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Nos conocemos de nuevo por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todo

Bueno pido disculpas por demorar, digamos tengo problemas con esta pareja, mas de los que pensé, no es que no sean mi pareja favorita, es más amo verlos juntos pero nunca he escrito algo de ellos.

Se dice que el destino es una moneda de dos caras, una es la cara, la que siempre se muestra  y la otra siempre está al revés, a veces esa cara se voltea y estas de frente con aquella parte que no esperabas ver, algo fuera de lo común y a su vez que llegaba a maravillar. Era de maravillar entonces las caras de la moneda que la vida le mostraba, tanto a los dioses como a cada ser humano cuyo destino era cambiado, por simples reveces, produciendo por decisiones mayores, los dioses, o simplemente por las decisiones de cada persona.


Angela Bertello era una madre abdicada a sus hijos, o eso decía. Era una mujer alta, mucho más que el promedio de toda mujer de Italia, de tez blanca, de contextura algo corpulenta, ojos de un color casi gris acompañados con una mirada seria y frívola, pero no había que dejarse engañar por las apariencias, era todo lo contrario de lo que una persona esperaba, demostrando que no había que juzgar un libro por su portada.


Proveniente de una familia religiosa ella siguió cada paso que sus ancestros, se casó aun siendo adolecente con un hombre de dinero, bastante más grande que ella, se dedicó a su hogar y ser la matrona de la familia, liderando un hogar que ella no permitiría se transformarse en el típico caos de todas las casas en Italia, mantenía su hogar con mano de hierro, siendo sus órdenes respetadas a rajatablas, y si una orden no fuera llevada a cabo su mano no temblaba para dar el castigo, ya fuera a sus tres hijos o su esposo, su orden era absoluta y debía serlo siempre. Como toda mujer de la vieja escuela se había casado joven, no requirió de más estudio que terminar la preparatoria, pues su vida se veía siempre de la misma manera, dedicada a su familia desde el amanecer al anochecer.


A los quince años se había casado con Vittorio Bertello, un empresario que le doblaba la edad, y al hacerlo ella misma se hizo respetar, su esposo tenia reglas más estrictas en toda la casa y este al intentar no respetarla seria gravemente sancionado, a la antigua, con algún elemento de tortura de por medio. Con tan solo quince años quedo embarazada, pero perdió a aquel hijo por azares del destino y durante varios años, casi diez, recién tuvo a su primogénito, al que llamaron Gabriel, diez años después llego el segundo, al que llamaron Benedicto, y a los cuarenta y cinco años, cuando sus deseos de tener una niña se habían esfumado llego el tercero, al que llamaron Angelo y estaba decidido desde nacer el destino de los tres hermanos.


Vittorio Bertello era un hombre de treinta años cuando se casó con Ángela, tenía una funeraria de la que se hacía cargo y luego logro adquirir un cementerio, nunca busco dinero con su oficio, sino más bien brindar su servicio a la comunidad, a pesar de lo que significaba. Tenía un gran temor a la muerte y no solo debido a su oficio,  siempre lo tuvo al ser familiar de gente allegada a la mafia italiana, su familia de origen se encontraba en la misma Sicilia, todos quienes conocían a la familia les temían, desde al más viejo al más joven, pero él se veía como una persona difiérete,  no deseaba nadar en dinero o participar de las altas corrupciones en Italia. Cuando pudo se separó de su familia y empezó su vida, cuando había cumplido cuarenta y cinco años vio la justicia divina tomarse formar, toda su familia habían muerto súbitamente, sus padres, sus hermanos,  sus abuelos, sus tíos y primos, ancianos, adultos, mujeres, niños y hasta infantes, todos murieron sin razón aparente en una especie de matanza de la que nunca se encontró un solo sospechoso puesto que nunca vieron marcas de algún arma que fulminara a toda la familia Bertello; y todas esas muertes tenían algo, una terrorífica marca del asesino o más bien visto como símbolo divino, a cada fallecido le faltaba el rosto.  Por lo que su respeto a dios se hizo más que evidente  para Vittorio y el mismo se juró no volver al mismo sendero por el que su familia había transitado y resulto en un fatídico final, digno del que se esperaba para toda la mafia de Italia.


