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I don´t believe in love anymore por Rintarou-kun

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Notas del fanfic:

Espero le den una oportunidad ^_^ lo he escrito con mucho cariño en un momento de inspiración extrema. Solo son dos capítulos, pero espero sea de su agrado.

Notas del capitulo:

Preciosuras, los que leen mi otro fanfic, yo se que los tengo mega abandonados, por eso les traigo esta historia, espero que de verdad les guste y le den una oportunidad :) besos y abrazos :* xoxo

Me encuentro sentado en aquel café donde lo conocí por primera vez, por alguna razón, mis pies me arrastraron hasta aquí y ahora estaba más que arrepentido; las palabras “solo fuiste un juego para mí” siguen resonando en mi mente sin parar, haciéndome imposible olvidar, aunque fuera solo un poco lo que había pasado aquella tarde.

 

Quizá fuera más oportuno que me hubiera dirigido a un bar hasta ahogar mis penas en alcohol, si no es que me ahogaba yo primero, pero no era mi estilo; yo sólo buscaba un lugar tranquilo en el cual quizá pudiera llorar un rato sin ser molestado, y así había sido; la mesera sólo había ido dos veces a mi mesa, una para tomar mi orden y otra para dejarla, se retiró y suponiendo que yo quería estar solo, quizá con ese sexto sentido que todas las mujeres tienen en mayor o menor medida, adivina que quiero estar solo y se lo agradezco enormemente.

 

Me encojo en mi asiento y comienzo a llorar, la desesperación se apodera de mí, no me queda nada, absolutamente nada, lo había dejado todo por él, pensando que era el amor de mi vida, y para mí fue así, lo había amado con todas mis fuerzas y corazón, tanto que había renunciado incluso a todo lo que tenía por él; era el idiota más grande de los idiotas, porque mientras él lo fue y seguía siendo todo para mí, para él solo fui más que una burla.

 

Todas las imágenes y recuerdos de esa tarde se pasean por mí mente, haciéndome un broma cruel, como sí no tuvieran la intención de dejarme tranquilo, y los dejo fluir, con las lagrimas cayendo por mi rostro; no tenía la intención de seguir fingiendo que todo estaba bien, estoy cansado, pero cansado de veras, de ser el chico que lo afronta todo con una eterna sonrisa, ¿de qué me había servido eso hasta ahora?, solo ser engañado era mi recompensa por ser fuerte, solo engaño y soledad. Esto me hace sentir desolado, siento un hueco en el pecho, un dolor insoportable, tanto en mi corazón como de cabeza, llorar no era de gratis, mi garganta también comienza a doler.

 

Pero sé, que si sigo reprimiendo mi llanto dolería aún más, mi madre me había enseñado a llorar cuando lo sintiera, a reír cuando lo sintiera y hacer cada cosa que yo sintiera si no dañaba a los demás; la extrañaba tanto; mis padres habían muerto hace tres años aproximadamente y no había día que no deseará estar un rato más con ellos, ellos lo eran todo para mí. Incluso me aceptaron tal cual era cuando les dije que era homosexual, sabía que mi madre pensaba que estaba mal, pero a pesar de eso, me había abrazado, mientras me decía que a pesar de todo, yo era su hijo y me amaba; en cuanto a mi padre, el solo me miró, con una sonrisa me dijo que si yo era feliz, él también lo era, lo abrace y lloré, ellos no me juzgaron; ¿por qué tenían que morir en ese maldito accidente de auto?.

 

Me doy cuenta que mi vida es peor que un melodrama. Mis padres murieron, mi novio me engañó y mi hermano no quería saber nada de mí, por ser homosexual. Entonces sí, no me queda nada de nada. Podría parecer un maldito quejica, pero en este momento, no quiero parecer nada más, porque en esta ocasión, no me quedan fuerzas ni para sonreír con lagrimas en los ojos. como en ocasiones anteriores, no tengo fuerzas más que para llorar y sentirme miserable.

 

Me revuelvo impaciente en el sillón de la cafetería tratando de dejar un poco de lado el dolor, tratando de pensar en lo que haría, ni siquiera tenía casa. Cuando mis padres murieron fui a vivir con mi abuela, me quería pero no lo suficiente para dejarme su casa como herencia, la cual dejó a mi hermano mayor, en ese entonces apenas y me importó, yo ya vivía con mi novio y lo demás parecía no importar, ahora me arrepentía. Sabía que la casa de mi abuela seguía sin habitar, mi hermano la mantenía en buen estado y la limpiaba de vez en cuando, pero no quería pedirle, casi rogarle que me dejara vivir ahí, aun me quedaba algo de dignidad aunque la mayoría de ésta la habían pisoteado ésta misma tarde. ¿Qué no podía dejar de pensar en eso, aunque fuera solamente por un minuto? Empecé a recordar cada detalle, cada palabra y cada hecho de unas horas antes.

