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Nos conocemos de nuevo por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos

Me disculpo por la demora, este mes ha sido fatal en cierto modo para mí y sentarme a poder leer y ordenar las ideas de este capítulo me ha costado más de la cuenta, mil disculpas por la demora.

 Espero les guste y gracias por esperarlo

Despertó en la mañana sintiendo un gran pesar en su pecho, se sentó en la cama y entrecerró los ojos mientras sentía como la luz del sol le molestaba. Se levantó a cerrar la ventana para luego volver a recostarse y luego sintió los brazos protectores de su pareja arrinconándolo contra su pecho. Sonrió de agrado ante ello y solo atino a cubrirse con las sabanas de color café, mientras su pareja comenzaba a besarlo con dulzura en el cuello.


—Aioros, es temprano—. Reclamo molesto.


—Nunca es demasiado temprano— acoto sentándose en la cama mientras acomodaba al español para besarlo apasionadamente.


—¿No tienes trabajo? — pregunto molesto—. No puedes ir oliendo a sexo por la mañana.


—Tengo lo que quiero cuando quiero ¿Eso te responde?


—¿Tu cosmos? — pregunto sentándose.


—Tiempo pasado, no necesito mi cosmos…además ser caballero me obligo a hacer muchas cosas de las que me arrepiento.


—Yo tengo motivos para arrepentirme, te hice mucho daño, yo te maté y por poco asesino a nuestra diosa, pero ¿Tu? ¿De qué te arrepientes? — pregunto sentándose en la cama.


—Tenías diez años, Shura—sonrió abrazándolo—. Solo obedeciste órdenes.


—Lo sé, pero también tenía capacidad de juicio, yo tenía que haber dudado ante la orden, te conocía como un santo ejemplar.


—¿Y qué te mataran por seguirme? ¿Crees acaso eso era lo correcto?


—¿Haberte pedido explicación?


—Yo recuerdo que si lo hiciste amor— sonrió besándolo dulcemente en los labios—. Te paraste frente a mí y me gritaste ¿Aioros cómo pudiste ser capaz de intentar matar a Athena?


—Tenías una beba en brazos y no me di cuenta, debí percatarme de eso.


—Me saliste despistado— sonrió en burla antes de volver a besarlo— ¿En que estábamos? Estábamos por tener sexo mañanero.


—Aioros tengo que ir a la tienda de mi padre, a las diez abrimos.


—Shura ¿Por qué no dejas de trabajar ahí? Yo tengo un trabajo para solventarnos a los tres.


—¿Los tres? — pregunto arqueando una ceja.


—Claro, a tu padre, a ti y a mí.


—Aioros…sabemos que mi padre no está muy contento contigo—acoto recordando la razón por la que su padre y Aioros estaban distanciados.


Ya había pasado diez años de aquello y aun parecía no haber forma de que se reconciliaran ante la situación y Shura recordaba muy bien aquello. Había sido cuando Aioros termino sus estudios obligatorios antes de entrar en la universidad y como premio de aquello los padres del de sagitario le regalaron un viaje a España y el alquiler de casa-residencial donde se quedaría durante las vacaciones antes de comenzar la universidad. Los padres de Aioros habían pagado por un piso en el centro de Barcelona para que pasara las vacaciones en su país favorito desde que conocía a Shura, y no parecía que fuera a pasar algo anormal.  En aquel tiempo el señor delos Monteros tenía una excelente relación con Aioros, había sido quien ante sus ojos curo a su hijo del autismo, quien con su sola presencia le hacía mucho bien a Shura por lo que no pensaba mal de aquel muchacho de cabellos castaños.


En aquellas vacaciones de invierno y por pedido expreso de Shura, el señor de los Monteros dejaba a su hijo de casi quince años en aquel departamento para que pasara los fines de semana y después de clases, durante la noche buscaba al pelinegro y todo parecía marchar bien, no tenía por qué pensar mal del heleno, hasta aquel día, el cumpleaños número quince de Alejandro.


