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El tormento de Ron por Rolinkro

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Notas del capitulo:

Holas! :3 gracias por los comentarios!!! =) jeje no esperaba que les gustara asi que estoy feliz de esto ya que es mi primera historia. 

tratare de actualizar cada miercoles o jueves, aunque sea con un capi un poco corto (en caso de que tenga examenes o trabajos), con esto de la u aveces el tiempo no da, pero espero por lo menos responder con algo ^^ 

con respecto a la pareja de Ron aun no quierno dar a nadie por elejido asi que pensaba hacer acercamientos y que en capitulos posteriores segun sus comentarios tomar la decicion final n.n

 

Cap. 2

 

No son ellos, Ron – decidió interferir Hermione antes de que las cosas se pusieran más confusas – no sé como pero te has encogido, tu pelo a crecido y tus ojos son rojos… Dios, Ron, solo hay una criatura que tiene estas características…. Pero… es imposible, se dicen extintas… las Hadas están extintas…–

 

Ron se estaba impacientando, el miedo estaba haciendo mella en su paciencia y el cansancio y el dolor que todavía lo agobiaban no ayudaban en lo absoluto. Justo en el momento en que iba a explotar y gritarles que dejaran de joder, que él no era más bajo, que sus ojos no eran rojos, que en definitiva su cabello seguía teniendo la longitud de siempre y que en su puta vida había visto un hada, una profunda, gruesa y fría vos lo interrumpió – ¿Piensan quedarse en mi salón el resto de sus vida? -  el sarcasmo y desagrado era palpable en la vos del mayor

 

¡oh!... lo lamentamos profesor – se atrevió a hablar por todos la castaña – ya nos retiramos – continuo, empujando a sus amigos que a punto estuvieron de mandar a la mierda a ese hombre, que por mucho respeto que sintieran por la labor de espía que había hecho durante la guerra seguía pareciéndoles una mierda de ser humano, al menos con ellos.

 

Antes de salir del salón la profunda vos se volvió a escuchar en la estancia – Señor Weasley, quédese – ordeno. El pelirrojo miro por un momento a sus amigos y con mayor interés la puerta que se encontraba detrás de ellos sopesando la idea de correr y escapar de ese tétrico lugar, no sabía por qué pero ese día le parecía más desagradable de lo normal, hasta deprimente. Pero al final simplemente se despidió de sus amigos y se acercó a paso cansado a su profesor. – Profesor- invito a hablar

 

¿Tiene alguna noción de lo que le ha pasado? – pregunto luego de unos momentos de mirar analíticamente al adolecente frente a el – no comprendo a que se refiere, a mí no me ha pasado nada que sea digno de mencionar – contesto desganado. Volvió a ser presa del escrutinio del mayor para luego ver como con un movimiento de varita invocaba un espejo de cuerpo completo que puso frente a él.

 

¡¿Pero qué demonios?! – Casi grito – ese no soy yo… ese… esa... ¡Es una chica! – miro incrédulo al hombre parado junto al espejo que lo miraba con una ceja alzada para luego mirar con más detenimiento la figura que se reflejaba en aquel cristal -… por merlín… ese… esa… soy… soy….¿yo? – no podía creer que ese chico o chica o lo que sea… fuera él, Ronald Billius Weasley, es decir el jamás había tenido el cabello hasta la mitad de la espalda, sabia de sobra que medía 1,73 metros y no el 1,60 que podía calcular que tenía la persona del espejo, tampoco tenía los ojos rojos, que el recordara había heredado los ojos azules de su padre y en su vida su cuerpo había sido así; podía notar que sus caderas eran un poco más anchas que las de un chico normal pero no tanto como para ser confundidas por las de una chica, o al menos eso quiso creer, sus piernas estaban más rellenitas que antes dándole a su cuerpo unas curvas que antes no poseía, su pecho, gracias a dios, seguía siendo plano pero era más angosto que antes y gracias a la cintura más fina que ahora presentaba su cuerpo era por decirlo menos, andrógino. Dejo de mirar su cuerpo y se concentró en su rostro, aun podía reconocerse en el reflejo, todavía tenía todas esas pecas repartidas entre sus mejillas y nariz, sus labios seguían siendo como siempre, de ese color rosa pálido y algo más gruesos de lo normal, sus ojos se habían vuelto más alargados e hipnotisantes, aparte de ser ahora rojos, su nariz se había vuelto más fina y respingada. Seguía sin creerlo, volvió a mirar a su profesor - ¿Qué me paso?...- pregunto con miedo en la voz, mientras las lágrimas se agolpaban en aquellos hermosos ojos.

 

El mayor suspiro de manera desganada, ese mocoso estaba acabando con la poca paciencia que tenía, pero en el estado y las circunstancias en las que se encontraba no podía simplemente patearlo fuera del aula de clases y dejar que se las arreglara solo. – ¿Ah estado usted a las puertas de la muerte señor Weasley? –  Ron casi se provoca una lesión en el cuello de lo rápido que giro su rostro para mirar al profesor con sorpresa en sus ojos. – Es necesario que me lo cuente, sin mentir, a menos que quiera que su condición empeore – hablo otra vez comprendiendo las evasivas que estaba seguro daría el pelirrojo, lo vio apretar los puños y como las lágrimas que había retenido bajaban por aquel rostro.

