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Noche Eterna por sakura hiwatari malfoy

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Notas del capitulo:

Al fin el nuevo cap esta listo y como lo prometi aquí esta.

 

Pero antes los acostumbrados agradecimientos:

 

1 Gracias a quienes amablemente me escribieron en el Aviso dándome su apoyo

Romi, YaoiMania, LadyPhantomehive, Maria Fernanda, Anairafuji, Leti y Noe, Taby21 y Mabe_Love son geniales chicas, como siempre un placer leerlas.

 

2 Gracias a mis lectores fantasma por la espera y la paciencia.

 

3 Un gracias adicional a un@ nuev@ lector@ que amablemente me dejo comentarios recientes en anteriores caps.

Drarry, te agradezco dejarme saber tus opiniones.

 

En fin luego de lo anterior les dejo leer.

 

CAP. 10

REACCIONES Y CONVERSACIONES. Primera parte.

 

 

Pansy y Thomas, junto con Lucian y los padres de la chica, habían llegado a Valakya desde  hacía un rato y lo primero que la joven le pidió a su primo fue que la acompañase al castillo a ver a Draco y Harry. La vampira quería constatar que su nuevo amigo hubiese sido tratado como debía por Draco.

De nada sirvieron las negativas y objeciones de sus padres, de Thomas, y hasta de su tío Lucian, quienes alegaron que no era un buen momento. Pansy siempre hacía su voluntad y esta vez no fue la excepción, luego de dejar claro que iría con permiso o sin él,  “convenció” a Thomas  e hizo que le acompañara.

–Que te digo que no, Pansy–jalando su brazo del agarre de una insistente pelinegra–, ya estamos aquí, ahora debemos esperar a que nos anuncien–deteniendo sus pasos y negándose a avanzar –.Si las cosas salieron bien, Draco no apreciará que irrumpamos en su nueva habitación.

–Me importa un comino, querido–respondió ufana la vampira, volviendo a tomar el brazo ajeno y jalando al mayor con ella–. Draco se aguantará, vengo a ver a Harry, no a él…  Ytú vienes conmigo–agregó determinada, comenzando a caminar llevando con ella a un fastidiado Thomas.

–Eres imposible–expresó el vampiro más alto, caminando resignado pues sabía que de un modo u otro su prima siempre se salía con la suya, además de que no podía dejarla sola.

Pansy se limitó a sonreír y seguir caminando.

Avanzaron unos metros y estaban atravesando el pasillo donde estuviese la “antigua” habitación del rubio, cuando viniendo hacia ellos observaron a cierto licántropo pelinegro. Pero algo no estaba bien, el aspecto del más joven lo hacía notar, estaba desaliñado y en bata, sus pasos parecían desganados, casi hechos por inercia pues este permanecía con la mirada baja junto con sus curiosas orejas, y la larga cola tras él se arrastraba pesadamente a cada paso. Además no había notado su presencia, cuando era conocido que los licántropos poseían agudos sentidos.

Pansy entonces compartió una mirada preocupada con Thomas, quien negó.  La pelinegra entonces volvió a mirar al más joven y, no sabiendo qué más hacer, le llamó.

– ¡Harry!

Ambos vampiros observaron cómo el licántropo se detuvo y les miró.Confusión, desilusión y tristeza son algunos de los sentimientos que los dos pudieron ver surcar los ojos esmeralda,junto con una humedad  que les hizo notorio que Harry había estado llorado.

–¿Pansy?–Escucharon su voz apagada, tan diferente a su tono alegre y afable de hacía solo un día. Y eso fue suficiente para la pelinegra, quien caminó hacia él.

Sin saber aúnqué había pasado, pero presintiendo que tuvo que ver con Draco y ese arribista de Evan, Pansy envolvió en un reconfortante abrazo al de mirada esmeralda.

 

*/*/*/*/*

 

Sin duda, el abrazo de la vampira pelinegra tomó por sorpresa a Harry pero se dejó hacer, sintiendo sinceridad en Pansy e incapaz de rechazarle. Tal vez estaba mostrándose débil ante la vampira y no debiera hacerlo, pero necesitaba justo un abrazo como el que le estaban brindando en esos momentos.

Al principio, Pansy sintió la sorpresa de Harry por su abrazo pero luego de unos instantes le notó también relajarse y eso le animó a tantear el terreno.

–Un gusto verte de nuevo, Harry–murmuró, como si no hubiese notado nada y aun abrazando al más joven–. Thomas y yo vinimos a verte, a ver cómo te estás acostumbrando a todo–viendo al mayor, quientenía una seriedad mortal surcando su rostro por lo cual le hizo una señal para que sonriera.

Extrañado, el licántropo pelinegro se separó de la chica.

–¿Thomas?–Susurró, llevando sus ojos más allá y notando por fin al otro vampiro parado a unos metros de ellos, sonriéndole levemente–. Oh, no le había visto–agregó apenado, desviando la mirada.

– No te preocupes, tranquilo–le calmó Pansy, antes de también separarse unos pasos–.Pero no deberías estar levantado tan temprano, ¿Draco–pronunciando el nombre con cuidado y observando las reacciones del más joven a éste–, no te acompaña?

Por supuesto, el rostro de Harry se descompuso ligeramente ante esa pregunta pero sobre todo ante  la mención del príncipe vampiro. Y una vez más bajó su mirada.

¿Qué hacer? ¿Debía decirle lo sucedido a ambos vampiros, podía confiar en ellos o debía disimular?No sabíacómo actuar, pero luego de un momento se dijo que se arriesgaría y confiaría en Pansy y Thomas. Igualmente, no sabía mentir, Ron se lo decía siempre.

Ron, su mejor amigo… cómo le gustaría que estuviese ahí.

–Yo…–Balbuceó levantando sus ojos esmeralda, conectándolos con los ojos negros de la vampira, quienasintió incitándole a continuar–.Algo sucedió, algo sucedió con Draco–terminó diciendo.

Un bufido salió de la boca de la pelinegra antes de compartir una vez más miradas con Thomas y hacerle una señal para que se acercara.

–Bien Harry, ¿por qué no vamos a tu habitación–guiando al pelinegro con gentileza hacia donde sabía, estaba la habitación de los recién casados–, y nos cuentas que sucedió?Tal vez podamos ayudar–propuso la vampira.

–Lo dudo–soltó el pelinegro con una melancolía tal, que conmovió incluso el corazón del siempre imperturbable Thomas Nott.

–Confía en nosotros, Harry–dijo entonces el vampiro mayor sintiendo pesadumbre por el más joven y enojo hacia su mejor amigo pues intuía lo que debió haber sucedido– haremos lo posible por ayudarte–agregó sonriendo con mayor calidez.

Harry les observó unos instantes, ambos parecían buenas personas, sinceros, y aunque dudaba que pudiesen ayudarle asintió haciendo un amago de sonrisa en el que se esforzó mientras caminaba a la par de ambos vampiros.

Por su parte Hermione, que había seguido toda la conversación desde una distancia prudente y adecuada,sonrió levemente. Ambos vampiros siempre le habían parecido altivos y fríos como todos, como el mismo Draco, pero con su manera de actuar hacia Harry había cambiado su manera de pensar y ahora les veía con otros ojos.