Lo cierto fue que Aioros estaba alborotado de hormonas al igual que Shura, el castaño ya con dieciocho años y el español con catorce estaba comenzando la pubertad a plena. Por cosas del destino hasta aquel día ambos solo se contentaban con un contacto mínimo, un beso era suficiente para los dos demostrarse afecto, pero un día eso ya no basto. Cuando Shura cumplió quince años y como regalo de cumpleaños, Aioros lo llevo a ver una película, le pidió al señor de los monteros un permiso para que ambos durmieran juntos aquella noche como en un pijamada cuando eran niños, el señor de los monteros no objeto. Vieron una película, comieron algo que pidieron por teléfono y finalmente se acostaron a dormir, aunque no terminaron durmiendo, aquella noche ambos se habían dejado llevar por las hormonas y terminaron desnudos en la cama.


Cuando Fernando de los Monteros fue al día siguiente a recoger a Alejandro no se alarmo de que no respondieran el teléfono, pensó que se habían quedado hasta tarde viendo películas y por ello aun dormían. Aquel padre viudo no pensó mal en su inocencia solo atino a subir y despertar a su hijo para llevarlo a casa, entro con la llave de respuesta que los padres de Aioros le habían dado por si surgía una emergencia. Entro sin cuidado y busco a los dos muchachos, grande fue su sorpresa cuando los vio a ambos dormir completamente desnudos en la única cama de la habitación. 


Shura y Aioros no sabían cómo explicar que había pasado, el heleno sintió que había defraudado al señor de los Monteros ya que este le había confiado a su hijo, su mayor tesoro, y Shura solo atino a sentirse apenado. El resto de las vacaciones la siguieron pasando juntos, Aioros regreso en febrero para el curso de ingreso a la universidad en Argentina y prometió volver para las vacaciones, aunque Fernando de los Monteros no tomo bien ese hecho.


Si era verdad que Aioros había traicionado la confianza de Fernando, le había entregado a su hijo en bandeja de plata y permitió que las cosas llegaran hasta aquel punto de no retorno, acepto todo, no se opuso a la relación, sabía que de hacerlo las cosas se pondrían peor por lo que solo atino a aceptarlo todo y no decir nada a los padres del heleno. Después de aquella la relación con quien curo a su hijo y el padre de aquel muchacho que una vez fue autista termino por destruirse y apenas si se saludaban.


—Vamos Shura, no es novedad que a los quince años uno tenga su primera relación sexual, además eres hombre, mientras más pronto eso es una hazaña—Bufo molesto—. No es como si hubiera hecho algo anormal.


—Creo yo que lo que se espera es que el chico de quince años tenga su primera relación con una chica, no con un chico que es mayor de edad— sonrió levantándose de la cama para buscar su ropa—. ¿No fuiste tú quien dijo que quería que tomáramos las cosas con calma? ¿Qué querías que el sexo lo dejáramos para cuando fuéramos mayores de edad?


—Porque la vez anterior fuimos hombres tú con diez y yo con catorce años.


—Voy a trabajar a la tienda de empeño—acoto mientras se vestía.


—Saluda a tu padre por mí.


—Levántate y ve a trabajar.


—Lo hare en un rato.


Shura llego a la hora de abrir la tienda, su padre parecía no haberse levantado ya que las luces del local se encontraban apagas. Sin perder tiempo busco las llaves de su casa en su campera vaquera y abrió la puerta de anexo que separaba su casa de la tienda de empeño, subió al segundo piso y abrió la puerta de su aun hogar.


—Papá— exclamo buscando a su padre, quien parecía no estar en casa, camino por el pequeño piso y fue hasta la habitación principal donde encontró al mayor durmiendo. Sin perder tiempo fue a hacerle el desayuno a su padre y regreso momentos después con una bandeja que coloco en la mesa de luz, sacudió a su progenitor para despertarlo y cuando lo vio abrir los ojos le dejo el desayuno sobre su regazo—. Papá ya es de mañana.


—Alejandro ¿Cuándo llegaste? — pregunto


—Me encargare de la tienda, puedes llamarme si necesitas algo.


—La tienda necesita de dos encargados.


—Tu pudiste solo durante años, yo también puedo ¿No confías en mi?


—Confió en ti, Alejandro, pero no creo que estés listo para la responsabilidad de manejar la tienda.