 

Flashback

 

-¡Ya llegué amor!- Grité con todas mis fuerzas para que Shou, mi novio, me escuchara.

 

Él no contestó de manera que me dirigí hacia nuestra habitación para descansar un poco en lo que el llegaba del trabajo, había días en los que ni siquiera regresaba, el trabajaba muy duro por los dos, y yo era feliz con eso, más porque recientemente la compañía en la que trabajaba había ido a la ruina y yo me quedé sin trabajo.

 

Pero al acercarme pude escuchar gemidos al otro lado de la puerta, traté de tranquilizarme, pensando que en ocasiones a mi novio le gustaba ver películas pornográficas, era un extraño hábito que yo odiaba, pero que aún así soportaba. Conforme me iba acercando escuchaba los gemidos muy reales, como si las personas que los hacían, estuvieran, justo al otro lado de la puerta; con algo de temor, acerqué mi mano temblorosa hasta el pomo de la puerta; no me quería enfrentar a lo que había dentro de esa habitación, no quería, pero tenía que hacerlo.

 

Abrí la puerta y casi literalmente, se me cayó el alma a los pies; Shou se encontraba en nuestra cama, pero no estaba sólo, estaba con otro chico y los dos estaban teniendo relaciones; no reaccioné, solo me quedé congelado en el umbral de la puerta con la manija aún en la mano. Y cuando Shou me vio, no había miedo en su rostro ni arrepentimiento. Se acercó aún desnudo hacía mí, ni siquiera tratando un poco de ocultar lo que estaba ocurriendo y con la voz más fría que le había escuchado jamás me habló.

 

-¿Qué haces aquí?- me dijo apenas mirándome.

-Pues aquí vivo- fue lo único que atiné a decir.

 

-Ya no.

 

-¿Qué?- pregunté completamente consternado.

 

-Ya me escuchaste, ¿qué no ves la situación?; para mí, todo este tiempo solo fuiste un juego, me dabas estabilidad emocional, pero ya me aburrí de ti.

 

-Esta bien, solo déjame sacar algunas de mis cosas y me iré- dije completamente serio, mientras escuchaba a mi corazón quebrarse.

 

-Bueno, pero date prisa.

 

Saqué algo de mi ropa del armario y una maleta, mientras el tipo que estaba con Shou estaba aún desnudo en la cama, apenas cubriéndose con la sábana de la cintura para abajo; en ese momento tenía muchas emociones revueltas: enojo, coraje, tristeza, pesar y ganas de patear a los dos y gritarles que se fueran muy lejos. Pero lo único que hice fue recoger mis cosas en la maleta, entrar al baño por cosas de aseo personal y salir de ahí, sin siquiera voltear a ver al que había sido mi novio durante los últimos dos años.

 

No lloré en ese momento, no le iba a dar esa satisfacción, ya me había pisoteado lo suficiente, ya se había burlado de mí lo suficiente, ya me había quitado todo lo que tenía, por lo menos saldría de ahí con la cabeza en alto.

 

Fin Flasback

 

Ahora ya no tenía que fingir, de manera que poco a poco me iba desmoronando. Las lagrimas seguían corriendo mientras pensaba que quizá la mejor solución por el momento sería irme a un hotel en lo que encontraba algo mejor que hacer. No tenía ni amigos, los había perdido a todos por estar con Shou, pero no era su culpa, era mía, por haber sido tan estúpido y haberme encerrado en mi burbuja color de rosa. Había dejado a toda la gente que me apreciaba en un segundo plano, hasta que poco a poco perdí el contacto completamente con ellos, no había más culpable que yo. Sé que podría hablar con alguno de mis antiguos amigos y pedirle quedarme con él hasta que encontrara una solución, pero eso sería demasiada hipocresía de mi parte, de modo que no podía hacerlo, al menos no ahora.

 

Empiezo a jugar con una servilleta enrollándola y desenrollándola, me quitaba algo de la ansiedad que poco a poco estaba sintiendo, junto con la desesperación que comenzaba a sentir, entonces me di cuenta, que prácticamente me había quedado en la calle; no tenía una familia, no tenía amigos, no tenía casa, no tenía trabajo, apenas y tenía un poco de dinero ahorrado que con suerte me alcanzaría máximo para dos semanas. ¿No sería mejor no seguir viviendo? ¿De qué valdría mi vida si lo único que tenía era a mi mismo?

