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The city of the dead por Demonio_Nocturno

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Notas del capitulo:

Hola como han estado??? espero y bien como sabran algunos (los que estan en el grupo de face) mi compu murio asi que no e podido escribir y tardare una temporada sin ella pero procurare subir capitulos cada semana o cada dos en fin espero les guste el de hoy y como lo escribi de a rapido pido que no se enojen por las incoerencias o palabras mal escritas que puedan haber

No tuvieron ningún percance en lo que resto del día y eso lo agradecían, más que nada porque aunque pudieran escapar de los infectados, les sería más difícil escapar de los sobrevivientes que quisieran quitarles las pocas provisiones que tenían y viendo que solo eran un puñado de adolescentes desarmados, querrían aprovecharse de la situación sin que pudieran defenderse.

Ya entrada la noche decidieron aparcar el bus cerca de un centro comercial abandonado desde mucho antes de que el infierno empezara, eso debido a que estaba alejado de las casas y como las personas no querían caminar para ir a comprar, el proyecto fracaso y ahora solo era un almacén muy grande. Quizá con un poco de suerte solo tuvieran que batallar con un par de infectados, pero tenían que hacerse a la idea que bien podrían entrar pero no salir; después de organizarse, tomaron lo que pudiera serles de utilidad y entraron a la bodega, aunque tuvieron que romper una de las altas ventanas ya que si intentaban entrar por la entrada principal, tardarían mucho y con el ruido atraerían a los infectados que estaban cerca.

Al estar una vez todos reunidos dentro, con las linternas que tenían, alumbraron y buscaron si encontraban a alguien o a algo y como no quisieron separarse para no perder de vista a alguno, les tomo un poco más de tiempo realizar la tarea pero todo parecía en orden así que intentaron limpiar un poco donde se quedarían y acomodaron las cobijas que habían sacado de la casa. Para estar más alumbrados buscaron como hacer una improvisada fogata y eso no fue algo difícil ya que había estantes de madera que destruyeron y con esto lograron alumbrar más la tétrica bodega.

−Este sería un buen lugar para hacer una casa del terror –dijo Milo con voz burlona mientras se paseaba admirando lo sucio del lugar.

−Al menos alguien ha logrado despejar su mente y ha pensado en tonterías como antes de que todo esto empezara –contesto Poseidón suspirando cansadamente.

−Solo imagínense, caminar por la oscuridad sabiendo que ahí arañas y quien sabe cuántos bichos más. Eso realmente seria aterrador –agrego burlón.

−Milo enserio deja de decir tonterías que lo que menos queremos es que espantes a los jóvenes –regaño Dohko sin mucho ánimo.

−Son unos aburridos.

−Si tan valiente te crees entonces vamos a dar una vuelta para asegurarnos de que no haya nadie –reto Afrodita levantándose de su lugar.

−No debemos separarnos ya que aunque no haya ningún infectado puede haber algún vagabundo –advirtió Hades.

−No nos pasara nada malo además estoy aburrido de solo estar sentado.

−Afrodita deja de insistir –reprendió Ikki mientras acariciaba los cabellos de su ya dormido hermano quien tenía la cabeza en su regazo.

−Hecho Dita, vamos además no hay que temer ya que estaré contigo.

−Creo que me arrepiento porque no se ve que seas muy hábil como para poder defenderme.

−Yo también los acompaño no quiero que hagan cosas indebidas –dijo Thanatos levantándose.

−En ese caso también quiero ir.

−No puedes ir Aioria.

−Pero hermano –dijo arrastrando la palabra−. Estoy aburrido además estará Thanatos quien es más grande que nosotros.

−Ya dije que no iras y mejor ya duérmete –contesto con autoridad.

−Sera para la otra gatito –dijo burlón Afrodita mientras tomaba la lámpara que tenía y la encendía.

−Entonces iré yo en el lugar de Aioria –interrumpió pandora−. Después de todo a mi primo Hades no le molestara y Orfeo está dormido.

−Como quieras pero no te separes o no iremos a buscarte –advirtió Milo.

−No sería necesario que lo hicieran.

