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Noche Eterna por sakura hiwatari malfoy

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Notas del capitulo:

Hola a todos, espero hayan tenido una buena semana, yo como prometí les traigo el cap. de esta semana, quizás un poquitín tarde pero tuve algunas cosas que hacer de la Universidad.

 

Como sea ya estoy por aquí, pero antes como siempre agradecimientos:

 

1 Gracias a quien solo sigue y lee la historia.

 

2 Pero como siempre un Gracias muy especial, a quienes se tomaron el tiempo de comentar el cap. anterior que fueron los siguientes:

 

Bon bon, da_mishi, Anairafuji, LadyPhantomehive, Akira Uchiha, Anya, Aylin, Romi, Isis Shirakin, Maria Fernanda, Shanoa, Usagi subBoss, Drarry, Luna, mestefaniab, Petiteanglaise, Andy y Alys.

 

Ahora luego de lo anterior, a leer!!

CAP. 13

MASCARADA Primera parte.

 

El día había llegado y las horas parecían apurar el momento en todo el reino vampiro. Los afortunados invitados estaban ansiosos por acudir al castillo que aunque siempre lucía imponente, en esta ocasión resplandecía con un brillo especial, como si supiese la importante ocasión que tendría lugar entre sus muros. Dentro, sus ocupantes estaban alistándose con la ayuda de los asistentes, mientras el resto de los sirvientes, mayordomos y mucamas, ya estaban listos y confirmando instrucciones para tan notable eventoque daría inició en breve.

La mascarada se llevaría acabo en el enorme salón principal que gracias a Severus, lucía impecable al igual que los jardines frontales y traseros. Todo iluminado bellamente por la Pimeä Aine, la materia que daba energía, descubierta por los vampiros.  Cada candelabro, lámpara y tenebrario funcionabandebido a tan útil descubrimiento, alumbrando con ello cada rincón del castillo con su brillante luz.

Así, gracias a la perfecta iluminación la fastuosa elegancia del interior del castillo vampiro quedaba de manifiesto:sus pinturas, su fina cristalería, sus delicadas esculturas y sus adornos elaborados en paredes y escalinatas,en su totalidad podían ser vistos con la mayor claridad.

Lujo y ostentación por doquier. Todo digno de la realeza vampírica y los miembros más allegados de la corte.Y en medio de todo ese esplendor se suscitaría la presentación del nuevo príncipe consorte de Valakya.

 

 

*/*/*/*/*/*/*

 

 

En la habitación de Harry

Desde que había despertado ese día, supo que sería una jornada agitada y no se había equivocado. Luego de que Hermione le trajese el desayuno a sus aposentos habían arribado Pansy y Blaise. Ambos exudaban su acostumbrada distinción y gracia a pesar de llevar ropajes más bien “sencillos” a lo que les había visto. Por supuesto, el motivo de tan inusual vestimenta quedó al descubierto de inmediato. Venían a repetirle una vez más lo que sucedería en el día y hacer un repaso de todo lo que había aprendido últimamente,  cosas como a quiénes conocería durante la mascarada, quiénes eran vampiros importantes y a quiénes simplemente podía pasar de largo.

Habían estado en aquello desde que Lucius anunciara el baile en su honor y aunque tenía todo claro, definitivamente era inevitable que pensara lo complicados que eran los vampiros.

Entre ellos había claras divisiones y rangos. No que entre licántropos no hubiese diferencias, pero ellos no tenían títulos nobiliarios ni esas trivialidades. Duques, Condes, Marqueses y demás; para él todo aquello era absurdopero aun así debía aprenderlo.

Como tuvo que aprender a comer con una gran cantidad de cubiertos, cada uno para una cosa diferente y según Pansy, no podía equivocarse. Otra cosa absurda para él, ya que un tenedor, un cuchillo y una cuchara eran suficientes para comer como era debido, pero por supuesto nada era tan sencillo en el reino vampírico. Los vampiros, aunque ni siquiera tenían que comer sino lo deseaban, eran complicados hasta para eso.

Ahora estaba entendiendo el porqué de las absurdas y aburridas lecciones que su papá y Remus insistían siempre en darle, y de las cuales él astutamente escapaba con ayuda de Ron o de su padre.

Pero nada se comparó a las lecciones de baile. Aquello sí que había sido una tortura, él era torpe por naturaleza y no se movía con gracia y soltura como Pansy y Blaise le indicaban, por lo que pasaron varias horas al día practicando y practicando engorrosos estilos de bailes que se abordarían en la mascarada. Y esta vez, a diferencia de en Lloegr, no podía escapar, así que resignado pero amable hizo lo que le indicaron.No podía decir que se hubiese convertido en un distinguido bailarín como ellos, pero por lo menos se movía con soltura y ya no tropezaba con sus pies o su cola y se sentía más seguro realizando tan incómoda tarea.

