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Noche Eterna por sakura hiwatari malfoy

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Notas del capitulo:

Hola a todos, es lunes asi que aquí esta el cap. prometido.

 

Pero antes agradecimientos como siempre, se que debe ser cansado leer esto en todos los caps y me disculpo de antemano, pero es importante para mi. Esta vez no tengo prisa asi que aquí vamos.

 

Romi, Anairafuji, NoLoChen y Aylin, gracias por las palabras que me dejaron en el cap anterior, como siempre es un placer leerles y conocer su interesante punto de vista.

 

Y mis lectores fantasma, no me olvido de ustedes, también gracias por seguir ahí siguiendo y leyendo mi historia.

 

Ahora si basta de preámbulos y a leer.

CAP. 5

RECHAZO Y ACEPTACIÓN

 

El tiempo pasó  luego de la separación de ambos grupos de licántropos y vampiros y, aunque tanto Lucius como Tom se mantuvieron al pendiente de Bellatrix y Greyback y las nuevas colonias que habían formado, nada sucedió y la paz prosperó.

Licántropos y vampiros fueron adaptándose a las nuevas circunstancias.

El odio, el resentimiento y la animadversión, por supuesto, no desaparecieron de inmediato y en algunos ni siquiera desaparecieron del todo, pero ante el evidente ejemplo de ambos líderes, decidieron que si Tom y Lucius podían olvidar y perdonar al punto de unir sus familias, el resto de licántropos y vampiros podían hacer el esfuerzo.

Así fue como conforme las décadas pasaron las relaciones entre Lloerg y Valakya se hicieron cada vez más accesibles y loables, y la futura unión de ambos herederos comenzó a verse con verdadera conformidad y hasta con cierto interés de parte de ambas razas.

 

*”*”*

 

Valakya, varios años después

El llegar a la realidad que se vivía ahora no fue sencillo. Había habido mucho esfuerzo y tenacidad de por medio y Lucius lo sabía. Pero todo había salido bien, por lo menos hasta ahora, ya que dentro y fuera de Valakya había la tan deseada calma.

Y sin guerra la nación había prosperado.

Ahora estaban a unos días del enlace entre Draco y Harry pero, a pesar de que todo estaba marchando en apariencia bien, el Rey vampiro se sentía intranquilo y exasperado en partes iguales. La razón era sencilla. Su hijo.

Draco.

Éste, como era de esperar, se había transformado en un joven vampiro atractivo y cautivador. Había heredado el porte y la gallardía seductora de Lucius y el encanto de Narcissa. Su intensa y atrayente mirada gris plata hechizaba a su paso y su 1.90 imponía respeto tanto como admiración. Al mismo tiempo, sus rubios cabellos platinados y su fuerte cuerpo quitaban el aliento tanto como sus maneras galantes y elegantes. Era un conquistador nato y tenía a sus pies a vampiras y vampiros por igual, incluso algunos humanos soñaban con estar entre sus brazos.

Perfecto, esa era palabra que describiría mejor a Draco y por lo menos en apariencia lo era.

El único defecto que parecía tener era su carácter  Lucius lo había consentido demasiado en opinión de su amigo Severus, el príncipe vampiro siempre obtenía lo que quería y era precisamente eso lo que estaba dando problemas ahora.

Draco había sido informado desde hace mucho del compromiso que tenía con el hijo de Tom y aunque no le había hecho mucha gracia parecía haberlo aceptado. Por supuesto, con la condición de que su padre le permitiese tener los amantes que quisiera hasta ese día.

Lucius no se había negado, le pareció normal que su hijo quisiera experimentar y ganar experiencia para complacer a su futuro esposo.Él mismo no era precisamente virgen cuando se casó con Narcissa. No obstante en ese momento, mientras veía por la ventana de su despacho a su hijo salir acompañado, deseaba haberlo hecho, deseaba haberse negado.

–Lucius, venía a buscarte para discutir la partida hacia Lloegr y… ¿Lucius?

