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Tu amor por SebbyPhantomhive

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Notas del capitulo:

hola :* 

Los amigos de la pareja llegaron angustiados al hospital en unos minutos apenas se enteraron. Se acercaron al médico que los atendió y este les explicó que Sebastian estaba fuera de peligro solo tenía unos rasguños y golpes pero que Ciel era quien estaba en ese momento siendo intervenido en el quirófano pues al parecer presentaba un daño interno algo grave, esta noticia angustió más al rubio que se imaginaba lo peor y se echó a llorar, Claude trataba de consolarlo y le daba palabras de ánimo.


-Ella se va a recuperar, es muy fuerte... Ciel no va a dejarnos.- Le decía en medio del abrazo que le regalaba en ese momento agobiante en que su pequeño amante más lo necesitaba, pues sabia lo importante que era Ciel en su vida.


-¿Qué sucedió?- Preguntó el de lentes al ver a un oficial de tránsito preguntando por los heridos del accidente.


-Al parecer el otro auto que iban ebrios se estrelló con ellos en el lado de la joven pero en los asientos traseros, unos centímetros más y ella hubiera muerto al instante. .- Le respondió a ambos ya teniendo noción de lo que había pasado, los dos que le escuchaban suspiraban al saber del milagro que había acontecido, se sintieron un poco aliviados de que ese accidente no hubiera sido peor.


-Estamos esperando que el joven se estabilice para oficializar el tramite y proceder de forma legal.- Terminaba de decir el serio oficial mirando unos papeles, aguardaron unos minutos y se veía como unas enfermeras trataban de detener a alguien en uno de los pasillos.


-Sebastian...- Dijo Alois que veía como el pelinegro se les acercaba algo tambaleante seguido por unas enfermeras que le regañaban.


-Quiero verla...- Hablaba con angustia en su semblante, a pesar de tener un notorio moretón en la cara y sentirse algo mareado, solo quería ver a su pequeña.


-Déjenme... necesito verla... ¿Esta bien?- Exclamaba alterado al sentir como unos enfermeros lo trataban de agarrar para llevarlo a su habitación, Alois quería explicarle pero en el bullicio no podía.


-¿Por qué no está en la habitación?- Cuestionaba alterado al no tener respuesta de nadie pensaba lo peor, y la mirada se le llenaba de lágrimas.


-Tranquilízate...- Le gritó Claude acercándosele le tomaba el rostro para que lo mirara, este se lanzó hacia él,  como para abrazarlo y rogarle que le dijera.


-Ella está en quirófano, por ahora solo nos queda rogar al cielo que la cuide.- Le respondió abrazándolo fraternalmente le acariciaba la cabeza para calmarlo, ante esa escena Alois lloraba y cerraba los ojos para pedir a ese Dios que los había olvidado que cuidara a su bello amigo casi hermano.


-Es mi culpa...- Murmuraba Sebastian al pensar en esos momentos del accidente cuando solo el fuerte golpe se escuchó.


-No señor... no fue su culpa...- Le dijo el oficial que estaba cerca y le explicó lo sucedido, el no había irrespetado las señales, ni estaba ebrio como los que provocaron el accidente. Ya más tranquilo por esa aclaración decidió sentarse en la sala de espera ya que se negó estar en su habitación hasta saber que su querida novia saliera de la sala de operación. Así pasaron algunos minutos, largos minutos de espera, cuando vieron como un doctor y una enfermera salían de la sala de cirugía donde estaba Ciel.


-Doctor... ¿Cómo esta ella?- Preguntó agitado Sebastian sintiendo como su cuerpo temblaba para que le dieran una respuesta.


-¿Ella?- Cuestionó dudoso el cirujano que solo se prestó a realizar la operación y detener la hemorragia interna. El no la había recibido y no supo que este había llegado con un vestido, no entendía la situación.


