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Ámame una vez más. por luky_luze

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Notas del fanfic:

 

 

Este es un proyecto en el que he estado trabajando por un poco de tiempo, espero que tenga la reacción deseada entre los lectores.

-w-

Notas del capitulo:

Bueeno, como dije en Facebook, este en mi nuevo proyecto en el que estoy trabajando, en realidad este capitulo es un piloto, si veo que no tiene las reacciones esperadas y el apoyo de ustedes, lo eliminare hasta tener algo del que en verdad este segura y convencida de que me gusta.

Si leyeron el pequeño spoiler que deje, se darán una idea de por donde va el asunto

En este primer capítulo hay mención de otras parejas y de Mpreg, pero... eso cambiará, cuando lean se darán cuenta del porqué. Hay Au y SemiAu, ¿qué por qué? Ustedes lo descubrirán

Esto es algo completamente diferente de lo que suelo escribir, hice mi mejor esfuerzo para que quedara aceptable.

No pienso extenderme mucho en este proyecto, por mucho serán cinco capitulos "extensos" como este primer.

Bueno, creo que eso es todo.

Pasen a leer.

P.D: Preparen clinex u.u

Los gritos, la euforia, todo… el gimnasio parecía que iba a reventar. Después de todo, la final de basquetbol entre las dos preparatorias más fuertes e imponentes en todo Japón no era cualquier evento. No todos los días juegas el partido decisivo para tu ingreso a la universidad más cara y prestigiosa de la ciudad y/o el extranjero.

Con solo 60 segundos para que se acabara el cuarto tiempo, ambas escuadras no daban su brazo a torcer. Las dos estaban empatadas por 108 puntos cada una. Todo en ese momento estaba en las manos de ese minuto en la cancha y del jugador estrella del equipo local.

-…No lo veo por ningún lado Tatsuya… ¿Dónde está?- exclamo molesto, frustrado, preocupado por su pareja. Este era el momento más importante para el en toda su vida en la preparatoria, él era el as de Seirin además toda la escuela y el equipo contaba con él para obtener el triunfo en contra de Rakuzan. Ese era un momento que quería recordar con su novio por el resto de sus vidas.

-No lo sé Taiga, supongo que fue al…-

-Espera Muro-chin, Kuro-chin esta haya- señalo un alto peli morado, señalando a un pequeño peli celeste que es estaba ocultando entre la gente que estaba ahí mientras unas silenciosas lagrimas rodaban por sus pálidas mejillas, viendo expectante lo que hacía el mencionado.

Tan luego sus miradas chocaron, fue el peli celeste el que bajo la mirada, para después comenzar a caminar entre el público asistente. Eso en cierta parte desconcertó al as del equipo.

-… ¡Tetsuya! ¡Tetsuya! ¿Por qué te vas?- grito para que el otro le hiciera caso pero este simplemente lo ignoro.

-¿A dónde crees que vas, Bakagami? Aun no se termina el juego. Quiero que tu trasero este aquí, tenemos que ganarle a esos idiotas- grito la castaña, fulminando con la mirada al peli rojo.

-Lo siento pero yo…- la chicharra del fin de tiempo fuera había acabado –mierda- tan luego exclamo eso, no tuvo más remedio que regresar a la cancha. Había algo que no lo tenía del todo claro ¿Por qué Tetsuya lo estaba ignorando? ¿Qué estaba pasando con él? Además… ¿Por qué estaba llorando?

60…59…58…57… los segundos pasaban y el equipo contrario tenía el balón en su poder. Eso era frustrante para el equipo y todos los ahí presente. Lo que no entendían es porque Kagami no hacía algo para evitar aquello. ¿Qué pasaba con él?

En un movimiento rápido del capitán del equipo, logro arrebatarle el balón al chico del equipo contrario.

Después de unos cuantos botes, le dio el pase al peli rojo que estaba cerca de la canasta contraria, por más que su cuerpo estaba en el partido, su mente estaba en otro lado, su visión se encontraba enfocada en el chico peli celeste que estaba caminando rumbo a la salida del gimnasio, no podía irse, no sin antes explicarle por qué ha estado tan frio con el los últimos días. ¿Había hecho algo para que el otro se enojara con él? Tenía que arreglarlo.

