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Esperando tu regreso... por Karin Kusama

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Notas del fanfic:

Volví gente, espero que les guste el fic, me inspiré un poco y esto surgió. Estoy trabajando en algo muy grande que les prometo será impresionante pero tendrán que tenerme mucha paciencia.

Notas del capitulo:

Buenas noches gente. Les traigo este fic, espero les guste. Como ya saben, los personajes no son mios, son de Nakamura-sensei. Sin más que agregar, que lo disfruten.

La noche caía lentamente en la ciudad. Era una tarde fresca para ser temporada de calor, se podían escuchar los cantos de algunos pájaros que quedaban dispersos por ahí, algunas personas paseaban tranquilamente… Sí, era una tarde perfecta, perfecta para todos menos para cierto rubio que se encontraba sentado en el sofá de la sala de su pareja, desesperado porque ya habían pasado tres horas y su pareja no aparecía.

-“Últimamente ha estado llegando muy tarde del trabajo, algunas veces ni sé a qué horas llega porque me quedo dormido. Sé que llega porque despierta a mi lado pero, comienzo a creer que…ya no me ama.”

Así era desde hace tres semanas. Normalmente el que llegaba tarde era el rubio pero cuando llegaba a casa se encontraba con que esta estaba completamente sola. Horas después se aparecía el mayor algo desaliñado y muy cansado. El menor no le prestaba atención pero cuando esto comenzó a hacerse frecuente algo dentro de él comenzó a preocuparse. Le había preguntado al mayor el por qué llegaba tan tarde pero este simplemente se reía, rascaba su nunca y cambiaba el tema rápidamente. Con cada día que pasaba el corazón del menor se encogía más y más y su cabeza se llenaba de dudas e inseguridades. Y esa noche no era la excepción. Ya llevaba sentado más de cuatro horas esperando la llegada del pelinegro pero nada. Cada cierto tiempo revisaba su celular en busca de algún mensaje, una llamada, lo que fuera que diera a entender que el mayor seguía con vida, pero nada. Decepcionado, se levantó lentamente de su lugar y fue directo a la cocina para calentar la comida que había comprado en un restaurante de camino a casa con el fin de recibir a Miyagi con algo que, para variar, no fuera comida quemada. Luego de sacar el plato del microondas se sentó en la pequeña mesita que solía compartir con su pareja cada mañana y comenzó a comer.  Observó nuevamente el reloj, eran casi las once de la noche y ni rastros del mayor. Terminó de comer, lavó los platos que había utilizado y se retiró a la habitación para poder descansar ya que al día siguiente tenía clases. Se dio una rápida ducha, se colocó el pijama que guardaba en el armario y se recostó en la cama mirando el techo.

-“¿Qué estarás haciendo, Miyagi? ¿Qué es lo que me ocultas? Lo único que me queda es esperar tu regreso cada noche, con la esperanza de seguir siendo el único en tu corazón aunque, ahora, lo dudo mucho. Por favor, regresa pronto mi amor y quítame esta angustia.”

Y con esos pensamientos en mente se quedó profundamente dormido el pequeño.

A la mañana siguiente, un pequeño rubio se encontraba plácidamente dormido pero un agradable olor lo obligó a despertarse. Talló un poco sus ojos y se sentó en la cama, observando la habitación con detenimiento. Vio la ropa que portaba Miyagi el día anterior tirada en un rincón del cuarto por lo que supuso que el mayor sí había llegado a dormir esa noche, o quizá no, y de seguro era él el causante de ese delicioso aroma.

-“Quizá esté preparando el desayuno.”

El menor se levantó lo más rápido que pudo, se dio una rápida ducha, se puso el uniforme y salió corriendo a la cocina en donde, efectivamente, estaba el mayor cocinando. Este al percatarse de la presencia del menor se giró rápidamente y le sonrió.

-Buenos días, Shinobu. Siéntate que ya va a estar el desayuno.

El menor obedeció y casi al instante el mayor le puso un plato con un delicioso desayuno frente a él y otro para él mismo, sentándose luego para desayunar junto a su pareja. Todo estaba en silencio, lo único que se podía escuchar era el sonido de los cubiertos. Cansado de ese ambiente algo pesado que se estaba formando, el rubio decidió hacerle una pregunta que había estado rondando por su cabeza desde hace tiempo al mayor.

-Miyagi…

-¿Qué sucede, Shinobu?- Cuestionó el mayor al momento que posaba su vista en el joven frente a él.

-¿Me estás engañando?- Soltó directo, así como era él.

Miyagi se atragantó con el bocado que se había llevado a la boca momentos antes, comenzó a toser y darse golpecitos en el pecho con el fin de calmarse un poco. Cuando todo hubo pasado observó al menor con sorpresa.

-¡¿Pero cómo puedes pensar eso!?- El mayor se levantó abruptamente y estampó sus puños en la mesa provocando que el menor se sobresaltara.

-¡¿Pues qué quieres que piense si siempre llegas tan tarde?! ¡Algunas veces hasta te desapareces cuando tienes tiempo libre y nunca me dices a dónde vas!- Ahora era el menor quien se había parado a gritarle al hombre frente a él.