–“Ojala puedan ayudarle”–pensó antes de verles desaparecer tras el final del pasillo. Les dejaría a solas, pues sabía que su presencia no sería bien recibida.En un rato iría a ver como se encontraba Harry y si necesitaban algo.

 

*/*/*/*/*

 

En la habitación nupcial

No demoraron mucho en arribar y en cuanto estuvieron dentro, Harry les pidió que se sentasen en uno de los cómodos divanes de grandes almohadones que se encontraban cerca de una bella chimenea.

Cuando se encontraron acomodados, hubo un repentino silencio.Harry no sabía por dónde empezar y sentado frente a ambos vampiros con las manos cruzadas sobre su regazo, mecía nerviosamente su cola y evitaba mirar a sus invitados.Thomas observaba al más joven. Tampoco sabíacómo preguntar lo que quería sabersin dañarle.

No obstante Pansy, siendo como era, fue quien inició la conversación. Su intención tampoco era dañar a Harry, pero debían saber exactamente lo sucedido y cuanto antes, mejor.

–Harry, querido… sé que no debe ser fácil, pero dinos, ¿qué sucedió contigo y Draco?–cuestionó con el tono máscálido y comprensivo que pudo encontrar.

Un suspiro que sonó doloroso salió de los labios de Harry pero asintió antes de comenzar a hablar en un tono débil y casi apagado. Relató lo sucedido desde que dejase a Draco con Lucius hasta lo que había visto hace unos instantes. Durante sus palabras, mantuvo la mirada baja, sus negras orejas gachas y casi pegadas a su cabello.

No quería llorar y sin embargo nuevas y silenciosas lágrimas surcaban sus mejillas cuando terminó de hablar.

–Lo que no entiendo es…¿Por qué no me lo dijo?Hubiera entendido,¿saben? –Susurró, con una media sonrisa triste pero todavía sin mirar hacia los vampiros.

Si lo hubiera hecho,¿se habría dado cuenta de que las reacciones de Pansy y Thomas eran a su favor? La vampira pelinegra apretaba entre sus puños cerrados la tela de su elegante vestido y parecía estar conteniendo un enojo monumental hacia cierto rubio. Y Thomas,  él se había levantado y con una mirada rojiza se dirigía hacia la puerta, la cual abrió y salió azotándola tras de sí en un sonoro portazo que no pudo evitar.

Las orejas del pelinegro se alzaron ante ese repentino sonido al igual que su mirada y no pudo evitar sobresaltarse y mirar a Pansy, parpadeando desconcertado y mucho más al ver el rastro rojizo que surcaba en los ojos negros de la chica.

– ¿Que sucedió?–Preguntó,percatándose de que fue Thomas quien había salido tan intempestivamente.

Respirando hondo para calmarse y no asustar al más joven, y de paso para contenerse de ir tras Thomas por Draco, Pansy le miró, negando.

–No te preocupes, no es nada.Ahora lo importante es  que sepas que tienes nuestro apoyo–levantándose y yendo hacia el más joven, sentándose a su lado mientras sacaba un pañuelo y secaba las lágrimas sobre las mejillas ajenas.

Harry quiso sonreírle pero no pudo hacerlo y se limitó a dejar que la chica le secara las mejillas, sin embargo no pudo evitar murmurar algo que tenía que saber.

– ¿Ustedes sabían?¿Lucius sabía de ese vampiro que estaba con… con Draco, antes del enlace? –Cuestionó mirando fijamente a la pelinegra.

Pansy dudó un instante ante esa mirada esmeralda, un instante en que consideró su respuesta. Mucho estaba en juego dependiendo lo que respondiera. Quería ser honesta con Harry, el joven licántropo se había ganado su aprecio, pero si lo hacía corrían el riesgo de perder la confianza del pelinegro y por lo tanto todo estaría perdido.

Así que la respuesta era obvia, debía mentir. Una mentira que les permitiera recomponer lo que Draco había arruinado en una noche.

–“Maldición Draco, solo espero que aproveches la oportunidad esta vez y no sigas siendo estúpido”–pensó antes de hacer lo que debía hacer, por su raza, por la paz y hasta por el necio príncipe vampiro.

–No–respondió entonces,convincente y sin titubeos–.No tengo idea quien será ese vampiro pero no importa, tú eres el consorte de Draco.

La respuesta de Pansy fue lo que en el fondo el pelinegro quería y calmó un poco la tempestad, las dudas que mortificaban el interior de Harry desde que saliese de la habitación del rubio. Ellos no sabían nada, Lucius no sabía nada, por lo tanto no los habían engañado y eso era muy importante para el pelinegro.

–Gracias Pansy… por ser honesta–murmuró–, pero no estoy de acuerdo contigo–desviando la mirada–.Ese vampiro importa y mucho,  para Draco debe hacerlo–bajando una vez más las orejas al recordar la imagen de ambos vampiros entrelazados íntima y cariñosamente.

El agradecimiento de Harry le supo agridulce a la pelinegra pero fueron sus palabras, lo que veía, lo que le hicieron maldecir una vez más a su rubio amigo. Sería difícil reparar aquello, pero lo intentaría.

–Harry–atreviéndose a poner su mano entre las curiosas orejas negras sobre la cabeza del más joven, acariciando suavemente–,¿qué sientes por Draco?–Cuestionó, ganándose una mirada de sorpresa a la que simplemente miró con paciencia.

–Yo…–pestañeando impactado por la pregunta, sin saber que contestar.

Pero cómo no estarlo, el cuestionamiento le había resultado totalmente inesperado como debía evidenciar su expresión.

–Tú…–insistió la pelinegra, evidenciando que esperaba una respuesta.

Harry, repentinamente nervioso, bajó los ojos y movió levemente las orejas mientras Pansy continuaba con su suave caricia.

¿Qué sentía por Draco? Ni él se lo había cuestionado aunque tampoco lo sabía, jamás había sentido antes lo que sintió al conocer al rubio príncipe. Lo que sintió con ese primer beso entre ellos.

La pelinegra, que era buena observadora, notó la confusión y el desconocimiento del más joven y sonrió. En verdad Harry era tan puro e inocente como su apariencia evidenciaba, por lo que decidió ayudarle a dar una respuesta.

–Te duele,¿no es así? Lo que viste en esa habitación–aclaró cuando el más joven le miró confundido–.Te duele que Draco esté con otro y debes sentir enojo también por ello,¿cierto?–Ganándose un tímido asentimiento  que le hizo mirarle con una inusual ternura–. Bien, eso es normal, sentirse así es normal y no te apenes, que si yo estuviera en tu lugar… –negando–.Pero en fin, también te gusta Draco ¿no es así? Su apariencia–puntualizó–, y seguro te agradó cuando te besó –sonriendo al notar el sonrojo formándose en las mejillas ajenas y cómo el menor se encogía.

–Yo… sí…–Soltó susurrante un apenado Harry, que en verdad estaba avergonzado aunque no por lo que sentía, sino más bien porque Pansy pudiera estar adivinando lo que él no podía expresar con palabras.

