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ღ~ Fukushuu ~ღ por Tamari-san

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Aclaraciones: Los personajes no son mío, sino de su respectivo autor.

La historia no esta hecha con fines de lucro.

Notas del capitulo:

¡Hola! nuevamente.

Un saludo

Y aqui subiendo un nuevo fic, sin actualizar el otro, es que la universidad me tiene asi como muy apretada, pero en cuanto logre organizarme jajaja

Ehm, esta historia esta hace mas de un año, en mi cabeza, siempre ha dado vueltas, y si no la subo ahora, no la subire nunca asi que a leer.

Espero sus comentarios/reviews  para saber que les parece

Yo se que el primer capitulo es como pesado, con carga dura, pero a leer

Reporte de los caídos—Habló un peli blanco mientras tomaba asiento en su silla y dirigía su mirada hacia el vacío.

Minato Namikaze, oficial de antinarcóticos. Muerto en acción, en un emboscada preparada por el Narco-jefe, en la misión que se encontraba infiltrado. La autopsia revelo, que fue golpeado innumerables veces, antes de acertar el golpe final, que fue un disparo en medio de la frente, hace 27 horas—Respondió un hombre de cabello plateado, mantenía su cara oculta por una bufanda, y en sus manos se encontraban los archivos que le estaba dando conocer a su capitán.

Minato…--susurro el mayor mientras apretaba sus puños. Minato Namikaze era como su hijo, era su segundo mejor oficial—Hasta aquí llego el rayo amarillo…

Kushina Uzumaki, esposa de Minato Namikaze, oficial antinarcóticos. Conocida como la ‘’Habanera Sangrienta’’ , apodo dado cuando se descubrió que su manejo en las armas, y pelea cuerpo a cuerpo era único, e impecable, no se le podía hacer competencia…--Agrego el de la bufanda, saliéndose de lo formal, para halagar a aquella espléndida mujer—Muerta en acción, igualmente por la emboscada del Narco, que manejaba el proyecto en que estaba infiltrada. La autopsia revelo que igualmente fue torturada. E-ella… A ella le abrieron el vientre con un arma blanca, creemos que fue a quema ropa, pues su potencial de pelea a cuerpo-cuerpo era bastante alto. Finalmente, murió por un corte de gran magnitud en la yugular.

Maldición… Kushina…--esta vez, el hombre no pudo retener las lágrimas. Es mujer, que había perdido la vida, era su mejor oficial. Llevo sus manos a sus cabellos—Kakashi, ¿Dónde está Naruto? ¡Responde, maldición!

Jiraiya-sama… --susurro el nombrado, mientras negaba con la cabeza—No hay rastro de él. Hemos desplegado escuadrones de búsqueda, pero es como si hubiese desaparecido del mapa. El se encontraba ese día junto a sus padres. Posiblemente, Orochimaru se lo llevo con él.

¡Maldito hijo de puta! –el capitán aventó uno de sus vasos hacia una pared. Sentía tanta cólera. Naruto era como su nieto, hijo de sus mejores oficiales—Si ese maldito le pone un dedo encima, juro que lo voy a matar, ¡Lo juro!

 

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¡NO! ¡Suéltame! –Grite mientras mantenía mis manos sobre las de mi agresor, que me arrastraban por el cabello. No podía evitar, que las lágrimas pararan de salir-- ¡Mamá! ¡Papá!

¡Cállate maldito mocoso!—me grito mientras sonreía con burla, y jalaba con más fuerza mis cabellos—Pero que tierno, si está llamando a sus papis, para que lo vengan a rescatar, ¿No recuerdas que intentaron defenderte, porque tu no eras lo suficientemente fuerte para hacerlo solo? ¿No te acuerdas de cómo Kimimaro jaló del gatillo, y los sesos de tu padre saltaron para todos lados? O ¿Viste cuando tu madre, en un intento de salvarte, le abrimos su vientre? Claro, que luego yo acabe su sufrimiento—soltó una carcajada bastante sonora.

No… Es mentira… ¡Es mentira! –grite mientras más lágrimas salían de mis ojos.

Claro que no, mocoso. Fue tu culpa, ellos están muertos por tu culpa, demonio—Con su mano libre, agarro mis mejillas, para volver a reírse—Recuérdalo inútil, fue tu culpa…

 

¡Kushina! Saca a Naruto de acá—grito un hombre rubio mientras se enfrascaba en una lucha cuerpo a cuerpo con unos hombres. La pelirroja, sin dudarlo agarro fuertemente la mano de su hijo para huir, pero nunca llego a imaginar que atrás de ella se encontraba el hombre que era el objetivo de la misión. Estaba acompañado de su fiel secuaz.