-Lo siento… pero no puedo dejar las cosas así…- tan luego dijo aquello, regreso el balón a su capitán, dejando a más de uno sorprendido por tal acción además de que desconcertó a la entrenadora por tal decisión. Después de aquello que dejo con la boca abierta a más de uno de los equipos como espectadores, el peli rojo salió corriendo detrás de él pequeño peli celeste, ignorando los gritos y reproches de todo su equipo y de toda la escuela. Con esa acción, Rakuzan había ganado el partido y el campeonato de su tercer año de preparatoria.

“Es lo mejor…” pensó con tristeza, no iba a ser un impedimento en sus planes que eran tan brillantes y con un futuro prometedor y alabador. No podía negarle esa gran oportunidad de regresar a su país natal para que estudiara una digna carrera y siguiera su sueño de ser el mejor basquetbolista del mundo en alguna de las universidades que iban tras el con tal de que estuviera entre sus filas. Un notorio camino de lágrimas se pintó en su rostro, paro solo para intentar limpiarse las lágrimas.

Pudo perfectamente escuchar lo que estaba pasando en el gimnasio y al parecer no era algo bueno ¿Qué estaba pasando?

-Tetsu… espera- le retuvo el as de Seirin, claramente preocupado ¿Por qué el…? -¿Por qué te vas? ¿Ocurre algo malo? ¿Te hice algo?-

-Nada de eso Kagami-kun- respondió, sin darle la mirada, entablando su conversación si ver el rostro del otro el cual se encontraba afligido –solo que lo mejor será que me vaya, y tú tienes que regresar al partido. La escuela y el equipo cuentan contigo ¿Qué estás haciendo aquí?-

-Vine a detener a mi novio, eso es lo que pasa- respondió el otro, acercándose al peli celeste y obligándolo a que volteara a verle -¿Por qué lloras? ¿Qué pasa? Me estas asustando- El peli celeste solo tomo la mano derecha del peli rojo y obligo a que la extendiera, en la palma de la mano depósito una bola de papel.

Esto al principio desconcertó al otro, pero al ver que el de ojos color cielo no iba a decirle algo más, opto por desarrugar el papel que tenía en la mano.

-Lo mejor será que me vaya. No quiero arruinar el futuro de Kagami-kun-

-Espera…- hablo dándose una idea de lo que el otro pensaba hacer –esto… esto es-

-Estoy esperando un bebé Taiga- soltó, con lágrimas de miedo y desesperación rodando por sus mejillas.

-Tetsu…-

-No te estoy obligando a nada. No quiero que te sientas responsable de tener que hacerte cargo del bebé. Planeo tenerlo por mi cuenta. Mi madre… creo que ella ya sabía lo que estaba pasando conmigo. No quiero que Kagami-kun arruine su futuro por mi hijo- hablo firme el peli celeste, limpiando sus lágrimas. Expuesto esto, decidió apartar al peli rojo el cual no salía aun del shock en el que estaba. Aprovechando eso, comenzó a caminar con paso firme y un tanto temeroso a la salida del gimnasio.

-No…- hablo, saliendo del trance en el que estaba –Tetsuya no te vayas…- exclamo, corriendo detrás del peli celeste, abrazándolo por la espalda aferrándose a la menuda figura del más bajo –ese niño es tuyo y mío. No voy a dejarlos ir. Es también mi responsabilidad y quiero hacerlo por los dos Kuroko-

-Pero Taiga, tienes un futuro prometedor en el mundo del básquet y por más que odie admitirlo, quieres entrar a la estación de bomberos antes de cualquier otra cosa. Quieres ir a la universidad de Los Ángeles, jugar uno de los mejores partidos de tu vida. No puedes sacrificar tanto por nosotros. Yo no… yo no me lo perdonaría nunca si tu… si tu-

-Ya tome mi decisión Kuroko- hablo con seriedad en sus palabras –estoy decidido. Me hare responsable de ustedes dos. Me hare cargo de mi pequeña familia- firme, abrazo con mayor fuerza al pequeño peli celeste el cual soltó a llorar por esas palabras –tendremos un bebé Tetsu… un hijo tuyo y mío. Un bebé con la persona que más amo en la tierra ¿no estas feliz por eso?-

-S-si…- asintió el peli celeste, abrazando con fuerza al peli rojo, llorando en su pecho.

