Como todos los días desde hace diez años estoy aquí, trabajando en un lugar en cual me siento muy cómodo, no cualquiera tiene la oportunidad de ser parte del exclusivo mundo de la lencería, mi trabajo es maravilloso, encajes, risas, prendas pequeñas, el mundo maravilloso para mí. Soy tan feliz que me siento como pez en el agua, mi jefa es la más buena del mundo… o eso creía.
-Lo siento Marcos, pero me veo en esa necesidad- la mujer regordeta y vestida con un lindo traje sastre color salmón me habla en su oficina.
-¿Y pensaste en correrme solo a mi? ¡¿Sólo a mí?!- pregunto algo ofuscado, es que no puede ser, esto no puede ser posible- Por favor Delia, llevo diez años laborando para ti… ¿Sabes lo que son diez años de mi hermosa y virgen vida aquí?- me mira con desapruebo- Bueno, lo replanteo ¿Sabes lo que son diez años de mi vida aquí?- Esto está mejor.
-Lo siento, en verdad que me duele, pero necesito recortar personal, no es que a mi me guste hacerlo, sin embargo…- y entonces la puerta se abre dejando entrar a un semental hermosamente vestido en unos jeans ajustados y una playera color celeste que deja muy claro su musculoso cuerpo, me embobo mirándolo ¿quién será?
-Ah… creí que ya lo habías despedido, necesito el cheque para pagar el enganche de mi deportivo osita- le habló cariñosamente a mi jefa… aguarden ¿dijo osita? ¿Este tipo le dijo osita?
-¿Osita?- le pregunto incrédulo mientras ella se sonroja
-Ay Gabriel, te dije que esperaras, estoy trabajando en tu cheque…- sonríe como una quinceañera estúpida… un momento… ¿En la necesidad de despedirme?
-Bueno, no tardes que necesito ese dinero- saliendo y dejando su viril, cítrico y engatusante aroma sale
-¿No es hermoso?- pregunta ella completamente embelesada
-Claro que sí… es hermoso- lo siento no puedo evitarlo, es hermoso
-¡Oye! Ese es mi hombre- reacciona y me dice algo molesta.
-¡Ya está bien! Ahora veo por qué tienes la necesidad de echar a tu mejor vendedor de pantaletas- le hago un puchero mientras me encojo en la silla.
-Lo lamento, pero tú sabes, es decir… tú me entiendes, tengo que atender a un ejemplar como ese y pues no sale barato- se disculpa.
-Eres una mujer horrible- me levanto indignado- Pero ya sabrás lo que es el dolor cuando ese tipejo te deje sola y te deprimas tanto que te dejarás morir y tu cuerpo será devorado por gatos hambrientos y tus vecinos encontrarán tu cadáver tres meses después-
-No te enojes- me dice triste
-Por un hombre musculoso, guapo, fuerte, varonil y con un tremendo paquete… porque pude verlo, aclaro; dejas a un amigo… qué digo amigo, un hermano… Pero existe el karma y ese te lo cobrará… y ¿sabes qué? ¡Renuncio!- doy media vuelta y camino hacia la salida.
-Marcos, por favor no te pongas así, seguro que hallarás algo mejor- intenta detenerme
-¡No! tú y tu extraordinario macho man pueden quedarse juntos… ¡Renuncio!- salgo y azoto la puerta. Seguro la dejé anonadada, entonces detengo mis pasos y regreso- No mejor sí despídeme, así puedo cobrar mi liquidación- hago puchero y ahora sí me largo de la finísima tienda “Vestimos la concha”. ¿Qué será de mí? ¡¿Qué será de mí?!
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-¿Y sí estaba muy bueno el tipo?- Mago, mi amiga y compañera de cuarto me preguntaba mientras sentada frente al espejo se maquillaba.
