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Noche Eterna por sakura hiwatari malfoy

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Notas del capitulo:

Hola a todos, espero que estén muy bien en verdad lamento no haber podido actualizar ayer pero aunque hice el intento no me fue posible estuve muy ocupada todo el día y además para colmo cuando llegue no había luz en mi casa pues llovió muy fuerte. Pero bueno ya estoy por aquí con el cap prometido.

Pero antes los agradecimientos usuales:

1 Gracias a Anonimo, Mestefaniab, Anairafuji, Romi, Maria Fernanda, Aylin y Richard OO .Sus palabras son realmente gratificantes para mi, son un sol cada uno de ustedes y sacan una sonrisa al leerles.

2 Tambien gracias a quienes solo siguen y leen la historia, aunque no expresen comentarios es muy bueno saber que están ahí.

En fin ahora si  a leer. 

CAP. 7 primera parte.

RECEPCIÓN, BAILE Y SECRETOS DEVELADOS

 

Cuando la ceremonia concluyó con el beso de los recién casados, no tardó mucho para que todos pasaran a donde se llevaría acabo la recepción. Guiados por Tom, James y dos muy callados Draco y Harry, todos salieron a los jardines traseros del palacio licántropo.

Por supuesto, para cada uno de los invitados fue una sorpresa observar los repentinos cambios en el oscuro cielo. Los ojos de vampiros y licántropos no daban crédito a lo que observaban, sobre todo al ver a la Luna Roja que los había acompañado desde siempre. El astro casi se encontraba desteñido de su color carmesí y había adoptado un insólito azul/plateado que brillaba con fuerza alumbrando la negrura, que aunque más tenue, aun dominaba el cielo.

Murmullos de asombro se extendieron mientras se veían unos a otros en busca de respuesta a tan extraordinario fenómeno. No obstante nadie atinó con la solución a tan sorprendente misterio. Un misterio más no resuelto, fue el pensamiento general entre ambas razas.

Sin embargo ninguno, vampiro o licántropo, pudo negar que el cambio fuera agradable y muy bello. Perfecto para la ocasión que les juntaba en Lloegr. Por ello, luego del impacto y el desconcierto siguieron su camino hacia la recepción.

No demoraron mucho en llegar y ante la nueva luz de la luna, una maravillosa vista les recibió. Incluso los vampiros con sus gustos refinados debieron reconocer que todo era perfecto.

Y lo era, James se había esforzado para que todo estuviese a la altura del momento. Cada detalle, desde los manteles de las mesas, el diseño de las sillas, los centros de mesa… todo había sido pensado y ejecutado con delicado cuidado. Dando como resultado la perfección que los presentes admiraban ahora.

 Y como pasara antes, los murmullos no se hicieron esperar. Comentarios halagadores, por supuesto.

–Será mejor que pasemos –se escuchó con orgullo la voz del consorte licántropo que, captando los buenos comentarios, decidió tomar su papel de anfitrión.

Harry, que iba del brazo de Draco, vio a su papá con una sonrisa. Conocía su esfuerzo y le daba gusto que fuera reconocido. A él también le parecía todo realmente hermoso. Aunque desde que su ahora esposo le besara, se sentía como en una nube y no estaba en realidad en condiciones de dar ningún comentario razonable.

Finalmente y luego de varios minutos, los invitados, la familia y los recién casados estuvieron acomodados y el banquete fue servido. Exquisiteces de distintos tipos fueron traídas a cada mesa para deleite de sus ocupantes, junto con un vino especial traído por  los vampiros para su goce exclusivo. Vino mezclado con sangre que le brindaba el exquisito sabor  delirante que disfrutaban.

Y por primera vez vampiros, licántropos y algunos humanos compartieron en asombrosa armonía mezclados en las diferentes mesas. Conversaciones gratas e interesantes se escuchaban ir y venir con una única excepción.

La mesa principal. En ella Draco y Harry degustaban los diversos platillos en silencio.

Draco, debido a los contradictorios pensamientos y peores sentimientos que sentía surgir en su interior desde que viese a Harry entrar, pero sobre todo desde que este dijese esas palabras que no debió decir. ¿Porqué el más bajo había dicho esas cosas? Debió limitarse a decir lo acordado, como él. Pero no lo hizo y  ahora ahí estaba él, confundido y sintiéndose despreciable por no poder corresponder al pelinegro. Aparte de sentirse culpable por Evan.

Y es que no podía evitar aceptar que arreglado como estaba el pelinegro ya no le parecía una molestia; su consorte se veía deseable, demasiado.

– “Una agradable tentación “–fue el fugaz pensamiento del príncipe vampiro, mientras se empeñaba en ver hacia otro lado a fin de no dejar que Harry le afectase más de lo que lo había hecho ya.

