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Dance por ShuKoi

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Notas del capitulo: Bueno, supuestamente iba a ser un one-shot, pero vi que el primer capítulo merecía ser cortado, técnicamente. No es que quería dejarlo así, sino que aún no sabía cómo continuarlo. Bueno, espero que les guste, y que en este sí me dejen review, como veo que no a muchas personas les gusta el LeoPika y casi nadie me deja review en esta página... Bueno, no importa ^^U Sólo espero que les guste, me quedó tierno... En unos días los dos últimos capis.
Dance

Track One – I’ve missed you.

A nuestros cazadores después de unos dos años de haber pasado la prueba y de haber ejercido correctamente su rol de Cazador, les llegó una invitación por correo electrónico. La invitación decía que, para honrar sus éxitos, y para una especie de reencuentro, el comité organizaría un baile. A donde asistirían todos los que presentaron la prueba, tanto los que pasaron como los que no. Nuestros cuatro cazadores aceptaron gustosos y se dirigieron al lugar de encuentro. Era el mismo edificio en donde se llevó a cabo el examen final, todo les traía hermosos recuerdos. Hacía más o menos dos años que nuestros cuatro protagonistas no se veían, al menos, Gon y Killua se veían diariamente, mientras que los dos que estaban más distantes eran Leorio y el Kuruta. De vez en cuando una llamada telefónica, pero nada más. En especial con Gon; ni Leorio ni Kurapika habían hablado el uno con el otro por dos largos años.

El primero en llegar al lugar citado fue Kurapika. El Kuruta llevaba puesta una túnica color verde con incrustaciones plateadas, de distintas formas abstractas, con su traje blanco por debajo de ésta. Los zapatos eran verdes y su cabello había crecido bastante, tanto, que le llegaba a la cintura. (Es la segunda vez que lo pongo así en un fic… pero es que…;__; amo a Kurapika y no puedo evitar imaginármelo más violable aún con el cabello largo XD) Estaba más alto y musculoso. Después de todo, tenía ya 19 años.

- la misma edad de Leorio cuando tomó el examen…-  Pensó, amargamente. Se preguntaba si el médico iría, tal vez no tendría tiempo.

Después de un tiempo, un ruido de una patineta se escuchó a su lado, él estaba sentado sobre una de las escaleras de la entrada y volteó la mirada, encontrándose con los ojos color verdoso de Killua. El albino llevaba un traje negro de etiqueta con una rosa blanca en el pecho. Después de todo el baile era formal, ¿no? El rubio sonrió ampliamente, el niño había cambiado bastante. Después de todo,  ya tenía 14 años. Se levantó, y corrió a abrazar a su compañero. Después de dos años, se había vuelto un poco más sensible, comparado con el frío Kurapika vengativo de la prueba del Cazador. El albino se sorprendió mucho, pero cuando observó la túnica, notó quién era el que lo abrazaba. Sonrió, y devolvió el abrazo. Después de estar dos años con Gon aprendió a querer a la gente…

- Kurapika. Tanto tiempo sin verte…- Susurró, separándose del Kuruta que lo miraba expectante.

- ¡Dos años! – Respondió el rubio, sonriendo con sus ojos azules brillantes. Se dice que después de mucho tiempo sin ver a las personas se les extraña demasiado, y ese era su caso. Después de todo, eran sus amigos a parte del pequeño Senritsu.  (NDA: Lo siento por interrumpir pero… tengo una duda. En una página en inglés me confundieron mucho, puesto que dijeron que ratoncito (Senritsu XD) era mujer. ¿Alguien me puede explicar cual es el género de este tipo? Es que me descargué un OVA de HXH en japonés con subtítulos y la voz de Senritsu… daba mucho a la imaginación, era demasiado femenina. Ahora pongo en duda su sexualidad. ¿Ayuda? XD Porque estoy más confundida ya que en el anime en español le ponen la voz de hombre y me hago bolas XD! Necesito ayuda XDDD) - ¿Y Gon? –

- Le dio hambre por el camino y se fue a comprar una manzana. – Dijo, riendo un poco.