Sin más que decir el grupito se fue y se perdieron en la oscuridad como si esta se los hubiera comido, pero sabían que estaban ahí gracias a las risas de Milo y Afrodita quien en el tiempo que estuvieron en la casa, se hicieron muy unidos. Además de que Thanatos no se quedaba atrás y Pandora, ella solo se limitaba a escuchar las tonterías que los mayores decían y aunque trataba de no reírse, era inevitable.

− ¿Por qué la dejaste ir? –pregunto Hypnos refiriéndose a Pandora.

−Ella sabe lo que le puede pasar además no soy su niñera –respondió Hades con aburrimiento.

−Se nota que a ti poco te importan tus familiares –agrego Sorrento quien estaba tapando a su dormido hermano.

−Nunca me he preocupado por los demás no entiendo porque debería hacerlo ahora.

−Porque ahora son la única familia que tienes –interfirió Shura lo cual sorprendió a varios ya que no era de muchas palabras.

−Y eso que.

−Olvídalo es imposible hablar contigo.

−Hades siempre ha sido así, no sé porque les sorprende –intervino Radamantis.

−A ti nadie te hablo escarabajo –dijo Esmeralda con superioridad.

−Ikki más vale que calmes a tu novia porque Radamantis no se detendrá solo porque es una chica.

−Te aclaro Minos, que Esmeralda solo es una amiga y en todo caso si el llegara a hacerle daño no volvería a ver la luz del día.

−Si tan valiente te crees ven y arreglemos esto de una vez.

−Ya paren los dos. No es momento de peleas tontas –regaño Shaka en voz alta.

Los dos chicos no agregaron nada más y se limitaron a enfocar su concentración en otra cosa mientras que los demás ya se preparaban para dormir y dado que empezarían a viajar de noche, en el día se concentrarían en buscar comida y medicina.

 

−Si tienes miedo puedes sentirte con la confianza de tomar mi mano –dijo Milo dándole la mano a Afrodita.

−Lo mismo digo bichito –respondió rechazándolo.

−Qué bonita pareja hacen, realmente los envidio –dijo burlón Thanatos.

−Que Minos no te escuche.

− ¿Y eso porque Milo? –pregunto Pandora con curiosidad.

−Porque es el novio de Dita y no quiero que se peleen por mí –respondió entre risas lo cual molesto a peli celeste.

−Ese idiota no es mi novio –gruño afrodita−. Ni que tuviera tanta suerte.

−Pero si se la pasa molestándote todo el tiempo –expuso el peli azul−. Es normal que pensemos que tienen algo.

−Me molesta porque sabe que soy mejor.

−Es verdad que se llevan mal pero dicen que del odio al amor solo hay un paso –intervino la chica.

−Ya vez Milo, debes ser más rápido antes de que te ganen a la florecita –agrego el peli plata avivando más la ira de Afrodita quien apresuro el paso y Pandora fue tras de él.

−No gracias. No quiero morir aun.

− ¿Así que te da miedo que Minos te haga picadillo? –pregunto Pandora con burla.

−A él lo puedo tener en el suelo cuando quiera pero a quien le temo es a Dita. El si da miedo cuando quiere.

−Y yo que te iba a proponer un trato pero veo que no lo aras.

−Suéltalo Thanatos y ya veremos si lo hago o no.

−Dale un beso a Dita.

−Y que gano yo.

−Aparte de tener la satisfacción de besarlo, are lo que quieras.

−Es un trato.

Los dos chicos apresuraron el paso para alcanzar a sus amigos pero cuando estaban a unos pasos de distancia Thanatos freno en seco y obligo al otro a hacer lo mismo.

− ¿Qué sucede?

−Que tienes que besarlo enfrente de todos sino no ahí trato.

−Está bien. No hay problema.

Después de eso siguieron caminando y alcanzaron a los otros dos para seguir investigando el lugar, aunque no había mucho que investigar o ver. Después de unos minutos se aburrieron y decidieron regresar con los demás aunque la mayoría ya estaba durmiendo pero aun así Milo decidió cumplir con su parte de la apuesta y sin perder más tiempo agarro del brazo al peli azul y lo beso.

Fue un beso rápido pero los que estaban despiertos se sorprendieron. Por su parte Afrodita se quedó sin habla y cuando se recuperó del asombro enfrento a su amigo.

− ¿Qué te pasa bicho? –pregunto exaltado− ¿Por qué hiciste eso?