-Sí… muy bueno… ¿te acuerdas del italiano que vimos en la tienda de discos?- le pregunté al momento de estar recostado en mi cama
-¡Y cómo no recordarlo! Esos ojos, esos brazos… ¡ese bonito trasero!- contestó emocionada
-Pues el tal Gabriel está mejor, de cierto modo comprendo que Delia me echara, aunque no fue justo… Ahora estoy sin trabajo, sin dinero… y…- iba a revisar mi cuenta de Facebook por en el celular pero me di cuenta de algo horrible- ¡Nooooooooooooooo! ¡Tampoco tengo crédito! Me siento incomunicado, fuera de la tecnología… soy parte de las estadísticas del desempleo… Moriré de hambre a este paso- hundí mi cara en la almohada, mi día no fue muy bueno que digamos.
-Ay no exageres, solo agarra el periódico y ponte a buscarle… Puedo conseguirte algo en mi trabajo-
-No Mago, no sé bailar en el tubo, además eso es solo para mujeres- se peinaba y dejó de hacerlo para mirarme
-No Marcos, no te iba a decir que bailaras conmigo en el tubo, además ese ejercicio lo hacen los hombres también-
-No, mejor no… recuerda lo que pasó la última vez que fui a tu trabajo- volví a esconder la cara en la almohada, pero esta vez lleno de vergüenza.
-Pues si no te hubieras embriagado no te hubieran tenido que sacar la cara del escusado del baño de mujeres- suspiró cansada- aunque si no quieres ir ahí puedo decirle a mi hermana Chela que te preste sus catálogos de AVON y así puedes entrar con ella al negocio- volvió su cara al espejo para terminar a arreglarse.
-No, eso tampoco es opción, ya una vez vendí cosméticos por catálogo y quién menos gana es el vendedor, así que no, Chela no es una opción de trabajo- estoy deprimido, diez años perdidos entres brassieres, pantaletas y medias… qué tristeza.
-Es que no eres un buen vendedor, nada más dejabas que te rayaran el catálogo y ni te compraban nada, en eso eres bien tonto… pero ahora que hablamos de mi hermana, me dijo que los hijos de su patrón van a tener esta noche fiesta y mañana va a necesitar manos que le ayuden a limpiar y componer lo que esos niños hoy destrocen, así que hay trabajo para cuando menos un día…-
-Limpiar las cochinadas de esos niños… Pero yo no nací para limpiar- me quejé muy dolido.
-Por favor Marcos, a menos que seas la Anastasia esa del Christian Grey que solo gana por tener sexo asqueroso con él, no creo que tengas más opciones para ganar dinero, porque debo de ser sincera, salvo vender calzones de encaje no sabes hacer otra cosa, así que si quieres cuando menos tener datos en el teléfono por una semana te conviene ir mañana a limpiar la casa donde trabaja Chela-
-Tienes razón… buscaré a mi Grey…- sonreí emocionado
-Deja de decir estupideces y mejor deja le aviso a mi hermana que mañana vas a ayudarle- tomó su celular y le habló a Chela. Todo quedó listo, iría al día siguiente a las nueve de la mañana para limpiar el desorden de unos mocosos que no tienen otra cosa que hacer más que fiestas… Ojalá yo fuera esos mocosos…
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Bajé del microbús, que por cierto era manejado por idiota que casi choca en siete ocasiones contra otros autos y en el cual me toquetearon el trasero varias veces. Luego de caminar unas cuadras llegué al número que me había dicho Mago… 25 de la calle Lomas Inn. La casa se ve enorme desde aquí afuera.
-Woooow- abrí los ojos enormemente, parece un hotel esta casa, es de color beige, con unos ventanales enormes y la enorme reja de la entrada la hace lucir impresionante. Toco el timbre y por el interfono escucho una voz.
-Sí… ¿diga?
-Hola Chela, soy Marcos- contesto aún maravillado por la casota que veo.
