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Sleepless Night por Versalles501

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Notas del fanfic:

¡He vuelto con una historia muy loca!


Espero que apoyen mi proyecto, se me ocurrió de tanto escuchar Why So Serious? y Ace. No estaba en mis cabales cuando comencé a escribirla pero me encanta.

La gracia de este FanFic es que ustedes decidirán con quien se queda TaeMinie. Solo habrá una condición, pero eso lo veremos en las notas.

¡Si desean leerla, adelante! No responderé por ataques al corazón y todo eso... Si tienen criticas deseo que me las hagan saber, también quiero mejorar y aprender a escribir FanFics decentes.

¡SI LEES ESTO YA TE AMO!

Notas del capitulo:

¡Yo de nuevo! Bueno... No tengo mucho más que decir. Si quieren entender la historia deben de leer este capítulo, aunque se trate solamente del punto de vista de mi TaeTae.


Si les gusta el drama, les gustará este capítulo.

TaeMin apresuró el paso de inmediato al sentir nuevamente la sensación de que era perseguido. Deseó nunca haber aceptado la invitación de Key para ir a la fiesta de su primo, al final siempre resultaba que terminaba borracho y tenía que llamar a un taxi para que le fuera a recoger. Esa noche se le había quedado la billetera en su hogar así que tenía que caminar las más de veinte cuadras que le faltaban para llegar a su edificio. Pensó en llamar a su hermano mayor para que le fuera a recoger pero desechó de inmediato la idea pues él estaba demasiado ocupado durmiendo para ir a la universidad al día siguiente.


¿Y qué hora es? Se preguntó sacando su móvil del bolso para mirar la hora.


2:35 am. A esa hora Jinki ya estaba durmiendo así que no le podía molestar. Bueno, algo de ejercicio no me hará para nada mal… pensó.

Tae era un joven precavido, nunca caminaba solo de noche por barrios como ese. De camino había innumerables Pub y DIscoteques que se mantenían abiertas, por consiguiente, muchas personas pasadas de copas que se ponían pesadas.

 

-¡Hey, preciosa!- gritó una voz ronca desde la vereda de enfrente.

 

Tae se detuvo unos momentos antes de retomar el paso con más velocidad. Sabía que no debía de mantenerse nervioso en situaciones como esas, que debía de ir más rápido y por una calle más transitada para tener algo de ayuda en caso de emergencia.

 

-¿Adónde vas, linda?-

 

El chico sintió como una mano fuerte le agarraba del antebrazo, cortándole la circulación de inmediato e impidiéndole seguir con su camino. El rubio platinado dio vuelta para encarar al sujeto y de arrepintió apenas vio su rostro: Un hombre mayor, de unos treinta y tantos, tenía el fuerte olor a alcohol impregnado en el traje caro que llevaba. Supo que por mucho que pateara no podía competir contra un cuerpo musculoso, así que decidió ocupar su única y mejor arma.

 

-Lo siento, soy hombre-

 

-Me viene bien lo que seas- respondió secamente, arrastrándolo con fuerza en dirección contraria.

 

-¡Suéltame, soy menor de edad!- gruñó tirando hacia el otro lado, arrepintiéndose pues el brazo le dolió mucho más- ¡Voy a gritar hasta que llegue la policía!-

 

Una mano le cubrió la boca con fuerza, dejándolo sin posibilidades de gritar. Intentó morderlo aunque le diera asco pero no pudo. Sentía como era arrastrado lentamente hacia un coche estacionado un poco más allá. Estaba aterrado.

 

-Calma, pequeño. Iremos a otro lugar, no pareces ser de los que van por allí revolcándose en los callejones…-

 

-¡Déjame en paz!- gritó mientras era empujado hacia el interior del lujoso coche. Le estampó la puerta en la cara con fuerza, dejándolo paralizado.

 

Llama a JongHyun le gritó una vocecita interna. JongHyun le adoraba y siempre estaba dispuesto a ayudarlo,

Sacó con torpeza el móvil de su bolsillo, rogando que el hombre estuviera lo suficientemente borracho para notar que él tenía el móvil afuera. Buscó el contacto de su amigo con rapidez, localizándolo entre sus favoritos.