– Lo sabía–sonriendo con cierta presunción–.Y seguro te sientes nervioso cuando élestá cerca y actúas diferente de cómo lo harías normalmente con alguien más–ganándose otro asentimiento–.Pues bien, querido Harry–tomándole del mentón para que le mirase–, debo decirte que lo sientes por nuestro estúpido príncipe es Amor… te enamoraste de él–dijo con rotundidad.

Una vez más la sorpresa se instaló en la expresión del licántropo ante aquellas palabras que parecían evidenciadoras, pero ciertas. Y su adolorido corazón lo confirmó.

¿Amor? ¿Esto era el amor?

– Pero… Pansy–meciendo inquieto su cola nuevamente–.No, no lo conozco y…

–Y nada, Harry–intervino el titubeo ajeno–. Sé lo que debes estar pensando, pero en ocasiones, extrañas ocasiones–admite–, el amor surge así, sin conocer al otro, justo como te pasó a ti y es algo evidente.Sino no te hubiera desilusionado lo que viste, no te hubiera dolido–suspirando con pesar–.Desafortunadamente conociste la cara oscura de amar antes que la luminosa, pero es un hecho–acariciando la mejilla ajena con cariño–.Estás enamorado de Draco y por ello no puedes rendirte sin luchar por él.

– ¿Luchar por él?–Murmuró el pelinegro aun algo turbado por darle un nombre tan trascendental a sus nacientes sentimientos.

–Así es… ese otro vampiro no debe ser más que un arribista y no es nadie–maldiciendo por dentro a Evan–, y tú eres el esposo de Draco, ¿no crees que vale la pena luchar por un vínculo tan importante?Yo sé que Draco te lastimó y te ofendió con lo que hizo, pero te pido que lo pienses, no te des por vencido antes de luchar.

Las palabras y la convicción con que Pansy hablaba llegaron a Harry y le hicieron meditar. Apartando el dolor y todo lo mal que aún se sentía por los recientes hechos de su esposo, una pequeña esperanza se instaló en su pecho y su instinto combativo surgió levemente.

–Bueno, tal vez, pero… ¿tú crees que funcione?  ¿Crees que Draco guste de mí lo suficiente para dejar a ese vampiro?–Cuestionó.

–Harry, tú eres mejor que ese vampiro y yo creo que cuando Draco te conozca más, se enamorará de ti sin remedio–respondió con sinceridad la pelinegra.

Y era cierto, Pansy, a pesar de no conocer tanto a Harry, sabía que el licántropo podría convertirse en el verdadero amor, en la felicidad para el rubio vampiro si éste se daba la oportunidad de apreciar, de conocer lo que todos habían podido ver en el pelinegro.

–Está bien, yo… lo pensaré,¿de acuerdo? –Susurró.

–Bien, pero quiero que sepas que tendrás mi ayuda de todas formas–aclaró la vampira con una sonrisa amistosa–.Y estoy segura que también tendrás la de Blaise cuando regrese–dijo, planteando sutil y estratégicamente un cambio de tema.

–¿De Blaise?–Recordando al agradable vampiro pelinegro, aunque no pudo evitar preguntar–.¿Cuando regrese?

–Oh, sí, él y tío Theodore se quedaron con Severus en Lloerg unos días–expresó–.Déjame, te cuento que Blaise fue muy insistente en quedarse y…–continuó hablando para distraer al pelinegro.

Así debía ser, luego de lo que habían hablado era el momento perfecto para animar y distraer a Harry.Tal vez estaba siendo muy estratégica, pero no quería que se arruinara lo que había conseguido.  No cuando su tarea de arreglar el desastre de Draco parecía hecha por ahora.

El ánimo, la actitud de Harry era másabierta y más animada de cómo lo encontraron.  Y  había logrado que el menor se diera cuenta de sus sentimientos y por lo que había notado, él no deseaba irse o enterar a su familia de lo sucedido. Además que le había hecho considerar luchar por el rubio imbécil de su amigo.

Si, definitivamente Draco le debería mucho.Ahora solo faltaba esperar el resultado de lo que seguro Thomas haría con Draco y sobre todo lo que planeaba para el tal Evan, porque de algo estaba segura, su primo ya estaría pensando algo para ese estorbo.

 

*/*/*/*/*

 

En la habitación de Draco

Después de que saliese de la habitación que debería estar compartiendo su amigo, Thomas  no podía dejar de pensar lo estúpido y cretino que estaba siendo Draco.

Estaba poniendo todo en peligro ¿y por qué?Por nada.Por una pasión que le destruiría llevándose en el camino a todos con él.Aunque en el fondo intuía algo así, que el rubio  no dejaría a ese advenedizo. Les había mentido a todos. Y casi podía saber que el culpable de todo era el maldito peli plata. Seguro había sido su idea que Draco fingiese dejarlo y se enlazara para luego continuar como su amante.

Sentía rabia, tanta rabia.¿Dónde estaba la inteligencia y la astucia de Draco?¿No podía ver lo que el tal Evan quería? Porque estaba seguro que este había planeado que Harry les viera, aunque lo que aún no adivinaba era si era solo para que el pelinegro dejara a Draco y quedarse en su lugar o había algo más.

Igualmente no importaba porque Evan no obtendría lo que quería. Estaba seguro que Pansy se encargaría de intentar recomponer lo que su rubio amigo había hecho y él también haría su parte. Si antes no se había metido con el peli plata era porque no pensó que llegaría tan lejos pero ahora, ahora que el ojilila se había hecho presente en vez de apartarse haciendo peligrar no solo el naciente matrimonio de su amigo, sino una paz que costo tanto obtener, intervendría con más que palabras.

Evan quería jugar sucio, jugarían sucio. Un plan ya formándose en la mente de Thomas Nott cuando detuvo sus pasos frente a la puerta de la habitación de Draco.

Dentro, Draco había despertado y ajeno a lo que había sucedido estaba intentando levantarse. Lo “intentaba”, esa era la palabra clave pues un incitante Evan le besaba sin dejarle moverse o pensar.Así fue como cuando la puerta se abriera dando paso a Thomas, esa fue la escena que le recibió. Draco y Evan aun desnudos sobre la cama del primero. besándose intensamente.

Aquello hizo que la furia del vampiro pelinegro aumentara a niveles alarmantes, su mirada, que permanecía rojiza brilló peligrosamente y sus uñas se alargaron, mientras con pasos firmes caminó hasta la cama y de un tirón nada delicado apartó al peli plata de su amigo, arrojándole al piso alfombrado.

Los amantes, que no se esperaban algo así, tan envueltos en su bruma de placer, quedaron estáticos mirando a Thomas.Evan desde el suelo y Draco sobre la cama, los dos miraban al recién llegado hasta que fue el rubio quien reaccionó primero.

Al príncipe vampiro le era obvio el enojo en Thomas pero era más su propia molestia que su sentido común en esos momentos, por lo que habló sin realmente meditar sus acciones, dejándose llevar solo por su descontento.

–¿Qué crees que haces?–Siseó enderezándose y levantándose, mostrando su desagrado por la interrupción. Aunque jamás se esperó lo que sucedería a continuación.

En un rápido y certero movimiento Thomas encajó sus afiladas uñas en el pecho ajeno, no lo suficiente hondo para lastimar letalmente pero sí lo suficiente para herir, luego, siguiendo el movimiento, rasgó la blanca piel sin piedad haciendo brotar sangre.

