Cita, esa palabra siempre le causaba una gran necesidad de devolver el desayuno por los nervios, su casero le había pedido como salida una cita, ya que, al ser año nuevo, era normal que salieran a algún lugar. Lo recordaba perfectamente, el año pasado no habían podido celebrar año nuevo correctamente, por lo que su casero, quería hacerlo bien este año
Treinta y uno de diciembre, suspiro cansado mientras que limpiaba los platos de la comida, usualmente unos días antes su hermano llamaba para saber si pasarían año nuevo juntos, sus nauseas por los nervios volvieron al recordar la metida de pata que cometió hace cinco días mientras que su hermano le llamaba
— ¿Entonces qué dices, vas a venir con nosotros por año nuevo? — Comentaba con ese tono tan alegre que poseía el de lentes
—Hermano…— Un suspiro salió de sus labios— lo siento, pero, ya tengo ese día ocupado con al…— cerro su boca para que la palabra ‘’alguien’’ no saliera de su boca
— ¿Con quién? — Pregunto emocionado su hermano— ¡¿Misaki tienes pareja?! — tuvo que alejar un poco el teléfono por el fuerte grito, Misaki sintió un nerviosismo muy grande, por lo que soltó una risa y tratando de negarlo exclamo
—Eh… ¡Sí! — Se dio cuenta de su error y su cara se puso colorada— ¡Qué diga, no, no tengo! — Otra risa apunto del colapso nervioso salió de sus labios
— ¡¿Cómo se llama?! Quiero que me la presentes— Trago en seco, era cierto, su hermano pensaba que era ‘’ella’’, por lo que, sin saber qué hacer, contesto
— ¡Hermano luego te llamo, nos vemos! — Sin esperar respuesta alguna, colgó el teléfono
Sin duda había sido una gran metida de pata por su parte, ahora su hermano no lo dejaría de acosar para saber quién era esa persona, justo cuando todos los problemas había desaparecido, justo cuando por fin había terminado la tesis, algo aparecía ¿Por qué simplemente no podía estar en tranquilidad por lo menos dos tristes meses? ¿Acaso era el karma de algo que hizo hace mucho? Lo dudaba, sabía perfectamente que ese problema tenía que resolverlo por sí mismo, no dejaría que Usagi-san se preocupara de nuevo por sus caprichos. Dio un suspiro cansado y cerro la llave del agua
¿Qué podría hacer? Se sentía demasiado cansado mentalmente, últimamente sentía todo muy monótono en su vida, no era como si todo fuera igual una y otra vez, pero, seguía sintiendo ese sentimiento que no lograba descifrar. Sentía eso desde hace algunas semanas, pero, era incapaz de comunicarlo, no quería volver a depender de su pareja, era lo que menos quería. Su garganta se sintió como si tuviera un nudo en ella, trago saliva sonoramente y siguió con la limpieza de la casa; sabía perfectamente que tenía que ser fuerte, claro que estaba consciente de ello, pero, como si fuera inevitable, sentía que decaía con cada hora que pasaba despierto
No quería preocupar a los demás, pero, ya lo estaba haciendo, la última vez que vio a Todou este había notado perfectamente la expresión de su rostro, había pasado lo mismo con Ijuuin- Sensei e Isaka-san, ahora se estaba esforzando al máximo para que su casero no lo notara, se sentía un poco mal al actuar tanto enfrente de Usagi-san, pero, era lo mejor
— ¡Sensei el manuscrito! — Entro una mujer al borde de las lágrimas, Misaki suspiro fuertemente y calmo su expresión
—Hola Aikawa-san, Usagi-san está arriba— Rápidamente la mujer corrió hacia arriba, abriendo rápidamente la puerta y azotándola de igual manera, el de ojos verdes rápidamente soltó un jadeo cansado, se sentía como si estuviese encerrado en aquel enorme pent-house; de cierta manera le alegraba el hecho de que ese día por fin pudieran celebrar año nuevo, y para ser mejor, ahora él podía elegir dónde y cómo celebrarían, al menos no todo era tan malo. Al ver que todo su que n hacer domestico estaba hecho, subió las escaleras y se encerró en su habitación, tenía que planear con detenimiento a dónde irían, se encontraba un poco emocionado por el hecho de poder ahorrar lo suficiente como para pagar una buena cena en uno de esos restaurantes caros que tanto lo gustaban a su pareja, desde hace una semana había hecho la reservación