Por supuesto, su vestimenta era otra cosa.Seguía sin sentirse cómodo con ella, pero de todo lo que le mostrasen fue lo menos inconveniente de llevar.

Y es que cuando el señor Theodore le enseñó diferentes bocetos de lo que era apropiado que usara, sintió que el alma se le iba del cuerpo, todos eran modelos hermosos y elegantes pero no tenían nada que ver con él. Ni siquiera su papá le había hecho usar nada parecido jamás. Al final, y apelando a su gentileza y su razón, los tres vampiros le convencieron de aceptar usar uno de esos modelos. El eligió por supuesto, pero aun no podía creer que se pondría aquello, solo esperaba no caer en ningún momento de aquella botas de medio tacón. Por eso se empeñó tanto en escoger un antifaz, veía mejor con aquel ornamento que con las máscaras completas.

Como fuera, ya todo había pasado y el  día había llegado, estaban a unas cuantas horas  y justo en ese momento, luego de que repasaran todo, Pansy y Blaise se habían retirado para arreglarse, dejándole a él con Mione y otras asistentas que le ayudarían a vestirse y peinarse.

–No te preocupes, Harry–le decía la castaña mientras salía de la enorme tina de baño–, quedarás hermoso.

–Eso no es lo que me preocupa, Mione–murmuró, tomando una mullida toalla para envolver su largo cabello azabache.

–Tranquilo,estarás muy bien, ya verás–sonrió la castaña, dándole confianza al más joven.

–Eso espero, en verdad eso espero–musitó antes de salir del cuarto de baño hacia el vestidor, donde las asistentas preparaban sus atavíos para la mascarada.

Y en verdad lo esperaba, pues másallá de las reglas de etiqueta, el baile o su vestimenta, lo que más le preocupaba era tener que fingir al lado de Draco el estar viviendo un matrimonio bien avenido. Y él no era muy bueno fingiendo.

 

 

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En la habitación de Draco

Sin duda alguna no había pasado una buena noche, entre la plática con su padre y los celos que le invadieron, las horas se habían escurrido entre sus dedos sin que pudiese conciliar el sueño. Su mente era un caos, aunque ya no le extrañaba, era algo muy familiar para él estos últimos días, por lo que se limitó a permanecer en el balcón hasta que consideró que debía por lomenos intentar recostarse. Lamentablemente no sirvió de mucho,así que intranquilo y no de muy buen humor,  fue como inició ese nuevo día.

Como era previsible debido a lo que se celebraría más tarde, el movimiento en todo el castillo era más rebosante que otros días y tardaron un poco en llevarle el desayuno, pero realmente no tenía mucho apetito. La noche anterior se había encargado de saciar su sed, por lo que esperó con paciencia a pesar de su humor volátil.

Y no solo era lo ocurrido el día anterior lo que le tenía en ese estado, a esto se le agregaba lo que debía ocurrir hoy. Todo debía salir perfecto, debían mantener una perfecta apariencia frente al resto de los vampiros. Ninguno tenía derecho a mostrar debilidad o conflicto o resultaría perjudicial, pues entre vampiros esas cosas, esos sentimientos, eran mal vistos, sobre todo si provenían de la familia real.

Aquello era algo que había aprendido de muy joven gracias a su padre. Este siempre decía que debía mostrarse controlado y dueño de sí, jamás titubeante o blando o lo pagaría caro, ya que los vampiros no perdonaban la debilidad por lo que nunca se mostraban como eran.

Todo usaban mascaras en público, su padre, sus padrinos… todos, él mismo había aprendido a hacerlo y ahora era un experto pero su esposo… Harry era transparente, auténtico, y eso le preocupaba.

Se preguntaba si Harry podría fingir como debía. A Evan no le costaría trabajo hacerlo, eso era seguro, pero Harry no era Evan. Ambos eran muy diferentes y extrañamente no le molestaba ese hecho, al contrario, junto a la curiosidad que le había despertado el licántropo pelinegro había admiración por ser como era.

Si bien era cierto que lamentablemente no había tenido muchas oportunidades de tratar a Harry gracias a sus acciones, lo poco que habían tratado y sobre todo lo que había observado cuando él trataba con otros, le llevaban a saber que su esposo era admirable. No solo por lo que había hecho por él y como había reaccionado a su engaño, sino por lo gentil y amable que era con todos.

Eso y más era lo que le causaba admiración. Ahora solo esperaba que Pansy, Blaise y su padrino Theodore hubiesen aconsejado bien a Harry, igualmente él intentaría apoyarle lo más posible, lo más que él le permitiese.