—Debo pedir certificado médico si alguien quiere vender o empeñar algo para las cuentas del hospital, debo buscar imperfecciones y cualquier cambio que pueda dañar la mercancía, se buscar cuando algo es falsificado ¿Qué más debo saber?


—A no darle dinero a Aioros solo por darle— respondió —. El reloj francés no valía ni la mitad de lo que pagaste por él.


—Ya te dije que no lo page, se lo dieron a Aioros y este me lo dio a mí, nunca manejamos dinero por él, además vale buen dinero está intacto con los años que tiene.


—En ese caso él sabía que es basura.


—No es basura, papá—replico acomodándole el acolchado de color carmín—. El tasador lo dijo, es un reloj viejo, vale bastante y ya lo publiqué, he tenido varios interesados, si a fin de mes no lo vendo lo publicare para un remate.


—Me levantare de inmediato…


—Papá, descansa, mereces un día de descanso después de tantos años, hoy seré yo el encargado—le interrumpió levantándose de la cama, la acomodo un poco y se retiró de la habitación.


Shura fue a abrir a la tienda de empeño, no había gente esperando y mucho menos parecía que fuera a haber pronto gente en la mañana. Limpio las vitrinas y saco el polco de unos estantes, fue cuando miro aquella pequeña daga que le había comprado a Ryuho casi un mes atrás, un arma antigua de mucho valor emocional, no la había vendido y mucho menos estaba en sus planes venderla, era un recuerdo de su ahijado y tan solo verla le aseguraba que pronto el muchacho pasaría de visita.


Recordaba con cierta nostalgia cuando era niño, desde que había perdido el autismo el ayudaba a su padre con la tienda, durante su niñez jugaba con algunos objetos de la tienda o los limpiaba, más de una vez había jugado con las guitarras eléctricas y las había conectado, produciendo el rompimiento de vidrios. Durante su adolescencia su padre le enseño todo lo que tenía que saber sobre el empeño, la compra y venta, le ayudo a poder valor oro, y ver con detalle cada objeto buscando alguna imperfección, a los dieseis años comenzó a págale su ayuda en la tienda como un trabajo de medio tiempo. A los dieciocho años su padre lo tomo como parte de la tienda, era su ayudante y mano derecha, recibía la paga que le correspondía como parte de la tienda, el dinero que ganaba lo usaba para sus estudios superiores.


Shura se graduó con honor como profesor de historia, porque su padre le dijo que quería verlo como un profesional y no trabajando en le tienda, después de cinco años de estudio y una tesis calificada como sobresaliente Shura ya era licenciado.


El trabajo en la tienda solía ser lento, era conocida por la gente que entraba a la tienda y era extraño que pasara alguien desconocido. El sonido de las campanas de la puerta alerto a Shura de un visitante, miro su reloj, era extraño que a esa hora entraran clientes, se dio media vuelta y noto a Aioros mirándolo.


—¿No deberías estar trabajando?


—Estaba camino a un edificio que construyo, para supervisarlo, y pase a saludar a mi querido novio— respondo mirando expectante.


—Estoy en horario de trabajo Aioros— miro molesto y clavo la mirada en Aioros—¿Compraras algo?


—Esa daga se ve hermosa.


—No se vende.


—Tienes mala estrategias de mercado ¿Por qué no la vendes?


—Es la daga que le compre a Ryuho, tiene un valor importante para mi— respondió sacando la daga del mostrador— Esta daga me asegura que mi ahijado algún día vendrá a visitarme o, si Ryuho muere en una guerra santa, tendré su recuerdo.


—No pienses en eso— le interrumpió antes de besarlo— No hay nadie en la tienda querido capricornio ¿Vamos a la parte de atrás de la tienda?


—Tengo trabajo ¿Y si entra alguien?


—Las campanas te darán aviso.


—¿No tienes una obra que supervisar?


—Sí, pero no tengo horario para llegar.


—Vas a insistir hasta que te deje pasar y terminemos en la parte de atrás de la tienda ¿cierto?


—Dime tu, eres el que sabe todo en esta relación—sonrio con picardía.


El español no tardo en abrir la pequeña puerta a un lado del mostrador para darle paso al heleno, quien solo sonrió. Momentos después ambos estaban besándose en la parte de atrás de la tienda donde Shura usaba un lente especial en algunas piezas de joyería y ponía algunas en algunos líquidos especiales que demostraban si eran falsos o verdaderos.