 

No despego la vista del pocionista a pesar de lo avergonzado que estaba por mostrar tal debilidad, sentía los ojos arder y el cuerpo tensarse, sabía que si intentaba hablar las palabras morirían antes de que abandonaran sus labios, así que guardo silencio intentando encontrar la fuerza para contar aquello que había guardado con recelo. Snape ya estaba en el límite de su paciencia y ese impertinente Gryffindor le estaba haciendo perder el tiempo, si no quería soltarlo pues que se fuera, tenía cosas que hacer, como encerrarse en su despacho y reprobar a algunos alumnos incompetentes. – Si no quiere hablar, deje de hacerme perder el tiempo y ¡lárguese! – Ron se sobresaltó y vio como aquel hombre se dirigía hacia la puerta que de seguro daba a su despacho privado. Las ganas de poder compartir su dolor le ganaron, no le importaba con quien, solo el poder alivianar aquello que lo atormentaba así que antes de que el hombre cruzara aquella puerta hablo – Una vez… - había sido un sonido derrotado pero que basto para que el ex mortifago se volteara a mirarlo en silencio como esperando que continuara, había notado lo trabajoso que había sido para el menor decir aquello.

 

Hace meses… - volvió a decir- cuando buscábamos los horrocruxes…- bajo la vista – me separe de Harry y Hermione, estaba preocupado por mi familia y el collar ese no nos ayudaba a llevarnos bien…. Tuve una pelea con Harry ese día y dije cosas que no sentía – al profesor no le interesaban esos detalles pero al ver que el gryffindor lo necesitaba lo dejo continuar – los abandone… - soltó con un gemido mientras llevaba una de sus manos a su rostro apesadumbrado – me arrepentiré el resto de mi vida por eso… deje a mis amigos ahí a la deriva… y… page por eso…

 

Severus lo miro atentamente, él ya sabía que el pelirrojo había tomado un camino diferente al de sus amigos, no por nada había mandado a su patronus para que ayudara al trio dorado, lo que no sabía era lo que había pasado en esos días.  

 

Ron miro al profesor por un momento, estaba abriendo su boca para contar lo que no dejaba de atormentarlo cuando un dolor lacerante atravesó su cuerpo, cerró los ojos, se abrazó el estómago y doblo su cuerpo de forma automática en busca de alivio, sus piernas le fallaron y si no fuera por Snape hubiera dado de lleno al suelo, el hombre logro sujetar el cuerpo del menor a duras penas, se había acercado para escuchar mejor el relato por lo que no le fue imposible impedir el golpe – Weasley – llamó, pero no tuvo respuesta, el cuerpo que sostenía entre sus brazos se encontraba tenso y pequeños espasmos lo azotaban, estaba a punto de llamarlo nuevamente cuando lo sintió caer desmayado.

 

¡Por Merlín!, ¿qué mierda ha pasado? – tomo al pelirrojo al estilo princesa y se lo llevo de aquel lugar, pensó en llevarlo a la enfermería pero la señora pomfley todavía no regresaba a cumplir sus labores, durante la guerra había salido algo herida aunque nada preocupante, aun así Minerva había ordenado que no volviera hasta la segunda semana de clases, así que lo pensó otra vez y decidió que lo mejor ella llevarlo a su recamara para atenderlo el, era un fastidio, si , no había duda, pero lo más probable era que la directora decidiera lo mismo, y ya era tarde por lo que avisaría a Minerva en la mañana.

 

Abrió los ojos con algo de dificultad, la cabeza le palpitaba y sentía el cuerpo pesado. Soltó un gemido en el momento en que intento incorporarse para ver con más detenimiento aquel lugar que en una primera instancia no reconoció, jamás había estado ahí, las paredes de un pálido color verde,  unas adornadas con cuadros de los más hermosos paisajes que había visto en su joven vida, otra estaba cubierta completamente por estantes repletos de libros, de seguro Hermnione estaría encantada con ello, la cama en la que se encontraba era de dos plazas, notaba la suavidad de aquellas negras sabanas, de seguro era alguna tela de alta calidad, no era que le importara ni las conociera, su familia no podía pagar esos lujos. Siguió pasando su mirada por la habitación notando el velador al costado derecho de la cama, un armario que parecía algo antiguo y las dos puertas que de seguro una era un baño y la otra ni idea, el dolor había disminuido lo suficiente como para poder levantarse y salir de ahí, busco su varita (siempre hay que estar listo para defenderse si es necesario) pero solo consiguió darse cuenta que no llevaba su túnica de la escuela y por lo tanto tampoco la varita, se miró algo asustado, llevaba una camisa de dormir negra, se bajó de la cama de un salto, la prenda le cubría hasta la mitad del muslo. Se comenzó a desesperar, ¿con que clase de pervertido había ido a parar? No se detuvo a pensar en lo último ocurrido la tarde pasada estaba más preocupado de salir de ahí. Abrió la puerta que tenía más cerca encontrándose con una sala de baño reluciente y ordenada, se lavó el rostro, lo seco y marchó hacia la otra puerta, se asomó con cuidado de no ser visto, estaba en uno de los pasillos de las mazmorras del colegio, bastante lejos de su sala común pero si no se equivocaba era temprano por lo que no deberían haber alumnos aun en pie que lo pudieran ver, moriría de vergüenza si alguien lo descubrieran.

 

Estaba por salir de las mazmorras, solo faltaba doblar en la próxima esquina y luego estaría más seguro, cualquier lugar era mejor que el territorio de las serpientes, si bien ya no se llevaban tan mal como antes era difícil olvidar años de malos tratos por ambas partes. Comenzó a caminar cada vez más rápido, casi corría cuando doblo al final del pasillo. Soltó un gemido de dolor cuando dio de lleno con algo duro que lo mando derecho al suelo, se incorporó un poco para ver con que había chocado cuando escucho esa inconfundible voz.

¡¡Mierda, fíjate por donde andas, comadreja!!...

 

Continuara…

Notas finales:

Aqui el segundo capitulo del fic :3 es mas corto de lo que esperaba pero prometo mas la proxima semana.... :3 

 

Prox cap: primer encuentro y algunas dudas resueltas... o mas preguntas? xD

Salu2 y gracias por el apoyo ^^


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