¿Sería bueno comprar algunas flores? Se pregunto al ver un hermoso adorno en medio de su búsqueda, por alguna razón se encontraba muy inspirado en la tarea de hacer todo perfecto, decidió que sería una buena opción lo de las flores y encargo un ramo a domicilio. Apago su computadora cuando el pago estuvo asegurado y camino hasta su armario, ahí se encontraba un presentaba traje que hace mucho le había comprado su pareja, ahora que lo mencionaba, ¿Sería bueno llevarle café a Usagi-san? Recordaba que había subido con uno hace unas horas y no había vuelto a llenarlo, se dirijo a preparar el café, recordaba de memoria como le gustaba a su casero: dos cucharadas de azúcar y media taza de leche; antes de poder llevárselo, el timbre sonó y se dirigió a abrir, encontrándose con un sencillo ramo de flores, recibió la entrega y subió rápidamente para esconderlas en su habitación
Siete y media de la noche, su casero todavía no salía de su estudio, miro con sus ojos un poco aguados el café totalmente frio que estaba en la mesa, con toda la emoción se le había olvidado llevárselo, preparo otro rápidamente y con decisión se dirigió en donde estaba Akihiko, toco la puerta y recibió un ‘’puedes pasar’’
Al entrar se encontró a Aikawa corrigiendo como si se le fuera el alma en eso, y se encontró a su casero haciendo lo mismo, dejo la taza de café a un lado de él de ojos violeta y exclamo tímidamente
— ¿Usagi-san?
— ¿Qué pasa? — Respondió sin desviar su vista de su trabajo
—Solo para avisarte que la cena es a las nueve y…
— ¿Qué cena? — Cuestiono sin dejar de corregir el escrito. Ah, otra vez esa sensación de querer llorar le atacaba, sentía que, si soltaba palabra alguna, lloraría, bajo su cabeza y quito el semblante tranquilo que estaba fingiendo, sin darse cuenta que Aikawa había detenido su trabajo
—Oh, no es nada, simplemente que a esa hora preparare la cena— Mintió con la esperanza de que el otro se diera cuenta, observo como Akihiko asentía sin dejar de hacer su trabajo, eso fue suficiente como para sentir su vista nublándose, parpadeo rápidamente intentando no llorar, salió rápidamente del estudio; cerro la puerta lentamente. En ese instante, sintió como algunas lágrimas salían libremente hasta llegar a su barbilla, corrió hasta su habitación y cerro fuertemente la puerta, dejando salir un fuerte sollozo
¿Por qué estoy llorando? Se cuestionaba, sentía como todo su esfuerzo de mantenerse fuerte se había ido tan solo con dos palabras que su casero había soltado despreocupadamente, de cierta manera, había estado con la esperanza de que ese día fuese diferente de alguna manera, pero, al parecer, sería como todas las celebraciones que tenia con su casero, con un manuscrito atrasado
Bajo rápidamente para contestar el teléfono, se observo en el espejo antes de contestar, se notaba demasiado que había llorado
— ¿Hola? — Tocio un poco para que su voz no sonara tan apagada
— ¡Misaki! Solamente quería desearte de una vez el año nuevo, también…— Contestaba de forma casi programada, no sentía los verdaderos ánimos como para actuar— Te pasare a Manami
—Está bien hermano, Adiós— Escucho la voz de la esposa de su hermano y sonrió un poco— Hola hermana
— ¡Misaki, feliz año nuevo! ¿Cómo te la estas pasando? — Trago un poco intentando no volver a llorar— Takahiro me ha contado que tienes novia ¿Estas con ella en este momento? — Abrió la boca para contestar, pero lo único que salió fue un pequeño suspiro
—Bueno…— Sintió las lagrimas cayendo por su barbilla— yo…— Un sollozo se escapo de su boca, seguido de otro mucho mas fuerte
—Misaki ¿Qué paso? — Oh, se sentía demasiado tranquilizador ese tono maternal que tenía su cuñada, sin poder evitarlo, sollozo nuevamente
—No te preocupes hermana…— Su voz se volvió en un susurro— Voy a colgar— Dejo rápidamente el teléfono en su lugar y salió disparado hacia la salida, se puso rápidamente su abrigo y zapatos y salió del lugar, quería huir de la situación. Tanto tiempo haciendo el fuerte que se le había olvidado como calmarse en la debilidad, si seguía de esa forma no podría más con la carga emocional que estaba teniendo