Vaya, vaya…--murmuro el hombre dando ligeros aplausos-- ¿De verdad me creyeron tan idiota? Si es cierto, me engañaron muy bien al principio, una pareja de pandilleros, con un gran historial delictivo. Demasiado irreal.

Minato…--mire como mi madre tenía lágrimas en sus ojos y me ponía detrás de ella. Ese hombre me daba miedo, su cabello largo y negro, y sus penetrantes ojos amarillos. Daban asco.

Pero qué hermoso rubio—Me alabo el hombre. Mis manos se apretaron en el verde vestido de mi mamá y mi mirada quedo en el piso--¿No lo van a presentar? Que mala educación Minato, Kushina.

Ni te atrevas a acercártele—grito el rubio mientras era golpeado en el piso. Eran muchas personas contra él, y su estado físico iba decayendo poco a poco.

Creo que no estás en posición de objetar nada Minato…--hablo el peli negro mientras se acercaba dando una pequeña orden. En menos de veinte segundos Minato se hallaba gritando de dolor en el piso, sus huesos estaban siendo quebrados sin consideración alguna—Sepárenlos

¡NO!—mi madre retrocedió protegiéndome. Ya tenía una idea de lo que podría pasar. Mi vista se fijo en el cuerpo de mi padre. Aquella persona imponente, autoritaria, fuerte, se hallaba en el piso, gritando de dolor—Orochimaru… por favor, a mi hijo no le hagas nada. Él no tiene la culpa.

Cállate mujer…--se relamió los labios y de dio una feroz bofetada. El labio de mi mamá se partió en cosa de segundos y unas pequeñas gotas de sangre comenzaban a salir de allí. Ella pudo golpearlo, lo hubiese hecho, si eso no significase dejarme sin defensa alguna. Se aguantó, solo por mí. El tal Orochimaru se acerco un paso más a nosotros, y mi madre lo ataco sin dudas. El golpe resonó por la habitación. El hombre pelinegro se había quedado sin oxigeno, algo que mamá aprovecho para agarrarme de uno de mis brazos y tirar de mi, intentando salir de la casa. Pero una mujer de cabello rojo opaco, agarro mi cabello, y puso un cuchillo en mi garganta.

De rodillas, al piso, ahora, Kushina…--escupió con asco—O se muere tu retoñito.

Muy bien Tayuya…--habló el hombre. Se había recuperado del golpe que mi madre le había acertado, y ahora caminaba hacia nosotros con una sonrisa sádica. Espero a que Kushina se arrodillara, para patearla.

¡Mamá! –me asuste. El hombre de ojos amarillo siguió acercándose a ella. Los ojos de mi madre estaban fijos en los míos mientras me susurraba un ‘’te amo’’

Mira mocoso… este trabajo se hace así—de un segundo a otro, un cuchillo de gran dimensión, estaba enterrado en el vientre de mi madre, abriéndolo de lado a lado. Mis ojos se dilataron, y escuche el grito de mi papá, pero muy lejano. Mi madre cayó al piso, sin quitar su mirada de mí, parecía pedirme perdón.

Un vacío se hizo en mi corazón cuando, un peliblanco, ojos verdes, y unos extraños puntos rojos en la frente, coloco la pistola en la frente de mi padre.

¡Papá!—grite al mismo tiempo que el disparaba. Grite tan fuerte que mi garganta quedo desgarrada. M-Mi padre…s-su cabeza…

A penas volví mi vista hacía mi mamá…para encontrarme con la desastrosa escena, de que aquel hombre que se hacía llamar Orochimaru, le estaba cortando el cuello.

 

Salí de mis recuerdos al mismo tiempo que Orochimaru me lanzaba sobre una cama. Habíamos ingresado a su mansión. Su cuerpo apreso al mío, colocándose a horcajadas de mi. Intente asestarle una patada, pero esta no llegaba a ninguna parte de su cuerpo. Se inclinó para lamer mi mejilla. Sentí asco, repulsión, náuseas.

No, ¡suéltame! –me comencé a desesperar, sentía su peso inmovilizándome, y no me gustaba para nada. Me puse alerta mientras estiraba su brazo hacia la mesita de noche, y extraía una navaja. Una sonrisa lujuriosa acompaño a su mano, mientras dirigía el arma blanca a mi cara.