Con ese firme pensamiento en mente fue que terminó de desayunar y se vistió. Tenía algunas cosas que hacer antes de prepararse para el baile.Aunque por suerte dichas cosas no le demoraron mucho y pronto estuvo de regreso en su habitación, ahora a unas horas del evento, y estaba preparándose cuando alguien a quien no deseaba ver por ahora entró a su vestidor.

–Bueno veo que estás casi listo–escuchó la voz de Thomas a su espalda.

Su ceño se frunció cuando los celos volvieron a cometerle, recordándole lo sucedido con Harry apenas ayer, por lo que sin querer hacer o decir alguna tontería intentó ignorar a su mejor amigo y continuó vistiéndose.

–Vaya,¿no estamos de humor?Qué extraño, a ti te gustan mucho estos bailes–comentó amistosamente el pelinegro acercándose a su amigo, sin saber lo que sucedía en el interior del rubio–.¿O será que estas así porque tu amado Evan no viene?–Cuestionó sarcástico.

Esas palabras espolearon su mal humor y un bufido salió de sus labios al tiempo que miraba a su mejor amigo, que ahora estaba a su lado. Sus acerados ojos brillando de manera peligrosa cuando dijo:

–No tientes a tu suerte, Thomas–expresó fríamente.

Una negra ceja se levantó en el estoico rostro del mayor ante aquella contestación, pero sobre todo ante la tormenta que podía ver en esos ojos grises.

–Perdona, pero no creo haber hecho algo para merecer tu mal humor, yo no tengo la culpa de que tu amante no pueda venir–comentó el vampiro pelinegro.

Total descaro, eso le pareció al rubio que, terminando de colocarse la larga capa negra, se giró por completo hacia Thomas y le encaró. Ambos igual de altos, igual de gallardos, igual de peligrosos.

–Deja de mencionar a Evan y mejor dime, ¿desde cuándo te ves con mi esposo hasta tan tarde?–Soltó sin poder controlarse más, sabía que no debía haber dicho nada pero no pudo contener su lengua.

– ¿Disculpa?

–Lo que escuchaste –los grises ojos amenazando con volverse rojizos–,¿o te volviste sordo? –Dándole un leve empujón.

Una risa irónica se dejó escuchar de la boca de Thomas al tiempo que miraba estoicamente a su mejor amigo.

–Creo, Draco, que tu actitud está fuera de lugar–aclaró–. Harry puede ser tu esposo, pero no eres nadie para reclamarme nada–alzando la barbilla con reto–.No es como si él y yo hubiésemos estado haciendo lo que tú y Evan hacen, y aunque así fuera… aun así no podías reclamar ¿o sí?

La mirada acerada se endureció con esas palabras y se tornó ligeramente carmesí. Thomas estaba jugando con fuego.

–Estás queriendo decirme que te gusta mi esposo.

En los labios del pelinegro se formó una media sonrisa mientras desviaba levemente su mirada jade.

–No voy a negarlo, Harry es extraordinario, pero…–volviendo sus ojos al rubio que lucía nada feliz por su respuesta–.Aunque no lo valores es tu esposo y yo jamás te traicionaría de esa forma, además él nunca te sería infiel, no está en su naturaleza,así que nunca debes dudar de él–advirtió, antes de agregar–. Definitivamente eres un maldito afortunado.

La furia que sintiese cuando Thomas le confirmó su gusto por Harry menguó al escuchar eso último. Era cierto. Todo lo dicho por su amigo lo sabía pero no podía evitar los celos que le acometieron, que le seguían acometiendo hacia Thomas. Aun así intentó calmar la tensión que él mismo había creado entre ambos.

–Bien–mencionó sin saber qué otra cosa decir y desviando la mirada antes de que, luego de unos instantes, repitiese algo que no solía decir mucho–. Lo siento, siento haberme comportado así, tú tienes razón, no tengo derecho a decir nada… es solo que…–no pudo terminar, él mismo aun no aclaraba lo que sentía.

–Está bien Draco, olvídalo–mencionó el mayor soltando un profundo suspiro ante lo que vislumbraba en su rubio amigo. Al parecer estaba empezando a reaccionar y su plan le daría el empujón definitivo, aunque tal vez durante un tiempo dejasen de ser amigos por ello, pero al final valdría la pena el sacrificio–.Mejor dime, ¿se lo devolverás? –Mencionó, tomando el anillo/pulsera de Harry de uno de los estantes.

Los ojos de nuevo acerados fueron hacia lo que Thomas sostenía entre sus manos.

–No lo sé… ¿Debiera hacerlo?, al parecer tú lo conoces más que yo–musitó,intentando no sonar celoso antes de agregar–. ¿Qué opinas?

