Sebastian algo confundido recibía a su visitante inesperado, pensaba con algo de molestia en como esta visita podría tal vez arruinar su fin de semana romántico que tanto había anhelado. Disimulaba su molestia con una sonrisa mientras lo escuchaba hablar de su viaje.
-Debo dejar en claro que no vine por negocios... Aunque si sentía curiosidad por conocer como mi socio ingles llevaba las riendas de sus empresas.- Explicaba con una sonrisa Vincent mientras daba un sorbo a su taza de té, mientras pensaba en el verdadero motivo de su visita disimulando la nostalgia que le provocaba este pensamiento.
-Bueno... No hago mayor trabajo que estar entre papeleos y reuniones largas.- Respondía amable y notó que su visita estaba algo extraño, como si quisiera contarle algo pero no se atrevía.
-Si lo sé... Pero no vine por eso...- Murmuró con una pequeña sonrisa mientras seguía bebiendo su té.
-¿Puedo saber el motivo de su visita? Podría ayudarle tal vez...- Sebastian le decía con algo de curiosidad, pensaba que si viajaba de tan lejos debía haber un motivo importante, el dejar a su esposa con un recién nacido, le hacía sospechar más.
-A pesar de que llevo poco de conocerlo creo que se ha ganado mi confianza para contarle el motivo de mi visita.- Eran las palabras del hombre que reflejaba tristeza en su mirada y se prestaba a contarle la historia de su pequeño hijo que fue secuestrado cuando apenas tenía un año de edad. Aunque a veces parecía perder la esperanza de encontrarlo siempre algo dentro de su corazón le impulsaba a seguir buscando. Ya la noche estaba por caer de ese viernes y los dos jovencitos en otra ciudad ultimaban detalles de su encuentro amoroso.
-Ciel... ¿estás emocionado por ver a Sebastian?- Le cuestionaba con algo de picardía su rubio amigo mientras lo veía arreglar su ropa.
-Lo normal... nada del otro mundo.- Respondía sin dar mayor importancia, aunque disimulara estaba más que ansioso, solo quería verlo, tenerlo cerca, besarlo y abrazarlo. Obviamente su carácter tímido y reservado no le permitían expresar lo que su ser sentía en realidad. Aún más con un amigo odioso que seguro se burlaba por su enamoramiento tan apasionado.
-Eso dices... pero llevas media hora arreglando tu guardarropa.- Le decía Alois con una sonrisa burlona al ver como su amigo parecía tratar de canalizar su ansiedad arreglando sus prendas de vestir.
-¿Estás viendo que ropa te pondrás?- Le cuestionaba al ver como este le ignoraba su insinuación, con afán de molestarlo seguía mirando lo que hacía.
-Claro que no.- Refutó sin inmutarse mucho Ciel, para no darle el gusto de que lo molestara.
-Yo no me preocuparía tanto por eso. Seguramente la mayor parte del fin de semana pasarás desnudo.- Le insinuaba con una perversa y burlona sonrisa, a lo que su amigo se sonrojó todo y nervioso dejaba caer un par de medias de sus manos.
-¡Deja de decir tales cosas...! ¡Es vergonzoso!- Le replicaba en medio de su vergüenza, le apenaba tanto pensar que eso podría cierto. El rubio se moría de risa por la expresión de su tímido amigo pero aquello fue interrumpido por el sonido de un teléfono.
-Claude está llamando...- Dijo el coqueto rubio sacando el celular de su bolsillo, tratando de calmar su risa respondía con prisa, ya se imaginaba que su amante le diría que estaban por salir, que en una hora estarían allí. Pero al parecer esto no fue lo que escuchó pues su semblante alegre de segundos antes cambiaba a uno algo molesto.
-¿Por qué?- Le replicaba por teléfono mientras Ciel atento seguía con la mirada a su amigo, ya podía sospechar lo que sucedía y eso le desilusionaba en gran manera.
-Pero prometieron estar aquí...- Decía Alois con molestia y enojado cortó la llamada.
-¿Qué sucede? ¿No vendrán?- Cuestionaba Ciel sin mostrar su desilusión, tal vez algo repentino les pasó, sabía que a su amigo le gustaba exagerar un poco a veces.
