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Lluvia. por ale-aleju

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Notas del fanfic:

Bueno este fic lo empece hace mucho, pero lo temrine especialmente para el Festival de One Shot de #‎LetstalkaboutGTOP 

Y bueno espero que les agrade.

 

Son húmedas nubes tu ropaje;
mas sigues junto a mí. Ya no hay vista
de soledad en estos rumbos.

 Hay cercanía.


De las mil circunstancias del destino,
ésta me tocó en suerte, y ya no encuentro razón
para separarme esta noche de ti.

 

Dirigió su mirada al cristal de la ventana de su habitación, que en momentos como ese, era constantemente amenazado con el golpeteo de la intensa lluvia, que desde muy temprano se había robado al sol y se obstinaba en mostrar  rastros de él.

Una vez más, se acomodó sobre su asiento y suspiró algo resignado,  terminó recostado sobre el sillón rojo y cerró los ojos. Estaba algo inquieto, golpeteaba rítmicamente sus pies contra el piso de madera y pensó una y otra vez que su día entero fue  arruinado por aquella lluvia – que por cierto, a partir de hoy, crearía una enemistad con ella— frunció el ceño y arrugo la nariz como siempre solía hacer cuando algo le desagrada.

Se puso de pie con la intensión de ir hacia el teléfono que esta en la pequeña mesa de noche, sin embargo es interrumpido por el timbre de la casa. De su pequeña morada. Como solía llamarlo él cuando pasaba las tardes ahí. Tuvo un leve presentimiento que se trata de él.  Y espero estar en lo cierto.

Se dirigió a la puerta de su habitación, y una vez mas sonó el ding dong del timbre.

Caminó algo mas rápido hasta pasar  por la pequeña sala  y dirigió una mirada fugaz hacia el ventanal y se entristeció un poco al ver que el cielo aún estaba de un triste grisáceo y todavía llora sobre la ciudad.

 Abrió la puerta y fue azotado por el viento que revoleteó aquella mate cabellera café suya. Y se sorprendió mucho al verlo ahí… de espaldas. Con las ropas mojas, chorreando de agua. Empapado hasta el alma. Su cabello rubio típico, se había tornado más oscuro de lo habitual, por estar mojado. Al parecer no se había percatado que él había  abierto la puerta ya que andaba sumergido en su pequeña “burbuja” atento a la sonora lluvia. Él si era un amante de ella. Y es por esto que en muchas ocasiones solía pescar un resfriado por salir es días como este.

No tardo más y dio un ligero toque sobre sus hombros. El blondo dio un pequeño salto por ser despertado de su ensueño.

Dio media vuelta encontrándose con la intensa mirada de aquellos hermosos ojos negros que pertenecían a su hyung. En un inicio cuando recién compartían miradas lejanas y sonrisas tímidas, cuando aun no eran amigos, le parecieron aterradores e intimidantes pero con el tiempo supo encontrar el lado, tierno y hasta podría decir ¿encantador?

El anfitrión sonrió alegre por verlo ahí. ¿Cuándo habría vuelto? El rubio también le correspondió a su sonrisa arqueando sus ojos avellana en una sonrisa también. Seung lo invito a pasar.

-          Gracias – solo dijo este con una expresión agradecida. Paso a la sala y Seung cerro la puerta para ir a su encuentro.

-          Realmente no te esperaba… – hizo una pausa y lo observo de pies a cabeza, el rubio estaba sonriente, su playera empapada, adherida a su pecho dejando a la vista sus pezones por el frio… el pantalón del mismo modo chorreante, mojando el suelo. Seung hizo una mueca de disgusto. – pero, ¿cuantas veces te he dicho que no salgas en días de lluvia como este? – se cruzo de brazos y el mismo se asombro de su propia voz, salió mas gruesa de lo normal. Y el otro lo miro algo avergonzado más por incomodidad que por el regaño. –Sabes perfectamente que puedes enfermar…

-          Yo… –  el rubio se sintió avergonzado y desvió la mirada. Se espero una gran bienvenida cuando se volvieran a ver, sin embargo lo primero que recibió fue un resondro.

 Ni un abrazo, ni un beso si quiera.

 

-          No olvídalo, iré por  una toalla… – y fue a buscarla.

 En realidad le encantaba pasar tiempo con él… aunque la mayoría de tiempo le trajera problemas, sea algo torpe, a pesar de que siempre este quejándose y renegando. Mucha de las veces le sacaba sonrisas y lo distraía de eso pensamientos tóxicos que a veces invadía su ser…

Pero ahí estaba otra vez su rubio al rescate de que su estúpido Seung no realizara ninguna “idiotez”.

-          Toma. – le tendió una toalla y se seco el rostro con delicadeza, como siempre.

Seung rodo los ojos y fue por otra toalla.

-          Te ayudo… – y empezó a pasar la toalla por su cabello mojado –… porque ha este ritmo es muy probable que enfermes.

-          Ya lo se, ¿si? Lo siento Seung. – el susodicho bajo la mirada y se encontró con un mohín de molestia en el rostro del rubio...

Suspiro y acarició su mejilla esta estaba fría a su tacto.

El rubio era todo un caso.

-          Lo hago porque no deseo que enfermes… y cuando lo estas lo único que haces es quejarte…

El rubio iba a protestar pero no dijo nada, porque sabia que tenia razón y se empezó a morderse el labio, como siempre lo hacia cuando algo le molestaba.