−Porque quería hacerlo. –Fue su única respuesta.

−Entonces porque quiero te matare a golpes.

Afrodita se le fue encima tumbándolo al suelo y empezó a darle puñetazos por todos lados sin que el otro pudiera hacer otra cosa más que tratar defenderse pero no fue hasta que Shion se lo quitó de encima, que logro levantarse y limpiarse la línea de sangre que le salía de la comisura del labio.

− ¿Por qué tan agresivo?

−Eres un idiota Milo –grito con lágrimas en los ojos y una vez libre del agarre del otro chico, se echó a correr.

−Ve por él y más vale que no le pase nada –dijo Saga molesto.

El otro chico solo se le quedo mirando dándole a entender que no le temía y salió en busca del de ojos celestes para disculparse por lo que hizo. Aunque no entendía el motivo de su reacción.

− ¡Dita! –llamo en voz Dita pero no recibió respuesta−. Anda Dita sal de tu escondite, quiero disculparme por lo que hice.

Siguió caminando pero no encontraba a su amigo lo cual no le agrado mucho.

−Anda ven y hablemos− suspiro−. Solo era un juego no quise que te pusieras así.

En eso escucho un murmullo y decidió acercarse al lugar pero en eso parecieron un tipo frente a él. Al principio se le dificulto verlo bien pero poco segundos después logro distinguir que no tenía más de 30 años y era un poco más alto que él.

Por algún motivo le dio la impresión de que el tenían a Dita y sus sospechas no eran erróneas ya que en unos segundos apareció otro tipo de la misma edad o un poco menos reteniendo al peli celeste el cual tenía los ojos llorosos.

−Suéltenlo –ordeno con voz fría.

−Lamento decirte que no –respondió el que estaba frente a él.

−He dicho que lo suelten o los obligare a soltarlo.

−Inténtalo mocoso aunque no espero que logres hacerme soltarlo –dijo el otro con burla.

Milo estaba a punto de írsele a golpes pero la voz de alguien conocido lo interrumpió abruptamente e hizo que volteara a ver de quien se trataba.

−Así que la florecita se dejó atrapar –dijo Minos haciendo acto de presencia.

− ¿Qué haces aquí Minos? –pregunto Milo sorprendido de que precisamente el estuviera ahí.

−Solo quise ver cómo te volvían a golpear. Pero me vengo topando con esto –respondió con aparente aburrimiento−. Ahora dime porque estos tipos tienen a “tu novia” –acentúo lo último.

−No somos nada más que amigos y en vez de decir tonterías. Ayúdame a hacer que lo suelten.

− ¿Qué no puedes tu solo?

−Claro que puedo pero puede que tengan más amigos y si es así no podre yo solo.

−Está bien tú encárgate de este y yo del otro.

Una vez que decidieron quien atacaría a quien, los dos desconocidos solo sonrieron con burla ya que les daba risa como esos mocosos, como ellos les decían, trataban de enfrentarlos pero en menos de lo que se esperaban ya los tenían encima y a cómo pudieron lograron quitárselos para poder salir por una de las altas ventanas con ayuda de unas escaleras. Pocos minutos después, mientras los tres chicos recuperaban la voz, escucharon como dos hombres gritaban de dolor muy posiblemente porque los infectados que había del otro lado los escucho y los devoraron.

− ¿Estas bien? –pregunto Milo a su amigo de ojos celestes.

−Si –fue su seca respuesta pero no era porque siguiera enojado sino porque aún tenía miedo.

− ¿Seguro? –volvió a insistir.

−Ya no le insistas. Lo estas lo hostigando mocoso –reprendió Minos

−Te informo que tenemos la misma edad –gruño−. Y estoy preocupado de que le hayan hecho algo por eso insisto.

−Estoy bien. No me hicieron nada solo estoy un poco cansado –respondió ya más calmado.

−Está bien, vámonos que mañana tenemos que salir temprano para ir a buscar provisiones.

Dejando de lado lo ocurrido y prometiendo no decir nada a nadie para no preocuparlos y más que nada para que no mataran a Milo.

 

Al amanecer decidieron quienes irían y quienes se quedarían. El resultado fueron dos equipos que irían a un solo mini súper, uno guiados por Poseidón y el otro guiados por Hypnos. Estos equipos tenían a 5 integrantes contando al que los guiaría ya que no querían llamar mucho la atención.