Para: Puppysaurio

Ayúdame, un hombre me ha metido en su coche y no sé qué demonios hacer para que me deje en paz. Rastrea el móvil.

-¿Qué tienes ahí, muchacho?-

Se le heló la sangre y unos segundos antes de que presionara el botón “Enviar” su IPhone nuevo voló por los aires, estrellándose contra la calle unos cuantos metros más atrás. El hombre le propinó un fuerte golpe en la mejilla derecha, logrando que este volteara la cara solo por el impacto. Sus ojos se aguaron de inmediato, ¿Qué iba a hacer ahora? No podía abrir la puerta del coche y lanzarse, sería un suicidio a esa velocidad.

 

-V-Ve más despacio…- rogó con la voz temblorosa, empuñando su camiseta de maya.

 

-¿Por qué, cariño? ¿Estás nervioso?-

 

La risa estrepitosa le martilló el cráneo, lo hizo temblar de pies a cabeza de forma aterradora.

 

-P-Porque vamos a chocar…-

 

TaeMin tragó cada vez con más dificultad, aguantando sus incontrolables ganas de echarse a llorar como si fuera un niño pequeño. Se quedó largo tiempo mirando su esmalte de uñas, con miedo de levantar siquiera su mirada. Parecía ser una película de terror dónde él era el protagonista.

 

-Ya vamos a llegar- anunció el hombre con voz rasposa.

 

El joven levantó la mirada, quedando ciego de inmediato por una luz que venía directamente hacia ellos. Enterró sus manos en el asiento cuando sintió un fuerte impacto, como si una bomba hubiera caído encima de ellos. Un golpe le arrebató todo el aire del pecho antes de escuchar el cristal quebrarse cuando su cuerpo salió despedido hacia adelante en medio de una lluvia de cristales rotos. Sintió como su cabeza sonó con fuerza cuando impactó con la fría calle.

No podía moverse, hasta respirar le dolía. Había un vacío doloroso en su pecho, su rostro estaba hirviendo al igual que todo su cuerpo y no tenía ni idea por qué. Escuchó gritos lejanos, distorsionados, fundiéndose con el sonar de una sirena, el insoportable olor a neumáticos quemados y gasolina ardiendo.

Esa noche perdió la conciencia en esa calle, envuelto en humo y sangre.

~*~*oOo*~*~

No supo cuánto tiempo había pasado. El aroma a fármacos le inundó las fosas nasales. Con dolor abrió los ojos, intentando fijar la mirada en algún punto de la habitación completamente blanca donde se encontraba. ¿Estaba en el cielo? Si era así era mucho peor de lo que se imaginaba.

 

-¿Señor Lee?-

 

Una luz cegadora de nuevo le impactó en los ojos, la siguió de un lado a otro.

 

-Tiene visitas- anunció otra voz desconocida.

 

-Hágalos pasar, doctor. Está despierto y reacciona bien a los estímulos-

 

Enfocó su vista en la puerta con dificultad por la escasa luz que entraba por la ventana. Un rostro conocido apareció tras el umbral con rapidez y tomo asiento al lado de la cama, agarrando su mano como si se tratara de cristal.

Cristal recordó, había mucho cristal, olor a fuego, ardor… ¿Qué había pasado?

 

-TaeMinie…- susurró aquella voz.

 

-JinKi Hyung…- respondió con dificultad, apretando los dedos del mayor con cariño. Sonrió de forma suave para él, siendo correspondido de inmediato con una más radiante, aunque los ojos contrarios estuvieran llenos de lágrimas.