-Que Sebastian tuvo una visita repentina y es posible que no vengan hoy.- Le respondió con el ceño fruncido el rubio y todo el buen humor que tenia se desvaneció.
-Oh bueno... vendrán mañana. Debe ser importante su visita.- Más comprensivo decía Ciel, pues sabía que unas horas atrás su novio le había llamado para decirle lo emocionado que estaba por su fin de semana juntos. No dudaba que el que no llegaran esa noche, fuera por voluntad propia un imprevisto tuvo que acontecer.
-Si pero yo tenía ganas hoy...- Dijo Alois con un puchero de molestia pero a la vez tenía una mirada algo perversa al insinuar un encuentro sexual esa noche. Ciel frunció el ceño al escucharlo.
-Eres un depravado.- Le regañaba con mala cara mientras le golpeaba leve en la cabeza. Mientras tanto Claude con molestia se arreglaba los lentes en su oficina por la alteración de su joven amante se disponía a buscar a Sebastian.
-Mañana iré a una ciudad cercana a buscar información, ahora es un poco tarde para ir, creo que por hoy descansaré.- Se escuchaba decir a Vincent después de haber contado su triste historia y las desilusiones que había sufrido antes, cuando creía haberlo encontrado y no era así.
-Lamento todo lo que me ha contado, es muy triste de verdad. No me imagino todo el sufrimiento de perder a su hijo tan pequeño.- Le trataba de animar Sebastian al escucharlo, su molestia de antes había desaparecido al escucharlo, ahora trataba de comprender ese dolor que debía haber pasado su socio.
-Nunca he perdido la esperanza de encontrarlo...- Le decía con una sonrisa optimista el hombre que miraba por la ventana como ya había caído la noche. Pero la ambigüedad en sus sentimientos eran algo evidentes ya que del optimismo pasó a una mirada melancólica.
-Creo que le hace falta una buena copa.- Le animaba Sebastian aunque sabía que al invitarlo a una noche de copas rechazaba valiosos minutos junto a su amado que lo esperaba. Pero un extraño vínculo sentía con su socio, era algo que no podía explicar. Vincent aceptó la invitación, debía de algún modo armarse de valor para lo que enfrentaría el día siguiente. Ambos salieron a un elegante bar restaurante cercano junto a Claude que parecía algo mal humorado. Eran pasada las 8 de la noche cuando el teléfono de Sebastian sonó.
-Hola cariño... Estaba por llamarte.- Decía con un tono de voz suave al responder y escuchar el tímido llamado de su Ciel que algo preocupado le preguntaba si estaba bien.
-Estoy bien... no te preocupes.- Respondió con una sonrisa enamorada que fue evidente a su socio que le miraba atento y no pudo evitar el sonreír. Sebastian pidió permiso para hablar más en privado ya que todavía no quería que Vincent se enterara de su homosexualidad y mucho menos que se enterará que tenía una relación con alguien menor. A los pocos minutos regresó a la mesa donde bebían.
-Si tiene planes con su novia... no los cambie por mí, por favor.- Algo apenado decía el visitante al sentirse que estaba siendo una molestia de una pareja un viernes por la noche.
-¿Novia? Si como no...- Irrumpió en tono sarcástico Claude tal vez preso de su mal humor. Su amigo lo miró mal y disimulaba la incomodidad ante su socio.
-Oh entiendo... No tiene que apenarse si tiene una relación homosexual. Soy de mente abierta y no tengo prejuicios si existe amor. – Muy comprensivo decía Vincent a su joven socio que sonrió algo aliviado por esas palabras. Siguieron hablando un rato más cuando vieron que ya era algo tarde.
-Debemos retirarnos...- Dijo Claude que casi no bebió porque su plan era salir del directamente a donde aguardaban sus amantes.
-Mañana le llamaré, talvez podamos encontrarnos.- Amablemente decía Sebastian con el fin de ayudarlo, al despedirse le dijo en que ciudad estaría. Este dato sorprendió a Vincent pues era a la misma ciudad donde iría la mañana siguiente.
-Si no es demasiada molestia, ¿me llevarían?.- Murmuró el mayor de ellos con pena por molestarlos de esa manera, ambos asintieron y partieron sin más a su destino.
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