-si... la chica... la chica del accidente...- Decía Sebastian perdiendo la paciencia pues bien sabía que allí estaba Ciel y no entendía porque el doctor lo miraba con extrañeza.


-yo creo que está confundido porque yo atendí a un joven.- Era la respuesta seria del médico pero tratando de ser comprensivo. Alois agachó la cabeza, ya se había descubierto todo, era obvio que saldría todo a la luz ahora y apenas lo notó. Claude estaba tan confundido y miró a su amante que no levantaba la cabeza, algo le estaba ocultando.


-Deje de jugar, no estoy para bromas estúpidas.- le grito alterado el joven al medico, este suspiró armándose de paciencia y se prestaba a explicarle.


-Sebastian...- Se escuchó murmurar a Alois tomándole la mano.


-¿Qué?- Le cuestionó molesto por interrumpir y este no sabia como decirle que la chica que amaba no era quien el realmente pensaba que era.


-¿Cómo está Ciel?- Preguntó de nuevo al medico y tenia un terrible presentimiento.


-¿el chico?- Cuestionó el médico tratando de aclarar la situación, Sebastian retrocedió su paso porque ya podía presentir algo de que sucedía pero no podía creerlo.


-Si... ¿Cómo está el?... lo siento Sebastian...- Dijo Alois con la mirada llorosa y miraba con tristeza al novio de su amigo que estaba en una especie de shock, Claude se le acercó para que no cayera.


-Bueno... él está bien... en unas horas despertara... ya pasó el mayor peligro pero tendrá que recuperarse de las heridas.- Explicaba el doctor algo incomodo por la situación, la enfermera miraba con pena al hombre que no salía del asombro, nadie merecía enterarse algo así de esa manera. Los dos profesionales de la salud se alejaban y murmuraban entre ellos.


-¿Qué sucede Alois?- Le gritó Claude agarrándolo tosco de los brazos, este desvió la mirada y no culpaba a su amante que lo tratara así, porque el también era un mentiroso.


-Dime que es una broma todo esto...- Murmuraba Sebastian que no levantaba la cabeza aun aguardaba en su ser la esperanza de que todo fuera una broma.


-Ciel quería decírtelo... pero...- No sabia que decir el rubio, nervioso titubeaba y no dejaba de llorar.


-Me engañó... todo lo nuestro fue una mentira.- Habló con un hilo de voz el joven, sintiendo como un nudo en la garganta se le formaba.


-lo lamento mucho...- Repetía una y otra vez Alois, el joven que escuchaba sus disculpas, reía por lo bajo como fuera de si, que estúpido se sentía pero la decepción lo hacia llorar, ni el dolor de su cuerpo sentía ahora, el dolor físico no era comparado con el dolor que sentía ahora.


-Ciel... te ama... eso no es mentira...- Eran las palabras del rubio para ayudar en algo a su amigo, pero ya la situación se vislumbraba, y eran ciertas las sospechas de Ciel, al parecer Sebastian no lo perdonaría.


-Sebastian...- Le llamaba Claude cuando su amigo tambaleante caminaba por el pasillo para alejarse.


-Déjame solo...- le gritó y se alejó ante la mirada de las enfermeras que solo miraban la escena. Sebastian caminó hasta la parte exterior del hospital a esa hora estaba desolado. Se sentó en una acera, intentando tomar aire fresco para calmarse, pero esa desolación le invadía dolorosamente y cerrando los ojos sentía como el dulce recuerdo de su pequeña se desvanecía.


-¿Por qué Ciel?- Se cuestionaba llorando. -Es la primera vez que me enamoró así... ¿Por qué?- Murmuró entre lagrimas de decepción, de amargura.


-mis sueños contigo... todo era mentira...-Decía mientras sentía como todas sus ilusiones se desvanecían el se había enamorado de una chica, con quien planeaba casarse, formar una familia, todo eso se esfumaba, se sentía utilizado, burlado y humillado.