 Su vida como buen samaritano comenzó a sus veinte años decididos que debía tener esposa, para no estar solo,  formar su familia y así conoció al padre de Angela, quien literalmente vendió a su hija y cuando este cumplió quince años se la entrego cuan trofeo, sin pretender más nada que formar una familia y demostrarle a dios que estaba del lado correcto de la balanza. Quince años tardo en nacer su muy esperado hijo y desde entonces busco tener una hija, solo diez años después llego el segundo, cuando apenas se repetía de la noticia que le devasto y a su vez alivio un año antes de la cual solo se informó por  los canales de televisión y los diarios, los múltiples asesinatos de todo miembro de su familia, lo que le dio seguridad que él había decidido el camino correcto, y fue por ello que decidido no ir a los funerales, y guiar a sus hijos por el camino que su esposa predicaba, el camino de dios. Con si antigua vida sepultada tras varios féretros en Sicilia siguió su vida como un padre de familia, y por alguna razón siempre busco tener una hija,  quizás para completar el par de hijos, o para tener un alma femenina en casa,  pero el destino era caprichoso, diez años después de su primer hijo tuvo un según varón, y diez años después tuvo su tercero, pero aún estaba en la búsqueda de aquella anhelada hija, aunque pasara de los setenta años.


Los tres hijos de Angela y Vittorio eran tan iguales que parecieran gemelos a pesar que había largos lapsos de tiempo entre uno y otro, Gabriel se llevaba diez años con Benedicto y Benedicto se llevaba diez años con Angelo, lo que hacía improbable que el parecido físico de los tres hermanos fuera tanto.  Los tres tenían cabellos azulados,  de contextura delgada pero con algo de desarrollo muscular debido a los estricto horarios de su madre en cada actividad y que a todas debían de movilizarse a pie. Los tres habían ido desde pequeños a colegios religiosos siendo Gabriel el primero en encaminarse a aquel camino que su madre había decidido por él, convirtiéndose en sacerdote; cuando termino la preparatoria Benedicto siguió ese mismo camino y era seguro que Angelo seguiría el mismo destino.


Con sus valores morales de las viejas épocas Angela desde joven decidió todo por sus hijos, lo que era mejor para ellos, enviarlos a colegios religiosos era la menor de las prioridades de aquella madre estricta, la mayor siempre era la misma, que sus hijos se convirtieran en sacerdotes y, si aún vivía para contarlo, que  uno de sus tres hijos llegara a convertirse en papa. Debido a aquello que Angela predicaba la familia cada domingo debían de asistir a la misa del papa, el largo viaje al vaticano era mínimo, sin importar si sus hijos tenían torneos escolares o alguna junta de amigos,  o ella estaba por dar a luz, todos debían asistir a la sagrada misa que era dada por el santo padre de la iglesia.


Curioso fue el destino pensó Shiryu cuando encontró a DeathMask con diez años, o al menos a quien debía ser, nunca pensó que ese niño que un año atrás había hecho la primera comunión tuviera rastros de lo que fue en el pasado, un despiadado asesino, pero lo veía, el rostro no podía mentir, Angelo Bertello era ni más ni menos que DeathMask de cáncer, en camino a convertirse en sacerdote por designio de su progenitora. Investigo a la familia como era su deber, para asegurarse(por perdido de su maestro en una misión que le encomendó) que al antiguo santo dorado estaba en un ambiente positivo, grande fue su sorpresa al saber que fue el mismo DeathMask quien había terminado con la vida de toda la familia de su padre cuando este aún era el terrible asesino del santuario por los años ochenta y noventa,  que habían  sido el encargado de tan terrible misión y que ahora, por decisión divina, era el hijo del sobreviviente de la familia que le pensó había acabado.