En medio del momento las campanas de la tienda anunciaron una entrada, alguien había llegado. Shura hizo a un lado a Aioros para darse paso e ir a atender al cliente, mientras el griego solo sonrió siguiéndolo.


—¿Ustedes? — pregunto Shura mirando a los recién llegados sin salir de su asombro.


*****************************************************************************


Por motivos fuera del entendimiento del de escorpio Camus lo había dejado todo, hasta que las órdenes judiciales procedieran como marcaba la ley, hasta que su mundo volviera a estar bajo su mirada, lo dejo todo. Camus, aquel universitario inteligente, con grandes deseos de ser doctor, había dejado el ajedrez como su fuente de ingreso, abandono su hogar, la casa de su madre y abuelo para irse a vivir con Milo, y abandono sus estudios universitarios.


Camus pasaba los días recostado en la cama de dos plazas a la vista de su alumno y Milo, dormía con Milo, eso era verdad, pero no ocurría nada fuera de eso, Camus se negaba a recibir cualquier toque o estimulo, no quería saber nada más allá de estar en cama y ver las horas pasar. Comía obligado, ya que Hyoga y Milo no lo iban a dejar morir en ese estado, para ellos todo era cuestión de tiempo, cuestión que Camus asimilara los últimos sucesos de su vida.


Para Camus un día él era uno de los mejores estudiantes en la universidad, un hábil jugador de ajedrez con lo que pagaba sus estudios, un hijo y nieto amado, sobreprotegido en cierto aspecto, pero nunca pensó la verdad sobre él.


Su madre y abuelo lo amaban, Camus era el tesoro más preciado para ellos, pero un hombre lo odiaba, Acel Domine lo detestaba. Camus idolatraba a aquel profesor, un médico reconocido, que había publicado artículos médicos importantes, salvado cientos de vidas, pero ese hombre resulto ser su peor pesadilla.


Los resultados de ADN hicieron más escándalo de lo que fue en un principio, los videos de aquel accionar de Milo se hicieron virales y fue mayor cuando llegaron los primeros expedientes de Camus a ser públicos, nunca debió haber quedado libre en la materia, todos sus exámenes libres habían sido aprobados, varios profesores se disculparon con él por todas las molestias causadas. Pronto en toda Francia se habló del tema, llego a oídos de Camus que Acel Domine había sido despedido bajo averiguaciones de abusos en el hospital donde trabajaba, la universidad rescindió su contrato por el fraude en los exámenes donde solo Camus era el damnificado, y el resultado de ADN había dado positivo, lo que causo que pronto Camus se sintiera en el ojo de la tormenta.


Todo salió a luz, Natassa se vio obligada a contar su versión de la historia y se supo del contrato fraudulento, Domine desmintió todo, pero en los papeles estaba su firma y del su abogado, quien también resulto perjudicado porque aquella acción resulto ilegal. Salió a luz sobre el sobreprecio a Albert en sus medicamentos, cuando este los tomaba, y el propio anciano ya estaba tomando accione legales por dichos actos.


De alguna manera también se supo sobre Camus y la mesa de ajedrez, se supo que ganaba buen dinero, no falto ninguno de sus rivales para decir cómo funcionaba todo, algunos llamaban estafa a lo que pasara en el parque, otros lo veían como un medio para vivir en base a la habilidad de Camus, porque después de todo Camus ganaba cada partida sin recurrir a trucos. No vendía ninguna clase de objeto engañoso, no estafaba a nadie, quien quería jugar con el solo debía pagar unos billetes y si querían apostar por su derrota eran libres de hacerlo, nadie estaba obligado, aunque se llegó a decir que Camus era dominado por Milo, quien lo obligaba a todo. Si era verdad o no lo último nadie lo sabía, Camus había desaparecido del parque y Milo con él, cuando todo había explotado sobre lo que Acel había hecho en la facultad de medicina.


