Lo lograré. {One-shot Wigetta}
Samuel.
Hoy ha sido otro día de mierda. Quizá un poco más agotador que el de ayer y por eso se siente un poco más cansado. Se deja caer de espaldas a la cama, siente como esta se hunde ante su peso.
“Debo seguir adelgazando"- Se repite una y otra vez.
Cuando se siente un poco mejor, mayormente cuando está un poco más estable y parece que todo ha dejado de dar vueltas, se levanta, lentamente, y se sienta en aquella incómoda silla de escritorio, frente al ordenador. Lo enciende y espera a que el Internet se conecte.
-Vamos...- Susurra, impaciente. Se siente un poco tonto al estar tan ansioso por saber si él ha subido algo nuevo el día de hoy.
Abre Youtube y busca su canal. Sonríe cuando ve que hay un nuevo vídeo publicado, justo hace dos horas. Clika sobre este y una extraña sensación de confort lo invade cuando escucha esa voz entre grave y aniñada, algo fría y tímida, intentando comentar como va jugando. Lleva casi un mes viendo los vídeos de aquel chaval, y últimamente parece ser lo único que lo aleja un poco de todo lo que está ocurriendo a su alrededor en este tiempo.
Suspira y se pregunta si sería tan malo que él hiciera algo como esto, subir vídeos a Internet, en la nueva plataforma de YouTube, e intentar hacer lo que ese chico está consiguiendo: animarlo sutilmente.
“¿Por qué no?"- Se anima en un intento por cumplir su objetivo. Él, Samuel, siempre ha sido un chico que lucha por sus sueños, que no se rinde y que con esfuerzo y dedicación intenta luchar por cumplir sus metas por superarse y sentirse orgulloso de si mismo. Bien, aunque en estos últimos meses todo ha empezado a ir mal, y sinceramente, no tiene pinta de mejorar, ha podido conocer Youtube más allá de la música y disfrutar de todo lo que este ofrece, así que, ¿por qué no debería él unirse y conseguir lo que esa persona que escucha a traves de la pantalla, Willyrex, como se llama su canal, ha conseguido?.
“Lo intentaré"- Se asegura a si mismo, mientras se inventa un Nick.-“ ¿Cómo podría llamare?"- Cierra los ojos y piensa por unos instantes. Alza la cabeza en busca de inspiración. ¡Lo tiene!. Su personaje favorito de Dragón Ball es Vegetta. Lo intenta, pero en vano, y es que ese apodo ya está cogido. Vuelve a pensar. Esta vez su cabeza vaga haga hasta un famoso personaje de unos dibujos animados llamada Sin-chan. El súper héroe que sale en esta lleva en su cinturón el 777.
¡Ahora sí que en verdad lo tiene!.
Introduce Vegetta777 y ahora sí, puede continuar introduciendo los datos. El primer paso ya está dado, ahora debe seguir y seguir hasta conseguir su meta: Conocer a la persona que lo ha inspirado para empezar en aquella plataforma y agradecerle el animar sus días oscuros e iluminarlos gratamente.
“Y lo haré, Willyrex, algún día te llegaré a conocer."
(...)
-Willy, ya era hora.- Se queja el mayor al ver como el pelinegro aparece a lo lejos. En vuelo saldrá dentro de nada, y a pesar de que le ha mandado miles de Whatsapps, Willy seguía sin dar señales de vida.
-Lo siento.- Se disculpa nada más llegar a su lado.- Es que en la ducha no caía agua caliente y...- Vegetta solo pudo reír ante la escena tan tierna que mostraba el menor.
-Tranquilo chiqui, que era broma.- Lo tranquiliza.
Al segundo ambos estallan en carcajadas.
-Somos más tontos...- Atinan ambos a la vez. Y es verdad, son tontos, pero a su forma, con sus bromas íntimas y sus tonterías, pero siempre siguiéndose el uno al otro más allá de todo y es que a lo largo de esos más de dos años han conseguido entablar una amistad, y algo más -aunque ninguno de los dos se atreva a dar el paso- que solo puede fortalecerse.
-Vamos, anda, que al final perderemos el vuelo.- Ambos se ven cansados por todo el ajetreo de las firmas de ayer del libro quue sacaron ambos: Wigetta, un viaje mágico.
Y caminan, uno al lado del otro, para tomar aquel avión que los llevará de vuelta a su hogar, aquel que han formado en casi un año y que esperan compartir durante mucho tiempo.
“Y al final lo conseguí. Logré que aquella persona que yo veía a través de una pantalla y que de alguna manera conseguía animarme a seguir, se acercara a mi, y ahora ambos crecemos juntos, hasta prácticamente ser inseparables. Aunque queda mucho más"- Y eso lo tiene claro, todavía quedaba mucha aventura que vivir junto a Guillermo, y una parte suya, una gran parte de si mismo, deseaba que como mucho más que lo que ahora eran. Porque si, por mucho que lo había intentado negar, aquel pelinegro de ojos rasgados y mejillas abultadas había conseguido enamorarlo.-“Pero por ahora, con tenerlo a mi lado está perfecto".