–Eres un idiota–expresó fría y venenosamente–.¿Qué demonios crees que haces tú?–cuestionó.

Draco, luego del impacto por el ataque y del posterior dolor que sintió atravesarle, empujó a Thomas haciendo que se alejara mientras sus propios ojos se tornaban de un rojo granate y miraban con enojo a su mejor amigo.

–¿Qué pretendes Thomas–murmuró–, morir?–Preguntó a su vez con amenaza.

Sin embargo, antes de que Thomas contestase cierto peli plata que había permanecido en el suelo se levantó y “preocupado” por Draco se acercó a él. Si bien las heridas estaban cerrando poco a poco, Evan sabía que debía jugar su papel aunque le costase trabajo frente a Thomas, a quien todo el tiempo evitaba ver.

Y es que el peli plata tenía un secreto, algo relacionado con el mejor amigo del rubio.

–El que corre peligro de morir aquí no soy yo–contestó entonces el vampiro pelinegro mirando con desprecio al solícito peli plata que intentaba “ayudar” a su rubio amigo–. Mejor le dices a tu puta que se largue–agregó con dureza y desprecio–.Tú y yo debemos hablar a solas y ahora–exigió sin dejar lugar a una negativa.

Los ojos carmesí de Draco se entrecerraron, detestaba que Thomas insultara a Evan en su presencia.

–Thomas…–empezó el rubio, sin embargo fue detenido curiosamente por el peli plata.

Evan al escuchar el desprecio del pelinegro hacia su persona, de sentir su hiriente mirada a su espalda decidió que era mejor irse. Además la situación no era para nada favorable a su persona, pues seguramente Thomas estaba así porque sabía que el “perrito” los había visto.

–Está bien, Draco–se hizo escuchar Evan entonces, antes que el rubio siguiera–.Es mejor que me vaya–acercándose a los labios ajenos a quienes dio un rápido beso aunque ajeno de la pasión de siempre–.Te busco después–susurró antes de separarse del rubio y tomar del piso la capa que le había envuelto horas antes. Con ella en las manos se la puso y fue hacia la salida de la habitación sin mirar ni una sola vez hacia el mejor amigo del príncipe vampiro.

Una vez que el peli plata estuvo en la puerta, salió sin mirar atrás. Sabía que era mejor así, además aun debía hacer algo en el castillo. Una lástima que no pudiese usar los pasadizos que le había enseñado el rubio, pero no podía revelar su conocimiento de ellos tan pronto.

Mientras en la habitación y cuando estuvieron solos, Thomas fue quien habló primero.

–Bueno, por lo menos tu furcia sabe cuál es su lugar–refirió con una media sonrisa que pretendía mofarse.

Por supuesto, la burla no fue bien recibida por Draco, que tomó del cuello a Thomas.

–Dame un buen motivo para escucharte y no arrancarte la cabeza por tus ofensas a mi persona y a Evan–gruñó.

–Harry–soltó el pelinegro con mortal seriedad, apartando el agarre del rubio que se quedóestático–.Ojalá defendieras tan apasionadamente a tu esposo y su dignidad–agregó, esperando la reacción de su amigo.

Harry.

Ese simple nombre sirvió para que la mirada hasta ahora carmesí de Draco se tornase de nuevo gris/plata y se quedase inmóvil, mientras su mente en ese momento ya más clara meditase sus acciones. Lo que había hecho o más bien lo que no había hecho. Lo que había olvidado.

Thomas, al notar el cambio abrupto en el rubio y su actitud, continuó.

–Veo que ya recordaste a tu esposo, con el que debiste pasar la noche, a quien debiste respetar–puntualizó–. En verdad Draco, jamás pensé que tu estupidez llegase hasta este punto–negando–.Qué desilusión que dejes que tus pasiones y no tu razón sea la que domine tus actos–sus ojos aun rojizos mirando con disgusto a su amigo.

–No fue mi pasión dominando mis actos–musitó el rubio luego de un momento. Sabía que había hecho mal y comenzaba a sentir remordimientos, pero no lo admitiría–.Se los dije, amo a Evan–agregó.

La mirada de Thomas brillo una vez más de manera peligrosa ante esas palabras. Estaba al filo de su paciencia y Draco no ayudaba.

–Lo tuyo no es amor–dijo con fastidio–.Y aunque lo fuera, dijiste que dejarías a ese trepador, nos engañaste a todos, incluyendo a Harry, pero a él además lo lastimaste–mirándole con rabia–.¿Acaso estás tan ciego que ni siquiera eso te importa un poco? –Haciendo una mueca recriminatoria–. En verdad te desconozco, Draco.

–No fue mi intención herirlo–declaró el rubio desviando la mirada, sintiendo cada vez más remordimientos.

–Pero lo hiciste, ¿qué crees que sintió al entrar aquí y verte con otro luego de que no te presentaras en su noche de bodas? –Soltó Thomas incisivamente, observando a su mejor amigo con fijeza. Sabía, por lo que había dicho Harry, que él no tenía conocimiento de lo que acababa de decir pero lo confirmó con la reacción que estaba obteniendo.

Sin duda lo expresado por el vampiro pelinegro no era esperado por Draco, quien regresó sus grises ojos al mayor con claro impacto reflejado en su expresión.

–¿Él nos vio?–Cuestionó sintiendo un peso incómodo y desconocido en su interior, era algo que iba másallá de un remordimiento, pero a lo que no podía dar nombre porque jamás lo había sentido.

–Sí.

–No lo sabía–masculló en voz baja el príncipe vampiro, volviendo a desviar la mirada.

– Cómo ibas a saberlo, si ni siquiera recordabas tus deberes y seguirías sin recordarlos si yo no hubiese entrado aquí–reprochó, apretando los puños–.Seguirías revolcándote con ese que dice amarte pero que no lo hace, porque no sabe amar.

Los ojos grises regresaron a Thomas con irritación.

–Deja de decir eso.

Una media sonrisa displicente apareció en el rostro del pelinegro antes de decir.

–En verdad no hay peor ciego que el que no quiere ver, dragón, pero ya te darás cuenta, solo espero que no sea tarde.

–Dejemos de hablar de eso–evadió el rubio–, mejor dime,¿cómo reaccionó él? ¿Cómo reaccionó Harry?–Pronunciando el nombre trabajosamente–.¿Por qué no hizo nada?

Si, era preferible cambiar de tema por ahora, de seguir por ahí solo acabarían discutiendo y quizás peleando como siempre, y ahora era necesario tratar algo más importante. Además Draco ya se daría cuenta con hechos y no solo por palabras que Evan era un cualquiera que no lo amaba y con suerte, el rubio también descubriría en ese hecho que lo que él sentía tampoco era amor, sino una pasión sobre estimulada.

–Afortunadamente tu esposo parece poseer un don que tú ya no tienes… inteligencia–apuntó con saña–, y prefirió irse antes de hacer algo de lo que se arrepentiría.

Draco hizo una mueca desdeñosa ante el comentario insidioso de Thomas pero asintió.

–¿Y qué planea hacer después?

