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Tu amor por SebbyPhantomhive

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Estaba ya por caer la noche cuando le dieron de alta en el hospital y se encaminaron a su departamento, Ciel llegaba al departamento con mucho recelo, a lo lejos vio a un hombre alto de cabello negro que aguardaba en la puerta. Su corazón latió con más fuerza y caminó de prisa. Emocionado y con la mirada llorosa se acercaba a ese hombre que de espalda al parecer no lo había notado. Alois que lo acompañaba no entendía lo que sucedía solo lo siguió y trató de detenerlo.


-Sebas... tian...- Murmuró el jovencito con una sonrisa que de inmediato se borró al ver al hombre que se mostraba para él.


-Muchos dicen que nos parecemos...- Dijo Claude acomodándose los lentes, el joven agachó la cabeza avergonzado y bastante desilusionado.


-¡Claude me alegra tanto verte!- Exclamaba emocionado Alois quien tampoco lo había visto en días, este fríamente solo desvió la mirada.


-Solo vine a ver como estaban, llamé al hospital y me dijeron que ya habían salido. Así que los esperé.- Aclaró sin mirar a su amante que triste fruncía el ceño al sentirse tratado con tanta frialdad. Ciel se dio cuenta y suspiró pesadamente.


-Solo vamos a recoger nuestras cosas...- Fueron sus palabras con el poco orgullo que le quedaba. -No tiene sentido seguir aquí.- Terminaba de decir mirando de reojo a su amigo.


-No te hagas el digno ahora...- Refutó el mayor con algo de molestia.


-No le hables así... Ciel ha sufrido mucho también.- Fue el reclamo inmediato del rubio a su amante pues notó como su amigo se frustraba al no saber que responder.


-Si claro...- Con tono sarcástico hablaba Claude en medio de una pequeña sonrisa burlona, pues a la persona que más odiaba ahora, era ese jovencito de mirada azulina que no levantaba su cabeza, pero calmándose tomó una bocanada de aire.


-¿Podemos hablar adentro?- Dijo este mostrándose menos hostil, abriendo la puerta del departamento entraban los tres en un ambiente bastante tenso que se había formado.


-Bueno... no tienen que irse, el departamento está pagado por dos meses más. Sería un desperdicio que lo dejaran.- Aclaraba el hombre con seriedad cuando estuvieron adentro.


-Claude...- fue el llamado de Ciel al hombre, que lo miró.


-Dile a Sebastian...- Comenzó a decir y sin levantar la mirada solo se veía que unas lágrimas caían a la alfombra. -Que me perdone... por favor...- Dijo con la voz como apagándose, de alguna forma el único lazo que tenía con él, era su amigo, y aunque le resultara algo patético no tuvo más opción que rogarle a él.


-¿cómo creerte?- Cuestionó dudoso el hombre pero sentía pena por ese joven que le rogaba llorando, sus palabras parecían muy sinceras.


-Sabes... Nunca lo vi llorar como lo hizo... Lo heriste muy profundo.- Contaba Claude con tristeza al recordar como su amigo estuvo los últimos días, tan desolado como nunca lo había visto antes.


-Él es muy importante para mí... Su sufrir lo sentí como mío...- Aclaró en medio de un suspiro, aun así sabía que Sebastian todavía lo amaba por eso más le dolía esta situación.


-No sé si él va a perdonarte.- dijo para no decir algo innecesario o algo que llenará de esperanzas al joven que se secaba las lágrimas.


-Lo sé... al menos dile que lo amo, eso nunca fue mentira.- Murmuraba el jovencito levantando la mirada llorosa lo decía con mucha certeza.


-No le diré nada... Me prohibió siquiera el nombrarte.- Fue la respuesta un poco brusca del hombre, esto hizo desanimar a Ciel pero en el fondo de su corazón sabía que se lo merecía, ahora dependía de sí mismo el tener que resignarse o luchar por su perdón.


-Entonces iré a verlo, debo decírselo... Siento que esta culpa me carcome el alma.- Sus palabras llena de firmeza se le escuchaba decir.


-No creo que se pueda...- Le interrumpió Claude con seriedad.


-¿Por qué?- Cuestionaron los dos jóvenes.


-Él se fue de viaje en la mañana. Se quedará en Estados Unidos por unos tres meses.- daba esa inesperada noticia, que cayó como un balde de agua fría al joven de hermosa mirada azulina, su tristeza era más que evidente.


-No te desanimes Ciel... tal vez esta distancia les haga bien, él puede pensar las cosas mejor.- Le trataba de animar su amigo, Claude solo desviaba la mirada, tampoco era que le alegrara ver sufrir a alguien de esa manera.


-Él iba a proponerte el realizar este viaje, te lo diría esa noche del accidente... hasta tenía pensado en las opciones por si te negabas. Él no quería dejarte...- Siendo un poco infidente contaba el mayor pero esta aclaración solo perturbó más al jovencito que ya no queriendo tener más detalles caminaba a su habitación.


-Debo irme...- Dijo el mayor de inmediato al ver como este se iba pues no quería quedarse a solas con su amante.


-Claude.- Le llamó el rubio al notar su frialdad.