Ignorando el vano intento de Draco por ocultar los celos que al parecer aun sentía, se limitó a asentir.

–Sí, creo que sería una buena idea, de todas formas debe lucirlo en el baile así que podrías aprovechar el momento –aconsejó.

–Ciertamente es un buen punto–admitió, mirando a su mejor amigo fijamente un momento, aún tenía una duda que le asaltaba punzante al recordar la imagen de un Harry más despeinado de lo usual–. ¿Y vas a decirme?

– ¿Decirte que?–Cuestionó extrañado el mayor.

–Qué tanto estuvieron haciendo hasta tan tarde…

Una leve sonrisa apareció en el pelinegro antes de contestar.

–Nada en particular… solo practicamos con la espada–la sonrisa en su rostro aumentando a medida que  los recuerdos de la pasada tarde/noche llegaban a su mente–.Y debo decirte que tienes un esposo muy hábil–halagó.

La sonrisa que se extendió en el rostro de su mejor amigo le sorprendió tanto como le molestó. Thomas no sonreía de aquella forma muy amenudo y que lo hiciese al recordar lo hecho con su esposo volvió a encender los celos en su interior, pero aspiró hondo y comentó lo otro que le había causado sorpresa.

– ¿Espada...? ¿Harry sabe usar la espada y muy bien?–Ganándose un asentimiento del pelinegro–.Vaya no lo imaginé –admitió.

–Entiendo tu desconcierto, pero al parecer los fértiles licántropos son educados diferente a los vampiros o por lo menos, Harry lo fue y no solo sabe usar la espada, al parecer es bueno con diferentes armas.

Las rubias cejas se arquearon en asombro ante esas palabras. Al parecer su esposo era una caja de sorpresas que cada vez le causaba más curiosidad.

 

 

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En la habitación de Lucius

El rey vampiro, estaba terminando su arreglo mientras pensaba en todo lo que acontecería esa noche. Sabía por lo que habían mencionado Theodore y Pansy, que sería una noche complicada para su yerno pero confiaba en Harry, era un joven inteligente y astuto a pesar de su nobleza. Además estaba seguro de que todos quedarían encantados con su pureza y su sencillez.

Aquellas cualidades no eran muy vistas en Valakya pero eran valoradas, sobre todo por aquellos que importaban. Los demás no le preocupaban. Eran sustituibles en todo caso y si osaban hacer sentir mal a Harry, él se encargaría de que en efecto fuesen remplazados en la corte, quitándoles todos los privilegios que pertenecer a la nobleza vampíricatraía consigo.

Así de simple, por algo era el Rey y no le daba cuentas a nadie de sus actos.

Pero no se encontraba preocupado, al contrario, se sentía de un humor inmejorable. La razón era sencilla. Las cosas estaban saliendo magníficamente con cierto plan encontra de ese detestable peli plata. Y había algo más que le mantenía expectante y feliz, y eso era la visita de su invitado que aunque iba acompañado, sería su pareja en el baile.

Remus Lupin.

Ese licántropo de bellos ojos miel y larga cabellera castaña le hacía sentir como jamás pensó. Desde que le conociera no podía quitárselo de la mente y es que a pesar de lo ocurrido entre su vástago y Harry, el recuerdo de Remus jamás se esfumó de su cabeza. Acompañaba sus sueños y sus días y por ello, aunque también por Harry, decidió escribirle e invitarle al baile para adelantar así su invitación de le que le visitara.

A horas de tan anhelado encuentro, se preparaba con esmero.

–Su Majestad, con su permiso–habló su mayordomo personal, interrumpiendo sus pensamientos al tiempo que entraba al vestidor–. Lord Zabinni desea verle –anunció.

Lucius le miró con una expresión tan impasible que nadie podría decir que realmente estuviese tan feliz.

–Bien,déjale entrar–ordenó, para luego volver a girarse y continuar colocándose la larga capa que usaría esa noche.

No tardo mucho para que Lucian Zabinni entrase a la habitación y sonriera de medio lado al notar a su amigo colocándose minuciosamente su capa.

–Vaya, veo que la llegada de cierto invitado en verdad te importa–expresó el vampiro pelinegro, manteniendo su media sonrisa.

Através del gran espejo Lucius miró a su gran amigo alzando una de sus rubias cejas.

–No sé a qué te refieres.

–Por favor Lucius, no te había visto arreglándote con tanta atención, ni siquiera cuando estaba Narcissa–aclaró Lucian–.Además, estos días desde que llegáramos de Lloegr y conocieras a Remus Lupin has estado… diferente–dijo a fin de no encontrar una mejor palabra que describiese lo que había visto en el Rey vampiro.

