La noche llego pero en vez de que hubiera calma como las noches anteriores, todo el ambiente estaba tenso y las miradas de odio hacían aún más insoportable el mantenerse dentro del bus así que la conductora cambio la ruta drásticamente alejándose rápidamente de la carretera haciendo que los demás se preguntaran el porqué de su acción y no eran los únicos , también los que iban en las motos y que la seguían, se lo preguntaron pero aun así la siguieron.
− ¿Adónde vamos? –pregunto Milo yendo con su hermana quien se veía molesta y eso era notable por la forma en la que agarraba el volante haciendo que sus nudillos se pusieran bancos y enterrando las uñas.
La peli plata no respondió solo lo miro momentáneamente haciendo que el menor se fuera a su lugar algo nervioso y Shaka, quien se había sentado a su lado, le pregunto porque había regresado con esa expresión de miedo muy mal disimulada.
−Hilda está enojada –fue lo único que dijo para tomar asiento y esperar a ver qué consecuencias traería el que su hermana se hubiera molestado.
El trayecto duro poco más de una hora y durante ese tiempo las miradas asesinas se habían aplacado ya que la conductora les había pedido, más bien exigido u ordenado, que dejaran de matarse con la mirada y que esperaran sentados hasta que llegaran a su nuevo destino.
− ¿Dónde estamos? –pregunto Aiacos mirando por la ventana dándose cuenta que estaban cerca de algunas casas y tiendas.
−No lo sé pero es peligroso estar aquí –respondió Orfeo, quien se había sentado a su lado.
El bus por fin paro frente a lo que parecía un mini Super pero que por la falta de luz no se alcanzaba a distinguir mucho.
Los adolescentes iban a preguntar porque los había llevado ahí pero la peli plata se levantó de su lugar y camino al fondo del bus tomando un bate y seguidamente se bajó dejando a todos confundidos. Los que estaban en las motocicletas las estacionaron y se le acercaron igualmente confundidos y a la vez curiosos.
− ¿Adónde vas? –pregunto Hyoga y la chica solo le dio una mirada seria para seguir caminando.
−Es peligroso andar sola y más de noche –dijo Nime acercándosele.
−Solo iré a traer algo –respondió yendo a la entrada del mini Super el cual estaba abierto.
−Te acompaño.
−No es necesario Nime.
−Ustedes dos déjense de tonterías y regresen antes de que una de esas cosas aparezca –ordeno Poseidón y detrás de él se encontraban algunos de los adolescentes quienes los miraban molestos.
−Necesito encontrar algo que me relaje un rato porque el ambiente es insoportable y así no puedo manejar –gruño la chica comenzando a caminar de nueva cuenta.
−Si quieren hacer algo, vigilen –agrego Nime siguiéndola.
Así los dos se metieron al establecimiento y de un momento a otro se escuchó un grito de parte de Nime y cuando iban a entrar a ver qué había pasado, se escucharon unas risas.
− ¿Qué pasa? –pregunto Dohko alumbrando con una lámpara pero aun así no logro divisar a sus amigos.
−Estamos bien.
Se escuchó la voz de Nime aun entre risas y seguidamente se escucharon algunos ruidos, como si estuvieran moviendo cosas además de que constantemente se escuchaba como tropezaban y reían lo cual les indicaba que estaban bien pero aun así no se relajaban del todo ya que con el ruido que hacían podría atraer a los infectados aunque lo raro era que ya llevaban un rato y no había rastro alguno de ellos. Una vez que salieron se dieron cuenta que estos traían unas bolsas con, lo que parecía refrescos en lata y cerveza.
− ¿Qué traen ahí? –pregunto Shion con un tono de curiosidad en la voz.
−Algo que me ayude a relajarme –respondió la peli plata subiendo al bus para dejar las bolsas que traía consigo al igual que Nime.
Pasados un par de minutos, volvieron a entrar al mini Super sacando más bolsas para seguidamente hacer que los adolescentes que estaban afuera se subieran al bus y así arrancar nuevamente retomando el camino pero cuando llego a la desviación, se ha orillo y freno.
− ¿Realmente piensas emborracharte perdiendo una noche de trayecto? –pregunto, más bien gruño, Radamantis levantándose de su lugar para ir hacia la chica quien solo se limitó a levantarse y pasarlo de largo para ir por las bolsas−. No me ignores –la tomo del brazo y la obligo a mirarlo.
Tanto Milo como Saga e Ikki se levantaron de sus lugares siendo los más cercanos. Para poner en su lugar al rubio pero no fue necesario ya que Hilda le dio un puñetazo en la cara haciendo que trastabillara debido a la fuerza con lo que se lo habían dado y a que lo tomo por sorpresa.
−No quiero que un niño me ande diciendo que hacer o que no hacer –dijo con voz neutra, pero se podía ver en sus ojos que estaba molesta−. Así que si quieres continuar con el trayecto, adelante, maneja tu –lo reto sabiendo que el chico no se atrevería a decir nada−. Eso pensé, ahora déjenme distraerme y relajarme por un rato.