Por su parte Harry, ajeno a las tribulaciones del rubio vampiro, no hablaba porque tenía sus propias dudas, pues por primera vez desde el beso había bajado de su nube y lo que había percibido no era lo que esperaba. Sentía la incomodidad de Draco a su lado, no que este estuviese siendo descortés o cortante como el día anterior, pero creyó que su esposo conversaría con él, le diría algo, pero no era así, desde los votos que el príncipe vampiro no le decía palabra alguna, solo lo había mirado unos minutos de aquella extraña forma cuando le ofreció su brazo y luego nada más. Y él que pensaba que tal vez su esposo había gustado, aunque fuera un poco, de su persona. Pero al parecer no era así, Draco no parecía haber sentido lo mismo que  él con el beso que compartieron y para colmo en vez de pasar lo que Remus le aseguró que pasaría, su rubio esposo miraba cualquier cosa menos a él.

– “Aunque tal vez es mejor así”–pensó el heredero licántropo, soltando un suspiro. Así Draco no notaría su poco agraciada manera de comer. Una cosa buena salía al menos de la actitud desdeñosa de su esposo.

 

*”*”*

 

–Tu hijo no es muy conversador, ¿cierto, Lucius?–Preguntó tensamente cortés Tom, al ver hacia la mesa de los recién casados y notar el silencio entre ambos.

Lucius, quien se había sentido más relajado luego del enlace, se tensó al escuchar el comentario y miró hacia donde el Alpha licántropo observaba. En efecto, Draco no sólo no hablaba, sino que estaba viendo hacia otro lado. Aquello le cayó como un balde de agua fría. ¿Y ahora qué demonios sucedía con su hijo, no tenía mejor disposición hace unos momentos?

–No, realmente no, pero seguro tu hijo le hará cambiar –respondió con diplomacia sonriendo de medio lado hacia Tom, que ahora le veía a él con sus feroces ojos esmeralda.

–Eso tenlo por seguro, Harry gusta de buenas conversaciones, pero,¿tu hijo estará a la altura? –Cuestionó Tom con una cierta ironía que no pudo evitar.

La mano que Lucius mantenía en una fina copa con vino, se apretó ante esas palabras y sus fríos ojos grises se entrecerraron un poco. Bien, una cosa era que Lucius aceptase que su hijo no estaba teniendo la actitud más correcta, pero otra era que el rubio dejase que el Alpha licántropo insultara las capacidades de su vástago.Pero, antes que el Rey vampiro pudiese contestar, se escuchó un gruñido provenir de Tom y luego la voz cantarina de James.

–Seguro que Draco tendrá temas interesantes de los cuales hablar, solo es cuestión de que ambos se conozcan y se tengan confianza –mencionó con una amable sonrisa el consorte licántropo, mirando a Lucius.

Sus ojos avellanas refulgieron con advertencia al ver a Tom, mientras bajo la mesa, sus garras se alargaban y continuaban clavándose en la pierna del Alpha como una muda “invitación” a que guardase silencio.

 

*”*”*

 

Una sucesión de minutos después, el banquete concluyó y acordes de música se escucharon. Era tiempo del primer baile.

Con esta noción en mente Draco fue abstraído de sus pensamientos y casi con reticencia llevó su mirada color plata hacia la persona que trataba de evitar. A su lado, las brillantes esmeraldas le recibieron con calidez y nerviosismo. Era obvio que su esposo estaba inquieto por el baile. Sus mejillas estaban encendidas y sus curiosas orejas tan negras como su cabello estaban casi gachas.

Adorable, gritó su interior, pero de inmediato empujó aquel sentimiento al fondo y se limitó a extender su mano.

–Vamos, debemos iniciar nosotros –murmuró.

Harry, al escuchar la música, empezó a sentirse intranquilo, ¿cómo no estarlo? No era bueno bailando. Como otras cosas, su papá intento enseñarle pero no resultó, era incapaz de dar dos pasos sin tropezar con su propia cola o pisar a su acompañante, por eso lo dejó por la paz y no quiso retomarlo ni siquiera para su enlace.

Y ahora mismo, mientras veía a su esposo tan gallardo, tan perfecto extendiéndole la mano, se arrepentía. Seguro Draco era muy bueno bailando y él lo dejaría en ridículo.

–Pero yo no… –balbuceó–.Yo no creo que sea buena idea –agregó, desviando los ojos.

El rubio príncipe, que se estaba incomodando por las miradas que les dirigían todos, tomó la pequeña mano y sin tomar en cuenta las palabras del pelinegro, pensando que eran simples nervios, le guío hacia el centro de la pista que había sido dejada para tal propósito.

El pelinegro le siguió torpemente pero intentando negarse, explicarle. Sin embargo, cuando estuvo en medio de la pista con todos viéndole, se paralizó y parpadeó, respirando agitado. No quería estar ahí. Tan alterado se encontraba que no escuchaba la música, no escuchaba a Draco, no escuchaba nada.