–¿Diferente...? Claro que no, son ideas tuyas–desestimó Lucius, haciendo un vago gesto y girándose para quedar frente a frente con su amigo.

Lucian negó divertido por la negativa del rubio.

–Podrás engañar a Theodore, a mi sobrino e incluso a Severus, pero no a mí, te conozco muy bien Lucius Malfoy–musitó el pelinegro con una mirada segura en sus ojos zafiro.

Tenía razón, Lucian tenía razón y él lo sabía, quien más le conocía y a quien nunca había podido engañar era al pelinegro, pero jamás lo aceptaría.Rodó los ojos y pasó por un lado de su mejor amigo, murmurando.

–Ideas tuyas–dijo–.Mejor dime, ¿llegarán a tiempo? –Cuestionó, saliendo del vestidor a la habitación con Lucian siguiéndole.

–En efecto, no habrá demoras–respondió el pelinegro, aun sonriendo divertido ante la necedad del rey vampiro en admitir lo que sentía hacia cierto licántropo.

–Perfecto, espero que a Harry le guste la sorpresa.

–Le gustará, aunque le hubiese gustado más si sus padres hubiesen asistido también–mencionó, tomando asiento en uno de los mullidos divanes que había en la habitación de Lucius.

–Lo sé, pero Tom lo dejó claro, el reciente estado de su esposo no les permitía el viaje–admitió el rubio.

–Ya veo… Bueno, igualmente tu yerno estará feliz cuando lo sepa.

–Cierto–confirmó Lucius con una leve sonrisa asomando en sus labios.

Sí, sin duda Harry estaría feliz cuando Remus le dijese que pronto tendría un hermano o hermana.

 

 

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Valakya, hora del baile.

El momento había llegado y los invitados comenzaron a arribar al castillo vampiro, algunos en refinados y ostentosos carruajes y otros más, a pie atravesaban los bellos jardines frontales comentando entre sí la magnificencia que podían contemplar. Y el comentario general en cada vampiro era que todo lucía aúnmás grandioso que de costumbre.

Pero era de esperarse, no era un baile cualquiera, era la presentación del nuevo príncipe consorte y la ocasión ameritaba la mayor distinción posible, como lo evidenciaban los fastuosos atuendos que todos utilizaban para tan distinguido momento. A pesar de ser una mascarada, cada vampiro fue cuidadoso con los atavíos que habían elegido, costosas joyas, bordados en oro y finas plumas, entre otros ornamentos, eran vistos en el amplio salón principal donde todos se fueron congregando.

Cada invitado era anunciado propiamente antes de bajar una escalinata de mármol. Abajo, se distinguía la imponente figura del Rey vampiro  y sus más allegados recibiendo a los asistentes como indicaba la etiqueta.

Los únicos que aún no hacían su arribo, como era predecible, eran Harry y Draco, y debido a eso la presencia de ambos príncipes era altamente esperada.

– ¿Esperamos pronto la presencia de Draco y su esposo, Majestad?–Cuestionaba uno de los vampiros a Lucius, aprovechando que él en su papel de anfitrión estaba recibiéndoles a su llegada.

Totalmente impasible y con una mirada un poco desdeñosa, Lucius observó al vampiro que le preguntaba, por unos momentos antes de contestar.

–Mi hijo y mi yerno aparecerán cuando sea el momento, Lord Diggory–expresó diplomática pero seriamente.

–Disculpe a mi padre, Su Majestad–intervino Cedric Diggory, un joven y apuesto vampiro  hijo del Conde Diggory, quien se había atrevido a cuestionar al monarca vampiro.

La mirada gris de Lucius se posó sutilmente en el joven que se disculpaba por la actitud de su padre, y no pudo menos que asentir y despedir a ambos, pues alguien más llegaba y los Diggory no eran tan importantes en la corte vampírica para dedicarles más de su tiempo.

A su lado, tanto Lucian como Severus esbozaron una media sonrisa bajo sus máscaras. Definitivamente Lucius sabía cómo quitarse “elegantemente” de encima a los imprudentes.

 

 

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A las afueras de la Habitación de Harry

Un inquieto Draco esperaba a su esposo retorciendo entre sus manos el elaborado bastón que completaba el atuendo que lo hacía lucir regio y gallardo a la vez. La acerada mirada parecía aúnmás profunda e hipnótica, enmarcada por la máscara que usaba.Y sus platinados cabellos peinados cuidadosamente se acomodaban perfectamente bajo el sombrero de alta copa que usaba.En conclusión lucía tan aniquiladoramente atractivo y soberbio como siempre.