–No lo sé–admitió  con franqueza–.Pansy se quedó con él y espero por tu bien, por el de todos, que logre convencerlo de no anular el enlace e irse a Lloerg.

– Si lo hace estaré en deuda–admitió un serio Draco, caminando hacia su cuarto de baño.

–Lo estarás y ella te la cobrará, no lo dudes–siguiendo al rubio con la mirada–.Y yo también lo haré –agregómás para sí mismo–.Pero ya hablaremos de eso, ahora lo importante es ¿qué piensas decirle a Harry? Espero que estés pensando en algo bueno porque lo que le hiciste es algo que no se podrá reparar con cualquier palabra, y si es necesario deberás humillarte, príncipe –remarcando la palabra con toda intención.

Draco le miró de reojo con hastío pero dejo pasar el nuevo comentario insidioso, detestaba cuando Thomas se empeñaba en cabrearlo aunque esta vez reconocía que su mejor amigo tenía motivos.

–Ya se enterarán de lo que haré –terminó por decir, esquivando seguir hablando del asunto. Ahora quería concentrarse en su arreglo y en dejar de sentir aunque fuera unos momentos la torturante y desconocida sensación que sentía punzante en su interior.

–Solo espero que no lo estropees aúnmásporquetendrás a muchos tras tu cabeza si lo haces–dijo en un tono que vislumbra amenaza–, a mi incluyéndome–agregó, como una clara promesa–.Ahora te dejo, te esperare afuera–caminando hacia la salida.

El príncipe vampiro, que había entendido el claro mensaje, sabía que Thomas no decía aquello en vano; no obstante ante su último comentario se giró y le miró con una de sus rubias cejas levantadas.

–¿Me esperaras afuera?–Cuestionó–.¿Es que acaso ahora eres mi niñera?

Con una media sonrisa el pelinegro se detuvo antes de salir y observó de reojo a su mejor amigo.

–Tal vez necesites que lo sea, te comportas como un niño caprichoso e inconsciente, además solo quiero vigilar que no te “extravíes” en el camino a donde debería ser tu nueva habitación–explicó y sin dar lugar a replicas, salió después.

Draco se limitó a soltar un bufido antes de llamar a alguna de las doncellas para que preparase el baño.

 

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En la habitación nupcial

Luego de que saliese de la habitación de Draco dejándolo con su mejor amigo, Evan se acomodó mejor la capa y caminó digno meditando lo siguiente que debía hacer, tenía que salir tan perfectamente como lo anterior pero no le preocupaba, había sido entrenado para todo lo que estaba realizando y no fallaría.

No podía fallar.

No, si debía sacrificar algo importante por todo esto, todo tenía que salir como se planeó. Tenía que valer la pena al final.

–“Sí, lo hará, tendrás poder y posición además de un reino a tus pies”–pensaba auto convenciéndose, como siempre hacía cuando dudaba, que no era a menudo.Por lo menos no hasta hace poco tiempo que sus dudas se hicieron más frecuentes.

Y todo por culpa de inoportunos sentimientos que no debía sentir.Pero eso no lo detendría, su meta era algo esperado por muchos. Además, dejarse llevar por esos sentimientos no sería sensato y saldría perdiendo todo lo que había logrado hasta ahora.Por ello, con pasos más decididos y altivos se dirigió a su objetivo.Y no demoró mucho más en llegar, aunque para su mala suerte había alguien fuera de la puerta. Sin embargo esa humana no lo detendría. Con una mirada arrogante se plantó frente a la entrada y estaba por tomar el picaporte para abrir cuando la doncella insignificante se dirigió a él.

–Disculpe, pero no puede entrar–replicó Hermione, respetuosa pero firme, deteniendo al vampiro peli plata. No lo conocía pero no le daba buena espina, además que se le hacía muy extraño que este viniese a ver a Harry cuando creía intuir que este no le conocía.

–¿Qué dices?–Externó con desdén mirando a la chica apenas–.¿Acaso tú me detendrás? –Sonriendo con burla antes de ponerse serio–.Debo hablar con Harry Riddle ahora, es importante y creo que a él también le gustará hablar conmigo–agregó, con una media sonrisa.

Las palabras pero sobre todo la expresión en el joven vampiro desagradó por completo a Hermione, pero aun así, porque debía hacerlo, fue cortés cuando contestó.

–Desconozco quien sea usted, pero Su Alteza–remarcando las palabras–, está ocupado con una visita,así que me temo que deberá esperar por más importante que sea su asunto.

Los ojos de Evan se entrecerraron ante lo que consideraba una insolencia. El rojo mezclándose con el lila cuando en un rápido movimiento tomó a Hermione del cuello.

–Insignificante humana, ¿cómo te atreves a hablarme de esa manera? –Mostrando sus colmillos–.Ustedes no son más que comida para nosotros y créeme que no dudaría en matarte en estos momentos por tu desfachatez.

 

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Mientras, dentro de la habitación Pansy intentaba convencer a Harry para que comenzara a arreglarse.

–Vamos Harry, yo te ayudaré a escoger una túnica–decía la chica, entusiasta.

Harry la miraba con curioso afecto. En verdad su compañía le estaba siendo de mucha ayuda, por lo menos ya no se sentía tan mal.

–Pero Pansy, ¿por qué la prisa?–Cuestionó, ladeando su cabeza y moviendo sus orejas con curiosidad.

–Bueno, debes bajar a desayunar y además uno nunca sabe, podrías tener visitas–respondió casualmente la vampira.

El más joven frunció el ceño y estaba por replicar, cuando sus sensibles orejas captaron algo que le hizo tensarse y luego caminar hacia la puerta de la habitación, la cual abrió de un tirón.

 

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Evan estaba apretando fuertemente el frágil cuello de la castaña, que boqueaba buscando aire cuando la puerta frente a ellos se abrió mostrando la figura seria de cierto pelinegro. Harry, al observar lo que sucedía, de inmediato apartó bruscamente al vampiro sin mirarlo realmente, pues su preocupación era por su doncella a quien intentaba auxiliar.

–¡Hermione!¿Estás bien?–Cuestionó, ayudándole a sostenerse.

La castaña, agradecida por la ayuda, asintió sonriendo levemente a su señor.Ese gesto fue suficiente para el pelinegro, que dejando a su doncella con una Pansy sorprendida que acababa de salir, se giró para encarar a quien había atacado a la chica.

–¿Pero qué creías que hacías? ¿Por qué te atreviste a atacarle…? –Mencionó indignado, aunque toda la indignación se diluyó de su rostro cuando sus ojos esmeralda enfrentaron a los de nuevo lilas del otro vampiro.

Harry palideció.

Era… era el vampiro que estaba con Draco.

–Perdona, pero deseaba hablar contigo y no me dejaba pasar–respondió Evan mirando por primera vez a su “rival”.

Los ojos lilas deslizándose de arriba a abajo por la figura del pelinegro. Desaliñado, mal peinado y desgarbado era la descripción perfecta ante lo que veía. En verdad esperaba algo mejor, un licántropo fértil digno y hermoso, no alguien tan… poca cosa. Ahora entendía por qué le fue tan fácil que Draco se quedase a su lado en vez de regresar con su esposo.Pero es que con ese adefesio esperando y teniéndolo a él disponible, la elección era obvia.