-Claude no dejes que mi error arruine también tu relación, yo obligué a Alois callar, después de todo era yo quien debía decirle a Sebastian. ¿No?- Hablaba Ciel mirándolos a ambos. -Con permiso...-Por ultimo dijo y se alejaba de ellos, encerrándose en su habitación solo pensaba en Sebastian, esa habitación guardaba buenos recuerdos, aunque no llegaron a intimar, muchas veces en esa cama se habían besado, o simplemente en ocasiones se recostaban a conversar, ver una película. Pensaba en como las cosas cambiaron en apenas unos días.


-¿Cómo te fue?- Cuestionó el jovencito saliendo de sus tristes pensamientos al ver entrar a su amigo en la habitación.


-Aclaró que todavía está enojado conmigo, pero que en la próxima visita estaría más calmado.- Le contaba el rubio con algo de molestia en medio de un suspiro, al menos tenía altas esperanzas de reconciliación.


-Al menos me dio un beso. Terminaba de decir al recordar el pequeño beso de despedida que le dio segundos atrás.


-Me alegro por ti.- Se escuchaba decir a Ciel con una pequeña sonrisa por lo menos ellos no arruinarían su relación, lo libraba de algo de remordimiento, los amigos se quedaron en silencio. Pero Alois notó como su amigo parecía hundirse en la desesperación al mirar su alrededor.


-Sabes Ciel... estos meses sin Sebastian se te harán eternos si te encierras en la culpa y te la pasas todo deprimido.- Le decía tratando de animarlo, el otro solo pretendía ignorarlo pensando que las cosas no eran tan simples.


-Estuve pensando... que debemos conseguir un trabajo, así cuando se acaben estos dos meses. Podríamos conseguir un departamento más sencillo pero pagados por nosotros.- Hablaba algo emocionado su plan, su amigo solo lo escuchaba sin mostrar un cambio en su semblante.


-Se oye sencillo...pero no has pensado en algo.- Refutó con mala cara.


-¿En qué?- Cuestionó el rubio con curiosidad.


-En mi padre... sabes cómo se va a poner cuando no reciba el cheque semanal de Sebastian. Tendremos que regresar.- Le aclaraba el de mirada azulina desanimando al rubio que se quedó pensativo, pues por nada del mundo regresaría con ese viejo asqueroso.


-No... ya pensé en ello... No vamos a regresar.- Dijo con una sonrisa pues no dejaría que su amigo le quitara los ánimos. -Tengo suficiente dinero reunido y más lo que ganemos en estas semanas podremos cubrir eso.- Le aclaraba como para acallar su pesimismo.


-Lo repito... tú lo haces parecer todo tan sencillo.- Murmuraba malhumorado Ciel al menos por ahora nada le parecía bueno.


-Pues yo prefiero vivir en la calle que regresar a ese lugar.- Expresó muy serio el rubio y sus palabras eran ciertas.


-Ya... ya... no exageres, ya veremos que sucede.- En medio de un suspiro de resignación hablaba el de mirada azulina, al día siguiente comenzaron a buscar un trabajo pero por su edad y la inexperiencia laboral les estaba resultando algo complicado, sobre todo para Ciel que no tenía una actitud muy buena cuando lo entrevistaban.


-Debemos celebrar... conseguí mi primer trabajo.- Expresaba emocionado Alois cuando entraba al departamento en una bolsa llevaba el que sería su uniforme.


-Me alegro por ti...- Murmuraba algo frustrado el otro.


-Que mal que no te aceptarán a ti también, hubiera sido lindo trabajar juntos.- Le trataba de consolar su amigo pues deseaba que pudieran ser los dos meseros en esa cafetería.


-Por la edad... dicen que soy muy pequeño.-Con mala cara hablaba Ciel, ahora a él le tocaría buscar un trabajo solo, lo único que le quedaba era pedir ayudar a Soma pero como estos se habían ido de viaje a su país por el inicio de año, solo le tocaba esperar unos días más.


-No te sientas mal... ya crecerás...- Le molestaba Alois para sacarle una sonrisa pero solo consiguió enojarlo.


-Gracias por el ánimo.- Murmuró sarcástico mirándolo con coraje.


-Vamos a caminar y comer afuera... para que te animes.- Le proponía el rubio halándolo salían del departamento en esa tarde. Caminaron y llegaron a una cafetería, lo que Alois no habia notado es que esa era la cafetería que fueron la primera cuando llegaron a la ciudad, Ciel suspiraba porque le traía dulces recuerdos.


-Extraño a Sebastian... lo extraño tanto...- dijo conteniendo las lágrimas avergonzado se levantaba de la silla y solo quería salir de allí pero no notó que tropezó con alguien y le hizo caer su postre.


-Lo siento...- Nervioso se disculpaba un sonrojado Ciel pues todos los de la cafetería los miraban levantando la mirada observaba al hombre frente a él.


-¿Te conozco de algún lado?- Cuestionó el hombre de extraña cabellera platinada, al mirar al jovencito que tropezó con él, esa mirada color zafiro era como la de la chica que ayudó en el parque de diversiones unas semanas atrás, aquella que no había logrado olvidar. Ciel se sonrojó más al recordar quien era.


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Espero les guste este capitulo, y antes de que comiencen a decir esto tiene que ser sebaciel no underciel, pues le aclaro que es sebaciel pero Undertaker será alguien importante en la vida de nuestro Ciel, y debía incluirlo :3 


 


 


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