Tan pronto como se supo toda la historia los noticieros de todo el país, tanto de carácter periodístico como los de farándula que vieron una noticia impactante, quisieron hablar con Camus, sobre todo. Querían saber su versión, querían verlo y escucharlo, ya que desde un principio Acel había negado todas las acusaciones. Pero el Camus no quiso hablar, abandono su casa materna para no ver más cámaras, para no ocasionar más problemas a su familia, para aislarse del mundo, aunque fuera desde el apartamento de Milo.


—Camus— exclamo Milo preocupado sentándose en la cama, había mandado a Hyoga a comprar algunos víveres para la semana y aprovecharía ese momento para intentar ayudar a su amado copero—. Estoy aquí.


—Lo sé, Milo—sonrió dándose vuelta para verlo.


—Sé que estas dolido, yo también lo estaría, pero, aislarte del mundo no es saludable.


—Siento que el mundo me ataca—le miro seriamente—. No es como cuando era santo, yo podía pelear contra todo, nada de lo que me dijeran de importaba, yo luchaba por el mundo, Milo ¿Qué me queda ahora? Ese hombre me destrozo la vida.


—No la destrozo, tu estas aquí, puedes seguir adelante— le interrumpió tomándole la mano.


—¿Con que objeto? El gano, yo soy el un hijo bastardo para el mundo, soy mayor de edad, escuchaste a las noticias ¿Yo buscaba trascender? Eso jamás fue así, luche para salir adelante, ayudar a mi madre y mi abuelo, ese hombre…el hombre que tanto me odiaba era mi padre—. Partió finalmente en llanto.


—Ese hombre será tu padre biológico, pero no es nadie, no tiene que significar nada para ti— exclamo abrazándolo contar su pecho—. Quienes dieron todo para que crecieras, quienes son tus padres en verdad, son Hyoga y el señor Albert, Hyoga que procuro durante un año tu bien estar, era tu discípulo, pero hizo lo posible para que seas feliz, un año le basto para volver tu mundo mejor, y tu abuelo, el señor Albert ha dado todo de si por ti, ellos son tus padres, a quienes le importas—. Reparo profundo mientras miraba hacia Camus, su pijama azul estaba sucio con manchas de grasa y comida, y su cuerpo se veía claramente descuidado, su cabello grasoso, su piel pálida y sus ojos sin brillo, todo había sido un golpe fuerte—. Acel solo está pagando el daño que te hizo e intento hacer, no debes dejar que esto te domine, tu eres fuerte, luchador, decidido e inteligente, tengo entendido que sus hijos son mayores que tú y están en tercer año de la carrera, tu avanzaste sin detenerte, decidido a ser doctor, serás un gran doctor.


—Milo, tu no comprendes.


—Si comprendo— lo interrumpió—. Tu tenías deseos de conocer a tu padre, te hiciste una imagen de él, falsa, idolatrabas a un hombre como Acel porque lo veías como a un dios, pero ese hombre tenía un corazón negro, era un hombre malo y, en efecto, es tu padre, pero es malnacido que abuso de suerte y la suerte finalmente lo abandono.


—Se quedó sin trabajo por mi culpa.


—No amor–volvió a interrumpirle y luego lo beso—. Él se la busco, el debió hacerse cargo de ti desde un principio, tenías derecho a saber quién era tu padre, tenía que ocuparse de ti y no abandonarte, ese hombre ni siquiera debería tener dos hijos, no merece ser padre y tú no mereces ser su hijo, mereces a un hombre como Hyoga o como tu abuelo, ellos te amaron y procuraron tu bien estar, merecías a un hombre bueno, que te quisiera, que te cuidara…


—Aun así, sé que lo que dices es verdad, pero es doloroso, doloroso saber que un hombre como Acel Montier me odie, que sabía que era su hijo y solo quiso causarme dolor.


—Él se hundiera como el Titanic, y tú te elevaras en los cielos, pero por el buen hombre que eres, no se te va a subir el poder a la cabeza, salvaras cientos de vidas más que él, serás un gran doctor.


—Ya no sé si quiero ser médico.


—¿Qué dices amor? — pregunto cohibido por la confesión el Heleno—. Quedamos en que tu serias quien me mantenga, que viviríamos juntos de tu sueldo cuando abanáramos el ajedrez como medio de vida. Dime ¿Qué quieres ser ahora?