Lucian, que venía entrando, al ver a su Rey con un gesto obviamente ofuscado, se extrañó  deteniendo sus palabras y prefirió llamarle, pues al parecer lo que su amigo estuviese viendo ocupaba totalmente su atención.

El rubio vampiro, al escuchar su nombre, dejó de ver por donde su hijo y su inconveniente acompañante se habían ido ydirigió su atención al recién llegado.

–Disculpa, Lucian,¿decías algo? –Cuestionó seriamente, aunque su tono tenía un toque que demostraba su irritabilidad.

–Sí pero, ¿sucede algo?

Ante esa pregunta el rostro de Lucius se oscureció y su mandíbula se tensó antes de que con voz gélida dijese:

–Sucede que Draco salió de nuevo con el tal Evan –dijo, escupiendo el nombre con desagrado–, y a días de su enlace eso es inadmisible.Le dije, le ordené que terminase con esa “relación” inaceptable de inmediato pero,¿sabes qué me dijo? –Exaltándose al punto de que el gris de sus ojos se mezcló con el familiar rojo–.Que lo ama y que no va a dejarlo.

En este punto Lucius estaba totalmente cabreado y fuera de sí.

El rostro impasible de Lucian mostró comprensión, pero no pudo evitar el bufido fastidiado que salió de sus labios. Su ahijado era demasiado caprichoso y estaba causando problemas innecesarios a Lucius, pues dudaba que lo que sentía por el tal Evan fuese amor.Pasión, tal vez, pero nada más profundo. Además el vampiro en cuestión, el tal Evan, era incapaz de sentir amor por lo que había investigado. Era un arribista que lo único que sabía hacer era abrirse de piernas y complacer.

– ¿Entiendes lo que esto significa, Lucian? –Continuaba hablando Lucius mientras se paseaba por su despacho en busca de sosiego–.Si Draco no deja a ese advenedizo y se niega al enlace, todo por lo que hemos trabajado habrá sido inútil. Además el tal Evan lo único que desea de mi hijo es obvio.

– ¿Y ya le hablaste sobre lo que investigué del chico? –Intervino por fin el vampiro pelinegro.

–Por supuesto, pero desestimó cada palabra, claro –hablando con ironía–.Para él todo son malos entendidos e inventos tuyos por órdenes mías.

–Mi ahijado está definitivamente idiotizado –comentó, negando y haciendo una mueca de desagrado–.Y créeme que Thomas le ha querido hacer entrar en razón y por lo que sé, también Severus y Theo, hasta Blaise y Pansy, pero parece que Evan ha sabido hacer su trabajo.

–Lo sé y ahora la cuestión es qué es lo que haremos, porque yo no voy a dejar que todo se venga abajo, mucho menos por un vampiro ambicioso que no siente el menor afecto por mi estúpido hijo –determinó Lucius–.Si es necesario, me encargaré yo mismo del tal Evan –agregó con fría indiferencia.

–No, eso sería peor, Lucius. Draco está encaprichado, y si matas al tal Evan no reaccionaría precisamente bien –expresó con seriedad Lucian, meditando el asunto antes de preguntar–.¿Ya te dijo claramente que no se enlazará con el hijo de Tom?

–No exactamente, pero aclaró que no va a dejar a ese imbécil y por supuesto ¿qué crees que pensaran Tom y su hijo de ello?

Por supuesto que Lucian sabía la respuesta.El líder licántropo no admitiría que Draco tuviese un amante y que no respetara a su hijo, sobre todo porque ahora sabían que los licántropos eran fieles a muerte y exigían lo mismo.

En este momento, en verdad sabía que Lucius debía de estarse arrepintiendo de no haber seguido la sugerencia de Severus de que Draco y el heredero licántropo, Harry, se conociesen y se tratasen antes de su enlace. Pero ni hablar, lo hecho, hecho estaba.

–Bueno, al menos no se ha negado totalmente al enlace y aún tenemos unos días para pensar en algo –trató de animar luego de un momento, al rubio vampiro que aún se notaba irritable y tenso.