Tanta alegría y felicidad hacían que sus temores desaparecieran lentamente. Lo amaba, lo amaba tanto, más que su propia vida. No pudo encontrar un partido mejor que aquel peli rojo.

Siete años después…

El sonido del despertador hizo que abriera los ojos lentamente mientras se acostumbraba a la luz del sol que entraba por la ventana y se encargaba de iluminar tenuemente la habitación.

“¿Qué hora es?” pensó, buscando con la mano el despertador que estaba a un lado de la mesita de noche. Las siete de la mañana, suspiro con pesadez mientras palmaba el lado derecho de la cama, su pareja no estaba a su lado, lo que quiere decir que debe de estar preparando el desayuno para todos “o quizá esta con los niños” vio otra opción.

Lanzo un largo bostezo antes de estirarse y levantarse de la cama. No se recuperaba del todo del día anterior. Su trabajo estaba acabando con él, aun cuando tenía la condición de cuando estaba en la preparatoria.

Suspiro cansado, no le parecía adecuado recordar algo que obviamente jamás volvería a pasar. Tenía una familia, un esposo al que cuidar y un trabajo que… aunque era uno de sus más grandes pasiones, no estaba del todo satisfecho en cuanto su vida se tratara.

“¿Qué hubiera pasado si ahora estuviera en la universidad?” ese pensamiento fugaz lo detuvo de su andar. Él fue un prodigio, uno de los más reconocidos en la preparatoria, incluso tenía un futuro prometedor en el basquetbol, aquel deporte que desde niño amaba más que cualquier otra cosa.

-Taiga- desvió sus pensamientos por la voz de su esposo. Ahora estaba ya en la cocina de aquel pequeño departamento. El espacio era pequeño, demasiado para dos adultos y un par de gemelos de siete años. Demasiado humilde y apretado solo para una familia de cuatro integrantes -¿estás bien?- pregunto el peli celeste, viendo como el peli rojo se mantenía con la mirada perdida a la nada. Seguramente estaba así por los gastos que tenían y el hecho de que el dinero en esos momentos no alcanzaba para cubrirlos.

“Estoy seguro de que el departamento seria el doble de grande de como esta, no pasaríamos por falta de dinero y no tendría que trabajar doble turno en la estación” reflexiono, viendo con una mirada rápida su hogar –lo estoy, no te preocupes Tetsuya- responde, viendo con la mirada perdida al peli celeste.

-Tranquilo, estoy seguro de que saldremos de esta. Siempre lo hacemos cuando estamos juntos ¿sí? Además… con tu trabajo y el mío podremos con los gastos de los niños- tranquilizo el de ojos color cielo, acariciando la mejilla del peli rojo que solo así volvió a la realidad.

-¿Qué te he dicho de trabajar en ese mercado? Tus manos están todas marcadas- le reclamo, viendo como las manos del peli celeste tenía varias cicatrices.

-No importa, además… nos hace falta el dinero, y con el trabajo en el preescolar y tu trabajo no podemos mantenernos- aclaro, viendo al tigre que besaba sus manos.

-Si hubiera entrado a la universidad de seguro tendría un mejor trabajo jugando para algún equipo de Estados Unidos y tú no…- guardo silencio por el dedo del peli celeste sobre sus labios.

-Él hubiera no existe Taiga… lo que importa es el presente y como queremos vivir nuestro futuro- respondió el de ojos color cielo, viendo con cariño al otro –iré a despertar a los niños, no te preocupes por el dinero, lo resolveremos juntos como siempre lo hacemos ¿okey?- tan luego dijo eso, aparto sus manos de las de su esposo y se dirigió a la habitación de sus gemelos. Haru y Rian eran iguales al peli celeste pero con el mismo carácter de su esposo.

-…Pero esto no es lo que yo quería- murmuro el peli rojo, viendo como el de ojos azules se iba a la otra habitación.

-¿Qué dijiste Taiga?- pregunto el peli celeste, tomando con cuidado a sus hijos.

-Nada… solo que te recuerdo que iré a beber un par de cervezas con Aomine saliendo del trabajo. No me esperes despierto- mintió, mientras servía el desayuno y se preparaba para otra jornada laboral.

Estación central.

El día prácticamente había pasado volando, no hubo mucha acción pero de todas maneras fue agitado entre rescates de gatos, niños atrapados en balcones y uno que otro pequeño incendio.