 

-¿Estás bien? ¿Te sientes mejor?-

 

-¿Cuánto tiempo llevo dormido?-

 

-Dos semanas… Chocaron, me llamó JongHyun asustado de que no respondías el móvil, que te habían secuestrado- una lágrima rodó por la mejilla del Lee mayor- Y al rato llamaron del hospital diciendo que habías chocado y que atravesaste el parabrisas del coche…-

 

-No llores…- susurró acariciando la tersa piel de su hermano mayor- ¿No quedé tan feo, verdad?-

 

-Estás precioso como siempre…-

 

Admiró sus brazos por primera vez, lleno de rasguños y marcas oscuras. Con curiosidad se llevó las manos al rostro, tocando sus facciones como si fuera la primera vez. Localizó un corte en el puente de la nariz, uno cerca del ojo y por último un parche en la sien izquierda.

 

-Nuestros padres están furiosos, quieren saber qué hacías en ese coche de madrugada…-

 

-¿No les dijiste que me secuestraron, JinKi?- murmuró más para sí mismo.

 

-¡Claro que les dije! JongHyun les enseñó tu mensaje, pero ellos no me creen, no le creen a nadie-

 

Tae bufó por lo bajo, acomodándose con dolor en la cama bajo la mirada atenta de su hermano que estudiaba sus reacciones con el ceño fruncido. JinKi era mayor de edad, tenía veinte años y su único hermano era TaeMin, el que tenía diecisiete años aún. Siempre le había sido fácil adivinar lo que pasaba por su mente apenas lo veía, conocía sus gestos de memoria, los conocía mucho mejor que sus padres.

 

-Mañana podrás salir de aquí, te llevaré a tu apartamento-

 

-Gracias, JinKi. No sé qué haría sin mi hermano mayor- susurró en respuesta, mirándolo directamente a los ojos- El otro hombre… ¿Qué fue de él?-

 

-Está en otro hospital. No te preocupes, ya le rompí la cara- sonrió de forma resplandeciente, con autosuficiencia.

 

JinKi salió al rato después, dejando un pequeño beso en la frente de su hermanito menor. Tae se quedó pensando la noche entera en qué le diría a sus padres cuando le pidieran explicaciones, ¿Debía dárselas? Tae vivía solo desde que cumplió los dieciséis, en un cómodo apartamento en el centro de Seúl. Sus padres se estaban divorciando desde ese entonces, ellos nunca se habían agradado pero seguían casados porque para ellos lo más importante era mantener una buena apariencia a los ojos de los demás. TaeMin se había aburrido de eso y con ayuda de JinKi se había mudado. JinKi estudiaba arquitectura en la Universidad de Seúl aunque hubiera deseado estudiar canto, en cambio, TaeMin se dedicada al baile desde que tenía uso de razón.

No durmió en toda la noche, reclamando internamente y maldiciendo a sus padres.

 

-Buenos días, señor Lee. Lo llevaremos a duchar-

 

TaeMin reclamó toda la hora del baño. Las esponjas eran ásperas y le tallaban el cuerpo sin ningún cuidado, le dolían los golpes que antes no podía verse, los moretones en las piernas, en los hombros, el abdomen, parecía que le habían dado una golpiza.

Cuando salió se encontró con la sonrisa de su hermano y el cariño de JongHyun, que apenas verlo se le lanzó encima y le estrechó en sus brazos, produciéndole un intenso dolor en las costillas, que se habían sanado pero estaban delicadas.

 

-Te ves mucho mejor de lo que esperaba… tus padres prohibieron que me dejaran pasar-

 

-Mis padres están locos- contestó Lee con una sonrisita.

 

JongHyun se fue antes de que los padres de Lee llegaran al apartamento. Tae se quedó con JinKi en el sofá, en silencio, acurrucados uno contra otro. Los padres de los dos entraron sin aviso en la sala, ambos enfundados con los costosos trajes de diseñador. La primera en hablar fue su madre, TaeYeon, una mujer rubia con el cabello atado en un elegante moño que combinaba con su traje magenta.

 

-Mira, TaeMin. Creo que hemos sido muy pacientes al respecto de que te hayas venido a vivir solo en este lugar, y que estudies lo que a ti te gusta. Pero no soportaremos que nuestro hijo menor se vea implicado con un hombre borracho de noche, ¡Un hombre! ¿En qué pensabas?- preguntó frunciendo el ceño con incredulidad.