–Eso espero Lucian, en verdad, porque de lo contrario  para mi pesar estaré de acuerdo con Tom si decide iniciar de nuevo hostilidades… Y si eso pasa, si entramos en guerra de nuevo por el capricho de Draco, te juro que lo desheredaré y aunque me duela lo repudiaré, es un hecho, ya se lo dije a él –expuso con rotundidad el rubio.

Esperaba no llegar a eso y que Draco entrase en razón, pero si no sucedía y todo salía mal, lo haría.

 

*”*”*

 

– ¡Ahhh…! ¡Draco eres… eres perfecto! –Se escuchó un placentero gemido en una desconocida habitación.

En el centro de la habitación se encontraba una confortable cama adoselada de etéreo cortinaje rojo, que ocultaba de la vista dos cuerpos desnudos que se entregaban a la quemante pasión que los consumía.

–No… tú lo eres…–se escuchó una voz profunda, atrayente, pero levemente agitada, como respuesta a la primera declaración.

No obstante luego de ese breve intercambio, ninguna palabra coherente se escuchómás en la habitación. Los únicos sonidos existentes y que envolvieron tan ardiente momento fueron respiraciones agitadas y gemidos de entrega y deseo.

Al final, tan excelso momento llegó a su punto crítico y la liberación llegó para ambos cuerpos, que quedaron laxos y satisfechos. Luego de un breve momento de cómodo silencio uno de los ocupantes de la cama habló.

–Y bien,¿vas a hacerme caso?¿Fui suficientemente convincente? –Dijo una voz suave y agradable pero al mismo tiempo coqueta e invitante.

–Tú siempre eres convincente –respondió la misma voz atrayente de antes, pero esta vez sin agitación alguna.

– ¿Eso es un sí, entonces? –Preguntó Evan, levantándose del fuerte y exquisito pecho en que estuviera acomodado tan confortablemente. Sus movimientos gráciles y seductores cuando se sentó en la cama mostrando su desnudez sin ningún pudor.

El heredero vampiro que seguía con ojos deseosos el exquisito cuerpo de su amante, hizo una mueca de fastidio pero asintió.

–Está bien, es un sí, le diré a mi padre cuando regrese.

El bello rostro del vampiro de cabellos  plateados mostro una sonrisa satisfecha antes de cruzar sus largas piernas con la sensualidad que sabía, fascinaba al rubio príncipe.

–Perfecto, mereces un premio entonces, mi príncipe –declaró Evan con sumisión, pero con la chispa de la lujuria y el deseo de nuevo brillando en sus expresivos ojos lilas.

La atractiva sonrisa que el rubio mostraba pocas veces, la que todos anhelaban les fuera otorgada, apareció en su rostro y su mirada se tornó ligeramente rojiza ante la clara seducción de Evan.

–Esas palabras me son gratas –dijo, levantándose un poco para atraer el delicioso cuerpo más joven–.Muy gratas –agregó sobre los rojizos labios ajenos antes de tomarlos en un profundo e impetuoso beso.

Dentro del beso, que por supuesto fue correspondido con la misma vehemencia, Evan sonrió triunfante.

Aunque el joven vampiro sabía que era un riesgo dejar que Draco se casase con el heredero licántropo, era un riesgo que debía tomar, no le agradaba, pero debía hacerlo. Las ventajas que esto traería eran más que si sucedía lo contrarío

 Si bien detestaba no poder ser el consorte del rubio como hubiese querido y tener el poder y el status que eso le traería, seguiría siendo el amante de Draco como hasta ahora. Y quién sabe, tal vez en un futuro tendría el lugar que merecía. Después de todo, ese matrimonio no duraría mucho. Ahora solo era cuestión de saber jugar sus cartas y mantener el interés del príncipe, de mantener ese “amor”. Además no creía que ese perro, el tal Harry, fuese rival para él.

No, por supuesto que no lo era.

 

*”*”*

 

Lloerg en la actualidad.