Suspiro por enésima vez en lo que iba de la mañana, comenzaba a cansarse de esto.

Es decir… tenia potencial para hacer otras cosas, además de que siempre tomo como segunda opción el ser bombero porque la primera siempre iba a ser el baloncesto, era su pasión además de que no quería preocupar a Kuroko cuando hubiera algún momento de tensión y peligro en su vida.

-Kagami- escucho la voz de su capitán, seguramente le hablaría de lo mismo de siempre.

-Kiyoshi-senpai- exclamo, viendo al castaño y ex compañero de básquet en la preparatoria -¿ocurre algo?- pregunto, no era normal ver tan serio al extrovertido corazón de hierro y uno de los mejores en su estación.

-Eso yo debería de preguntártelo a ti ¿ocurre algo con Kuroko? ¿Tus hijos? ¿Dinero, quizá?- pregunto, viendo como un padre ve a su hijo al peli rojo.

-En realidad…- sabía que con el castaño jamás podría mentir –el dinero comenzó a escasear en casa y… he comenzado a pensar lo que hubiera pasado si hubiera jugado para alguno de los equipos de América- agrego, viendo con seriedad al castaño.

-Las acciones que tomamos tarde o temprano tienen consecuencias buenas o malas a nuestro favor. Tú tomaste la decisión de renunciar al baloncesto y a tu entrada a la universidad por estar con Kuroko, el que ahora es tu esposo- explico el castaño, acercándose al peli rojo –además de que tenías la libre decisión de hacerte cargo de él, él no te lo pidió- siguió, moviendo un poco la boca –mírame a mí por ejemplo, si no hubiera pasado aquel accidente ahora podría estar en uno de los mejores equipos de Estados Unidos, pero desafortunadamente con mi pierna lastimada no pude hacerlo. Decidí renunciar a ese sueño y enfocarme en otro, uno donde estuviera con la persona que amo y donde ambos seamos felices por nuestras decisiones- agrego, mostrando con orgullo su anillo de bodas con Hanamiya Makoto –pero… si crees que recordando algo que no podrás recuperar, es tu decisión Kagami- le extendió un sobre, el peli rojo extrañado lo tomo –llego esta mañana a la estación, dice tu nombre. Piensa en lo que te dije que por algo sigo siendo tu senpai y tu jefe- siguió, dejando al tigre solo con sus pensamientos.

Kagami un poco confundido por lo que paso, abrió el sobre encontrando una carta en ella.

“¿Cansado de tu vida? ¿Aspirabas a otra cosa y no al trabajo mediocre que tienes?”

“¿Harto de que el dinero falte en tu casa?”

“Deseas que tu vida hubiera sido diferente, sin tener grandes responsabilidades en tu espalda”

Si respondiste que si a estas preguntas, contáctame, podre hacer de tu vida lo que siempre deseaste para ti y los tuyos.

Una vez el trato se haga, no hay vuelta atrás.

¿Te atreves a cambiar tu destino?

Termino de leer y de aquel sobre salió una pequeña tarjeta de presentación en donde las letras doradas se veían a simple vista, en especial un nombre.

“¿Fatum? ¿Qué es esto? Como si de verdad alguien pudiera cambiar el destino de las personas” se molestó, él no era un niño que se creía las cosas así, mucho menos algo tan infantil como esto. Enojado, azotó la puerta de su casillero y salió de la estación, aún tenía que ver a Aomine y si no llegaba estaba seguro que el otro terminaría por asesinarlo.

En otro punto de la ciudad, unas horas más tarde, se encontraba el pequeño peli celeste atendiendo a su cuñado mientras veía a sus pequeños correr por todo el departamento. Exhalo, sus hijos tenían la misma energía y vitalidad de Kagami cuando estaban aún en preparatoria pero… por eso y más razones los amaba más que a su propia vida.

-¿Te ocurre algo, Kuroko?- pregunto el peli negro, viendo a su cuñado un poco preocupado.

-Estoy bien Himuro-san, no se preocupe- contesto, sentándose frente al de ojos grises, dejando en la mesita un par de tazas con café –aunque… el que me preocupa es Taiga-kun, ha estado raro en las últimas semanas- agrego, pasando sus manos en signo de nerviosismo viendo su anillo de bodas.