 

-Él me metió en su coche…- susurró mientras seguía a su padre con la mirada, el que dejó su maletín encima de uno de los sofás.

 

-¡Eso es porque vistes como un prostituto!- recalcó su padre.

 

-Si miraran por una vez a su alrededor…- gruñó poniéndose de pie para quedar a la altura de los mayores- te darás cuenta que visto igual a todos los chicos de mi edad, ¡Mira por una vez a tu alrededor, MinHo!-

 

Un golpe seco resonó en la estancia. Tae se llevó una mano rápidamente a la mejilla, mirando fijamente a su padre a los ojos. JinKi miraba petrificado todo lo que pasaba con su familia, su madre no dijo ni Mu.

 

-¡Mocoso insolente!- gritó el hombre enfurecido- No me quedaré de brazos cruzados escuchando como toda Corea habla de que mi hijo es un prostituto-

 

-¡No lo soy!- volvió a gritar- ¡Estoy harto! No soporto a ninguno de ustedes dos-

 

-Es tu culpa lo que pasó, Lee TaeMin. Si no vistieras de esa forma y no te pasearas de noche eso no habría pasado- respondió su madre con tranquilidad.

 

-¡Casi nunca salgo de aquí! Ayer fue la primera vez que camino solo de noche-

 

-Es verdad, madre. TaeMinie nunca sale solo, solo tuvo una emergencia y tuvo que irse caminando, ahí ese hombre lo abordó borracho- intercedió JinKi, pasando sus brazos por encima de los hombros.

 

-No creo nada de esto- murmuró su padre con voz dura- No dejaré que la gente hable mal de nuestra familia por tu culpa, ¿No puedes ser más como JinKi?-

 

-¡Yo no soy JinKi!- chilló Tae tomándose la cabeza con ambas manos, hiperventilaba de rabia entre los brazos de su hermano- ¡No soy mi hermano! No me gustan las matemáticas, no me gusta estar una tarde entera estudiando, no me gustan las reuniones familiares, ¡Ni siquiera me gustan las chicas!-

 

JinKi cubrió rápidamente a su hermano menor para evitarle otro golpe. TaeMinie había revelado su mayor secreto, uno que solo él y JongHyun conocían. Su hermano menor siempre había sido diferente, nunca le había gustado una chica, nunca había besado a uno. Ahora su hermanito se deshacía en lágrimas entre los brazos de su hermano.

 

-Suficiente- susurró MinHo, pasándose las manos por el cabello- No voy a tolerar que mi hijo sea un asqueroso homosexual-

 

-Ya basta, padre.- pidió JinKi, apartándole el cabello rubio de los ojos- Por favor-

 

-Escúchame, Lee TaeMin. Mañana te largas de aquí- advirtió su padre- Mañana te vas de Corea, te enviaré al extranjero y no quiero saber de ti hasta que te conviertas en un chico decente, ¿Me escuchaste? Vendrán por ti en la mañana-

 

TaeMin se desplomó en su sofá, llorando a lágrima viva mientras su hermano le acariciaba el cabello de la nuca. Susurraba una suave canción de cuna a su oído, intentando calmarlo por momentos.

 

-Será mejor que descanses un rato, ¿Si? Hablaré con ellos por la mañana- JinKi se acomodó en el sofá, acostando al menor entre sus brazos para que llorara libremente en su pecho. Hacía eso desde que tenía uso de razón, era el único lugar donde se sentía seguro.

El rubio se quedó dormido al rato en el sofá. El tiernamente apodado Dubu se puso de pie y arregló una pequeña maleta en caso de que Tae lo necesitara, llamó a JongHyun contándole la situación, quien llegó casi de inmediato y se lanzó a los brazos del mayor.