Durante todo el mes de abril, desde que Shura había desaparecido de un día para otro (porque su padre lo había llevado a Argentina a una reunión de padres de niños autistas, de la que él no se enteró) busco y encontró a DeathMask para vigilarle y asegurarse de que estuviera en un buen ambiente, pero, a pesar de lo que esperaba vio a un niño que no estaba en el camino a convertirse en asesino o en un ser sanguinario, vio a alguien completamente diferente de lo que esperaba encontrar. A sus ojos ese niño se convertiría en otro hombre, en un ser de bien, criado por un matrimonio algo anciano que predicaban el catolicismo, y muy probablemente se convertiría en sacerdote o líder de una congregación.


-Nunca pensé en que desearía el bien para ti- exclamo mirando al niño salir de la escuela de la mano de su hermano mayor, el futuro sacerdote- A pesar de tu pasado, yo espero DeathMask…no, Angelo, espero que realmente seas feliz con tu familia.


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Cuando su misión fue encargada Shun supo a quién debía de buscar primero, el santo de Andrómeda tenía un presentimiento, o mejor dicho una certeza, que encontraría con mucha facilidad a sus objetivos, a quienes conoció como Aphrodita de piscis y Shaka de Virgo.  Los objetivos para el joven santo de Athena no eran difíciles, mucho menos complicados de encontrar, por dos razones, la primera era que ambos antiguos santos eran demasiado llamativos en su físico y personalidad como para no notarlos, la segunda era que él se sentía cercano a ellos, a Shaka se debía a que era de su mismo signo y era el heredero de la armadura de dorada de virgo, por voluntad de aquel que alguna vez fue el más cercano a los dioses, y Aphrodita, el pisciano había asesinado a su maestro pero también en la guerra de Hades demostró que estaba arrepentido de sus actos y que estaba dispuesto a dar su vida por la diosa de la sabiduría.


Shun encontró a Shaka y vio que la vida del antiguo santo de virgo era ideal, o al menos la correcta, por lo que no se preocupó de estar al pendiente de él, suficiente tenia Shaka con dos padres sobre protectores con él y que el pequeño rubio estaba dedicado al budismo predicando su palabra con el ejemplo y la meditación. Pero el caso de Aphrodita fue distinto, en cuando llego a Suecia, y haciéndose valer de su título de doctor, logro encontrar al antiguo santo de piscis y no tuvo más opción que quedarse.


El pequeño Aphrodita vivía en su natal Suecia desde que nació, su padre era jardinero de un hermoso y amplio jardín botánico, al igual que maestro de botánica en una universidad, a pesar de los dos empleos estaba más dedicado al primero que al segundo, su gran pasión. La madre de Aphrodita era una mujer muy dedicada o su familia, o más bien lo fue, cuando su hijo había cumplido seis años enfermo de neumonía, los médicos hicieron todo lo posible para salvarla pero una noche ella cedió a la enfermedad pero su lugar fue cubierto inmediatamente. La diosa Afrodita decidió no permitir que aquel santo que la idolatraba cambiara su destino, que estaba moldeando a su imagen, intercedió de la manera más abrupta que pudo, la misma noche que la joven mujer falleció ocupo su cuerpo mortal, convirtiéndose en la madre de Aphrodita y procuro su crianza sin descuidar sus deberes en el olimpo.


La vida del pequeño de cabellos celestes siempre fue difícil, pues nunca fue aceptado por nadie, sus padres lo adoraban al igual que sus abuelos, pero el resto de la gente lo miraba diferente. Al ser tan andrógina su apariencia rápidamente se trasformó en un blanco número uno del acoso en la escuela desde los tres años, cuando comenzó  el jardín de infantes, no existía nadie más al que sus compañeros molestaran, siempre fue el. A los seis años comenzó a usar maquillaje, no por gusto, fue para tapar cada moretón, golpe, herida o raspón provocado por otros niños que se divertían golpeándolo. A la diosa Afrodita ese hecho nunca le hizo gracia, no podía actuar como diosa, se vería demasiado extraño si algo les pasaba a esos niños de un día a otro y tenía que ver con aquello en lo que ella tenía poder, por lo que opto por cuidar al pequeño, animarlo y nunca dejar que su ánimo decayera, siempre enfatizando que desarrollara un buen autoestima, quería o mejor para él y no pararía hasta que un día su pequeño pudiera defenderse, siempre esperando un milagro.