No…--murmure mientras agarraba mi rostro con su mano libre y comenzaba a pasear el cuchillo por mi mejilla.

Pareces un zorrito…--susurro mientras aplicaba fuerza en la mejilla, y hacia un corte horizontal. Gemí de dolor mientras intentaba que me soltara. Hizo tres marcas horizontales a cada lado de mi cara, luego prosiguió a lamer la sangre que salía de estos cortes, lo cuales no eran graves, pero si lo suficientemente profundos para dejar cicatrices. La cara me ardía, estaba mareado, con dolor de cabeza, pero tenía que resistir, no me iba a dejar vencer.

 

Empuñe mi mano y le di vuelta el rostro de un golpe. No fue mucho, pero lo suficiente para que mis uñas arrancaran piel. En un ágil movimiento agarro mis muñecas y las puso al lado de mi cabeza. Volvió su mirada a mi cara, y beso desesperadamente mi boca, su lengua entro en mi cavidad bucal, recorría cada pedazo. Quiso bajar nuevamente en mi cuello pero no se lo permití y mordí fuertemente. Recuerdo sus gritos, pero mi mandíbula no se abría, hasta que un pedazo de su piel quedo entre mis dientes.

Mando un grito casi desgarrador y me miro con odio y ¿deseo?

Escupí lo que tenía dentro de mi boca. Tiro un poco mas de mis mano y las amarro con algo metálico. Dirigí una rápida mirada a lo que inmovilizaba mis muñecas y me topé con unas esposas pegadas a la cabecera de la cama. Sonrió de lado mientras tomaba el cuchillo que anteriormente había soltado, y comenzó a romper mi ropa, hasta conseguir dejarme desnudo. Sentía como algunas partes de mi cuerpo ardían levemente, era probable que hubiese algunos cortes por culpa de la navaja.

Abrió mis piernas de un solo golpe. Estoy seguro que sentí como mis huesos sonaron, y un dolor profundo apareció en mi cadera. Me asuste de sobremanera mientras se colocaba entre mis piernas.

¡No!...—grite y me removí inquietamente. Me callé de golpe al sentir como su mano estrujaba mi miembro adormecido. Me sacó un gemido de dolor cuando lo apretó.—Basta… no, detente…

Abrió mis glúteos, y presiono fuertemente su extensión contra mí. Las lágrimas ya salían sin parar de mis ojos, sentía un ardor insoportable, y como las paredes de mi se abrían a más no poder. Y ni siquiera lo había metido.  Siguió empujando lentamente, al parecer quería que sintiera más dolor que nada.  Creí que realmente me estaba partiendo en dos.

Ah…Eres únicamente estrecho—se hundió poco a poco. Ya ni siquiera tenía fuerzas para patalear—Me…hubiese gustado que lo disfrutaras. Pero este es tu castigo.

Me estremecí de dolor, quería gritar, llorar. Pedir a mis padres que me salvaran... quería…

Mis padres…

¡AHH!—salte e dolor al sentir la primera embestida. Fue sumamente cruel, dolorosa, y repugnante. Las siguientes fueron algo más suaves, pero porque su miembro estaba lubricado con la sangre que salía de mí. Me sentí caer. Sentía un dolor en mi vientre, como si me estuvieran removiendo todo allí dentro, y así era.

Sentí todo como una tortura, una vil violación era lo que me está haciendo. No basto solo con matar a mis padres frente a mí. No basto con dejarlos morir frente a mis ojos…Ahora está abusando de mí, está borrando todo lo que me quedaba.

El hombre dio una estocada absurdamente profunda al mismo tiempo que se corría en mi interior. Mi alarido no se hizo esperar, me ardía como el mismísimo infierno. Me estaba quemando por dentro. Me estaba manchando.

‘’ ¿Por qué luchar? ¿Por qué esperar de la vida cosas buenas y amables?’’

Una fugaz idea cruzo mi mente, me hizo sonreír cruelmente y cerrar los ojos, sumiéndome en la inconsciencia:

Venganza.

Notas finales:

¿Qué tal?

¿Muy crudo?

Espero saberlo, de verdad, que sus comentarios me desestresan por tantos certámenes y controles, que trabajos, y otras cosas. 

¡Espero leerlos!

¡Saludos!

Nos vemos

 


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