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flores de cerezo por kiriyo

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Notas del fanfic:

es mi primer fic en esta categoria y mi primer one-shot, espero que lo disfruten... n.n

Notas del capitulo:

ninguno de los personajes utilizados aqui son mios, son de su creador Tadatoshi Fujimaki

Las flores de cerezo caían de manera tranquila y lenta hasta llegar al piso, en los techos, en la cabeza de las personas o en el mejor caso reposaban en sus manos, consiguiendo una sonrisa de aquellas personas. La flor más hermosa cayó sin misericordia, siendo arrastrada por el viento cruel, que osaba separarla de las demás. La corriente obligo a la hermosa flor, la corriente se llevó a la hermosa flor, hacía un destino que todos desconocían. Pétalo a pétalo se fueron desprendiendo de ella, lenta y dolorosamente, como la esperanza que alberga los corazones de los seres humanos.

La esperanza es un simple estado de ánimo, como la felicidad o la tristeza. Si es eso ¿por qué todos la tienen? Hasta la persona que lo ha perdido todo tiene una pizca de esperanza, ¿por qué es tan importante?

Todos reposaban en aquel árbol de cerezos, sin afligirse por la pérdida del cerezo, tal parecía que no extrañarían a la flor más hermosa.

-_-_-_-_-_-_-_-_-

-shin-chan- susurro un pelinegro a lo que él creía el aire, pero cuan equivocado estaba. –shin-chan- repitió un poco más alto, con la voz ronca y garganta lastimada.

A grandes zancadas fue hasta la ventana y la cerró con desgano. Había empezado a llover desprevenidamente, él veía a las personas correr de un lado a otro para resguardarse de la torrencial lluvia. Las nubes amenazaban con extraer relámpagos, provocando un imponente y espeluznante sonido, atemorizando a varios niños, pero después iba a salir el sol provocando un espléndido arcoíris… esa era la esperanza.

-¡shin-chan!-gritó dañando aún más sus cuerdas vocales, tapándose los ojos… tal vez así no tendría que ver, él no quería ver.

-Takao estoy aquí, no grites-dijo fastidiado, frunciendo el ceño y acercándose a él. -¿qué quieres?

Cerró los ojos con más fuerza y se dejó caer de rodillas, mientras reprimía unos sollozos. Después de todo, su persona especial no puede regresar.

-¿por qué te fuiste?-sollozo con los ojos cerrados al igual que sus puños –te necesito-

-no digas eso, nanodayo- menciono ajustándose los lentes, pero sin su habitual sonrojo…él ya no podía, aunque tampoco quería. –no me he ido-

Los relámpagos se escuchaban cada vez más cerca, la furia de la lluvia aumentaba… el llanto de los niños era apenas audible, pero estaba presente y no había señales de que el sol quisiera salir… provocando que el ansiado arcoíris no apareciera… esa era la esperanza.

El llanto de Takao cesó y se sentó en una orilla de la cama, cerró fuertemente los ojos para evitar que lágrimas siguieran cayendo sin descanso, como era habitual. En seguida esbozo una sonrisa, pero no era como las que él solía dar, estaba rebosando de tristeza y con un nudo en la garganta comenzó a hablar.

-extraño que digas nanodayo, extraño tus momentos tsunderes, extraño tu cabello verde- rio un poco por sus palabras, pero continuó –extraño tus tiros de tres, extraño tus momentos de arrogancia, extraño las pocas veces que sonreías –por más que quisiera reprimir las lágrimas que salían no lo conseguía, por lo que decidió dejarlas fluir – extraño tus Lucky Items y incluso tus insultos-

Midorima caminó con tranquilidad y se sentó a un costado del pelinegro.

-es “e incluso” Bakao-dijo con voz firme, pero con una sonrisa similar a la de Takao- sé que no puedes escucharme, pero…- dio un gran suspiro, para armarse de valor- yo te- fue interrumpido por la lastimera voz del pelinegro.

-shin-chan, nunca te lo pude decir… sé que no hay forma de que me escuches, pero te amo… fuiste, eres y serás mi primer gran amor- tomó una almohada, la puso en su rostro y silencio sus sollozos.

-te amo, kazunari- sentía sus ojos acuosos, a pesar de que no podían salir lágrimas de ellos, se suponía que ya no podía sentir dolor, pero la fuerte opresión en su pecho le hacían pensar lo contrario.

Se maldijo una, dos, diez veces por no ver su camino, por no esquivar.

-no me puedes escuchar- dijeron al unísono, la almohada que tenía Takao cada vez se hacía más inútil y Midorima deseaba llorar.

El pelinegro se acostó deseando que cuando abriera los ojos eso no fuera más que un vil sueño, shintarou intentó tomarlo de las manos, pero no pudo… la impotencia que sentía en ese momento era insoportable.

-Takao, estoy aquí… por favor siénteme- se acercó a kazunari y le regalo el más tierno ósculo que pudiera nacer de cualquier boca.

Takao tembló… sintió escalofríos, pero intento dormirse nuevamente. Midorima se acostó a un lado de él y lo envolvió entre sus brazos, la calidez que emanaba de esa vida era increíble a comparación de su cuerpo inerte. Su calidez lo cubrió completamente, al igual que sus sentimientos.

Shintarou lo observó, su respiración tranquila, sus ojos hinchados, su cabello negro… todo.

Sus sentimientos no son efímeros, y ellos constantemente lo atormentarán.

Pero su vista se desvío al celular del más bajo, el cual estaba abierto… exactamente en un mensaje

“mañana es el funeral de Midorima shintarou”

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

La flor más hermosa cayó sin misericordia, siendo arrastrada por el viento cruel, que osaba separarla de las demás. Pétalo a pétalo se fueron desprendiendo de ella, lenta y dolorosamente, como la esperanza que alberga los corazones de los seres humanos.

-La esperanza es un simple estado de ánimo, como la felicidad o la tristeza. Si es eso ¿por qué todos la tienen? Hasta la persona que lo ha perdido todo tiene una pizca de esperanza, ¿por qué es tan importante?- preguntó la flor más hermosa.

-esperanza es no rendirte, no bajar los brazos, esperar con convicción que lo que más anhelas sucederá,

Cuando ves hambre,  esperanza es pan para todos

Cuando ves odio, esperanza es amor para todos

Cuando ves necesidad, esperanza es sabiduría para todos

Cuando ves muerte, esperanza es vida para todos-

Todos reposaban en aquel árbol de cerezos, sin afligirse por la pérdida del cerezo, tal parecía que no extrañarían a la flor más hermosa, pero ahí estaba una Catarina llorando por todos. Después de todo, las flores no pueden llorar. 

 

Notas finales:

alguna crítica, insulto o algo, no duden dejarlo en los reviews 

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