En un bosque cercano a un pueblo perdido de la mano de Dios se encontraba nuestro famoso vengador Hawkeye. Un poco malhumorado por tener que volver de su misión a pie ya que no contaba con una motocicleta o un traje volador de alta tecnología. Caminaba (porque no podía hacer otra cosa) por ese tupido y escabroso bosque, que no mostraba indicio de civilización alguna. Se detuvo súbitamente al advertir otra presencia, miro a sus alrededores pero estaba completamente solo. Continuó su camino pero otra vez volvía a sentir lo mismo, esta vez saco su arco y sus flechas listo para disparar. Pero pronto escucho una risa contenida, la cual conocía tan bien que no necesitaba ver para saber a quien pertenecía.
-Esto no es gracioso, Maximoff- Dijo bajando su guardia.
-¿Y quién se ríe? de seguro tu no. Eres un viejo amargado- Se digno a aparecer el otro apoyado contra un árbol. Que volvió a hacer gala de su velocidad cuando una flecha fue dirigida hacia el.
Después del quinto intento fallido de atinarle al niño alterado el rubio guardo su arma y soltó un suspiro se resignación, o al menos lo intento, ya que el platinado había tomado su arco y ahora lo balanceaba frente a su rostro.
-La edad te esta poniendo lento, Barton- Se burló.
-Ya Maximoff, devuélvemelo - Reprochaba extendiendo su mano.
-De acuerdo, toma- dijo para en un segundo empujar al de ojos castaños contra un árbol, juntando sus cuerpos y dejando su cara a centímetros de la otra
Clint se sorprendió. El ojiazul se aproximó aun más, tanto que pensó que iba a besarle pero solo enganchó su arco en el carcaj.
-Pffjajajjjajajjaja deberías ver tu cara ajajajajajajaja- se reía estruendosamente aún muy cerca del arquero, quien en venganza aprovecho la distracción del otro y lo agarró invirtiendo las posiciones. Ahora Pietro estaba de cara contra el árbol y el a su espalda.
-Me cansé de tus juegos de niño, Maximoff. Te enseñaré a jugar algo mucho más entretenido- le susurró al oído mientras mordía el lóbulo de su oreja provocando que se estremeciera.
-¿Qué es lo que estas... haciendo?- Su voz tembló ligeramente, estaba atrapado. Él podía ser veloz, pero el vengador era mucho más fuerte y esa cercanía lo ponía tan nervioso que no confiaba mucho en sus piernas en esos momentos.
Hawkeye comenzó a descender levemente por su cuello, dando leves lamidas y algún que otro mordisco. Mientras una de sus manos sujetaba las muñecas del platinado, la otra comenzó a colarse por dentro de su remera acariciando su vientre de una forma casi espectral. Haciendo que el cuerpo ajeno se tensara.
-Oye... para ya viejo, esto...ngh esto no es gracioso.
-¿Y quién se ríe?-
-¿Ahora se te da bien la comedia, Barton?-
-Se me dan bien muchas cosas, Maximoff- dijo con tono insinuante.
-Supongo que darme con tus flechas no es una de ellas- Desafió Pietro, sabiendo que ese comentario iba a dar justo en su orgullo. Si no podía escapar por lo menos molestaría al rubio. Ademas era inútil negar que a él también le estaba gustando esta situación.
-Puedo darte con algo mucho más grande que mis flechas, niñato- Dijo dando una leve envestida para hacerle notar al otro lo duro que estaba.
-Me parece que cierto vengador tiene el ego un poco hinchado, bueno, no solo el ego- Tuvo que morderse el labio para no soltar un gemido patéticamente necesitado cuando el otro lo volvió a envestir.
-Y a mi me parece que cierto niño debería dejar de hablar tanto- le dijo mientras seguía subiendo la mano por su abdomen hasta que llegó a los pezones. Los pellizco levemente, tomando por sorpresa al chico que no pudo evitar soltar un gemido de puro gusto, que, para desgracia de uno y contento del otro, fue bastante audible-¿Ves? Aprendes rápido- Agregó sin poder ni querer evitar que una sonrisa ladina surcara su rostro.