¿A dónde se podía dirigir ahora? Simplemente había salido de su hogar por impulso, tal vez sería bueno simplemente subirse a un metro e irse a alguna parte de la ciudad, rápidamente se dirigió a la entrada de metro que se encontraba a tres calles del pent-house, eso era una de las ventajas de vivir en una de las mejores zonas de Tokio. Un gran estornudo le interrumpió sus pensamientos, maldecía el hecho de que no se le había ocurrido llevar bufanda o gorro para cubrirse del gran frio, definitivamente ese no era su día
Un suspiro de alivio salió de sus labios al sentir al calor de la estación, entro rápidamente al vagón que se encontraba enfrente de él y busco algún lugar, al ver tanta gente se dio cuenta que no sería posible sentarse en su pequeño viaje de doce estaciones, prácticamente estaba dirigiéndose al otro extremo de Tokio
— ¿Misaki-kun se encuentra bien? — Soltó sin más la pelirroja, ya habían terminado con todo el trabajo atrasado
— ¿Por qué lo preguntas? — Contesto sin preocupaciones mientras que fumaba un cigarro, acerco su mano hacia su frente se masajeo con estrés en aquella zona, Aikawa le dirigió una mirada molesta ¿Acaso era el único que no se daba cuenta?
—Sensei ¿Acaso no noto el semblante que tenia? — Recogió rápidamente sus cosas, sabía perfectamente que era culpa del escritor por no recordar que fecha era, pero, ella no podía intervenir en relaciones ajenas — Se veía muy triste
— ¿De qué hablas, Aikawa? — Cuestiono sin entender el punto de la pelirroja ¿Acaso Misaki había demostrado que se sentía mal?
La de ojos azules suspiro fuertemente — Olvídelo, feliz año nuevo— Se dirigió a la puerta y salió del pent-house
Apago su cigarrillo mientras que fruncía el ceño, era cierto que sentía que algo importante se le estaba olvidando, pero, ¿Tan importante como para que la loca de su editora se lo quisiera recordar? Intento hacer una lista mental de las cosas que habían pasado en ese día, nada, todo era demasiado normal; también se preguntaba ¿Desde cuándo Misaki mostraba tristeza enfrente de las personas? Una oleada de preocupación apareció en su rostro, la última vez que vio a su pareja demostrar ese sentimiento en público había sido por culpa suya. Sintió un revoltijo en su estomago al querer equivocarse de teoría
‘’Feliz año nuevo’’
‘’La cena es a las nueve’’
Subió rápidamente las escaleras y se dirigió a la habitación de su pareja, encontrándose con la habitación totalmente vacía, observo que había pisado un pétalo blanco, dirigió su mirada a la cama de su inquilino y encontró un hermoso ramo de flores blancas, oh, sabía perfectamente que tipo eran. Bajo con la misma rapidez que subió las escaleras para contestar el teléfono, suspiro enojado por la importuna llamada
— ¿Sí? — Se limito a contestar
— ¿Usami-san? — Se escucho una voz suave y dulce, la reconoció al instante, era Manami
— ¿Qué sucede, Manami? — Sus límites de paciencia se acababan si tan solo hubieran llamado mucho antes
— ¿Misaki-kun se encuentra bien?
— ¿Eh, por qué lo preguntas? — Sintió como si todo estuviese encajando
—Bueno es que…— Una risa nerviosa salió de la mujer que se encontraba al otro lado de la línea— Takahiro hace cinco días me había contado que Misaki tenía pareja, el problema es que, cuando le pregunte sobre ella, empezó a llorar
Si que se sentía como un imbécil, espera, era un imbécil. Olvidar la cena que su pareja había planeado desde hace semanas e ignorar el hecho de que había estado a punto de llorar — No sabría decirte ¿Le has contado a Takahiro? — Sentía un poco de miedo por la repuesta
—No, quería primero comentarle a usted, ya que Misaki-kun y usted son demasiado cercanos— Sintió como afiliaba sus palabras al decir el ‘’demasiado cercanos’’ ahora entendía a lo que se refería
— ¿Acaso esta insinuando algo? — Cuestiono
— ¿Ustedes dos son pareja?
