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Sons of Lie por darkwhisper

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Notas del capitulo:

Buenas, aquí vuelvo tras dos años con un fic nuevo. Aviso de que borré el fic anterior con el mimo nombre, por temas personales no podía continuarlo. Esta sería la versíon que en verdad estaba preparando antes de que surgiera lo otro. Espero que os guste. 

En breves subiré a mi deviantart imágenes con los personajes Oc importantes de este fic, por lo que tendrá acompañamiento gráfico. 

Gracias por leer

El sonido de las aguas provenientes del pozo de Urd indica que es tiempo de regar las raíces de Yggdrasil, tres mujeres están sentadas tejiendo un telar vestidas con largas y bellas túnicas que resaltan sus figuras. Las tres mujeres se levantan de sus sitios, dejando su trabajo principal para encargarse de otro que corre igualmente prisa.


Se levanta primero una muchacha de cabellos rojos como el fuego, largos hasta media espalda que viste una túnica verde azulada que resalta sus ojos verdes y llenos de vida, sus mejillas rojas resaltan sobre su piel pálida, ella es Urd, la norn del pasado, la que hila los hilos del telar, la que teje aquellos acontecimientos que marcan la vida de una manera u otra. Le sigue la más hermosa de las tres, de cabellos rubios como el oro, y ojos igualmente verdes, piel nacarada que la hace ver como una princesa que describen los cuentos humanos, viste una larga túnica azulada clara que resalta su palidez, ella es Verdandi, la norn del presente, la más débil de la triada, pero aún así la más bella. Por último la que parece la mayor, de rostro anguloso y fiero, sus ojos verdes son más oscuros que los de sus hermanas, y sus cabellos de plata están recogidos en un alto moño, su vestido parece cristal de lo brillante que es, sin embargo, su brillo provoca sentimientos encontrados si lo miras con atención, incertidumbre pero a la vez esperanza, ella es Skuld, la norn del futuro, la que marca el destino de la humanidad. El día que las tres se unan en un solo ser el Ragnarök llegará al mundo, pero hasta que eso suceda ellas seguirán tejiendo su telar.


-Todo esta tranquilo últimamente -dijo Verdandi mientras tomaba el cubo de madera para llenarlo de agua del pozo.


-Ciertamente todo de momento ha sido paz -sonrió Urd recogiendo arcilla en un cubo mayor junto a Skuld cuyos brazos fuertes tiraban de la cuerda del pozo para sacar su cubo con agua.


-Sin embargo, tengo un mal presentimiento -habló Skuld sacando su cubo del pozo, el agua cristalina rebasó un poco el borde mojando sus manos, sus hermanas la miraron con el interrogante pintado en las caras, la de cabellos plateados no las miró, tenía sus ojos fijos en su reflejo.-como si los hilos quisieran escribir otra cosa que no sea un final feliz.


-Seguro no es nada Skuld -trató de animar Verdandi, pero la verdad es que no creía en ello, cuando su hermana tenía aquellos presentimientos, algo malo pasaba.


Regresaron las tres a su casa dispuestas a continuar su tarea de seguir tejiendo, encabezando la marcha Skudl que al atravesar la puerta fijó su vista en el gran tapiz, sus ojos verdes se perdieron en la parte superior del mismo, allí donde había una gran quemadura de la que nacían seis hilos, marrón, verde, azul, negro y plata siendo que solo los cuatro primeros permanecían ligados por una línea, el hilo de plata tomaba otra dirección, el corazón de Skuld se encogió al mirar más allá de la quemadura, allí donde Urd hacía tiempo que no tocaba, ahí donde esos hilos estaban todavía unidos, y a ellos se unían más hilos, uno en especial que parecía hecho con rubíes, negó con la cabeza y se dispuso a tomar asiento frente al tapiz para seguir su tarea, sin embargo cuando sus manos se posaron sobre los hilos de la tela una vertiginosa sensación le recorrió el cuerpo por completo. Gritó llevándose las manos a la cabeza asustando a sus hermanas, su cuerpo temblaba con miedo, pero es que, ¿Cómo no tenerlo? Ante sus ojos se sucedían una serie de imágenes, veía los campos llenos de muertos, hasta la propia muerte moría, Asgard era destruida por completo, reducida a las cenizas, el gran palacio de Odín despedía el olor de la muerte, y Midgard, oh, la pobre Midgard, sus tierras eran hundidas en un agua roja como la sangre con venenosos tintes morados. La hermosa Jotunheim con sus parajes helados era destruida, sus habitantes eran masacrados o vendidos como esclavos, así uno tras otro, los nueve reinos se mostraban ante sus ojos en un futuro horrendo que le revolvió el estómago. Sus piernas no pudieron sostener su peso y cayó al suelo siendo arropada por Verdandi que la miraba con gran pavor, en sus oídos una risa oscura, más oscura que lo más profundo del Hel, de aquellas que helaban el alma.


-Skuld, ¿que pasa?-pero Skuld no escuchaba a sus hermanas, su mente estaba más ocupada en tratar de oír algo más que aquella risa, pero no lo lograba.


-Tenemos que ver a Odín.-fueron sus palabras agitadas- Yggdrasil está en peligro, en gran peligro.  

Notas finales:

Espero que os haya gustado. Nos vemos


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