Volvió a su tarea y cuando tubo por fin las bolsas en sus manos, bajo del bus y se sentó en una piedra para empezar a beber de las latas. Una por una fue tomando pero dado que había traído carias, decidió llamar a los demás, claro que fueran mayores aunque dudaba que alguien fuera mayor de edad, pero recordó que Thanatos e Hipnos al igual que Hyoga, Isaak y Julián ya lo eran así que fue a los únicos que les invito.
−No es justo Hilda –refunfuño Milo molesto porque su hermana no lo dejaba tomar al menos una de las latas.
−Aun eres menor así que no tienes permitido tomar ni fumar, aunque lo último ni porque fueras mayor, te dejaría –refuto con una sonrisa de superioridad.
−El mundo se está acabando así que no le veo el problema de darle al menos una –dijo Thanatos llevándose como premio un codazo de parte de su hermano.
−Ya vez, Thanatos nos apoya así que no seas mala y comparte.
La chica solo suspiro y asintió con la cabeza.
−Solo una y ya –dijo sabiendo que los menores no le harían caso.
Los demás les hicieron compañía a los mayores y empezaron a beber aunque Pandora, Shun y Aioria, fueron los únicos que no lo hicieron. Los últimos dos por órdenes de sus hermanos y la chica porque simplemente no quería.
Las risas y burlas empezaron a darse y poco a poco las cervezas empezaron a terminarse hasta que ya solo les queda una a cada quien, pero algunos prefirieron parar e irse a dormir donando su cerveza y otros más peleaban por esta. De los más afectados se encontraban Sorrento, Orfeo, Shion, Hyoga, Milo, Camus, Saga, Thanatos e incluso Poseidón; todos estos habían sido los que aún seguían bebiendo pero aunque los demás ya hubieran parado, se quedaron a su lado para vigilar que no hicieran alguna estupidez.
−Dita –llamo Camus levantándose de su lugar para ir donde estaba su amigo.
− ¿Qué pasa? –pregunto curioso.
−Ven, necesito decirte algo.
No dejo que el peli celeste dijera algo ya que lo tomo del brazo y se lo llevo detrás del bus haciendo que cientos de risas y burlas empezaran.
−No hagan algo indecente –grito Aiacos desde su lugar.
−Si quieren les hago el trio –agrego Milo estallando en risas.
Y así continuaron sus gritos de ofertas tontas.
−Entonces ¿Para qué me trajiste?
−Voy a hablar con Milo y le voy a decir que me gusta –soltó mientras se recargaba en el bus ya que estaba mareado.
− ¿Por qué no te esperas a que se te pase la borrachera?
−Porque no tendré el valor suficiente para hacerlo.
− ¿Quieres que te ayude en algo?
−Solo dile que venga, que necesito decirle algo pero que nadie te escuche.
−Está bien.
Afrodita regreso con los demás y jalo a Milo del brazo, en el camino le dijo lo que Camus le había pedido y cuando llegaron con este, solo les sonrió y se fue.
−Dita me dijo que me ibas a decir algo –dijo Milo aun con una lata de cerveza en la mano.
Camus bajo la mirada tratando de ocultar su sonrojado rostro que no solo era por haber ingerido alcohol, sino también porque estaba avergonzado por dejarse ver tan vulnerable siendo que era uno de los chicos más reservados, fríos e indiferentes.
−Te escucho.
Milo seguía esperando alguna respuesta de parte del otro pero solo veía como este seguía ahí sin decir nada y eso lo impaciento así que se decidió a actuar.
Tomo la barbilla del otro con su mano libre y lo obligo a que lo viera a los ojos y aunque su plan original era solo hacer que hablara, el verlo sonrojado y con algunas lágrimas empañando su vista y amenazando con salir, lo hicieron dudar y sin querer perder más tiempo lo beso. Fue un beso dulce, contrastando con el sabor amargo de la cerveza, pero que poco a poco se fue intensificando hasta dejarlos jadeando por la falta de aire y ahí fue cuando se separaron.
− ¿Qué fue…
−Me gustas ¿Ok? –respondió el peli azul sin permitir que Camus terminara de hablar.
El ambiente se tornó algo incómodo y la tensión se podía palpar pero después de unos segundos, que a Milo se le hicieron eterno, Camus hablo o más bien balbuceo.
−Tú también me gustas.
Aunque casi no alcanzaba a oírlo supo que era correspondido por el abrazo recibido de parte del otro y como si algo dentro de su cabeza le ordenara, rodeo la cintura de quien lo había llamado y pego más su cuerpo al de este.
−Entonces se mi pareja o amante, como le quieras decir –dijo mirándolo a los ojos.
Camus asintió ya que sentía que las palabras se le habían atorado en la garganta y le dio un tierno y casto beso en los labios sellando así su nuevo noviazgo.