Después de cierto período de tiempo de demostrar congruencia entre sus palabras y sus hechos respecto a la decisión de Alianza con los vampiros, Tom observó con agrado cómo  las aguas fueron tomando su cauce.

Si bien sabía que algunos de sus hermanos aun guardaban en lo más arraigado de su ser odio y resentimiento en contra de los vampiros, agradecía la disposición mostrada ante su decreto. Además no es como si no les entendiese, a él mismo le había costado mucho trabajo apartar el odio de su ser. Viejos hábitos son difíciles de erradicar y odiar a los vampiros era un hábito muy añejo.

Como fuera, en consecuencia del esfuerzo de todos sus hermanos y del suyo propio, todo comenzó a corresponder y, sin guerras de por medio, Lloegr obtuvo un notorio progreso que compartió con sus aliados en Valakya creando relaciones cada vez más asequibles entre ambas naciones, pero lo más importante, entre ambas razas.

Y el tiempo pasó entre un agradable, aunque desconocido hasta ahora, ambiente de paz y tranquilidad.

Pero quien más disfrutó de ese ambiente fue el heredero licántropo junto con sus padres. No había más angustia, más preocupación punzante en James y Tom; él pudo disfrutar la satisfacción de ver a su familia feliz  y serena, lo cualreafirmó su buena decisión.

Y es que ver la sonrisa resplandeciente de su esposo y a su hijo correr libre, crecer libre, era algo que simplemente merecía cualquier precio que tuviera que pagar.

Aunque para desfortunio del Alpha, el tiempo había pasado demasiado rápido o eso pensaba, mientras veía a lo lejos  a su querido hijo, a su Harry, practicar arquería junto a su mejor amigo, un pelirrojo algo atolondrado pero valiente llamado Ron Weasley.

Harry.

Estaban ya a unos días de su enlace y eso le afligía en cierta forma, pues su hijo tendría que irse a Valakya con su esposo. Eso seguía sin gustarle a pesar de que había tenido muchos años para hacerse a la idea. Por lo menos James parecía haberlo aceptado mejor que él y en esos días se notaba de buen ánimo y muy ocupado por los preparativos del enlace que se realizaría según lo acordado ahí  en Lloerg, en el palacio.

Todo estaba casi listo para tan honorable ocasión, todo menos él, que con la vista todavía fija en su hijo le veía aun como su pequeño cachorro que gustaba de jugar en los jardines hasta quedar lleno de barro. Hermosos recuerdos, sin duda, que atesoraría para siempre.  Pero debía aceptar que su niño no lo era más, Harry se había convertido en un joven hermoso, muy similar a su James en el físico, pero más parecido a él en carácter.

Y ahora ese joven estaba por enlazarse.

–Amor, quita ya esa cara de funeral –se escuchó de pronto la cantarina voz de James Riddle detrás de Tom.

Éste al escuchar a su esposo, dejó de ver a su hijo para posar sus verdes ojos en los avellanas que le miraban con cierta gracia mezclada con el familiar profundo sentimiento que nunca podía faltar en él.

–No sé de qué cara hablas, James –intentó negar, moviendo casualmente su larga cola negra con sutileza.

Una melodiosa risa se escuchó salir de los labios del consorte del Alpha.

–Como quieras, pero a mí no me puedes engañar, Tom Riddle–respondió el de cabellos castaños, negando divertido antes de abrazarse al fuerte cuerpo del más alto–. Tranquilo, amado, nuestro Harry estará bien y tú también, además podremos ir a verle –dijo sonriendo ante la vista de su vástago–.Aunque ahora mismo debería estar repasando lo que Remus y yo hemos tratado de enseñarle desde hace meses –comentó, haciendo una mueca disgustada.

Los ojos de Tom volvieron a su hijo al tiempo que respondía con una media sonrisa.

–Te dijo que eso no le gusta; además, no veo porqué deba aprender esas tonterías, nuestro Harry no es de ese tipo de fértiles.Él es mi heredero, es fuerte y sabe lo que debe saber –el orgullo brotando en cada palabra dicha por el Alpha.