−Muy bien Shaka, Hades, Aiacos y Shion vienen conmigo –dijo Hypnos y los chicos nombrados solo asintieron.

−Minos, Afrodita, Camus y Aioros vendrán conmigo –dijo Poseidón y los otros se limitaron a hacer un movimiento de cabeza afirmativo.

Un tercer grupo se formó para ir a buscar medicamentos y todo lo relacionado con eso que les fuera de utilidad. Este iba comandado por Thanatos y con el iban Sorrento, Shura, Orfeo y Milo.

Ya decididos los equipos se dispusieron a marcharse. El motivo por el cual ni Saga, ni Kanon o Ikki fueron era porque aún seguían algo indispuestos por lo que había pasado con el trio de secuestradores.

 

Equipo de Hypnos y Poseidón

Una vez afuera los 10 chicos fueron caminando hasta el mini súper que habían pasado y que quedaba a tan solo un par de minutos. Las calles parecían desiertas y eso fue lo que los dejo con una enorme duda ya que tan solo unas horas antes, habían batallado con un gran grupo de ellos.

− ¿No se les hace extraño? –pregunto Shaka sin distraerse para ver si algún infectado venia hacia ellos.

− ¿Te refieres a que no hay ninguna de esas malditas cosas? La verdad si es muy raro pero esperemos solo sea suerte –respondió Aiacos con calma.

−No deben enfocarse en eso mejor ahí que apurarnos –dijo Hypnos y en eso escucharon como una lata era pateada.

Los chicos se pusieron en estado de alerta y como sus piernas empezaron a temblar, por el temor de tener que enfrentarse de nuevo a esas cosas; no podían correr. Aguantaron la respiración automáticamente y cuando vieron lo que había provocado el ruido, sintieron que el almas les regresaban al cuerpo.

−Tan solo fue un gato –expuso Aioros soltando el aire contenido.

−Maldita bola de pelos, mira que casi me da un infarto –exclamo Minos riéndose de sí mismo por ponerse tan paranoico.

−Pero no creo que haya sido el gato quien pateo la lata –dijo Afrodita recuperando el color.

−Quizá salto y tiro la lata o algo así. –Trato de explicar Shion pero tampoco se creía eso.

−Dejemos de darle más vueltas al asunto y apresurémonos antes de que realmente aparezca un infectado –ordeno Hades y los demás solo volvieron a retomar el camino.

Después de unos minutos llegaron al lugar y entraron. Mientras uno de los grupos hacia guardia, el otro grupo rebusco entre las estanterías casi vacías.

No lograron encontrar muchas cosas ya que se veía que ese mini súper había sido vaciado días antes.

−Tenemos que ir a otro mini súper o forzar los candados de un tienda –dijo Camus colgándose la mochila donde había metido parte de las pocas provisiones que había en el lugar.

−Sería muy riesgoso aventurarnos mas ya que no conocemos donde queda otro así que tendremos que ir a una tienda de autoservicio o una tienda chica− respondió Poseidón pensando en las opciones que tenían−. Pero tenemos que ser más cuidadosos ya que puede que con el ruido que hagamos rompiendo los candados, atraigan a los infectados.

−Eso ya lo sabemos –refunfuño Minos impaciente por terminar con esa recolección de víveres.

Así sin más caminaron unas calles más abajo pero no encontraban alguna tienda que pudieran saquear fácilmente. Normalmente estaban en una casa y eso quería decir que si sus habitantes estaban en ella, no se tomarían a bien el que quisieran llevarse las cosas o también cabía la posibilidad de que ya estuvieran infectados.

Pasaron alrededor de media hora para que encontraran una gasolinera y esta estaba abierta. Quizá el dueño o el gerente lo hizo apropósito para que pudieran tomar las cosas que quisieran, quienes pasaban por ahí.

−Tenemos suerte, aparte de poder conseguir comida, podemos conseguir gasolina.

−Afrodita no te emociones antes de tiempo, ya que tenemos que enfrentarnos a esas cosas muy probablemente –interrumpió Shion temiéndose que sus palabras se hicieran realidad.

−Sea como sea, todos sabíamos el riesgo que corríamos al salir así que lo que quieran decir antes de entrar, díganlo de una vez –dijo Poseidón con voz apagada.