—Sí— Respondió sin pensarlo dos veces, sintió un poco de temor por el hecho de que Manami le quisiera contar a Takahiro sobre eso
—No se preocupe, no le diré a Takahiro— Respondió adivinando los pensamientos del escritor, este agradeció en un suspiro— simplemente le pido de favor, que arregle lo que acaba de hacer, buenas noches
Colgó el teléfono, salió del apartamento sin importarle su abrigo y subió a su auto, tenía que encontrar a Misaki; desde que habían empezado a vivir juntos, Akihiko había notado el sobreesfuerzo de su inquilino por no causar molestias, cargando todo el peso que conllevaba eso, ahora, el peso había sido demasiado y su pareja había preferido salir huyendo de la situación, tanto tiempo a su lado como para no poder adivinar los pensamientos que él tenía
¿Dónde mierda se encontraba? Se preguntaba a sí mismo, había bajado en la quinta estación y ahora no sabía en qué parte se encontraba con exactitud, solamente observaba la multitud de personas caminando de un lado a otro con adornos de año nuevo, siguió caminando con la esperanza de encontrar un punto para guiarse, había intentado con su GPS, pero, la señal estaba muy mal por las constantes llamadas y mensajes de año nuevo, miro hacia una de las grandes pantallas que se encontraban y observo la hora
Once y media de la noche y no encontraba a Misaki, había estado conduciendo por toda la ciudad, un gruñido salió de su boca al observar que su auto se estaba calentando por tan poco movimiento en el trafico, se estaciono y observo cómo la gente caminaba entusiasmada por año nuevo, la mayoría ya estaba en los efectos del alcohol; empezó a seguir a toda esa gente, al parecer se dirigían hacia alguna zona de bares o algo por el estilo
Once y cincuenta minutos, se encontraba ahogado en lagrimas silenciosas, estaba rodeado de una multitud y era cuando mas solo se sentía, observaba como las parejas se abrazaban con emoción señalando el reloj que avanzaba lentamente ¿Qué no se suponía que él y su casero deberían estar igual que ellos? Miro hacia su lado derecho y abrió sus ojos como platos, ahí se encontraba la persona a la que quería evitar en esos momentos, sintió sus lagrimas caer más fuertes al ver como este le miraba y le seguía rápidamente, sus piernas empezaron a huir de el
Diez, nueve, ocho…
Empujaba a la gente y se abría paso en ella, había visualizado a su pareja entre aquella multitud, tenía que seguirlo, en verdad tenía que hacerlo
Siete, seis, cinco…
Se detuvo jadeante y volteo de un lado a otro, había perdido de vista a su pareja, se sentía confundido y aturdido por tantos sentimientos, sintió como lo agarraban fuertemente del brazo y lo giraban
Cuatro, tres, dos…
Sin pensarlo dos veces miro los verdosos ojos y lo sujeto fuertemente, no quería perderlo, en definitiva no quería perder a ese chico
Uno…
Sintió esos suaves labios posarse en los suyos, sus lagrimas habían dejado de caer. Ah, con que eso era lo que necesitaba, cerró los ojos y paso sus brazos por el cuello del escritor, poniéndose de puntas, sintiendo como lo sujetaban de la cintura y como su pareja se agachaba un poco, abrió un poco su boca dándole acceso al de ojos violetas, sus labios se movían desesperados, al igual que sus lenguas al querer sentirse juntos; escuchaba su corazón mucho más fuerte que los gritos de las personas emocionadas por el nuevo año, sentía como los latidos de su pareja se encontraba de igual forma; ahora no importaba nada más, no importaba la reservación, ni el hecho de que le tenían que explicar a Takahiro sobre su relación, simplemente, eran ellos dos. Se separaron y el escritor exclamo jadeante
—Feliz año nuevo, Misaki