 

Me sentía fatal, pero seguiría viviendo con todas mis fuerzas, aunque fueran pocas, porque mi madre siempre me enseñó que la vida es un regalo que tengo que atesorar; ella siempre decía que a pesar de las dificultades y que muchas veces la vida no era lo que esperábamos ,siempre sería hermosa, quizá no ahora, quizá no mañana, pero yo sabía que las cosas terminarían por mejorar. Pero de algo si estaba seguro, quizás jamás sería capaz de amar otra vez; una afirmación un tanto dramática para la edad que tengo, pero no puedo sentirme de otra manera cuando me traicionaron y tuvieron la desfachatez de restregarme en la cara que para ellos yo no era más que basura.

 

Suspiro pesadamente, sintiendo mi pecho doler de tanto llorar; me percato que en la cafetería se ha ido llenando de más gente; si bien muchos ni siquiera voltean a verme, hay muchos otros que miran curiosos hacía a mí, lo cual comienza a incomodarme.

 

Ensimismado en mis pensamientos trato de ignorar a la gente a mi alrededor, haciendo como que no siento sus miradas sobre mí; decido sacar mi celular de uno de mis bolsillos del pantalón para colocarme los audífonos y así acallar el barullo que iba creciendo a mi alrededor, de seguro tendría que vender mi celular para tener aunque sea un poco más de dinero; era la hora de salida de mucha gente de sus trabajos, de manera que muchos decidían ir a tomar un café, pero ¿por qué a esta cafetería?. Bueno, es cierto que era una cafetería famosa, incluso, en ocasiones, la gente hacía fila para entrar; de seguro sería molesto ver como un chico se tardaba horas sentado comiendo apenas un poco, mientras el resto de la gente esperaba, pero no esta dentro de mis pensamientos pararme e irme, dentro del café es cálido, no tengo donde ir y no quiero salir a congelarme en las frías calles de Seúl, al menos no por el momento.

 

Alzó la vista para observar a la gente que entra y sale del café y al hacerlo encuentro a un hombre sentado frente a mí; de rasgados ojos obscuros como su cabello, al igual de color negro, muy corto y lacio que cae desordenadamente sobre su frente, de piel muy blanca y facciones finas. No lo describiría exactamente como guapo sino más bien como una belleza exótica, y a pesar de sus facciones ser ligeramente afeminadas, su perfume es totalmente varonil, sus manos y toda su presencia en general.

 

-¿Quién eres?- le preguntó con un tono de voz molesto. No estaba para ser molestado.

 

-Sólo un hombre que quiere tomar un café y lleva tiempo observando a un niño que lleva horas sentado sin tomar nada más que una taza de café que de seguro ya está frío- me dice con un frío y monótono tono de voz.

-No es como si lo estuviera tomando de gratis, así que puedo permanecer aquí las horas que yo quiera y tú no tienes derecho a estar sentado aquí.- le respondo con enfado mientras lo miro intensamente tratando de hacerlo desistir de quedarse sentado conmigo y que se marche.

 

Sin hacer el mínimo caso a mis palabras, el hombre frente a mí alza la mano para llamar al mesero; el mesero llega hasta MI mesa y sin siquiera mirarme toma la orden del intruso, hace una reverencia y se marcha. Eso aumenta mi enfado.

 

-¿Qué quieres aquí?- le digo mordazmente.

 

-Ya te lo dije, solo tomar un café- me responde, con cara de aburrimiento como si estuviera harto de explicarle a un niño la misma cosa mil veces.

 

-Vete

 

-No pienso hacerlo, mejor, ¿por qué no te vas tú a tu casa?

 

-No tengo.- le respondo sin rodeos, no tengo fuerza siquiera para inventarme una mentira y dudo mucho que al le importe mucho si tengo a dónde ir o no, así que decirle o no, no hará la diferencia.

 

-Vive conmigo- me dice como si nada.

 

-¿Qué?, no sabes lo que dices

 

-Sé exactamente lo que estoy diciendo, ¿aceptas o no?- dice exasperado.

 

-Acepto- respondo sin titubear, sabiendo exactamente que el hombre frente a mí es un completo extraño, pero es mi única salvación.

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿quiénes creen que sea la pareja? Sería muy feliz si dejan sus rw diciendomes que les parecio y que pareja de B.A.P. creen que sea. :* nos vemos en el siguiente y último capítulo


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