−No digas eso, todos saldremos sanos y salvos.

−Shaka. Poseidón tiene razón –suspiro−. Es muy probable que no salgamos todos.

−Y como siempre, Camus y sus palabras de aliento.

−Aunque te burles Dita.

−No me burlo pero en vez de decir cosas negativas. Deberíamos pensar que nada malo pasara y que volveremos todos.

− ¿Entonces nadie quiere decir nada? –pregunto Hypnos y nadie respondió−. Bueno entonces entremos.

−Yo si quiero decir algo –interrumpió Aiacos.

− ¿Qué es?

−Quiero decir. Más bien revelare un secreto que Hades no ha querido revelar.

−Aiacos. No eres nadie para revelar mis cosas.

−Pero es tan estúpido que aun sigas negándolo así que como es muy probable que alguno de nosotros muera deberías decirlo. Además no es nada malo y eso ya no tiene ninguna importancia.

− ¿Te refieres a lo de Orfeo? –pregunto Minos ya sabiendo a que se refería su amigo.

− ¿Qué pasa con Orfeo? ¿Le pasa algo? –interrogo Afrodita, quien se había encariñado con el chico.

−No le pasa nada. Es solo que Hades se ha empeñado a negar y ocultar que él y Orfeo son medios hermanos –soltó de golpe sin darle tiempo a Hades de reprenderlo.

Los chicos que conocían a Hades desde antes de todo eso, se sorprendieron ya que no tenían ningún parecido y viendo que ambos tenían la misma edad, quería decir que Orfeo era hijo de alguna amante del padre de Hades.

−Maldito Aiacos –replico el pelinegro molesto y con una mirada gélida.

−No entiendo el motivo por el cual quieres negar a tu propio hermano al contrario deberías estar feliz por tener a un familiar –reprendió Poseidón con melancolía.

−Eso a ti no te importa.

−Es mejor dejar esto de lado y enfocarnos en lo principal que es entrar a buscar comida. Ya tendremos tiempo de sobra para escuchar las razones de Hades para hacer lo que hace –dijo Hypnos y los demás asintieron afirmativamente.

No se habló más del tema y entraron al local. Adentro estaban las luces encendidas y no se veía rastro alguno de que hubiera algún infectado pero no se confiarían.

Antes de empezar a meter las provisiones en las mochilas, decidieron echar un vistazo pero estaba todo desolado al igual que las calles.

−Es muy raro que no haya ninguno.

Afrodita entro a la bodega de atrás acompañado de Hades y Minos pero ninguno de estos dijo algo más.

Pasaron un par de minutos y cuando estuvieron seguros de que no había ningún infectado, se dispusieron a tomar lo necesario aun con la intriga del porque no habían encontrado a ningún infectado en lo que llevaban del día.

−Creo que con esto es suficiente.

Poseidón se colgó la mochila en el hombro la cual era una de las más grandes.

−Ya es hora de irnos –grito Hypnos llamando la atención de los demás chicos.

Salieron del lugar y como no encontraron ningún garrafón, no pudieron llevar gasolina aunque por la noche pasarían ahí para llegar el tanque y quizá en la vieja bodega encontraran en que echar gasolina de reserva. Ya de regreso se llevaron la sorpresa de ver cuatro motocicletas estacionadas cerca del autobús y eso les lleno de intriga así que sin más entraron a ver qué pasaba.

 

Grupo de Thanatos

Después de que su hermano se fuera junto a los otros chicos, Thanatos llamo a su propio equipo y salieron del refugio en busca de medicamentos ya que los que tenían ya se estaba escaseando; aunque tampoco eran muchos los que habían conseguido.

−Muy bien desde aquí en adelante puede que nos encontremos con esas cosas muertas y putrefactas así que espero hayan arreglado los pendientes que tenían –dijo el peli plata con una sonrisa burlona.

− ¿Se supone que eso tenía que alentarnos? Porque logro el efecto contrario –respondió Milo con fingido temor.

−En todo caso todos los que estamos aquí, tenemos que regresar y no hay excusa válida para dejar que esos malditos nos muerdan el trasero así que procuren sobrevivir.

−Parece un discurso de reclutador militar –se burló Sorrento y Orfeo lo acompaño en el coro de risas.