-Me dijo que tenían problemas económicos, posiblemente se trate de eso su reciente actitud- trato de buscar algo viable por el cual su hermano estaba así, no era común en su actitud. El peli celeste negó.

-Desde antes de eso, él ha estado actuando raro- acoto, viendo un punto indefinido del suelo de su sala -…comienzo a pensar que este matrimonio acabo y que ahora a los tres nos ve como una carga- vio a sus hijos que estaban ahora viendo la pequeña televisión de la cocina –cuando le dije sobre que podríamos salir juntos de esto, vi en sus ojos algo que nunca desee ver: decepción. Estaba decepcionado de su vida, tiene 25 años y una vida por delante, yo no quiero que este aquí si ese no es su deseo-

-Idiota- le respondió enojado el peli negro, el de ojos color cielo le vio confundido –Taiga no está decepcionado de nada, te tiene a ti, a sus hijos ¿Qué más podría pedir? Él te ama, y estoy seguro de que lo que le pasa es solo una etapa, el jamás podría estar decepcionado de su vida. Créeme Tetsuya- aseguro, viendo con una sonrisa al otro.

-Gracias Himuro-san- agradeció el profesor técnico, con una pequeña, casi invisible sonrisa.

-Te sugiero que hables con él en todo caso, el no…- se vio interrumpido por el sonido de la puerta del departamento abriéndose, seguramente el peli rojo había llegado.

-¡¡Papi!!- gritaron los gemelos al ver a su padre llegar a casa.

-Bienvenido Tai…- sus palabras se quedaron al aire al ver el estado en el que había llegado el peli rojo, sus mejillas sonrojadas y su cabello desarreglado solo podían significar una cosa: el tigre estaba ebrio.

-Tatsuya… tu… que… porque- lo confirmo por la forma en como hablaba. El peli negro rápido pensó en algo, sus sobrinos no podían ver a su padre en ese estado, además… su cuñado tenía que hablar con su hermano.

-Nada Taiga, pienso llevarme a los niños a casa. Hace mucho que no pasan la noche con su primo, estoy seguro de que Hirohi y Atsuhi estarán complacidos ¿verdad niños?- mintió, los menores asintieron viendo con ojos entusiasmados al mayor, ignorando por completo el ambiente que se estaba formando en el departamento –bueno niños, despídanse de sus padres. Tetsuya has lo que te dije- aclaro, viendo al peli celeste mientras los niños se abrazaban a las piernas del apenas estable peli rojo.

Antes de irse, el pequeño Rian le entrego a su padre un pequeño conejito con un simpático gorrito de panda con el que estaba jugando con su hermano mayor, no se fue de ahí hasta que su padre lo tomo.

A veces su hijo podía ser más testarudo que Kuroko. El peli rojo no supo interpretar la mirada de su hijo, a veces no le gustaba que el haya heredado más cosas del peli celeste que de su parte.

-Nos vemos mañana- tan luego dijo eso, se llevó de las manos a sus sobrinos. Sea lo que sea que estaba pasando con su hermano, esperaba que no fuera nada grave como para que llegara a su casa en ese estado. Porque sabía que al peli celeste nunca le ha gustado que llegue a casa ebrio, mucho menos en presencia de sus hijos.

“No hagas una tontería Taiga” pidió, saliendo del edificio de la casa del tigre junto con los menores, era demasiado tarde para que aun estuvieran despiertos, afortunadamente mañana seria sábado así que no había problema si se levantaban un poco tarde a desayunar.

De regreso al departamento, el ambiente entre el peli rojo y el peli celeste estaba tenso, por no decir incómodo. Algo que al pequeño fantasma no le gustaba para nada.

-Me iré a dormir- exclamo el peli rojo, caminado hasta donde quedaba su habitación, pasando al de ojos color cielo.

-Espera…- le retuvo el otro, tomándole la mano –Taiga ¿Qué pasa? ¿Por qué llegas en este estado? Has estado actuando raro las últimas semanas- murmuro, viendo preocupado a su esposo.

-Nada Kuroko…son cosas del trabajo, y con nuestra situación no hay nada que se pueda hacer- contesto, soltándose del agarre de su esposo mientras guardaba en su pantalón el conejito que su hijo le dio, era nuevo eso no le cabía duda.