-te burlaste de mí... ¿como fui tan idiota y no darme cuenta?...- se reclamaba a si mismo con enojo y frustración tantos sentimientos le embargaban que parecía enloquecer en cualquier momento.


-Aun así... quiero que estés bien...- Se frustraba porque a pesar de eso, el amor que le tenia no le permitía el maldecirlo o desearle lo peor, callado se quedó en esa madrugada, definitivamente era algo imperdonable y no quería verlo nunca más.


-Ciel...- Le llamaba su amigo cuando en la mañana el joven abría los ojos, sentía su cuerpo adolorido y ese dolor le hizo reaccionar de lo que había sucedido horas atrás y su primer pensamiento fue su novio.


-Sebastian... ¿Dónde está?- Le preguntó con desespero y con la respiración agitada. El otro solo desvió la mirada, como decirle que ya Sebastian no lo quería ver más.


-Dime... que está bien...- Le dijo angustiado con los ojos llorosos.


-Si él está bien no te alteres...- Aclaró su amigo abrazándolo con mucho cuidado.


-no me asustes así...- Replicó el herido con un suspiro de alivio.


-es que Sebastian descubrió la mentira...- Confesaba el rubio con pesar en la mirada, Ciel se puso a llorar, su mayor temor se hacia realidad, imaginarse lo que estaba sintiendo ahora su amado le carcomía con dolor el alma.


-Y se lo tomó muy mal, no quiere verte más.- Terminaba de decir mientras lo abrazaba para darle su apoyo, Ciel sollozaba en medio de lagrimas, se sentía lo peor del mundo, internamente deseaba que debía haber muerto en la noche, se deprimió mucho desde ese momento pero su único impulso para mejorar su estado de salud era la esperanza de que Sebastian apareciera en cualquier momento.


Pasaron los días y Ciel en el hospital seguía esperando que su amado apareciera, quería verlo, necesitaba verlo, aunque fuera para reclamarle, insultarle por la mentira, estaba dispuesto a enfrentar eso por su error. Pensativo miraba el techo y recostado las lágrimas brotaban de sus ojos azules con infinita tristeza.


-Ciel, ya te van a dar el alta... podemos irnos...- Hablaba el rubio entrando a la habitación, ya no era nuevo encontrar a su amigo llorando por la culpa que le invadía.


-Sebastian... va a venir no puedo irme...- Murmuró con tristeza mirando la puerta, esperanzado de ver cruzar por ella a su apuesto novio.


-El no va a venir... Claude dijo que no va a venir, es más el va a viajar hoy mismo a Estados Unidos.- le daba la mala noticia Alois a su amigo que apretaba los puños con frustración.


-Perdóname Sebastian... perdóname...- Susurraba arrepentido y en su mente enamorada repasaba el reflejo de su Sebastian ese joven que siempre galante le sonreía, lo cuidaba, lo amaba devotamente, al menos deseaba decirle adiós aunque lo mirara con desprecio y odio. Mientras tanto en ese mismo momento en un avión se veía a un joven que buscaba su asiento, alguien tropezó con él y le hizo caer la billetera.


-¿Esto es suyo?- Cuestionaba el extraño con quien tropezó y este en su mano le entregaba una pequeña foto de Ciel.


-no, eso no es mio...- dijo fríamente Sebastian sentándose en su asiento, su mirada se perdía en esa Inglaterra que dejaba atrás, se empeñó en olvidar a Ciel como fuera y lo primero seria el viajar lejos de allí.


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Muchas gracias por leer este fic espero que haya sido de su agrado este capitulo, y bueno aquí empieza una nueva trama en esta historia, ya que habrá una decisión precipitada por parte de Sebastian, Ciel empezará una nueva vida sin Sebastian pero sin perder la esperanza de volverlo a ver, Alois y Claude seguirán juntos aunque su relación se enfriará un poco por el trabajo,,, ah sí y Ciel encontrará a su familia, algo que influirá mucho en su relación con Sebastian. no puedo adelantar más... 


 


 


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