Shun no tenía ni idea sobre la interferencia de la diosa Afrodita, mucho menos de su actuar, pero cuando comprendió lo que pasaba en aquella ciudad, en aquel barrio donde Aphrodita vivía su vida día tras día, decidió el interferir. Se anotó como médico para la escuela primaria a donde el pequeño de piscis asistía, sin decirle nada a nadie, sin tener que dar explicaciones, su buen corazón lo mando a ayudar como fuera necesario. Como era diario que tuviera que recibir atenciones rápidamente se hizo amigo de Aphrodita, el niño sentía cierta simpatía con él, había algo que le hacía tenerle confianza y depositaba en aquel hombre.


-Ven Aphrodita- exclamo llevando al de Suecia sobre la cama para examinarlo-Tienes maquillaje en la mejilla.


-Mi mamá me lo puso.


-Ya veo porque- exclamo mirándolo-dime, tus padres deben saber lo que pasa.


-¿Hay algo malo en mí?- pregunto bajando la mirada- mi mami le grito a una señora ayer y la señora le dijo que…


-No hay nada malo en ti- exclamo con seguridad mientras le ponía en la mejilla una compresa con hielo- Eres un gran niño, nadie te conoce y esa señora está mal, yo hablare con ella.


-Entonces, no sé porque todos son malos conmigo.


-Son malos contigo porque son niños bobos- le contesto limpiándole una herida que tenía en el codo de una caída que tuvo en la entrada-los niños bobos se creen muy listos y muy fuertes, pero no lo son, ellos son niños malos, yo te lo aseguro, tu serás doctor como yo y ellos serán hombre que viven bajo un puente.


-No quiero nada malo les pase.


-Bueno, serán señores que no lograran ser doctores y podrás serlo tú-sonrió al ver la bondad en los ojos del pequeño- nunca te defiendes.


-No soy malo-asintió bajando la mirada.


-No eres malo, pero deberías comenzar a defenderte ¿Le has dicho a tus maestros sobre lo que esos niños te hacen?


-Si le dijo ellos estarán en problemas y después me van a golpear más, mi mamá ya lo intento, pero me pegan más.


-Yo podría hablar con ellos, seguramente podría ayudarte- exclamo con seguridad el santo de Athena mirando al niño el cual cambio su rostro y lo miro con terror.


-No, no- negó mirándolo con temor en sus ojos- ellos me pegan más.


-Bueno, hagamos algo- exclamo con seguridad- después de clases puedes venir a mi consultorio, directo aquí, corriendo como si estuvieras en una carrera y yo te acompaño hasta donde estés seguro.


-No gracias-exclamo cambiando la mirada, ahora miraba arrogante, orgullos, por ese breve momento Shun vio a aquel hombre de largos cabellos celestes que conoció veinte años en el pasado, aquel a quien derrotó, pero poseedor de un buen corazón.


-Aphrodita me llamo la maestra- exclamo la voz de una mujer entrando al pequeño cuarto que era la enfermería.


-Mami- ante la sorpresa de quien entraba el pequeño sonrió, corrió a toda prisa para abrazar a quien veía como su progenitora.


La diosa de la belleza vio todo con sorpresa, nunca pensó en ver a ese santo de bronce, cruzarlo siquiera, lo vio sonriendo con amabilidad, comenzó a hablarle sobre que el uso del maquillaje podría ser perjudicial para la cicatricen de las heridas y le recomendó tratamientos naturales para todo.  Sus largos cabellos celestes y un flequillo que llegaba a cubrir sus ojos lograba que su expresión de sorpresa no fueran percibida por el otro adulto en la habitación, por su cosmos casi anulado por el bien de Aphrodita noto que el santo de Athena no se había dado cuenta de a quien tenía en frente. El pequeño de ocho años miro con sorpresa a su doctor amigo y a su madre como cruzaban miradas, extrañas a su parecer,  su madre miraba sorprendida mientras su doctor amablemente le dictaba recomendaciones de remedios caseros.