-Es por mi ¿cierto?- el bombero detuvo sus pasos al escuchar esa oración –si es así, dímelo. Lo soportare- -No solo es por ti Kuroko- respondió, girándose para ver al peli celeste –son… son varias cosas- agrego, no del todo convencido.

-¿Estas insatisfecho con tu vida, Taiga?- pregunto el peli celeste, viendo como los ojos del peli rojo se abrían como platos -¿ya no me amas? ¿Ni a los niños? ¿Es eso?-

-No es eso Tatsuya- ¿Cómo supo eso?

-Dijiste que esto no es lo que querías para ti, una vida de casado, ser padre a tan temprana edad, un trabajo que no te llena por completo, simplemente algo que nunca quisiste hacer con tu vida. ¿Te arrepientes de tu decisión?- pregunto, viendo con ojos acuosos al otro.

-Kuroko…-

-Yo no te pedí que te casaras conmigo, mucho menos que te hicieras cargo de mis hijos y de mi-

-Enserio Kuroko, ya para con esto-

-¿Por qué nunca me dijiste lo que pensabas sobre este matrimonio? Yo no quería forzarte a nada y lo sabes-

-Tetsuya ya basta- alzo un poco la voz, si continuaba diría algo de lo que se arrepentiría después.

-¿Te arrepientes de haberme conocido?- dos lagrimas rodaron por sus mejillas.

El peli rojo le tomo de las muñecas de manera brusca y grito -¡SI, DESEARIA JAMAS HABERTE CONOCIDO, SI NO LO HUBIERA HECHO MI VIDA SERIA DIFERENTE Y MI FUTURO ESTARIA ASEGURADO!- para cuando reacciono, ya era demasiado tarde, sus palabras hicieron más de lo que se imaginó en esos momentos.

El peli celeste se quedó en shock pensado lo que el peli rojo le dijo, pero ninguna lagrima rodo por sus mejillas.

-Ya sabía… lo que pensabas sobre nuestra relación, incluso antes de casarme contigo- murmuro, con la mirada baja, el tigre rápido soltó sus muñecas, pero aún mantenía los ojos en el suelo –pero no pensé que doliera tanto el que saliera de tus labios-

-Lo siento… yo, no es verdad Tetsuya, todo lo que dije no…. Perdóname, yo no quería que esto se me saliera de control. No es cierto, sabes que te amo, yo-

-Pero lo piensas y eso es lo que más me duele- le espeto, viéndole con dolor –si lo que quieres es rehacer tu vida, adelante, mis hijos y yo no seremos ningún impedimento. Mañana comenzare a ver los papeles del divorcio y la custodia de los niños, por ellos no te preocupes, desde el principio te dije que yo me haría cargo de ellos- paso de largo al tigre, no podía romperse ahí.

-Divorcio…- repitió, viendo atónito al peli celeste que ya caminaba a su habitación –Tetsuya tu no…- cuando termino de asimilar la situación, el de ojos color cielo ya se había encerrado en su habitación, con eso hasta lo ebrio se le había quitado.

-Abre la puerta Tetsuya- pidió, esperando a que el otro le abriera -… te lo suplico, ábreme- solo podía escuchar los pequeños sollozos del fantasma, aquello le había roto el corazón. Le juro al peli celeste que nunca lo haría llorar, y he aquí su promesa –por favor- pasaron varios minutos y el menor nunca abrió, frustrado y con el corazón roto se fue a pensar a la sala.

Agradecía a su hermano que se hubiera llevado a los niños, no podría con la situación de tres corazones lastimados. Se acostó boca arriba en el sofá, viendo un punto indefinido del techo. Esto no le podía estar pasando. En algún punto de sus pensamientos busco aquella carta que le dieron en el trabajo.

-Fatum… Fatum… Fatum…- llamo, con los ojos cerrados. “esto es una estupidez” pensó arrugando la carta que recibió en la mañana en el trabajo, manteniendo los ojos cerrados frunciendo levemente las cejas.

-Vaya, no pensé que fueras a llamarme tan pronto- abrió los ojos al escuchar esa voz. Se levantó de golpe buscando al dueño de esa voz pero no había nadie –aquí, idiota- reclamo, saliendo de una esquina que no le daba la luz un chico de cabellos naranjas con ojos desiguales, parecidos a los del maniático de Akashi solo que estos eran de tonalidad verde y azul respectivamente, vestido de con un traje blanco y camisa azul.

