Silencio por Hiyu

Un buen día notó que había una hoja bajo su almohada. Tenía la letra de Ryutaro y una fecha que correspondía hace dos días: tiempo en que no lo había visto luego de su más reciente discusión.

«Disculpa por no haberlo mencionado», decía justo al inicio.

El coraje que sintió de recibir eso en un papel, en lugar de ser dicho con los labios, le hizo romper la condenada nota en cientos de pedacitos sin mayores miramientos al resto que versaba. Luego lo hubiera incluso quemado en el cesto de basura, si no fuera porque ya había arruinado otro así la última vez en que el vocalista de Plastic Tree había decidido que era mejor comunicar las cosas por correspondencia que dichas por su boca.

Pasaron los días y con ellos volvió Ryutaro, pero el mutismo y los papeles con la fecha del día en que (luego entendió) fueron escritas, no se fueron. A veces había dos por día y cada una con la hora en que había terminado de escribir. Luego de la primera semana, pasaron de estar bajo la almohada de Iwakami, a encontrarse en alguna otra parte de la casa. Tatsuro no había hecho el intento de hablar con Ryutaro, tampoco responder las cartas de la misma forma o mostrarse cariñoso como la pareja que eran. Había tomado la decisión de que si el otro iba a poner esa barrera, él no intentaría traspasarla de nuevo.

Al cabo de un mes, Tatsuro tenía tantas hojas que parecía un pequeño diario en sus manos. Y, también, se había incluso encariñado con ellas como quien lo hace con un buen programa de televisión: ansioso de que llegue el nuevo capítulo. Eso, hasta que recordaba la frase en la primera. Ryutaro había pasado de hablar de la discusión, a comunicarle poemas de sus pensamientos, a contarle sobre su vida en esas notas, pero siempre se mantenía callado cuando se lo topaba de frente. Para entonces, ambos tenían muy claro un par de cosas: Tatsuro no iba a ser el que iniciara conversación y ya era muy tarde para que Ryutaro lo hiciera para salvar algo de la relación. Pasaron del «nosotros» a un «tú y yo», de vivir juntos a cada uno comprar un nuevo departamento, de llamarse a ni siquiera enviarse mensajes; de sufrir la ausencia a volver ella una rutina y construir algo que fueron como dos nuevas vidas a medias.

Pasó un año en que Tatsuro no recibía ninguna nota, ningún mensaje o tenía noticias de Ryutaro, o de Plastic Tree. Los que se enteraron de la relación que habían tenido Tatsuro y Ryutaro, no hicieron preguntas ni comentarios cuando se convencieron que no había vuelta atrás para ellos; excepto Satochi, que desde el primer día actuó como el fanboy a quien le han roto una ship. Su vida iba bien con MUCC, pronto tendrían otra gira internacional y de eso Yaguchi estaba ocupado en una reunión mientras los demás ensayaban.

Cuando fue la hora del descanso de la agencia, ni Yukke, ni Satochi, ni Tatsuro salieron del estudio, por orden de Miya que dijo les explicaría todo lo que faltaba apenas terminara la junta.
Pidieron el almuerzo por teléfono y para matar el tiempo de espera, terminaron cada uno haciendo algo: Satochi golpeaba la caja de la batería, Yukke cambiaba las cuerdas de su bajo y Tatsuro tomó una revista de la cesta que había en un rincón. Tres minutos después se le cayó de las manos y sin dar explicaciones, casi atropella a Miya cuando éste intentó entrar al estudio y el vocalista iba saliendo a toda prisa.
Cuando Yaguchi pudo entrar a la habitación, observó a Yukke y Satochi buscando una explicación a lo ocurrido, pero no vio más que la misma extrañeza y sorpresa que él tenía en la cara reflejada en la de los otros dos. Entonces, el bajista apuntó la revista en el suelo como posible pista. Miya la tomó y pronto tenía a los otros dos husmeando por sobre sus hombros. Las páginas eran de una entrevista a Ryutaro Arimura.

«Ryutaro: Sé que lo hago en todas las entrevistas pero, nuevamente, pido disculpas por todos los problemas que causé a Plastic Tree, al staff y a los fans. A más de un año del diagnóstico, sigue siendo doloroso. Ocultarlo no estuvo bien y saber que no podré volver a cantar ni hablar otra vez en mi vida, es un recordatorio de eso.»