Las palabras de Evan llegaron a Harry causándole confusión y de paso haciendo que se recuperase de la impresión de ver a ese vampiro justo frente a su puerta.Aun así no sabíacómo comportarse frente al peli plata. ¿Debiera reclamarle? ¿O debiera actuar como si no supiese nada, como si no hubiera visto nada?

Si bien su padre le había enseñado de estrategia para la batalla, ahora que lo pensaba podría aplicar esos conocimientos ahora mismo. Y lo que la estrategia le indicaba era actuar con precaución, hacer que el vampiro peli plata que le miraba con altivez, revelara sus intenciones primero antes de dar un paso en falso.

Con ese pensamiento, intentó parecer cómodo con la presencia de Evan y habló lo más casualmente que pudo.

–¿Desea hablar conmigo?–Musitó, optando por demostrar el desconcierto que sentía pero en ningún momento se permitió desviar la mirada de los ojos lilas que parecían querer intimidarlo.

Evan, ante la actitud “repuesta” del licántropo a su presencia,sonrió falsamente.“Vaya, esto se ponía interesante y él que pensaba que el perrito actuaría de otra manera”.

–Así es, tú y yo tenemos mucho de qué hablar–apuntó, negándose a dirigirse a él con la formalidad que debería, mirando de reojo a cierta vampiro pelinegra que parecía querer fulminarlo con la mirada pero que no intervenía, lo que le hacía gracia–.Pero debe ser a solas, es muy importante–terminó.

A solas. Importante.

Esas simples frases revelaban mucho para Harry, pues quería decir que tal vez el vampiro peli plata y el mismo Draco ya sabían que los había visto. ¿Pudiera ser que Draco hubiese mandado al ojilila para que intentara suavizar las cosas antes de ir a verlo? Si era así, el simple pensamiento hacía que el enojo, la indignación y el dolor volvieran a acometerle de tal forma que tuvo que desviar la mirada.

El esmeralda queriendo tornarse dorado.

Pero  no lo hizo; como antes, Harry se contuvo y aspiró hondo antes de ver nuevamente al vampiro frente a él. La única manera de saber si Draco lo decepcionaría más al hacer un movimiento tan cobarde era hablar con el peli plata,así que lo haría.

–Está bien–dijo firme–, puede pasar–continuó educadamente, señalando la habitación a sus espaldas.

Evan asintió sonriendo antes de pasar delante de la doncella entrometida y Pansy, a quien dirigió una breve mirada de orgullo, luego, desapareció al interior de la habitación.Por su parte la vampira, que desde que saliese y viera a Evan, había tenido ganas de arrancarle la cabeza, pero tuvo que contenerse enormemente para no hacerlo y no mostrar su odio al vampiro, pues se suponía le había dicho a Harry que no lo conocía.

Y fue por eso, por no contradecir sus palabras, que se mantuvo al margen de la conversación y se limitó a escuchar. Sin embargo, cuando el maldito idiota pasó a su lado y la vio de esa manera, no pudo evitar susurrar en tono muy bajo.

– El rey lo sabrá.

Si Evan la escuchó o no, no lo supo, pero esperaba que sí.Igual ahora importaba convencer a Harry de no hablar a solas con ese venenoso que seguramente solo quería empeorar las cosas.

–Harry,¿lo conoces?–Cuestionó luego de un momento, componiendo su mejor cara de confusión.

El pelinegro, que se mantuvo un momento pensativo observando hacia su habitación,movió sus orejas al captar las palabras de Pansy.

Cierto, su nueva amiga no sabíaquién era el amante de su… de Draco, y era natural su turbación al verle aceptar hablar con un vampiro desconocido, por ello le contestó sinceramente.

–No realmente, pero él… él es quien estaba con Draco–informó con cierto obvio trabajo.

Pansy fingió sorpresa e indignación aunque esta última no era tan fingida, como no lo era el enojo que también se podía ver ahora si en sus finas facciones.

–Pero… Harry, entonces no debes hablar con él, merece ser corrido de aquí por su atrevimiento–protestó–.De hecho, yo puedo ayudarte a echarlo del castillo, si quieres –sus ojos tornándose levemente carmín mientras una media sonrisa nada amable se posaba en sus labios.

–No, Pansy–negó el licántropo, caminando hacia la entrada–. Necesito hablar con él.

La pelinegra soltó un resoplido inconforme y tomo del brazo al más joven, impidiéndole seguir su camino.

–No, no lo hagas–negó. No obstante, al mirar la decisión y firmeza en los ojos esmeralda supo que Harry había tomado una decisión y no cedería–.Está bien, pero al menos déjame estar a tu lado–pidió, esperando que aceptara.

Su cuerpo se tensó un poco ante el repentino agarre de la vampira, pero al escucharla y ver en sus ojos negros rojizos buenas intenciones, se relajó aunque no por ello cedió a su petición. No podía. Necesitaba saber si su sospecha era cierta. Necesitaba terminar de decepcionarse de Draco de una vez si es que era el caso.

–Lo siento, Pansy–negando mientras se soltaba de la vampira–.Agradezco tu preocupación, pero intuyo que él no aceptaría–mirando hacia el interior de la habitación–.Y yo tengo que hablar con él, estaré bien–prometió, volviendo a mirar a su nueva amiga con una muy leve sonrisa que no llegaba a sus ojos.

Con intranquilidad y sin ningunas ganas, Pansy tuvo que aceptar su derrota, pues aunque quisiera no podía forzar a Harry a hacer su voluntad, por ello le vio cortar la distancia que le restaba de la entrada pero, antes que él entrase, le dijo:

–No creas todo lo que diga–advirtió.

–Está bien–murmuró el licántropo pelinegro–.¿Podrías encargarte de Mione? –Recordó viendo de reojo a su doncella que aunque se notaba todavía asustada, le miraba negando.

–No, ah… Alteza, estoy…–murmuraba la castaña apenada y cohibida por la presencia de la atractiva e imponente mujer vampira.

–Lo haré, no te preocupes–interrumpió Pansy los murmullos de la humana.

–Gracias, Pansy–dijo Harry cálidamente, por último, antes de terminar de entrar en su habitación cerrando tras él.

En el pasillo, Pansy maldijo en voz baja en un desconocido idioma antes de girarse hacia la humana, quien veía al piso. Los ojos negro rojizos recorriendo a la doncella con calma. Sin duda no era una chica fea, pudo reconocer. No obstante cuando sus ojos se detuvieron en el frágil cuello y notó marcas rojas, un bufido salió de sus labios y volvió a maldecir a Evan antes de acercarse a Hermione.

–Ven, debemos curar esto–tocando el cuello de la chica lentamente.

Hermione se sobresaltó por el toque y no pudo evitar sonrojarse, aun así no levantó la mirada.

–En… en verdad estoy bien, mi lady–tartamudeó.

–No, no lo estás–denegó la pelinegra, aun acariciando las marcas que estaban tornándose moradas–.Y Harry te encargó conmigo,así que vamos–ordenó, bajando su mano y dando media vuelta, comenzando a caminar.

