solo ingreso para mantenerla. Al entrar la casa se veía mejor que en su exterior, el piso era de madera y se veía en buenas condiciones, las paredes estaban recubiertas con un especie de paneles con detalles en madera, la cocina era amplia y con varios electrodomésticos, con una mesa en medio con seis sillas.
-Bien- exclamo Milo sentándose- ¿Qué se les ofrece? Nosotros ya nos hemos alejado de todo eso.
-¿No quieren volver a ser santos de oro?- pregunto Edén.
-No podemos- respondió mirando a su compañero que sacaba cosas de la heladera para ponerlas a calentar en el horno de microondas- no tenemos cosmos, no sabemos cómo comunicarnos y lo hemos intentado…ven a Camus, nunca ha podido irse de Francia, no tiene los medios, el año pasado desapareció dos días, nuestro amigo Mu de Aries lo tele trasporto a Siberia, ya era mayor de edad y su madre al no verlo en la mañana llamo a la policía, el abuelo tiene amigos militares y rápidamente la noticia se difundió ¿Saben dónde tuvo que aparecer para calmar las aguas? En las alcantarillas de parís.
-Catacumbas- corrigió Camus acercándose- tuve que aparentar que me había perdido, un psicólogo cree que tuve un episodio psicótico, solo fui dos días buscando a Hyoga y cuando no pude encontrar la cabaña donde yo lo entrene me tuve que volver, Mu me llevo hasta las catacumbas y desde allí, con ayuda de Shion, pude tener la posibilidad de tener en mi memoria dos días estando perdido en las catacumbas de parís.
-¿Qué hay con usted?
- Estoy aquí estudiando francés- respondió sonriendo con burla- la isla de Milos hoy es una isla vacacional, cuando cumplí 18 me regalaron un viaje a Grecia para celebrar que era mayor, nunca encontré donde entrene por lo que fue a Atenas, como saben no se puede entrar al santuario de Athena por la barrera que ahí se encuentra así que estoy atado aquí.
-¿Qué lo tiene atado aquí?
-El- señalo Camus- debo ayudarle a conseguir dinero para sus estudios, soy su gran mejor amigo.
-Eso es redundante.
-Se lo aclaro…hubo una vez que cambio a mi como su mejor amigo por otro mejor amigo al que no había visto en más de diez años…
-Y comienza- exclamo tomándose la cabeza el francés- si vinieron a buscarnos para unirnos como santos, lo siento mucho, no podemos acceder a ello, el dinero que gano en las partidas de ajedrez es para pagar mis estudios de medicina, estoy en tercer año.
-Ya sabemos eso, las noticias corren rápido entre los santos de Athena, unos a otros nos comunicamos constantemente- explico Haruto.
-Ves, son chicos listos deben ser igual de persistentes que Hyoga y los otros, así también son igual de listos que el- acoto Milo- A ver muchachos, yo soy un tipo de acción, cuéntenme un poco sobre ustedes, las batallas en las que han participado y todo eso.
-Milo.
-Santo de Escorpio ¿Es posible fallecer bajo una técnica propia?- pregunto Edén curioso ante ese hecho que Soma le había relatado.
-Si no la controlas, si- respondió sin comprender- se vuelve contra ti, cada técnica es un arma de doble filo, si es demasiado poderosa para el usuario puede matarlo, pero usada de manera eficiente es un arma letal, por ejemplo mi Ajuga Escarlata, aunque no lo creas tarde años en poder controlarla en su totalidad ya que ese fino haz de cosmos debía ser lo suficientemente preciso como para dar en un objetivo del cuerpo, permitiendo otras catorce ajuga consecutivas, tampoco debía ser tan poderosa como para asesinar al enemigo en un golpe, Antares siempre era el ataque final pero también ese proceso le permitía al oponente recapacitar.
-Si no mal recuerdo la Ejecución de Aurora se puede volver contra ti en un segundo si no la controlas- explico Camus con seriedad- si la temperatura de la técnica se va contra ti mueres por congelamiento en segundos.
-¿Antares puede regresar como un ataque contra el propio usuario?
-Sí, la técnica Antares es la técnica final, siempre va dirigida al corazón del enemigo y si no la lanzas en el momento exacto se vuelve contra ti… una vez me exploto en la cara…bueno tenía siete años, fue cuando era santo de escorpio en mi vida pasada- respondió sonrojado- Camus estuvo cerca y me salvo con algo de su cosmos congelante.
-Tardaste en lanzarla- acoto el de Acuario- ¿Por qué esa pregunta muchacho?
-Mi hermana falleció en una guerra como…ella era Santo Dorado de Escorpio…
-¿Una amazona como santo dorado?- preguntaron los dos adultos al mismo tiempo, era algo de no creer aunque siempre fue posible.
-Verán mi hermana falleció al utilizar una técnica derivada de Antares…su propia técnica y yo me preguntaba…
-Si era una derivación de Antares, es decir Antares a su propio estilo, es muy probable la técnica sea inestable y por tanto difícil de controlar- le interrumpió Milo-nunca juegues con Antares…pero no soy la persona correcta a la que preguntes sobre aquello que tiene tu mente sumida en la duda, Haruto por favor sígueme.
-¿Qué?- pregunto el santo de Lobo viendo a Milo levantarse.
-Camus es buen consejero en ese aspecto- culmino mirando con serenidad- vamos.
Milo se alejó tomando a Haruto por el hombre, el menor miro atrás sin comprender pero luego no dudo en alejarse al ver el rostro de su camarada cambiar y la mirada fría de Camus de Acuario, el cual solo miraba sin centrar la mirada.
Desde que había terminado la última guerra contra Palas y ante todas las pérdidas de seres queridos que guerras tras guerra que él había perdido Edén quedo sumido en la soledad, comenzó a viajar buscando su lugar en el mundo y siempre alerta por si se lo necesitaba, su objetivo lejos de todo era claro, buscar ese lugar en el mundo que él llamara suyo, buscar aquello que lograra sanar la herida de su corazón ante la pérdida de sus seres queridos, buscar su hogar. Camus leyó aquellos ojos que expresaban total frialdad, había algo más en aquellos ojos que pudo notar pasaban por un terrible dolor, por las palabras que había dicho sabia a que se refería y el quizás, solo quizás, él podría ayudarle.
Continuara