—No lo sé, solo, ya no quiero ser doctor—respondió mientras Milo lo abrazaba, esbozando al fin una sonrisa—. Empezare de nuevo el año entrante, tengo tiempo para decidir.


—Genial, tendré que conseguir trabajo.


—Te hace falta, Milo—exclamo en burla, a lo que Milo no tardo en besarle los labios—Puedes hacer el desayuno, tengo algo de hambre.


—Hyoga fue a comprar vivires, no me sermones, ya sé que debí comprar la despensa a principios de mes que me durara todo el mes, no una semana, pero Hyoga y tu comen mucho.


—Milo, no es culpa nuestra, es culpa tuya.


—No, no es culpa mía, porque yo solo debo dar abasto para dos personas, no para tres, Hyoga es adulto.


—Sigue siendo mi orgullo.


—Nuestro orgullo, Hyoga se convirtió en un santo sin precedentes, un guerrero formidable y un excelente ser humano…el sucesor de escorpio y acuario.


—Mi sucesor—sonrió mirando por la ventana, en ese momento Hyoga venia llegando con las bolsas de mercado, portaba una gran sonrisa en su rostro y se veía sumamente animado—. Aun no puedo creer que ahora me doble la edad.


—¿Cuántos años tiene ya? — pregunto Milo besándolo en la mejilla—. Se volvió muy fuerte gracias a nuestra guía.


—Milo, su maestro fui yo, no tuviste nada que ver en su adoctrinamiento— le reclamo molesto el galo.


—Yo también jugué un papel importante amor, recuerda que le perdona la vida cuando debí acabarlo, lo llamé verdadero santo y un hombre de honor.


Camus arqueo una ceja, incrédulo e se recostó en la cama nuevamente, separándose de Milo, no había razón para discutir y no le llevaría la contraria al antiguo santo de escorpio, pero debía admitir que tenía razón, hasta cierto punto, Hyoga había crecido más cuando Milo lo respeto como a un guerrero igual en aquel entonces. Milo no tardo en ponerse sobre el para besarle, Camus solo sonrió, conocía decimado a Milo como decirle que no y con solo hacer un simple cálculo mental estaba seguro que Hyoga no tardaría en entrar por la puerta.


—Pasen, sean bienvenidos— se escuchó a Hyoga entrar por la puerta en ese momento, Milo y Camus miraron con sorpresa, el ruso no conocía a nadie en Francia como para invitarlo a pasar al departamento.


—¿Qué? — exclamaron los dos con sorpresa al ver a Hyoga entrar acompañado, Milo se paró rápidamente, dándole espacio a Camus, quien ni se inmutó con la visita.


Continuara 

Notas finales:

Bueno, espero les allá gustado.

El capitulo respondió dos incógnitas que quizás no se hicieron, pero era importante responderlas antes de seguir avanzando con el fic y en el próximo capítulo hay más incógnitas que responder.

Siguen las preguntas del capítulo anterior para que sigan pensando, ¿Creen que los antiguos santos dorados quieren volver a ser santos? Y ahora les dejo alguna nueva ¿Quiénes los han ido a visitar? ¿Jugaran estas personas un papel importante en la toma de la decisión final, si es que no se tomó?

Recuerden, preguntas, dudas, errores que noten, criticas, si les gusto o si no les gusto, todo en los Reviews, su opinion es importante para mi, no sean lectores silenciosos, soy toda oidos para ustedes.

Bueno como nota final, aparte, ¿Se acuerdan que estaba emocionada de en algún momento publicar el Fanfic número 50 de esta cuenta? Bueno ya lo publiqué, fue algo que surgió de pronto y está en Prince of Tennis. Yo planificaba que fuera de Saint Seiya, que es donde estoy activa, pero por cosas del destino fue de POT y de una pareja que parece olvidada en el Fandom, la Strongest Pair.

Este FanfIc es importante para mí, es el número 50, no será el último, pero marca los 9 años que llevo escribiendo Fanfics, un antes y un después, están todos invitados a leerlo.

http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=175544

Como siempre, a la brevedad responderé sus reviews, solo los del ultimo capitulo están sin responder por lo que serán rápidos :)

Un abrazo y  nos leemos pronto 

 


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