Shura se mantuvo callado pero una ligera sonrisa adorno su siempre inexpresivo rostro.

Ya después de dejar las bromas a un lado, caminaron por las desoladas calles y no tardaron mucho en percatarse sobre la falta de cadáveres moviéndose por las calles.

− ¿Qué estará pasando? –pregunto Thanatos para sí mismo pero Shura lo escucho.

−También lo notaste ¿Verdad? –pregunto llevando la mirado de una lado a otro.

−Es muy extraño que esas cosas de carne putrefacta no este por los alrededores y eso me da muy mala espina.

− ¿Crees que estén reunidos en un solo punto?

−Puede ser así y eso es lo que más me preocupa.

Seguían buscando más explicaciones y en eso escucharon las voces de los otros tres chicos.

−Qué bueno que no nos hemos encontrado a ningún infectado –celebro Sorrento con alegría.

−Puede que las cosas estén calmándose un poco –agrego Orfeo con una sonrisa.

−Al menos así no tenemos que estar corriendo por nuestras vidas –dijo Milo cruzando los brazos detrás de su cabeza.

−No festejen antes de tiempo –reprendió Shura y aunque el también quisiera pensar como ellos, no podía. Simplemente algo le decía que más que ser una buena noticia, la falta de infectados era algo malo.

−Pero es bueno que no nos topemos con ellos. No veo lo malo en celebrar el que estemos completos aun.

−Milo tiene razón –apoyo Sorrento sin entender porque les preocupaba el que no estuvieran corriendo para salvarse.

−Quizá solo sea suerte. No hay que pensar en cosas negativas –dijo Hypnos sonriendo pero solo fingió para no asustar a los menores ya que él, al igual que Shura, tenía un mal presentimiento.

Caminaron un par de minutos hablando de trivialidades y burlándose de las peleas tontas que intentaba iniciar Milo contra Shura, quien lo ignoraba y le respondía calmadamente cosas que cabreaban al peli azul. Al legar a una farmacia no muy grande pero se veía, atravesó de sus ya destrozados cristales, que aún había muchas cosas de utilidad lo cual les alegraba y les quitaban un peso de encima de tener que ir a otra para buscar más.

−Con lo que ahí podemos abastecernos, pero primero hay que revisar que no haya infectados.

−Olvida eso Shura, si se ve que esos cadáveres se largaron a quien sabe dónde.

−Milo deja de ser tan infantil mira que lo que digo es para evitar que algún infectado coma tu lindo rostro.

−Gracias por decirme lindo, pero no eres mi tipo.

−Luego pueden ligar –intervino el mayor de los allí presentes−. Primero debemos revisar.

Ya después de revisar y asegurarse de no tener compañía, empezaron a tomar lo que creían de utilidad y claro no faltaban las bromas de Milo y una que otra de Thanatos.

−Oye Thanatos ten te serán de utilidad –dijo el peli azul, aventándole una caja de condones al nombrado.

−No gracias mocoso, mejor llévatelos tu ahí luego te pido uno –respondió−. A y llévate esto puede que lo necesites –le aventó una caja de una prueba de embarazo casero−. Quizá ayudes a repoblar el planeta.

− ¿Tienes celos? A y te recuerdo que aún me debes lo de la apuesta.

− ¿De qué apuesta hablan? –pregunto Orfeo quien debido a que ya estaba dormido, no se enteró de lo que había pasado la noche anterior.

−Entonces todo fue una apuesta. Sí que eres un desgraciado Milo –regaño Sorrento algo molesto.

−No te enojes pequeño, de todos modos ya le pedí disculpas a Dita.

Ellos siguieron en su plática y en eso Shura los interrumpió.

− ¿Qué quieres? –pregunto el más desastroso del grupo.

−Cállate y escucha –lo interrumpió.

Todos guardaron silencio y escucharon un leve ruido. Más bien eran gruñidos que poco a poco se hacían más claros pero aun así se escuchaban lejos.

Una vez que identificaron que provocaba esos ruidos, dejaron los juegos de lado y se apresuraron a meter todo lo que pudieron a las mochilas y se las colgaron para después salir corriendo con todas sus fuerzas. La única ventaja que tenían era que los ruidos venían del lado contrario a donde estaba la bodega abandonada que les servía de refugio.