-Ah, sí, pásale…- escucho como la reja comienza a abrirse. Camino hacia la puerta principal y veo como el camino está ladeado por un espacioso, verde y bien podado jardín… está bien bonito este terrenito. Llegó a mi destino y un señor bigotón me mira…
-Vaya, no creí que la agencia mandara un chico, pero ni hablar, esos niños son tan tremendos que por eso creo que decidieron mandar un hombre- lo miré sin entender.
-¿Disculpe?- iba a contestarme cuando apareció la hermana de mi amiga.
-¡Marcos! ¡Qué gusto verte!- me abrazó. Ella y Mago son muy diferentes, el aspecto deChela es el de una mujer apacible, tranquila y recatada, su hermana es todo lo contrario, desenfadada, alocada, bailarina de table dance y muy bonita.- ¡Qué bueno que viniste! Ven, te llevaré a tus quehaceres- solo asiento y entro.
Hubiera preferido no hacerlo, la casa por dentro está hecha un asco, pisadas lodosas, basura y botellas de refresco tiradas por doquier.
-¿Esto es una fiesta de niños? Me recuerda a mí cuando el primo de Delia me folla…- Chela me mira sin comprender- Ehm… me… me… cuando tra… trabajaba en salones infantiles, pero eso no importa, lo importante es que ¿esto voy a limpiar?- miré asustado
-Ay no, cómo crees…- respiré aliviado por lo que ella me dijo- Tu limpiarás la piscina, y esa está peor- ¡Ay no! caminamos a la susodicha alberca y al llegar quedé peor de asustado… botellas de plástico, envolturas de frituras, ¿eso es un empaque de condón? ¡no es posible! Eso en una fiesta de niños
-¿Pues cuantos años tienen los niños?- le pregunté
-Pues Mariano dieciséis y Silvana quince- cada vez son más precoces los niños, yo a su edad… bueno, mejor no hablo.
-Aquí te dejo, debo ir a la cocina a preparar el desayuno de los niños, no te tardes, porque Mariano acostumbra a usar la alberca temprano cuando no va a clases. Sacas la basura. Me toca esperar a la nueva niñera, a ver si esta dura, no entiendo por qué el señor Marcelo insiste en ponerles nana a los chamacos-
-¿Nana? ¿No ya están grandecitos para niñeras?- pregunto burlonamente
-Sí, lo mismo pienso, pero seguro es cosa de la Estefanía esa que le mete ideas al patrón-
-Pues qué horror, yo a su edad no tenía nanas, tenía ganas de forni…- ¡Diablos! Casi la riego- de forni… de forni…rme bien… pero bueno, eso no importa, comenzaré a limpiar-
-Sí, apúrate por favor, iré a ver si ya llegó la nueva nana, quién como ella, gana más que yo y ni duran nada…- se fue negando. ¿La niñera gana más que ella? Debe ser un buen salario… y seguramente no tiene que sacar las porquerías de esos adolescentes de la alberca… ni hablar, a trabajar.
Luego de una hora y media sacando las porquerías de la piscina, llevaba a la puerta dos enormes bolsas negra llenas de basura, que asco, ¿Por qué tuvo que aparecer Gabriel y follarse increíblemente a la menopáusica de Delia? ¿Por qué?
Abrí la puerta y justo en ese momento el señor bigotón que me recibió cuando llegué traía consigo a una señora de unos cincuenta años, con cara de amargada y mirada siniestra.
-Mire, esta señora dice que viene de la agencia de nanas, pero le dije que ya mandaron un niñero, que es usted- me dice y me quedo sorprendido, así que eso pasó, ese señor piensa que yo soy el nuevo niñero… Pero esto es una confusión, yo solo vine a limpiar, debo dejar en claro que yo no soy el nano, yo no viene a ganar el sueldazo que le pagarán a esa señora, yo no tendré que limpiar las porquerías de los niños esos, ya no tendría que preocuparme por quedarme sin datos en el teléfono, ya no me preocuparía por morir de hambre… debo decir la verdad.
-Ehm… pues… yo…- diré la verdad, diré la verdad- Yo soy Marcos Piñero… el niñero- oh, oh…