James por su parte negó.

–Tu no entiendes Tom, te permití enseñarle a Harry sobre armas, a cazar y todas esas cosas porque no me dejaste opción, pero –soltando un suspiro– no debí ceder, Harry debió ser educado como cualquier fértil, ¿qué pasa si a su futuro esposo no le gusta la forma tan… impetuosa de ser de nuestro hijo?

–Si al hijo de Lucius no le gusta Harry es un imbécil –gruñó el Alpha–.Además te recuerdo, amor, que tú no eres precisamente como el resto de los fértiles y me encantas –mirando nuevamente a James,a quien atrajo aúnmás hacia su cuerpo.

Los verdes ojos de Tom mezclándose con el familiar dorado al mismo tiempo que regalaba una mirada apasionada a su esposo.

–Puede ser, pero yo te recuerdo a ti, Tom, que a pesar de todo fui educado como cualquier fértil y solo delante de ti me comporto de manera arrebatada –dedicándole una coqueta mirada al más alto mientras enredaba sus brazos detrás del cuello ajeno.

–Harry no se comporta de manera impetuosa, solo tiene carácter y un buen corazón.Y te lo repito, si al hijo de Lucius no le gusta, es un estúpido –dijo tajante el Alpha antes de tomar los labios de su esposo en un ardiente beso.

“Eso espero” –fue el pensamiento de James antes de corresponder el beso de su esposo.

Y en verdad lo esperaba.

 

*”*”*

 

–Demonios, ¡¿es que nunca voy a ganarte?! –Se escuchó un molesto grito proveniente de un licántropo pelirrojo que tiraba su arco con fuerza al césped.

–Lo siento Ron, pero no puedes culparme por ser tan bueno –respondió una suave y cálida voz perteneciente a un pelinegro de largos cabellos negros.

–Muy humilde, Harry –expresó sarcástico el pelirrojo llamado Ron, recargándose enfurruñado en el tronco de un frondoso árbol que estaba cerca.

El mencionado se limitó a negar y, moviendo juguetón su negra cola, fue hasta su mejor amigo colocándose a su lado.

– ¡Oh, vamos! No te enojes, ¿sí?La próxima vez te dejo ganar si quieres –intentó hacer las paces mirando de reojo al más alto.

Como esperaba, Ron se tensó desde las orejas rojizas hasta su larga cola y volteó a mirarle con sus azules ojos entrecerrados.

–Yo no necesito que me dejes ganar, además no habrá próxima –sonriendo de medio lado–.Recuerdas que estás por casarte –soltó sabiendo lo que hacía ese tema en su pelinegro amigo.

Esta vez fue el turno de Harry para tensarse y ver mal a su amigo.

–Quisiera no hablar de eso, si no te molesta–comentó, desviando su esmeralda mirada, la cual ocultó tras su largo flequillo.

–Lo siento, pero creí que ya lo tenías aceptado –rebatió Ron, un poco arrepentido de haber sacado el tema al notar el repentino estado taciturno de Harry.

De los rosados labios del heredero licántropo brotó un profundo suspiro antes de asentir, aunque su mirada permanecía viendo un punto en la nada.

–Lo hago, lo acepto, tú sabes que ahora lo acepto –haciendo una breve pausa en el que sus manos se entrelazaron tras su cabeza en un movimiento descuidado–.Es solo que son otras cosas las que me preocupan en cierto modo… ¿Qué tal si no le gusto, Ron? –Bajando sus orejas y mirando de nuevo a su amigo.

El pelirrojo, al ver la tierna mirada en los ojos esmeraldas y el aspecto vulnerable, casi delicado, que mostraba su mejor amigo en esos momentos, le dio unas enormes ganas de abrazarle protectoramente.Sin embargo, desde que se hicieron mayores,esos tipos de contactos con Harry se hicieron incómodos, por lo cual se limitó a sonreírle con afecto.

–Harry,¿cómo podrías no gustarle? –Murmuró.