En cuanto la puerta de los aposentos de su esposo se abrió, la imponente presencia del príncipe vampiro quedó eclipsada con lo que sus ojos veían.

–Harry… te ves hermoso…–Fue lo que salió de sus labios sin que siquiera lo meditara.

Pero no se arrepentía de haber dicho aquello, pues era cierto. Su esposo se veía sencillamente bello. Increíblemente más bello que en su enlace y por unos momentos, se quedó tan embelesado recorriendo la radiante figura frente a él, que se olvidó hasta de respirar. No que los vampiros necesitasen hacerlo realmente pero lo hacían por costumbre.

Por su parte Harry, antes que Mione abriese la puerta, aspiró hondo. Sabía que Draco ya estaba esperándole para bajar y los nervios que habían ido en aumento desde hacía un rato querían hacerse presentes con mayor fuerza. Sin embargo, intentó relegarlos a lo más profundo de su ser y con decisión asintió a su castaña amiga.

Entonces ante su mirada esmeralda, la puerta fue abierta revelando la figura de su esposo. Su corazón se detuvo y luego volvió a latir con fuerza al ver a Draco parado a unos pasos de él, tan distinguido y apuesto como siempre o quizás más, no estaba seguro y no pudo evitar preguntarse si es que su esposo siempre era tan perfecto. Aunque no llegó a pensar en una respuesta, pues lo que el rubio enunció a continuación le provocó que desviase la mirada y que su corazón corriese aúnmás rápido.

Hermoso, eso había dicho Draco respecto a cómo lucía y, sinceramente, no esperaba tal halago.Nerviosamente, apretó el abanico entre sus enguantadas manos antes de atreverse a mirar a su esposo nuevamente.

La acerada mirada se topó con sus ojos esmeralda entonces y sintió cómo un repentino sonrojo acudió a sus mejillas, aun así se animó a hablar.

–Gra… gracias, tú también luces bien–musitó, balanceando nerviosamente su larga cola.

En cuanto su mirada chocó con la de Harry y le vio sonrojarse adorablemente, un fuerte impulso de acariciar sus mejillas le acometió. Seguramente su consorte debía tener una piel suave y cálida y quería comprobarlo, pero sabía que su gesto no sería bien recibido por lo que refrenándose, en lugar de hacer aquello llevó una de sus manos al interior de su capa y sacó cierto objeto al tiempo que Harry estaba halagando su apariencia, lo que le hizo sonreír.

Sonrisa que por supuesto no fue apreciada por el licántropo, pues su máscara ocultaba sus atractivas facciones.

–Gracias–correspondió entonces antes de adelantar la mano que contenía el anillo/pulsera del más bajo–. No sabíacómo regresarte esto–empezó, abriendo su palma–, y me pareció que esta era una perfecta ocasión, después de todo debes llevarlo aunque uses guantes–terminó, esperando la reacción del pelinegro que miraba estático el bello ornamento.

Sin palabras, era así como se sentía Harry al observar el objeto que su esposo había extendido hacia él mientras le escuchaba hablar. Pensaba sinceramente que Draco ya se lo habría dado a Evan, y el verlo frente a él y que el rubio vampiro le dijese aquellas cosas le confundía tanto como tontamente le ilusionaba, dejándole sin saber cómo reaccionar.

Al final, y observando que su esposo al parecer esperaba una reacción de su parte, hizo lo más sensato.

– ¿Por qué...? ¿Por qué deseas que yo lo tenga?–Cuestionó, observándole a los ojos que era lo único que la máscara que Draco llevaba le permitía ver–.Es decir, entiendo que deba portarlo esta noche, pero… Tú hablas de regresármelo y no entiendo–confesó con sinceridad moviendo sutilmente sus orejas.

Esas preguntas eran predecibles y sin embargo él no tenía respuestas para darle a Harry, pero sabía que debía decirle algo por lo que cerró un momento sus ojos buscando en su interior las palabras adecuadas. Y  cuando creyó haberlas encontrado, conectó su mirada con la esmeralda.

–Deseo que tú lo tengas porque es tuyo y nadie más debe tenerlo–murmuró e hizo un ademán para que el licántropo no le interrumpiera–. Sé lo que significa para ti, me lo dejaste claro cuando me lo regresaste –aclaró–, pero siendo honestos, algo aquí–llevando su mano desocupada hacia su pecho–, me dice que tú eres quien debe tener este anillo y yo quiero que tú lo tengas–afirmó con seguridad esperando haberse hecho entender a pesar de su propia confusión.

Y al parecer así fue pues en los labios de Harry se dibujó una linda sonrisa luego de un momento, mientras tomaba el anillo/pulsera de su mano.