−Maldición justo tenían que salir de donde sea que estaban, justo ahora –gruño molesto Thanatos.

−Es probable que tan solo estaban reunidos porque algún ruido los atrajo y ahora estén regresando –agrego Orfeo ya sin aliento.

−No lo creo, más bien parece que alguien o algo los estuvo exterminando –corrigió Milo.

− ¿Por qué lo dices? –pregunto Sorrento.

−Piénsenlo, no había ni cosas vivas o muertas en un radio grande y tal parecía que los tenían a raya.

Los demás no habían reparado en esa opción y que precisamente el payasito del grupo lo dijera, los sorprendió mas y les dio a entender que abajado de ese niño burlón y que le valía todo, había un chico inteligente y observador.

−Lo único que se me ocurre es que los tipos que supuestamente iban a recoger a los sobrevivientes, sean los responsable de esto –prosiguió−. Aunque también puede que sea un grupo grande de personas que así como pueden ayudarnos, también puedan querer perjudicarnos –tomo una bocanada de iré−. Todo puede ser.

−Dejemos eso para después, ahora tenemos que apurarnos a llegar a la bodega –dijo Shura llenando sus pulmones de aire.

En eso tuvieron que frenar en seco ya que enfrente de ellos había infectados que antes no estaban y que muy probablemente, al igual que los otros, se acercaron muy probablemente porque los que los mantenían alejados ya no lo hacían más.

−No hagan ningún ruido –dijo el peli plata en un susurro.

− ¿Ahora qué hacemos? –pregunto Sorrento con temor.

El chico de cabellos lilas temía que volviera a pasar lo que paso con su anterior grupo. Que volvieran a morir dejándolo solo.

−Solo tenemos que caminar con mucho sigilo y si es necesario tenemos que hacer que se vallan al otro lado.

−Pero eso tiene una contra y es que puede que llamemos a los demás.

Ya no se le ocurría nada al mayor de los chicos y eso lo frustraba. Tener en sus manos la responsabilidad de tomar una decisión y con esta decisión estaba jugándose no solo su vida sino también las de los otros 4 chicos.

−Corramos –dijo de la nada Shura exaltado−. ¡Ya! ¡Corramos! –esta vez grito.

Cuando lo iban a reprender por subir la voz notaron que atrás corría a toda velocidad, un infectado mutado como los que habían visto con anterioridad. No se detuvieron a pensar en nada más y salieron corriendo sin importarles que los infectados los siguieran; lo que ahora tenía toda su atención era correr para que esa enorme bola de carne putrefacta no los alcanzara.

−Orfeo –grito Sorrento al ver que su amigo se iba atrasando cada vez más debido a lo cansado que ya se encontraba.

No pudo ir por él ya que cuando menos se dio cuenta, lo perdió de vista y al querer regresar, sintió que alguien lo agarraba del brazo impidiéndole continuar.

−Ya no podemos regresar –gruño Thanatos y tenía una expresión que reflejaba lo dolido que estaba por no poder hacer que todos se salvaran.

−Pero él está bien solo tenemos que regresar a buscarlo.

−No podemos arriesgarnos. Si es lo suficientemente hábil, sabrá como regresar.

Ya no pudieron seguir discutiendo debido a que escucharon a esa enorme cosa rugir como un animal herido. Con todo el dolor de su corazón, ambos chicos volvieron a correr sin quitarse de la mente que habían dejado a un amigo atrás. Se sentían como unos cobardes pero no tenían nada con que atacar al infectado mutado y eso solo aumentaría el número de muertos.

 

−Debo esconderme –dijo para sí mismo el peli celeste corriendo ya muy cansadamente.

Sus piernas no pudieron más y cayó al suelo de rodillas. Las lágrimas de terror recorrieron sus mejillas y aunque intento levantar no pudo ya que no solo era el cansancio lo que había provocado que perdiera a sus amigos sino que al momento de emprender su huida repentina, una varilla le había desgarrado la pierna la cual empezó a sangrar y a doler.

−No me daré por vencido.

Se levantó y cojeando se metió a un callejón que aunque no tenía salida, estaba oscuro y eso le ayudaría a mantenerse lejos de la vista de la cosa que los perseguía. Se dejó caer y de la mochila saco una botella de alcohol y rompió un poco su pantalón, más de lo que ya estaba, para verter el líquido.