–Soy realista Ron, yo no soy precisamente hermoso, lindo o delicado, o cualquiera de todas esas cosas que papá y Remus quieren que aprenda–bajando la cabeza–.Soy todo lo contrario, soy torpe cuando estoy nervioso y soy descuidado, acostumbrado a no preocuparme por mi cabello o por mi ropa, además me gusta hacer cosas inadecuadas para fértiles y…

A Ron definitivamente no le gustaba ver a Harry tan melancólico e inseguro, no cuando su mejor amigo siempre era seguro de sí mismo y alegre. Por eso detestaba esa boda. Bueno, por eso y otra cosa que no venía al caso, pero el punto era que conforme se comenzó a acercar la fecha de ese enlace, Harry comenzó a comportarse de esta manera y el pelirrojo lo detestaba, detestaba todo ese asunto.

Así que mientras el de largos cabellos negros se ocupaba en mencionarle todos los defectos que él creía que tenía, Ron no pudo quedarse sólo viendo esta vez, y aunque fuera incómodo, se enderezó decidido y en un movimiento rápido atrajo al más bajo contra su cuerpo en un estrecho abrazo.

–Basta ¿quieres?Tú no eres nada de lo que dices, eres perfecto y cualquiera… cualquiera estaría feliz de enlazarse contigo, y ese “chupasangre” está ciego sino ve lo afortunado que es–declaró el pelirrojo.

Sin duda, el repentino abrazo de Ron había tomado a Harry por sorpresa, pues no lo esperaba, pero pronto correspondió el mismo  y una linda sonrisa se formó en su rostro al sentir el fraternal contacto. Había extrañado que su amigo le confortara como cuando eran niños y ahora lo hacía en el mejor momento.

–Gracias Ron…–susurró–.Pero ya sabes que no me gusta que te refieras a… a Draco como un chupasangre–reprendió, luego de un momento de agradable silencio entre ambos.

–Bueno, tu prometido–evitando decir el nombre que tanto le desagradaba– bebe sangre ¿no?Así que el apodo le queda–terminó el más alto, moviendo su rojiza cola como sin nada.

El de cabellos negros negó antes de separarse del abrazo mantenido.

–Como sea, evita decirle así¿quieres?

A Ron sin duda no le agradó mucho que el abrazo se rompiera, como no le agradó que su amigo defendiese al heredero vampiro, pero terminó asintiendo ante la mirada esmeralda.

–Lo pensaré si me ganas en una carrera hasta el lago–retó el pelirrojo antes de cerrar los ojos un segundo y transformarse en un lobo grande de rojizo pelaje, que pronto echó a correr rumbo al bosque a orillas del palacio, sin esperar respuesta.

–¡No! ¡Ron, eso es trampa! –Protestó el pelinegro, frunciendo el ceño al tiempo que imitaba a su mejor amigo y pronto se transformaba en un lobo de pelaje negro pero más pequeño.

Una vez transformado, Harry corrió siguiendo el camino del pelirrojo, a quien agradecía haberle hecho sentir de nuevo seguro y feliz aunque fuese por un momento, pues no olvidaba el enlace que le esperaba en unos días y el nerviosismo que tenía por conocer a quien sería su esposo.

“En verdad espero gustarte, Draco”–Era el pensamiento del pelinegro mientras corría tras su mejor amigo.

Notas finales:

Nuestros chicos crecieron! Y se acerca el enlace! Se que algunos esperaban interaccion entre ellos antes del gran día pero para fines de la trama como la tengo planeada no podía ser.

 

Por cierto odian a Evan tanto como yo cuando lo escribia? Creo que si y lo odiaran mas eso seguro.

 

Como sea espero que les haya gustado el cap y me dejen saber sus opiniones y sino les gusto el cap tmb pueden decirlo, solo les pido moderación, cero insultos, que nos podemos entender mejor con la razón de por medio.

 

En fin me despido por hoy, cuídense mucho y ya saben a portarse mal. Un beso y un abrazo.


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