Sin duda las palabras de Draco encendieron una nueva esperanza en su interior, que aunque pequeña y breve fue suficiente para terminar de curar las heridas en su corazón. No sabía si aquello era una promesa o algo parecido, pero sabía que lo expresado por su esposo había sido sincero y honesto, sus ojos gris/plata se lo decían y no pudo evitar la sonrisa que acudió a sus labios mientras tomaba el preciado ornamento que pensó jamás volvería a tener.

–Está bien, lo tendré conmigo entonces–dijo luego de un momento, sacándose el guante derecho para colocarse el anillo/pulsera aunque dudó unos instantes y llevó su mirada tímidamente al más alto, atreviéndose a decir–. Quieres… ¿Quieres ponérmelo tú?

Aquella pregunta de Harry le tomó desprevenido pero pronto se vio asintiendo y cerrando la distancia que aun mantenían entre ellos, al tiempo que tomaba con delicadeza la pequeña mano entre las suyas y colocaba en ella, tal y como hiciera en el enlace, el elaborado símbolo de su matrimonio. Cuando este brilló en la mano ajena, sabía que debía soltar al más bajo pero no lo hizo, no pudo.

Las mejillas de Harry se tornaron nuevamente rojas ante el delicado toque del rubio y cuando él, luego de ponerle el anillo/pulsera continuó sosteniendo su mano, no supo qué hacer excepto quedarse muy quieto. Una parte de él quería que Draco le soltase y otra que se quedase así, sosteniendo su mano para siempre.

Esmeralda y gris conectándose y creando un momento solo de ellos. Un momento que no habían tenido.

Sin embargo alguien reventó la burbuja que se había creado. Un mayordomo les avisaba que estaban esperándoles.

–Bien, vamos en seguida, puedes retirarte–le despidió fríamente Draco, que ante la interrupción había soltado a su esposo.

–Claro, con su permiso altezas–dijo respetuoso el hombre, haciendo una reverencia antes de irse.

Cuando estuvieron nuevamente a solas, Draco fue quien habló primero, mientras observaba a su esposo colocarse nuevamente el guante.

–Bueno, debemos ir…–mencionó, sin saber si hablar de lo que había pasado, al final optó por dejarlo de lado al no querer incomodar a Harry, por lo que agregó–.¿Listo?

Un nervioso Harry terminaba de ponerse el guante y miraba hacia otro lado cuando sus orejas se movieron, captando las palabras de su esposo a lo que se atrevió a mirarle nuevamente y asentir.

–Sí, vamos.

Draco asintió y le ofreció su brazo galantemente antes de que ambos se pusieran en marcha al salón principal en silencio. Cada uno pensando en el momento compartido hacia unos instantes.

Momento que aunque había quedado atrás, no sería olvidado por ninguno de los dos.

 

 

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En el salón principal.

Casi todos los invitados habían arribado ya y Harry y Draco ya habían sido llamados por Lucius para que hiciesen su aparición, cuando los esperados invitados del Rey hicieron su aparición. O más bien el esperado invitado y su acompañante.

Tal y como pasara con el resto de los invitados, Remus Lupin y Sirius Black fueron anunciados con la debida propiedad y varios rostros, entre ellos el de Lucius y un sorprendido Severus, voltearon hacia donde ambos licántropos bajaban con distinción. Por supuesto, la presencia de ambos causó revuelo y murmuraciones, pues aunque varios de los vampiros presentes conocían a Sirius, jamás habían escuchado del tal Remus. Aunque querían suponer que era la pareja de Black.

–Majestad, un placer asistir a su baile, me disculpo nuevamente por Tom y James que no pudieron asistir–habló Sirius cuando llegaron hasta Lucius, aunque su mirada cobalto se dirigió hacia un costado, hacia su pareja que le miraba sin dar crédito a lo que veía, lo que le causó una sonrisa que Severus jamás llegaría a ver debido a su máscara.

Lucius por su parte, sólo le dirigió una fugaz mirada a Black, toda su atención se la llevaba el bello licántropo de mirada miel.

–Sí, es una lástima, pero es un gusto que ustedes–mirando fijamente a Remus–, estén aquí–agregó, detestando desde ya la máscara que llevaba el ojimiel, pues le impedía ver su hermoso rostro.

–El gusto es nuestro… Majestad–habló entonces Remus, que aunque apenado por la intensa mirada de la que era objeto, sabía que no podía quedarse sin decir nada.

Por su parte Sirius veía la situación con bastante gracia y mientras una traviesa idea acudía a su mente,interrumpió el intercambio de miradas entre Lucius y Remus. Solo esperaba no tener problemas con Severus luego de lo que quería hacer.

–Bien, será mejor que pasemos y no le quitemos más tiempo, Majestad–anunció, haciendo una breve inclinación al tiempo que guiaba a su amigo hacia el salón.