-¿Quién eres?- pregunto desconfiado, levantándose del sofá viendo despectivamente al de cabellos naranjas.

-Soy al que has llamado- contesto, acercándose al peli rojo, sacando un especie de archivo de su saco blanco, al igual que unos elegantes anteojos, colocándoselos para después ver al peli rojo y los papeles de que tenía en las manos –aquí dice que tu nombre es Kagami Taiga, tienes 25 años, estas casado con Kuroko Tatsuya, tienes dos hijos de siete años con el Haru y Rian Kagami, tienes trabajo como bombero y estas en perfectas condiciones de salud además de que tienes verdaderos amigos que se preocupan por ti y tu esposo- hizo una pausa, se quitó los anteojos de los ojos y después vio seriamente al peli rojo –no entiendo, ¿Por qué alguien como tú, podría solicitar mis servicios?- agrego, apuntando al otro que estaba impresionado por sus palabras –muchos quisieran estar en tu lugar-

-¿Enserio?- hablo con ironía el tigre –no tengo nada, actualmente mi familia está pasando por serios problemas económicos, mi esposo me odia y estoy seguro de que mis hijos igual lo harán, el trabajo que tengo no es el que yo quería, nada de lo que tengo es lo que YO quería para mí- expuso, viendo con el ceño fruncido al peli naranja –desearía que mi vida fuera diferente, donde el dinero nunca me hiciera falta, una vida libre de obligaciones, una vida donde ejerciera lo que yo quiero- agrego.

-Puedo cambiar tu vida, si es eso lo que deseas- murmuro el de ojos desiguales, tronándose los dedos mientras veía con una sonrisa divertida al otro –no eres ni el primero ni el ultimo que me pide que cambie su miserable vida por una “mejor” para ellos. Solo una cosa si te advierto: ten cuidado con lo que deseas, porque eso puede hacerse realidad-

-No me importa, si puedes cambiar mi vida, hazlo- demando el peli rojo, de pronto todo alrededor de él y del peli naranja comenzó a dar vueltas, pero pareciera que al peli naranja no le importaba en lo más mínimo eso.

Así fue por varios segundos en donde todo a su alrededor estaba oscuro y solo se iluminaba donde él estaba, el peli naranja había desaparecido de su vista.

“Escucha con atención, Kagami Taiga. Una vez hecho el trato, no hay vuelta atrás. La decisión que hoy tomes será para bien o para mal de todos los que te rodean y para ti también. Te lo pregunto por última vez ¿estás seguro de lo que quieres?

-Si- respondió firme el tigre, viendo como el chico que en su momento estaba vestido de un traje blanco, ahora lo estaba de un uniforme completamente blanco de baloncesto, mientras que uno de sus dedos hacia girar un balón del mismo deporte.

-Muy bien…- se acomodó las muñequeras blancas el chico y después le arrojo a la cara al tigre el balón con el que estaba jugando hace unos momentos, dejándole inconsciente en el suelo de aquel lugar oscuro –disfruta de tu nueva vida, Taiga- una luz envolvió todo el lugar, mostrando una sonrisa divertida en el chico de ojos desiguales “Amo mi trabajo, pero amo más ver lo miserable que se vuelven sus vidas por su culpa” pensó, con una sonrisa fingida, acariciando los cabellos del inconsciente tigre.

.

.

.

El sonido molesto de las aves, jamás le agrado escucharlas cantar tan temprano pero… odiaba más el molesto sonido del despertador en las mañanas del fin de semana.

Se removía inquieto de la cama. Moviéndose de un lado al otro, tratando de conciliar de nuevo el sueño, pero no podía hacerlo y aquello le molestaba.

Por algún motivo sentía que le faltaba algo muy importante para él, mas no lograba descifrar que era aquello.