- ¡Killua! ¡Manzana! – Una manzana voló por los aires y Zaoldyeck la atrapó antes de que le golpease la cabeza, dejando al Kuruta algo sorprendido. Killua le dio una mordida a la manzana y señaló con su cabeza el lugar de donde había provenido la manzana voladora, y allí estaba un Gon vestido elegantemente también, de color verde oscuro. Sonrió tiernamente al verlo, se había puesto ¿guapo?. El moreno de inmediato lo reconoció, y tan rápido como estaba corriendo, tan rápido le calló encima riendo y abrazándolo fuertemente.

- Kurapika! Te había extrañado mucho… - Exclamó el muchachito de 14 años, abrazándose al cuello de su amigo el cual casi perdió el equilibrio si no fuese porque Killua estaba a su lado y lo sostuvo un tanto para que no se cayera de bruces contra el suelo.

- Yo también, Gon…- Confesó el Kuruta, sonriendo complacido. – A ambos. – Sonrió muy feliz. La verdad que los extrañaba bastante, después de todo había compartido tanto tiempo con ellos que ya ni sabía la verdadera cantidad.

- Oye, siento que falta alguien aquí… - Dijo Killua, buscando con la mirada quién sabe qué.

- De hecho falta una persona para que estemos completamente juntos…- Analizó después de un rato Gon, mirando a Kurapika y buscando alguien a su lado. Sí, faltaba alguien. - ¡Leorio! – Exclamó, después de recordar su nombre. (Qué buena memoria, habla con él por teléfono al menos una vez al mes… al menos recuerden su nombre! XD)

- Sí… ¡falta Leorio…!- Saltó Killua como si el descubrimiento hubiese sido suyo y no de Gon, haciendo poses de inteligencia que desconcertaron a los que iban llegando, Hanso y Pockle, y a los dos presentes. (Hanso el ninja calvo y Pockle el niño kawaii que también pasó el examen para ser cazador)

El ninja que estaba vestido con una yukata de su país natal se le acercó a los pequeños y les revolvió el cabello, sonriendo tiernamente. Se había puesto un poco más alto de lo que ya era y se dispuso a abrazar al Kuruta, que se sonrojó un poco y sonrió. El ninja sonrió de vuelta y se volteó hacia Pockle que se dedicaba a hablar con los otros muchachos. Estaba vestido de negro, como Killua. Pronto fueron llegando más y más personas conocidas por nuestros tres amigos presentes, hasta que del interior del edificio se abrieron las puertas y les permitieron pasar. Dentro, estaba decorado hermosamente con temas de otoño, ya que esa era la época del año en donde la fiesta se estaba desenvolviendo. En el suelo, cerca de las mesas, había hermosas hojas en tonos naranjas y rojizos regadas por allí. Era hermoso. Notaron que en las mesas había pequeños papeles con los nombres de los grupos que se sentarían, y en la mesa de Gon, estaban los nombres “Kurapika, Gon, Killua y Leorio”. Después de todo, ellos cuatro eran los que más habían estado unidos en ese examen. El rubio sonrió amargamente, y dejó un bolso que tenía en brazos sobre su silla, dirigiéndose al baño.

- Argh, me duele la cabeza, no debí subirme en ese maldito globo… - Gruñía un hombre alto de traje siempre impecable camisa color azul oscuro, abierta en tres botones por debajo del cuello, un pantalón negro y una chaqueta colgada en su otro hombro, con un maletín sobre su hombro derecho. Unos pequeños lentecillos de sol sobre su rostro, y un rostro algo mareado. Gon y Killua lo reconocieron de inmediato, y desearon que Kurapika estuviese allí.

- ¡Leorio! – Saltó Gon, lanzándose encima del castaño quien lo recibió sonriendo por primera vez en el día, acariciando sus cabellos puntiagudos y riendo junto con Gon. Al escuchar su nombre, Killua también se abalanzó sobre el mayor. Después de todo él era su amigo y lo llamaba de vez en cuando.