No obstante su camino fue interceptado por el mismo Lucius, que como suponía, le miraba de no muy buena manera.

“Es tan predecible”–no pudo evitar pensar Sirius antes de decir–. ¿Ocurre algo, Majestad?–Cuestionó “extrañado”.

–No realmente, solo que Remus es mi pareja para el baile, Black–comentó en un tono ligeramente posesivo el Rey vampiro, la mirada gris brillando con cierta amenaza.

Aunque por supuesto Sirius no se sintió para nada intimidado y con una media sonrisa que era invisible para Lucius, contestó:

–Lo lamento Majestad, pero yo vine como pareja de Remus así que si nos disculpa, creo que debe atender a otros recién llegados–señaló a dos vampiras que eran anunciadas y caminó con seguridad llevándose a Remus consigo, dejando pasmado a Lucius y a sus acompañantes, entre ellos Severus, que fruncía el ceño y apretaba fuertemente su abanico.

–Calma Lucius, más tarde reclamarás a tu pareja–intervino Lucian al notar que varios estaban viéndolos y murmuraban.

–Pero… lo escuchaste, ese Black se atrevió a desafiarme–musitó indignado el rubio vampiro.

–Ya le darás lo que merece, pero en algo tiene razón y es que debes seguir recibiendo a los invitados que faltan–expresó serenamente el pelinegro al notar que las dos vampiras recién llegadas se acercaban a ellos.

La mirada gris se volvió ligeramente carmesí y resplandeció peligrosa antes de que su dueño aspirara hondo y continuase con su deber como Rey y anfitrión. Ya se las pagaría, Black.

Y no era el único que quería la cabeza de Sirius.

Severus a su lado, aunque permanecía impasible, distaba mucho de estarlo realmente. Sus ojos ónix miraban de reojo hacia su pareja y Lupin mientras se preguntaba qué demonios estaba haciendo Sirius aquí y lo más importante, ¿de pareja de Lupin...? Sin duda necesitaba respuestas y las obtendría, como también obtendría respuestas de Lucius.

Todavía no podía creer lo que había escuchado. ¿Lupin era la misteriosa pareja de Lucius? Increíble, entonces todo era más serio de lo que pensara entre ellos…

 

 

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Luego de lo ocurrido con la llegada de Sirius y Remus, todo transcurrió más rápido y sin tanto bullicio.Los últimos invitados terminaron de llegar y el arribo de Harry y Draco fue anunciado. Ante aquello, el salón principal por entero puso su atención en lo alto de la escalinata de mármol.

 

La imponente figura de Draco apareció escoltando a su consorte y el silencio se hizo presente por diferentes motivos a lo largo y ancho del majestuoso salón.

 

 

Notas finales:

¿Y que les pareció?

 

Como ven hubo un pequeño momento Drarry entre nuestros chicos y Draco volvió con los celos, lo que en efecto es un avance pequeño pero no se preocupen pronto el dragón abrirá los ojos respecto a Evan lo que le ayudara a aclarar la confusión de sentimientos que aun no resuelve y eso en cierta forma le acercara a Harry, pero no digo mas o terminare por revelarles lo que sigue y no tendría chiste. Y para los que gustan de los personajes secundarios y sus respectivas parejas, también hubo un poquitin de eso en el cap, espero lo hayan disfrutado.

 

Lo que me lleva a la situación que plantee en el cap anterior y debo decirles que las opiniones son divididas y reñidas entre quienes quieren que Thomas se quede con Evan y quienes no. Ya estoy pensando en una solución que satisfaga a ambos lados.

 

Ahora pasando a otra cosa, les traigo imágenes de los looks de nuestros personajes para la mascarada, espero les agraden, las hice para ustedes:

 

Lucian mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225188340381&l=1d26182f9e

 

Theodore mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225188740391&l=1b5faaa5c2

 

Pansy mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225189460409&l=8061ddc7bb

 

Blaise mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225190260429&l=c6a85dbbca

 

Lucius mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225190740441&l=d262c7bcc7

 

Remus mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225191220453&l=0668ad9a0a

 

Sirius mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225191780467&l=7adc3fbf7f

 

Severus mascarada:

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204225192100475&l=67d744cf64

 

 

En cuanto a las imagenes de Draco, Harry, Thomas y Evan lo lamento pero me temo que deberan esperar al proximo cap.

 

Pasando a la próxima actualización, no quiero dar un día pero al igual que en esta semana no pasarán sin cap. la siguiente semana.

 

Me despido, espero tengan excelente fin de semana y ya saben pórtense todo lo mal que quieran o puedan claro, cuidense. Un beso.

 

 


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