-Muchas gracias Doctor- exclamo tomándole la mano al pequeño la diosa.


-Quedamos con Aphrodita que de ahora en más después de clases vendrá corriendo a verme para que lo acompañe a casa, y en la entrada yo lo acompañare desde la entrada hasta su salón, si usted quiere también vendrá en cada recesó, le daré una receta para algún medicamentó que le daré, aparentemente, así las autoridades escolares no se alarmen.


-Gracias doctor-exclamo sonriendo- me alegra que usted esté interesado en el bien de mi hijo.


-Soy doctor, debo de estar interesado en el bienestar de todos mis pacientes- sonrió amablemente.


*****************************************************************************


La ciudad del vaticano es uno de los países más pequeños del mundo, según las enciclopedias de Internet, dentro del territorio de otro, encontrándose dentro de la ciudad de Roma en Italia, con su propio gobierno y propio régimen, que seguía a una única autoridad, el papá y su ley era la biblia. Cada domingo miles de fieles, no solo en la ciudad o de Italia, sino de alrededor del mundo, asistían a la sagrada misa que el papa celebrara,  muchos acampaban alrededor de la sagrada basílica, otros emprendían el viaje para llegar a tiempo a la misa, todos estaban en la ciudad por su gran fe, sin importar  su raza o su lugar de origen, si venían de América, Europa o Asia, todos creían firmemente en dios, en todo aquello que era su obra y veían milagros hasta en las cosas más simples.


Aquel domingo no era como cualquier otro, el propio papa lo había dicho, el santo pontífice, la mayor figura más importante del catolicismo de todo el mundo,  decidió hablar a todo el mundo sobre el entendimiento, la comprensión y la solidaridad, sintió que era necesario hablar de ello, del respeto por las diferencias de  las personas y no dejarse llevarse por el miedo a lo desconocido, y por sobre todo actuar de manera violenta ante ello.


Como cada domingo la familia Bertello estaba presente, Angela con un embarazo más que notorio de la mano de su marido, con Angelo de once años de edad cumplidos, Benedicto ya con veintiún años y con ropa normal, siendo el único ausente Gabriel, quien en ese mismo momento se encontraba dando misa en una pequeña iglesia en Sicilia. La familia Bertello no era la única presente en aquel concurrido lugar, Alejandro y Fernando los  Monteros junto con un singular acompañante, con quince años ya cumplidos estaba Aioros, el antiguo santo de sagitario, tomándole la mano a un Alejandro de ya once años cumplidos,  tomando su mano con fuerza a la del menor. Del otro lado de la basílica estaba Aphrodita con su familia y un traductor, totalmente perdidos entre la gente que quería escuchar la misa del santo padre.


-Aioros- susurro el pelinegro mirando al castaño, sentía que no debía estar ahí sino unos metros más atrás, que necesitarían de el en un momento y no debía perder tiempo


-No puedo creer cuanta gente viene aquí- exclamo sorprendido el castaño.


-Aioros- lo volvió a interrumpir pero el adolecente estaba  maravillado mirando todo a su alrededor, opto por la más seguro, zafarse del agarre de su mejor amigo (que no podía llamarlo novio aun) y de su padre, para ir a donde su instinto lo llamaba


Por otro lado Aphrodita estaba perdido, se había separado de sus padres en un momento, no supo cómo buscarlos pero intento hacerlo, fue hasta donde había un parque repleto de árboles y se subió  a un paredón que estaba alrededor del tronco del árbol. Miró a su alrededor y noto a varios otros niños acercándose, al parecer tampoco querían participar de la misa o al menos no tenían intención de escucharla, decidió no hacer nada y seguir buscando a sus progenitores, seguramente lo estaban buscando también.


-Miren a ese niño- exclamo uno de ellos- es pecado querer parecer mujer.