–Tranquilo, respira, es solo un baile –era lo que decía el rubio al notar la expresión en el más bajo. No sabía qué hacer. Harry parecía ahora en verdad descompuesto y él no entendía que un baile pusiera al pelinegro licántropo en tal estado.

La música se detuvo y en medio de la pista el rubio vampiro veía a Harry sin comprenderlo.

Finalmente Harry comenzó a escuchar. Murmullos fue lo primero que escuchó y se percató entonces que la música había cesado. Todos les veían, pero fue lo que vio en la mirada gris de su esposo clavada en él, lo que le hizo bajar la cabeza antes de negar y susurrar.

–Lo siento –fueron sus palabras antes de percatarse de que su parálisis se había esfumado y podía moverse de nuevo. Entonces quiso hacer lo que siempre hacía en este tipo de situaciones. Correr. Pero no pudo. Un firme brazo le sostuvo por la cintura y le pegó aun cuerpo fuerte, el cuerpo de Draco.

Los verdes ojos miraron hacia arriba parpadeando sorprendido por la acción del rubio, mientras sus orejas se alzaban curiosas.

–Huir no es una opción –expresó el príncipe, por primera vez con calidez hacia el pelinegro.

Draco se había percatado de las intenciones de su consorte desde que éste le miró. No supo cómo, pero lo supo. Harry quería correr, huir y él no podía permitirlo, por ello enlazó su cintura y le atrajo en un abrazo que intentaba calmarle. Hacerle ver que no había hecho nada malo, que sólo debía tranquilizarse.

Sin embargo, en su afán de transmitir sosiego a Harry ni él notó la calidez con la que le hablaba a su esposo.

–Ahora tranquilo, tu solo sígueme, es sólo un baile –continuó el rubio, esbozando una muy fugaz sonrisa antes de mirar hacia donde los músicos y hacer una señal para que iniciara nuevamente la melodía anterior.

La música volvió a sonar.

Y esta vez Harry no se paralizó, no se sintió tan inquieto porque ahí estaba Draco, apoyándole, hablándole con una calidez hasta ahora desconocida en su tono, sonriéndole y guiándolo. Y bailó, tal vez no fue su mejor baile, tal vez no se movía con la gracia y la elegancia con la que lo hacía el rubio vampiro, pero sus pasos por esta vez no fueron tan desastrosos.

Y pronto el desafortunado momento fue olvidado y  varios vampiros  de inmediato se levantaron y siguieron a su príncipe y su consorte al compás de la música. Algunos licántropos no quisieron quedarse atrás y aunque no eran tan afectos al baile, quisieron acompañar al hijo de su Alpha y a su pareja también.

–Te lo dije, Tom… debíamos dejar que ellos lo solucionaran –murmuró James en brazos de su esposo, quien bailaba pero no dejaba de ver a Harry y Draco.

–Sí, tenías razón, pero no me fue grato ver a Harry pasar por eso –gruñó el Alpha.

–Lo sé, pero no podemos protegerlo siempre y ahora tiene a Draco, que lo hizo bien.

–Más o menos –expresó, dejando de ver a los chicos para mirar a su esposo.

Una sonrisa divertida apareció en su consorte antes de negar.

–Eres imposible, Tom Riddle… debes aceptar que nuestro yerno no parecer ser tan malo.

Una mueca apareció en el serio rostro de Tom pero no contestó nada, en cambio, siguió bailando con su esposo.

 

*”*”*

 

–Disculpa, tu nombre es Remus, ¿cierto? Eres padrino de mi yerno –se escuchó en una de las mesas.

El licántropo de ojos miel se quedó un instante sin habla antes de contestar a quien le hablaba, y es que jamás pensó que “él” notase su presencia o si quiera recordara su nombre.

–Eh, sí… ¿Su Majestad? –Cuestionó, un poco nervioso al no saber cómo dirigirse al Rey vampiro.

–Lucius está bien –aclaró el rubio vampiro antes de extender galantemente su mano–.¿Quieres bailar? –Cuestionó.

Remus se quedó de una pieza ante ese ofrecimiento y durante unos momentos no pudo contestar, aunque al ver que esos ojos grises le miraban instándole a contestar, soltó el aire que no sabía que contenía y asintió.

–Claro, yo… si, vamos… Lucius –murmuró sonrojado pero dando su mano al rubio, que sonrió de una forma encantadora que casi hizo detener su corazón.

Notas finales:

Fue muy corto cierto? Si, se que diran que si y lamento esto pero mañana tendrán el siguiente que será un poco mas largo.

Y se preguntaran cuales son los secretos?, mañana lo sabran aunque tal vez algunos ya intuyan algo, ya me diran.

En fin espero que aunque fuera corto el cap. disfrutasen de la lectura, igual ya saben soy toda ojos a sus comentarios.

Ahora me despido por hoy, cuídense mucho y es viernes por fin!! asi que pueden portarse mal a gusto. Un beso y un abrazo.

 

 

 


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