Hermione, que sabía debía obedecer, terminó aceptando y caminó tras la bella vampira sin poder creerse que estuviera siendo amable con ella. Aunque solo fuera por Harry, lo agradecía.

 

*/*/*/*/*/*

 

En la habitación nupcial.

 

En cuanto estuvo dentro de la lujosa estancia, Evan tomó asiento en uno de los sofás tal y como si fuese el amo y señor del castillo.

Por supuesto que había escuchado las palabras de Pansy Parkinson y le preocupaban, pero no lo suficiente para distraerlo de su propósito. No, eso jamás, además igualmente Draco se encargaría de su bienestar si se llegase a dar el caso, estaba seguro que el rubio príncipe enfrentaría hasta a su propio padre por él.

Una sonrisa soberbia apareció en su rostro ante ese pensamiento. Pero no era momento para eso ahora, debía concentrarse en lo que tenía que hacer. Debía ser perfecto, dar una de sus mejores actuaciones.

Por este motivo, en cuanto notó a Harry entrar relajó su rostro hasta que en su expresión sólo se notaba cierta incertidumbre. Las manos en su regazo retorciéndose mientras mantenía la cabeza gacha, con algunos largos mechones plateados cayendo con gracia sobre su rostro.

De su lado Harry, luego de entrar y cerrar tras él, aspiró hondo apretando la cerradura de la puerta. Esperaba que esto no fuera una mala idea más, fue su pensamiento antes de darse media vuelta. Su rostro volvió a mostrar duda cuando los ojos esmeralda contemplaron la imagen del vampiro peli plata sentado a unos pasos.

Sinceramente no era esa la actitud que hubiese esperado del ojilila, no cuando su anterior actitud había sido muy distinta. Sin duda la conducta del peli plata era incierta y le ponía inquieto al no poder dilucidar sus intenciones. Pero ni hablar, ya estaban ahí,así que se aclaró la garganta anunciando su presencia y caminando hacia su inesperado “invitado”.

Los ojos lilas de Evan se levantaron y miraron a Harry sin la altivez de antes, al contrario, había preocupación en ellos e  incluso hubo cierta vergüenza cuando se levantó de un salto y habló.

–Lamento haberme sentado, pero tú no entrabas y…–más no pudo continuar porque el pelinegro intervino.

–Está bien, puedes sentarte, será máscómodo para hablar–mencionó Harry con sencillez, dudando de lo que veía en el peli plata, en sus ojos, pero no quiso juzgarle todavía, le dejaría hablar primero.

–Gracias–musitó Evan con una levísima sonrisa antes de volver a tomar asiento.Cuando lo hizo y notó que Harry se sentaba frente a él comenzó a hablar de nuevo–. Yo… yo no sé ni cómo empezar, pero supongo que lo mejor es no irse por las ramas–los apenados ojos lilas evadiendo un poco los esmeraldas antes de seguir– Sé… sabemos que nos viste–soltó, esperando la reacción ajena.

Directo y al grano,así fue como sintió Harry al peli plata, sin embargo lo prefería así aunque ese “sabemos” le supo amargo, pero al menos en verdad el vampiro parecía avergonzado y eso le pareció un buen gesto, por lo que su tono fue menos áspero de lo que debería haber sido en visto de tales palabras cuando respondió.

–Así que lo saben–expresó.

–Si, por eso estoy aquí–agregó Evan, viendo tímidamente al pelinegro.

Esas palabras lastimaron el interior de Harry con la hiriente certeza de la desilusión una vez más, y es que el peli plata parecía confirmarle que Draco le había mandado.

–Entiendo–susurró, desviando los ojos esmeraldas unos instantes antes de seguir y preguntar directamente lo que necesitaba saber–. ¿Draco te mandó a hablar conmigo?–cuestionó aguantando la respiración sin notarlo, como si estuviese  a la espera de una sentencia de muerte.

La reacción del licántropo pelinegro fue inesperada para Evan pero fue bien recibida. En verdad el perrito era tan abierto con su sentimientos, tan patéticamente evidente, que le hubiese gustado rematarlo al darle un sí pero no podía, ese no era el plan.

– ¡No!–Exclamó el peli plata en voz ligeramente alta–. Draco jamás me pediría semejante cosa, él no sabe nada, estoy aquí por mi cuenta–apretando sus manos–.Estoy aquí para suplicarte–agregó levantándose y yendo hacia el licántropo–. Te suplico–arrodillándose frente a él–, te suplico que no termines el enlace por lo que viste.

Escuchar al vampiro peli plata decir aquello liberó un peso en Harry y soltó el aire que estaba conteniendo. Por lo menos su esposo no era un cobarde, no lo desilusionaba nuevamente y eso era un pequeño alivio para su adolorido corazón. No obstante las siguientes palabras de Evan le hicieron verle fijamente. Sus ojos esmeraldas abriéndose grandemente ante lo que sus orejas captaban. Ante lo que estaba presenciando.

Arrodillado frente a él y mirándole de forma implorante el bello vampiro le pedía no terminar el enlace y eso jamás lo esperó.

–Pero…–susurró, sin saber que decir.

–Por favor, Harry–tomando las manos ajenas, sabía que el joven licántropo era poseedor de un corazón puro y noble y lo usaría a su favor–, fue mi culpa, yo… yo amo a Draco–conectando sus ojos con los ajenos al decir esto para dar más impacto a la confesión–.Y en un tonto intento por… –bajando los ojos–, por retenerlo a mi lado, lo seduje cuando estaba preparándose a venir contigo–musitó, avergonzado.

La respiración del pelinegro se aceleró sutilmente al tiempo que Evan hablaba, indignación y comprensión se debatían en su interior ante la confesión de amor del peli plata al igual que con sus posteriores palabras. Quería soltarse del agarre ajeno, pero no lo hizo, su mente dando vueltas a varias cuestiones aunque sintió una leve esperanza latir en su interior.

¿Entonces Draco sí pretendía venir? Esa duda le hizo reaccionar y dejar que la indignación, la posesividad ganaran y sin que lo notase ya estaba hablando.

–No debiste hacerlo–susurró–. Draco es mi esposo ahora–soltó, pero antes que siguiese los ojos lilas detuvieron su ímpetu. El vampiro  a sus pies lloraba y eso estrujó su corazón haciéndole imposible seguir por ese camino.

–Lo sé y lo siento, en verdad–bajando la cabeza–.Por eso estoy aquí ante ti, humillándome para que perdones a Draco y no lo culpes–murmuró lloroso el peli plata apretando las manos ajenas, aunque por dentro sentía asco al estarse rebajando ante Harry.

Lo dicho conmovió al pelinegro que sin sospechar del peli plata le creía sincero. Y es que para él nadie podía mentir cuando se hablaba de sentimientos, y los sentimientos del joven frente a él eran obvios, amaba a Draco a tal grado que no le importaba humillarse, no le importaba nada, solo salvar al rubio. Sí, había sido débil y había seducido al príncipe vampiro causándole gran dolor a él, pero había sido por amor y para Harry el amor era muy importante, por eso se permitió ser honesto con el peli plata.

–Yo… yo no lo culparé, no desharé el enlace–reveló, apretando las manos que sostenían las suyas–.No diré nada a los míos, pero dime algo,¿Draco te ama?–Preguntó, vacilante–.¿Desdecuándo están juntos?–Quiso saber.