-Travestirse es pecado- acoto uno tomando a Aphrodita del brazo jalando al suelo.


El ex santo de piscis no supo como pero pronto se vio rodeado por varios niños, no los primeros dos, todos le gritaban, se burlaban de él y lo empujaban de un lado a otro. Comenzó a llorar desesperado, lo que hizo que le gritaran más y se burlaran de él, llamándolo niña.


-Acaso no escucharon al papa- exclamo una voz acercándose a esos niños, tomo a uno del brazo- déjenlo en paz.


-Aphrodita, DeathMask- acoto Shura apareciendo a donde lo llevaba ese instinto.


-Me canse de ustedes- exclamo el italiano mirando al niño que tenía tomado del brazo y lo empujo hasta hacerlo caer dentro de una maseta.


Aphrodita desde el suelo miro a dos niños defendiéndolo, sin más ni más, golpeaban y empujaban a esos niños para alejarlos, eran mayoría sus agresores contra sus dos defensores, pero ninguno de esos niños dio un paso atrás. No podía salir de su asombro ante lo que veía, trago saliva ante su sorpresa y estaba a punto de llorar cuando noto que los niños que lo agredieron en un principio se alejaban asustados.


-¿Estas bien Aphrodita?-exclamo Shura ayudándolo a levantarse tomándolo desde sus hombros y jalándolo hacia adelante- Valla que oportuno, tus dos mejores amigos en el vaticano.


-Déjame ayudarte- exclamo el italiano tomándole la mano al de Suecia.


Por un segundo ambos niños se miraron sin entender mientras sus imágenes del pasado pasaron sus mentes, cada momento vivido, cada sonrisa, cada equivocación, cada acierto, cada batalla y la sangre derramada. Shura no comprendía lo que pasaba ante el silencio, primero pensó que se sorprendían de encontrarse, luego que quizás ambos no se conocían y por ello se miraban como si se conocieran.


-Death…DeathMask- exclamo sonriendo el de piscis, comenzó a llorar antes de lo que el mismo pensó, no quería aparentar dureza en aquella situación, y sin dudarlo, sin demora, abrazo al italiano- DeathMask, DeathMask.


-Aphrodita- dijo abrazándolo sin salir de su asombro- Aphrodita-miro hacia adelante, allí estaba el español sonriendo.


-Esperen a que vean a Aioros, seguro quieren conocerlo.


-DeathMask, DeathMask.


-Ya Aphrodita, ya-exclamo molesto-deja de llorar, no eres una niña, nosotros los niños lloramos cuando es necesario y ahora no es necesario.


- Ha sido terrible, todo este tiempo,  mis padres me entiende, pero…pero…no te vuelves a alejar de mí, no como Shun.


-¿Qué paso con Andrómeda?- pregunto absorto el español ante lo que decía.


-Desapareció, un día era el doctor en mi colegio, hace un año y luego, un día…desapareció.


-¿En abril?-pregunto Shura mirando con sorpresa.


-Si…la primera semana de abril desapareció.


-Shiryu también desapareció hace un año- exclamo con sorpresa- el me visitaba todas las noches antes de recobrar mi memoria, hace un año, y luego, cuando al fin lo recordé, el solo dejo de visitarme…


Los tres niños se quedaron en silencio ante lo que escuchaban, el italiano no comprendía lo que pasaba, el sueco quería saber más y el español veía en aquella casualidad algo más, como si fuera predestinado que se volvieran a encontrar y que tanto Aphrodita como el tuvieran contacto con los santos de bronce.


-Hay que convocar a una reunión de santos dorados- se escuchó una voz la cual se mantenía seria- o al menos una reunión de nosotros, los ex santos dorados.


-Aioros- exclamaron los tres al mismo tiempo.