−Duele –se quejó con un ahogado sollozo.

En eso escucho que un par de infectados se acercaban y rápidamente metió la botella a la mochila pero al intentar levantarse, la pierna le dolió haciendo que de sus labios saliera un pequeño gemido lo suficientemente fuerte para atraer a los dos infectados. Estos se apresuraron a correr asía su dirección y el primero de ellos se le abalanzaron.

−Suéltame –rogo Orfeo aunque sabía que eso era inútil.

Con las pocas fuerza que tenía logro mantener al infectado lejos de su rostro y casi por milagro, evito que lo mordieran. Pero en eso el segundo infectado se le avanzo y aunque sabía que ya todo estaba perdido, siguió luchando para que no lo mordieran.

Unos segundos después escucho el ruido sordo que provoco el cadáver al caer sin cabeza a suelo, y el segundo de ellos tuvo el mismo destino. Una vez liberado se incorporó pero el filo de una katana toco su cuello y eso lo aterro.

− ¿Te han mordido? –pregunto un chico rubio de ojos azul claro y piel ligeramente tostada.

−No –fue su única respuesta. Noto que la voz le temblaba y no era para menos.

En eso vio que otros tres chicos entrar al callejón y estos también tenían una katana en mano, además de que traían consigo una mochila cada uno.

− ¿Está infectado? –pregunto un chico de cabellos verdes.

−No, solo está herido –respondió el rubio.

−Tenemos que irnos –dio otro de los chicos. Era el más bajo de todos y tenía el cabellos entre castaños claros y un naranja muy suave, ojos magenta al igual que los de Eo.

− ¿Te puede mantener en pie? –pregunto el ultimo chico, quien tenía cabellos azules al igual que sus ojos y era el más alto.

−No sé –respondió Orfeo aun temblando.

−No lo creo, la herida se ve profunda –interfirió el de cabellos verdes.

−Entonces necesitaremos cargarlo o algo porque no es muy conveniente quedarnos aquí.

Después de que el rubio dijera eso, el de cabellos azules se acercó al chico que aún seguía en el suelo y sin decirle nada lo cargo estilo nupcial.

−Uno de ustedes que cargue la mochila y habrán camino –ordeno el que cargaba al peli celeste.

Los otros tres obedecieron y en menos de cinco minutos ya estaban de nueva cuenta, caminando en las calles. Orfeo no dijo nada solo se limitó a observar por donde iban ya que tendría que regresar por las mismas calles si quería regresar con sus amigos.

Un par de cuadras más adelante había cuatro motocicletas y cada uno de los chicos se subió a una, el que parecía ser el líder y quien se llamaba Julián, lo supo porque el mismo le dio su nombre, lo subió en la parte de atrás y arranco.

− ¿Adónde vamos?

−Vimos a tus amigos correr hacia la vieja bodega –respondió el rubio que se llamaba Hyoga.

−Aunque no se me hace que sean tus amigos realmente –agrego el peli castaño llamado Nime.

− ¿Por qué lo dices?

−Porque te han dejado.

−Ellos no tuvieron otra opción y sabíamos que quizá no todos regresaríamos.

−Nime no tienes que ser tan hostil y juzgar a las personas a la primera –regaño el peliverde de nombre Isaac−. Todos sabemos que aquí cada quien debe de pelear por su vida y ellos no tuvieron otra opción que escapar ya que estaban desarmados.

−Ya dejen de pelear y mejor enfóquense en esquivar a los cadáveres que están enfrente.

Tal como Julián había dicho, a un par de metros había unos cuantos infectados que al escuchar el ruido que provocaban las motocicletas, se les acercaron pero fácilmente los esquivaron y unos minutos después, los dejaron atrás.

En todo el camino nadie dijo una palabra más y cuando iban a llegar la vista de Orfeo se nublo y poco a poco fue perdiendo la conciencia. Estuvo a punto de caer pero Julián logro sostenerlo. Lo último que escucho fue como estacionaban las motocicletas y llamaban a gritos a sus amigos para que los ayudaran a entrar; después de eso todo se oscureció.

Notas finales:

bueno me despido y espero les guste este largo capitulo (me inspire)


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