“Quizá solo sea mi imaginación” era lo que pensaba, los recientes hechos manipulaban sus emociones, dijo cosas que no tuvo que haber dicho y si, se arrepiente de habérselas dicho a su persona amada. Nunca había discutido con Tetsuya, mucho menos a tales extremos pero… para ser la primera vez, era obvio que no quería que se repitiera de nuevo. Los recuerdos de ayer hacían estragos en su mente y corazón

-Tetsu... despi- palmó el lado opuesto de la cama buscando a su esposo pero... no lo sintió -supongo que sigue molestó por lo de anoche, iré a disculparme con el- se levantó de la cama, tratando de recordar cómo fue qué llegó a la cama, hasta donde recuerda él durmió todo la noche en el sofá dado que el de ojos color cielo se encerró en su habitación y nunca le abrió -dudo que él me cargara hasta la habitación- además, Tetsuya no eran de los que perdonaban tan rápido, en especial si era él el culpable de la molestia de su esposo, era demasiado pequeño para aguantar el peso de alguien como él.

Salió de la habitación, en busca del peli celeste “Seguro está preparando el desayuno, anoche no comió nada por estar esperándome y… por mi estado, no ceno nada” seguro de eso, continuo con la búsqueda de su esposo “No recordaba que el pasillo fuera tan largo”.

Para cuando llegó a la sala se llevó la sorpresa de que no estaba en su hogar, sino que estaba en otro departamento, uno muy lujoso y moderno además de más amplio y frio, nada que ver con su hogar.

Había un televisor de plasma, una sala moderna y lujosa, un mini bar y un estante con varios trofeos de campeonatos de baloncesto en él.

Con curiosidad se fue acercando a aquel estante, para verse a sí mismo en varias fotografías de aquellos campeonatos, junto con personas que el en su vida había visto.

“¿Dónde diablos estoy?”

El sonido de un celular sonando lo desconcertó, buscó y buscó hasta que lo encuentro tirado a un lado de la mesita de la sala. Un celular demasiado caro en su opinión. Se sorprendió un poco al ver de quien se trataba.

-Tatsuya ¿Qué pasa? Mis hijos ¿están bien?- pregunto, era raro que su hermano hablara tan temprano

-Taiga, are you okey? What happen?- se escuchó al otro lado de la línea, pareciera que el peli negro estaba preocupado por él.

-¿Por qué hablas en inglés? No encuentro a Kuroko por ningún lado y lo que quiero es saber de mis hijos.

-Kuroko? Who is Kuroko? Your childrens?-

-Tetsuya es mi esposo, lo conocí cuando estudie la preparatoria en Japón ¿lo olvidas? Tuve dos hijos con él, tú también te casaste y tuviste un hijo con Murasakibara ¿ya lo olvidaste? Si esto es una broma ya termina con ella.

Hubo un silencio del otro lado de la línea, eso fue hasta que Himuro carraspeo incómodo -...Taiga, tu nunca estuviste en Japón y hasta donde sé es que tu jamás has estado casado. Creo que la fiesta de anoche te afecto duro –risita nerviosa- ya enserio ¿Quién es Kuroko? ¿Tu nuevo amante? ¿O una conquista más del montón? Bueno eso no importa, te llamo para saber si ya vienes al estadio, el jefe y los chicos quieren saber si vas a llegar o no. No juegues conmigo bro, ¿yo? ¿Casado y con hijos? ¿En qué mundo vives Taiga?-

El peli rojo estaba en shock, ¿Cómo era posible esto?

“¡Desearía jamás haberte conocido. Si no lo hubiera hecho mi vida sería diferente y mi futuro estaría asegurado!”

-Disfruta de tu nueva vida, Taiga…-

-Oh dios... ¿pero qué he hecho?...- tiro el celular para ver donde estaba “¿Los Ángeles?, no... No esto no está pasando, Kuroko el... el...”

Fue ahí cuando Kagami supo que su deseo tuvo graves consecuencias. Con el destino propio y de los demás no se juega, y eso es algo que aprenderá por las malas.

“Una vez hecho el trato, no hay vuelta atrás”

“Ten cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad”

Notas finales:

Creo que eso es todo u.u

Me disculpo si hay partes donde no entienden, pero en los proximos capítulos se aclararán varias cosas, entre esas el paradero de Kuroko, mi bebu TnT

No estoy del todo segura si agregare mas parejas, creo que no... sigo pensandolo y si si, pues se estaran enterando por aca uwu

Gracias por leer y darle una pequeña oportunidad a este proyecto :3

Nos estamos viendo.

Ya saben, dudas, suegerencias, amenazas de muerte, facturas de clinex, dejenlo en un RR

Se va! 

Luky


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