-Me temo que debemos hacerlo, no somos los únicos, he estado en contacto con Shaka ya que hace un año mi hermano y él han recuperado su s memorias, Mu, Aldebarán, Saga, Dohko y el antiguo patriarca Shion, no creo sea casualidad, y al menos alguno de nosotros ha tenido contacto con aquellos chicos de bronce cuando no teníamos nuestras memorias y luego desaparecer, Shaka aseguro haber entablado una charla con el santo de fénix mucho antes de volver a ver a Aioria, ahora Aphrodita con Andrómeda y Shura con el santo de dragón antes de encontrarme, no creo sea casualidad que todos desaparecieran en las mismas fechas.


-Hay un problema- interfirió el italiano- oh más bien el mismo problema multiplicado por diez.


-¿Cuál?- preguntaron los otros tres al mismo tiempo.


-Angelo- Se escuchó el grito de Angela desde lejos.


-Alejandro, Aioros- secundo el grito de Fernando de los Monteros.


-Aphrodita- fue el grito del padre de piscis el último en oírse.


-No creo seamos los únicos con padre y las restricciones que eso conceden ¿no lo creen?- exclamo cruzándose de brazos.


Continuara.

Notas finales:

Espero les allá gustado y como siempre algunas aclaraciones:

  • Con esto terminan los rencuentros, por el momento, solo queda Kanon pero el ya de adulto tiene que recuperar sus memorias.
  • Los santos dorados no tienen cosmos, Shion, Mu y Shaka se comunican por telepatía, algo para lo que no necesitan uso del cosmos por sus siempre avanzadas habilidades mentales desarrolladas,  por lo que solo saben lo que entre ellos hablaban, por eso ante todos Camus y Milo aun no recobraron sus memorias, ni saben dónde están, son los aislados por ese hecho, ya que los demás si se comunican entre sí: Mu con Saga y Alde, Shion con Dohko, Aioros con Shura, Shura con Aphro y DM (a partir de este cap se entiende), Mu con Shaka, Shaka con Aioria y asi.
  • Ha pasado más o menos un año desde que Aioria y Shaka se rencontraron.
  • La decisión de que muchos Dorados, antes de recuperar sus memorias, profesen el catolicismo es que investigue el porcentaje de religiones en todos los países, sorpresa el catolicismo tiene un porcentaje considerable en todos. Shion, Shaka, Dohko y Mu son, hasta ahora, los únicos budistas, Aioria y Aioros los únicos ateos.
  • Si se enredaron con la historia de la familia de DeathMask, la cosa es así.

-          Según Kurumada y s cronología, todos los hechos en el santuario ocurren en los años 90 (el torneo galáctico, las doce casas y la saga de Poseidón) antes de su muerte DM asesino a toda la familia de la rama paterna, es decir todos aquellos ligados a su padre, considerando que debió ser desheredado  el viejo DM nunca se enteró de la existencia de Vittorio y la familia que este había formado, y ya que Vittorio no fue a los funerales dio por terminado ese trabajo.

-          En 1981 nace el hermano mayor de Dm.

-          En 1990 fallece DM.

-          1991 nace el otro hermano mayor de DM.

-          2001 Nace de nuevo Dm.

  • Si se enredador con lo de Aphro es así:

-          En el año 2003 nace Aphro.

-          En el 2009 su madre se enferma de neumonía y muere, la diosa afrodita interviene y ocupa el cuerpo de la madre de Aphro.

Próximo capítulo: La reunión dorada

Bueno, espero les alla gustado, espero sus opiniones, quizás en un futuro no muy lejano haga un fic de DM y Aphro para desquitarme por lo que creo fue un mal capitulo.

He escuchado sus opiniones y si, ese fic, que es como un capítulo del fic Dones, está en proceso, quizás pronto puedan leerlo, veré como me sale, primero debo pulirle detalles, unos pocos por aquí, y unos otros por allá, es complicado, ni le hice lemon a esa pareja en el fic Dones porque se me complico con el tema de la falta de los sentidos de Shura (si no mal recuerdo le faltaba el oído y la vista)XD bueno,  voy a hacer lo posible para ponerme al día con los fics.

Un abrazo a todos, espero sus opiniones sobre este cap y sino vía Facebook para quienes tienen.


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