 

-¿Qué haremos, JinKi? No podemos dejar que TaeMinie se vaya, es tan pequeño…-

 

-Lo iré a buscar a donde sea que lo envíen-

Ambos se quedaron de guardianes en la puerta toda la noche, pusieron un sofá para bloquear la entrada porque “Nunca se sabe”. Se quedaron en silencio, a oscuras, escuchando los débiles sollozos de Tae al otro lado del pasillo.

Cuando el sol comenzó a salir comenzaron los golpes en la puerta. Primero suaves, pero con el paso de los minutos el teléfono de ambos hermanos comenzó a sonar incesantemente.

 

-¡Abre la puerta, Lee TaeMin!-

 

La puerta comenzó a desprenderse de a poco por las patadas. JongHyun cubría los oídos de Tae con ambas manos para protegerlo de los golpes, hasta que cesaron cuando la puerta se quebró por la mitad y un par de guardaespaldas se abrieron paso por el salón, apartando el sofá de una patada.

 

-No se van a llevar a mi hermano, es menor de edad- JinKi miró a ambos hombres seriamente, cruzándose de brazos.

 

-Tenemos órdenes del señor MinHo, joven JinKi- respondió el moreno.

 

-Pero yo soy su hijo y digo que no le harán nada-

 

-Usted no me paga, señor-

 

Un guardaespaldas tomó del brazo al menor y comenzó a tirar de él, ignorando los gritos y manotazos que tiraba hacia todos lados. JongHyun le agarró de una mano y comenzó a forcejear con los demás, gritándoles a los guardias todas las obscenidades que se les ocurrieron. Tae agarró a uno de ellos por el cabello.

 

-¡JongHyun!-

 

-Ven acá- JongHyun extendió sus brazos, tironeando al chico hasta quedarse con él de nuevo.

 

El guardia rubio se acercó y le dio un golpe a JongHyun en la cabeza para quitarle al chico y salir corriendo en dirección al elevador. Lo siguieron los tres, el otro guardia cargando la maleta que se encontraba al lado del pasillo. Tiraron al joven en la parte de atrás de un coche, uno subió con el chico y el otro adelante. JinKi salió corriendo, viendo como ellos se alejaban a toda velocidad por la calle.

 

-¡Taxi!- gritó JongHyun, empujando a JinKi adentro cuando este les paró.

 

-¡Siga al coche gris!-

 

Condujeron hacia el aeropuerto a las afueras de Seúl, donde ya a lo lejos se podían ver las sombras de los aviones. Le lanzó el dinero por los aires al chofer y ambos bajaron corriendo, localizando el cabello rubio del muchacho que gritaba en medio del pasillo. Había una multitud de gente admirando como pataleaba.

 

-¡TaeMinie!-

 

Tae miró hacia atrás mientras lo arrastraban hacia el abordaje, Se saltó los trámites de la Aduana, donde había un montón de gente haciendo una fila interminable para que revisaran sus maletas.

Lo dejaron sentado en el avión, mirando por la ventana como su hermano y su mejor amigo se quedaban observando todos los aviones desorientados. Gritó todo lo que pudo, golpeó los vidrios hasta que una azafata llegó a calmarlo, uno de los guardaespaldas se quedó hasta que tuvo que salir antes de despegar.

Tae se quedó mirando hacia el exterior con la mirada perdida, clavada en el aeropuerto donde ya no podía distinguir la silueta de nadie. Sintió de nuevo la sensación de vacío en el pecho como cuando se golpeó en el choque. Ahora estaba demasiado lejos de casa, sin saber siquiera a donde iba.

Notas finales:

Este ha sido mi primer capítulo. Espero que les haya gustado.

Bueno, aqui les va la primera condición para elegir a nuestra pareja...

-Toma una tarjeta bien ghei-

¡TIENE QUE SER UN CHICO DE EXO!

Lo digo con todo el dolor de mi alma ¡Lo siento si los decepciono! Pero es que de verdad quiero escribir de Tae con un chico de EXO ¡CUALQUIER CHICO DE EXO! Deben de escribir con quien les gustaría que se quedara, en el capítulo tres aparecerá como principal ya y a final del dos tiene una aparición xD.

 

 


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