-¡Lo que haga en mí tiempo libre o la hora en la que llegue no es asunto tuyo!- El mayor comenzaba a enfadarse ante la actitud del menor. ¿Quién se creía para reclamarle lo que hacía? También merecía privacidad, ¿no?

-¡Soy tu pareja, claro que es asunto mío!- Por supuesto que era su asunto, más si el mayor no aparecía hasta altas horas de la noche.

-¡Que seas mi pareja no tiene nada que ver! ¡También necesito privacidad!

-¡Y no te la niego, pero me molesta que llegues tan tarde! ¡¿A caso estás con otra?! ¡Dímelo de una vez!

-¡¿Si así fuera qué?!- Explotó el mayor, claro que no lo engañaba, lo amaba, pero la discusión lo hico llegar a su límite. El menor retrocedió unos pasos, como si le hubieran dado una cachetada.

-¡Me largo!- Gritó el menor dirigiéndose a la puerta. Las palabras del mayor le habían dolido, mucho. ¿Ya se había cansado de él?

-¡Por mí ni regreses!

-¡¿Sabes qué?! ¡No regresaré!- Salió azotando la puerta, dejando al mayor solo en el departamento.

-Maldito niño.- Dejó el desayuno a medio terminar en la mesa y se fue a sentar a la sala, de todos modos ya no tenía hambre. Encendió un cigarrillo para intentar calmarse pero no pudo. Comenzó a reflexionar sobre lo que había sucedido, lo que le había gritado a su pequeño. No fue su intención gritarle, mucho menos decirle eso pero estaba tan estresado por todo el trabajo extra que estaba haciendo y todo por ese mocoso.

FLASHBACK

-No puedo creer que esté trabajando tanto. ¿Se encuentra bien?- Cuestionó un Hiroki muy sorprendido de ver a Miyagi tan ocupado. Últimamente había estado saliendo tarde y ahora el mayor se encontraba sentado frente a su escritorio llenando un montón de papeles que le había encargado el director, bueno, en realidad el mismo Miyagi se los había encargado. Quería ganar un poco de dinero extra y para ello debía trabajar extra, lo odiaba demasiado pero valdría la pena. Todo por su rubio.

-Si Hiroki, estoy bien. Es sólo que necesito un poco de ingresos extra.- Dijo sin dejar de llenar papeles.

-¿Tiene algo que ver con ese niño rubio, profesor?- Inquirió el menor mientras preparaba su material para la próxima clase.

-Está bien, Kamijou, te lo diré pero no debes decírselo a nadie.-Suspiró derrotado el mayor, aunque no le haría mal contárselo a su amigo, posiblemente este pudiera ayudarle en algo.- La razón por la que quiero el dinero es para poder comprar una casa. Me gustaría tener un hogar acogedor al cual llegar, un lugar para que Shinobu y yo podamos estar tranquilos y formar una familia en el futuro. El departamento no es lugar para eso.- Respondió el mayor quien ahora observaba a un muy impresionado Hiroki.

-Eso es increíble profesor, me alegro por usted. Shinobu debe estar muy emocionado al respecto.

-No se lo he dicho, planeo que sea una sorpresa.

-Deberías decírselo, luego podría pensar mal. –Dijo recordando como lo había pasado él cuando Nowaki estaba buscando un nuevo hogar sin decirle nada, fue espantoso.

-No lo creo, Shinobu ya está algo grande, de seguro comprenderá.

-¿Y qué tal si no?

Pero el mayor ya no respondió, volviendo a concentrarse en llenar todos esos mugrosos papeles.

-“Lo que hago por ti, Shinobu.”

FIN DEL FLASHBACK

-“Tenías razón Hiroki, me equivoqué. Debí decirle lo que sucedía. Esperaré su regreso y le contaré todo.”

 

La mañana pasó rápidamente dando lugar a una hermosa tarde, como la que había el día anterior. Miyagi había regresado temprano de la escuela pero tuvo que llevarse trabajo a casa. Se encontraba sentado en la sala llenando algunos papeles mientras esperaba la llegada del menor pero este no aparecía. Se suponía que debió salir hace dos horas de la escuela. El mayor se estaba preocupando.

-“Dijo que no regresaría pero… ¿era verdad?”

De pronto el sonido de su celular sonó sacándolo de sus pensamientos. Lo tomó y contestó creyendo que era el menor pero se llevó una enorme sorpresa al saber que era su ex-esposa.

-¿Qué quieres Risako?

-Miyagi, es Shinobu…

El mayor palideció por completo.

-¿Está bien? ¿Le sucedió algo?

-Nos llamaron del hospital, al parecer sufrió un accidente cuando salía de la escuela y…

-¡¿Y qué?! ¡Habla Risako!- El mayor estaba a punto de un paro cardiaco. Shinobu debía estar bien, tenía que estarlo.

-Falleció, Miyagi…

El sonido del celular cayendo de su mano al piso resonó por todo el lugar. No era posible, eso no estaba pasando. No Shinobu, no su pequeño…

Notas finales:

Espero que les haya gustado, estaré esperando los comentarios con amenazas de muerte en la mañana. El siguiente cap lo subiré despues porque ya es tarde y tengo escuela mañana. 

Cuidense personitas, nos leemos luego.

Kusama fuera.


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