- ¡Gon, Killua! Cómo han cambiado, ya no son unos mocosos…- Comentó Leorio, intentando levantarse pero viendo sus intentos frustrados por el peso de los dos “niños” – Están más pesados… - Dijo, esperando porque se levantaran, pero los dos no tenían ni la más mínima intención de cumplir el deseo de Leorio.

Hanso, riéndose, levantó a los dos “pegotes” de encima del médico, que ya estaba a punto de necesitar uno. El castaño rió y sostuvo la mano de Pockle, que ayudaba a Hanso con los muchachos. Saludó a ambos, sonriendo, y sentándose en la mesa, empezando a contar sus experiencias como doctor a sus compañeros Gon y Killua, que lo miraban emocionados. Ambos estaban felices de que su amigo hubiese logrado su sueño, aunque Killua se aburrió fácilmente y fue a buscar unos chocolates a la mesa de los bocadillos, dejando solos a Gon y Leorio.

El más pequeño se acercó al médico, para susurrarle al oído.

- Kurapika está en el baño. Sí vino, y estaba ansioso por verte. ¿Te sigue gustando él, verdad? Porque… lo buscaste con la mirada al entrar.-

El médico sintió ruborizarse levemente, y sonrió. – Gracias por la información, pero… no sé lo que siento, ¿sabes? Quisiera verlo… al menos una vez y aclarar mi cabeza, ¿te parece bien? Voy entonces al baño… - Leorio se levantó, sintiéndose algo frustrado. La verdad era que había estado intentando olvidarse de Kurapika, el cariño de enamorado que sentía por el Kuruta le hacía daño, no le permitía concentrarse en los estudios. Además que sentía que no tenía ningún tipo de esperanza con él, después de todo, Kurapika lo consideraba un tipo de vida inferior. Con manos temblorosas y frías, abrió la puerta del baño, encontrándose frente a frente con una mirada azul que hizo que deseara que lo tragase la tierra. Sin querer se había chocado con Kurapika, después de  todo el Kuruta se había pasado casi media hora en el baño y deseaba salir. Se golpeó mentalmente por estar tan nervioso.

- Leorio… - Susurró el rubio, atando su abundante cabellera en una coleta, dedicándole una mirada avergonzada al médico. Se había estado lavando la cara, ya que estaba altamente nervioso porque simplemente sentía que llegaría, en algún momento. Sonrió nerviosamente, y lo saludó con un abrazo.

- Kurapika…-

El médico le correspondió a ese abrazo dulce, sintiendo su corazón latir apresuradamente. Apoyó con cuidado su cabeza sobre la de Kurapika, aspirando su olor. Se sentía tan bien, simplemente quería estar así siempre. Lo abrazó un poco más, recorriendo su espalda delgada con sus brazos, sintiéndose desmoronar poco a poco. Oh, sí. Seguía tan enamorado de él como siempre. Suspiró, acariciando su cabello, deseando besarle la cabeza pero absteniéndose, no queriendo recibir un golpe como respuesta, simplemente posando sus labios sobre los cabellos suaves y sedosos del Kuruta presionándolos un poco. – Te extrañé… - Confesó finalmente, si soltarlo, ahora abrazándolo por la cintura. No quería dejarlo ir, no después de dos años sin verse.

Kurapika se sintió bastante bien con aquél abrazo, se sentía protegido, caluroso… simplemente no quería separarse y no sabía porqué, tampoco entendía ni siquiera. Pero cerró los ojos, sin moverse ni un ápice. Sentía algo cálido rodando por su mejilla y se dio cuenta que se le había salido una lágrima. ¿Por qué? No lo entendía. La limpió con cuidado con la ropa de Leorio. Aspiró un poco y notó que Leorio olía muy bien, sonrió y se separó de él.

- Yo también te extrañé, Leorio… - susurró, sonriendo. El mayor de los dos se sintió más feliz que nunca, y lo abrazó de nuevo de una manera emocionada y efusiva, haciendo al otro reír divertido. Pronto, salieron ambos del baño. Con ese abrazo, se dijeron todo lo que tenían que decirse.

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 Pos... eso... ¡Espero que les guste!


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