Los húmedos ojos lilas le miraron aliviados y una sonrisa se instaló en los rojos labios ajenos.

–Gracias, en verdad gracias–dijo con “gratitud” Evan, aunque  por dentro se burlaba de la credulidad  del pelinegro aunque, cuando preguntó por Draco casi se carcajeó en su cara. El imbécil le estaba facilitando mucho las cosas–. Bueno, yo no sé si sea adecuado decirte eso–murmuró, desviando la mirada y soltando al pelinegro.

–Por favor, dime–pidió Harry–.Puedes ser honesto conmigo–acariciando la cabeza ajena con cierta gentileza para darle confianza.

–Está bien –asintió el ojilila–. Lamento causarte otro dolor pero sí… nos amamos y estamos juntos desde hace mucho y antes que preguntes–mirando al licántropo–, Draco nunca quiso engañarte, terminó conmigo antes de ir hacia Lloegr, su deber–remarcando la palabra–, siempre ha estado antes que cualquier cosa–bajando los ojos con fatídica pesadumbre

Deber.

La esperanza pequeña que había nacido dentro de él se apagó ante lo dicho por Evan. Se amaban, aunque ya lo sabía, lo había visto y sólo quería confirmarlo. 

El destino era cruel con los tres, pues aunque era un aliciente que Draco no hubiese querido engañarlo terminando con su amado antes del enlace, esto no quitaba el sufrimiento causado. Que el destino causaba a él y a ese joven peli plata, al mismo Draco. Pero no quería contribuir a ello, por eso tomó una decisión que le costaría a él, pero que sabía era lo correcto. Después de todo, ahora era de su conocimiento que Draco, el vampiro peli plata y él mismo no eran sino víctimas de la fatalidad y el deber.

–Tranquilo, ustedes seguirán juntos–susurró luego de un momento, conteniendo su impulso de negar lo mencionado al decirse que debía hacerlo, que era lo mejor para todos.

Los ojos lilas de Evan parecieron estupefactos cuando miraron súbitamente a Harry por sus palabras.

–¿Que dijiste?–Preguntó, parpadeando incrédulo o aparentando estarlo pues en su interior se regocijaba ante lo bien que estaba resultando todo.

–No me hagas repetirlo–musitó el pelinegro, conteniendo el malestar que sentía ante su propia decisión. Su parte animal peleando por salir y hacer oídos sordos a todo lo hablado con Evan y correrle de la habitación, advertirle que se aleje de Draco, pero no estaría bien. Además,¿qué ganaría con eso?

Draco no lo amaba, ni siquiera sentía gusto por él.

–Perdón–expresó el peli plata apenado–, solo quería confirmar que no escuché mal, ¿en verdad piensas hacerte a un lado para que Draco este conmigo? ¿Llevarás un matrimonio solo de apariencia?

Las orejas de Harry bajaron levemente antes de que desviase sus ojos esmeralda de los lilas y asintiera lentamente.Una fugaz sonrisa satisfecha cruzó los labios de Evan antes que su máscara se levantara nuevamente y se abalanzara sobre Harry en un abrazo.

– ¡Gracias, gracias!Eres en verdad tan buena persona como pensé que serías–reconoció el peli plata que, aunque sentía la tensión en el cuerpo del licántropo, se rehusaba a soltarle todavía.

“Eres un imbécil, Harry Riddle”

–No es ser buena persona, oh no–murmuró Harry,removiéndose incomodo en el abrazo del que era objeto–, simplemente quiero hacer lo correcto.

–De todas formas.

Un silencio se instaló entre ambos luego de esas palabras, pero fue el licántropo pelinegro quien lo interrumpió, apartando de él al vampiro peli plata con el mayor tacto que pudo.

–Disculpa, pero si no tienes nada más que decirme, quisiera estar a solas–pidió, levantándose del diván en que estuviese sentado y de paso poniendo distancias con Evan.

No lo juzgaba ya por su actuar, no ahora que conocía los motivos, pero aun así no se sentía cómodo con el vampiro ahí.

–Sí, claro, lo entiendo y me voy–acomodándose la capa, ya de pie–.No quiero incomodarte más, solo quiero pedirte que no le digas a Draco que estuve aquí, como te dije,él no sabe que vine.

–Está bien, no le diré nada–aceptó el pelinegro.

–Gracias–bajando los ojos y yendo con paso suave hacia la puerta, pero antes de que saliese se giró–.Por cierto, mi nombre es Evan–musitó, poniendo una modesta sonrisa.

Harry por su parte, se limitó a asentir, no podía decir que  le interesara saber el nombre del que sería el amante de Draco, pero su educación le impidió hacer otra cosa.

Cuando se vio fuera de la habitación y observando que nadie estuviese cerca, Evan se limpió sus mejillas aun con rastros de lágrimas y emitió una risa burlona mirando de reojo hacia la puerta cerrada.

–Fue demasiado fácil, fase uno completa y todo gracias a ti, Harry, fuiste más idiota de lo que pude imaginar–negando–.Esto será pan comido–agregó, arrogante.

Y ahora que ya había terminado su labor en el castillo, se iría antes de que Lucius se enterara de lo sucedido y le encontrara ahí. Además, debía darse un buen baño y quitarse el aroma a perro que le había dejado el pelinegro.

–Ugh–haciendo una mueca al oler la larga túnica–.En verdad apesto.

 

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Por su parte Harry, al verse solo, fue hacia el balcón pues necesitaba aire. Cuando estuvo fuera alzó su nariz y dejó que el aire llenara sus pulmones mientras pensaba en cómo le encantaría salir a correr para desahogarse, para desahogar todo lo que sentía quemarle por dentro, pero suponía que si se transformaba y salía asustaría a los sirvientes, además que los jardines que se extendían a lo largo y ancho del castillo eran demasiado estructurados y elegantes, nada que ver con el paisaje salvaje e indómito que podía recorrer a las afueras del palacio licántropo.

–Esto no debía ser así–susurró al viento, de sus ojos esmeralda brotando nuevas lágrimas que no se molestó en borrar; igual no había nadie que le viese en esos momentos. Y además debía dejar que todo fluyera, sacar de su interior la frustración, el enojo, la decepción y la tristeza aunque fuera de esa forma, para luego calmarse y enfrentar lo que se le venía con entereza y aplomo.

 

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Notas finales:

Les gusto?

Primero que todo se que deben odiar mas a Evan asi que los crucios y avadas dirigirlos a él que yo debo continuar la historia.

Ahora como verán el cap fue mas largo esta vez y aun falta la segunda parte donde se viene la conversación de Draco y Harry entre alguna otra cosa mas y es que no quiero adelantar mucho pero se empieza a “planear” la caída de Evan, ya leerán a que me refiero.

En fin pasando a la próxima actualización tengo pensada que sea el jueves o el viernes pero como habrán notado no depende del todo de mi, de igual forma cualquier retraso o cambio de nuevo les avisare por aquí.

Me despido por ahora, agradezco de nuevo a todos su paciencia y su comprensión. Cuidense mucho. Un beso y pórtense terrible.


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