Cuando los pezones de Pietro estuvieron duros (sin pretender soltar sus muñecas o dejar de degustar su cuello) comenzó a trazar un camino descendente hasta llegar a los pantalones del menor y presionar su entrepierna por sobre la tela.
-mmgh..ahh!-
-Vaya niño resultaste ser, Maximoff, ¿Ya tan duro?- Comentaba mientras lo acariciaba de arriba a abajo- Pero fuiste muy travieso. Y eso merece un castigo- su mano ascendió nuevamente- ¿Sabes lo que tienes que hacer ?-
El ojiazul tomo en su boca los tres dedos que el otro le ofrecía y comenzó a lamerlos como si fuesen una extremidad completamente distinta.
-No eras tan inocente después de todo- Dijo soltado una risilla.
El chico veloz no contestó. Trató de arrimarse un poco más al árbol para ver si conseguía un poco más de fricción pero el arquero volvió a simular una penetración a modo de advertencia.
-Ahhh..mm!-
-Ni lo pienses. Te dije que merecías un castigo. Si quieres terminar lo harás conmigo dentro y sin nada más- La voz de Clint sonaba ronca y cavernosa, lo que hizo que el alterado se estremeciera de placer.
Una vez que sus dedos estuvieron lo suficientemente húmedos, coló su mano por debajo del pantalón del ojiazul, bajandolo lo suficiente como para tener acceso a su entrada; la cual acarició un poco. Cuando la noto más relajada metió su dedo corazón.A este le siguieron el índice y el anular conforme pasaba el tiempo y los gemidos del menor aumentaban.
-No soy una chica. No voy a romperme ¿o eres lento hasta para esto, anciano?- Articuló impaciente. El vengador tenía tres dedos dentro de él y no paraba de rozar su punto más sensible. Hace tiempo que estaba suficientemente listo, él lo sabía y estaba seguro que el otro también. Maldito sea.
-¿Ansioso, Maximoff? No te preocupes- Dijo sacando mientras se desabrochaba el pantalón.-Ahora voy a meter algo un poco más grande que mis dedos- Una sonrisa de suficiencia pobló el rostro del mayor. Tanteó la entrada del chico veloz con su miembro y procedió a meter la punta para ir empujando con un ritmo lento.
-Mmgh...- Quicksilver ahogó un gemido que osciló entre el dolor y el placer. Joder que el arquero no mentía cuando hablaba de sus proporciones. Ya se sentía malditamente lleno y todavía no terminaba de meterlo.
Los dos gimieron de placer cuando el mayor se enfundó completamente en él.
Clint aguantó estático. El niño era insufriblemente estrecho. Sentía que iba a acabar con solo meterla por como lo estaba apretando. Apenas si pasaron unos segundo cuando el otro comenzó a mover sus caderas levemente. Tomando esto como señal de que podía moverse, el castaño inició un vaivén lento al principio. Sacando casi por completo su miembro y entrando de una sola estocada. El ritmo de las penetraciones se volvía más rápido llevando a este par a un clímax que nunca antes habían experimentado. Pietro estaba a punto de acabar. Lo sentía por la forma en que se contraía. A él tampoco le faltaba mucho.
-Vamos Maximoff, ambos sabemos que lo quieres. Hazlo- Demandó, y como si hubiese pronunciado las palabras mágicas Pietro se corrió con un fuerte gemido manchando la corteza del árbol que tenía en frente. Al rubio no le faltó mucho más para seguirlo y terminar en su interior. Así se quedaron. Todavía unidos. Tratando de regularizar su respiración. Hasta que el arquero fue saliendo del interior del otro y se acomodó el traje. El chico tardó unos minutos más pero luego siguió sus mismas acciones.
-Bueno, debo admitir que creí que ibas a necesitar viagra, viejo- Dijo con esa sonrisa traviesa y provocadora que tanto lo caracterizaba, dándole un beso en los labios a Clint y yéndose a toda velocidad. Bueno, esa era su idea pero cayó a los pocos metros golpeándose de lleno contra el suelo del bosque. Le dolía terriblemente la parte baja de su espalda. Al menos por unas horas era conveniente no usar su velocidad.
-Jjajajajaja, vamos- se rió el otro tendiéndole la mano para levantarlo- Ahora sabrás lo que es ir caminando de un lugar a otro a paso de hombre.
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