 

-          No pongas esa cara Ji. Y vamos quítate de una vez la playera que te enfermaras. – el susodicho lo miro con los ojos como platos y sintió sus mejillas arder estuvo a punto de protestar por el descaro con el que se había dirigido a él, cuando el estrepitoso sonido de un trueno hizo que ambos se estremeciera y esto origino que la luz huyera.

Y se quedaron así… a oscuras.

Ji Yong lo único que hizo fue aferrarse a su hyung por el susto, este le correspondió.

 

-          Tranquilízate, Ji. Solo se ha ido la luz…

-          Solo se ha ido la luz… – repitió lo que dijo imitando su gruesa voz, haciendo que sonora de una forma graciosa y se cruzo de brazos. – claro, como no eres tu que le teme a la oscuridad.

Seung se rio. Por la altitud que había tomado el rubio, siempre era así, era un gruñón.

 

-          ¡Y no te rías! – se quejo acercándose a Seung propinándole un leve puñete en el hombro. A Seung le producía gracia cuando Ji Yong se comportaba de esa forma. Era todo un niño.

Un niño que le volvía loco.

-          Pensé que te gustaba la oscuridad.

-          ¡Me da miedo, joder! – y se volvió abrazar a su hyung pegando su cuerpo frio y mojado al de él, pegando sus labios fríos a su cuello haciendo que se estremeciera.

-          Ya suéltame que a mi también me estas empando – dijo usando el mismo tono que había usado Ji Yong. Mientras que se deshacía de los brazos que nuevamente lo habían apresado –y ahora si quítate esa ropa te vas enfermar.

-          ¿Aquí? – miro a su alrededor, arrasando con su mirada los muebles, la pequeña mesa que había en el medio y el librero. Y alzo una ceja. – ¿En serio?

-          Si, aquí.  No te preocupes no veré nada ya que todo esta oscuro….  – hizo una pausa, y se rio por lo que iba a decir – Además no hay nada que ver.

Ji Yong lo fulmino con la mirada.

Aunque esto no era del todo cierto, empezando por, que aun no era completamente de noche, el reloj rozaba cerca de las siete y esto se reflejaba en el ventanal que entraba una leve luz, dejando ver su silueta: su cabello alborotado, la silueta delgada de su cuerpo. Sus clavículas marcadas. La poca luz generaba sombras mas profundas y resaltaba su delgada y delicada figura de Ji Yong.

Algo digno de ver. Es que su cuerpo le enloquecía.

-          Maldito… – empezó a refutar y a lanzar un sinfín de blasfemias, maldiciendo a Seung Hyun. Mientras que se quitaba la playera. Se puso de espaldas dejando a la vista su nívea espalda.

Ese era Ji Yong. Era un gruñón, alguien solitario, nada cursi y algo insensible. Volteo, miro a Seung y le lazo la playera mojada en la cara. 

-          ¡Que no me veas joder! – exclamo Ji, seguramente estaba rojo por su enfado.

Aunque en realidad Seung no lo estaba viendo, tenia la mirada perdida, casualmente puesta en él y ¡oh! casualidad también pensando en él.

 

Algo muy distinto.

-          Que no te veía…

-          Y tienes el descaro de negarlo. – puso rostro de indignación.

-           Ya esta bien, ve y cámbiate en mi habitación.

Rápidamente cambio de facciones y sonrió complacido y se fue a la habitación pero antes le arrebato su playera y se la llevo.

Seung solo se rio. Ji era así, algo caprichoso y torpe. Sobretodo orgulloso, y le costaba admitir cosas con facilidad.

 

Cosas como…

….Lo que sentía por Seung.

 

Miro su reloj, y noto que tardaba más de lo normal. Afuera continuaba la lluvia incesante. Se dirigió a su habitación y la abrió sin más. Ésta también estaba en tinieblas, paseo su mirada por toda la habitación hasta detenerse en la figura de Ji. Se recostó en el marco de la puerta y lo miro, aguantando no dar una sonora carcajada. Estaba solo en bóxer, de espaldas, dejando a la vista y paciencia de todos esas largar piernas suyas…

Dignas para dejar volar la imaginación…

 Intentaba alcanzar algo que su estatura no le permitía llegar pues estaba sobre el ropero.

-          ¿Se pude saber que haces? –  su voz salió ronca y profunda haciendo que el menor saltara y la camisa callo por si sola.

-          ¡Por que diablos entras sin tocar! – Y se cubrió el cuerpo con el camisón. – Casi me matas de un susto, idiota…

-          No tendría porque llamar a la puerta si es mi habitación. – Y el rubio le lanzo su camiseta en el rostro.

Dejando a la vista su cuerpo. Seung sonrió, y se acerco con la camisa en la mano. Ji Yong retrocedió, sintiéndose acorralado se dirigió al sillón rojo. Conocía esa mirada y ya venia venir lo que sucedería.

-          No te me acerques Seung. –dijo ocultándose detrás del sillón.

El mencionado hizo caso omiso y se acerco.

-          Joder te dije que no… – bueno ya era muy tarde para reclamos, Seung lo tenia entre sus brazos.

Su cuerpo estaba completamente frio y daba pequeños temblores por esa razón.

O probablemente porque lo abrazaba tan descaradamente…

 

-          ¿Por que tardaste tanto en cambiarte? –dijo estrechándolo mas a su cuerpo.

-          No sabia que ponerme y no encontraba algo que me gustara. Además, si me quedaba con la ropa mojada tendría mas frio – se soltó de sus brazos y quedo sentado en uno de los brazos del sillón – así que me quite la ropa. Y carajo, ¡sentí mas frio aun! – dijo estrechando su pecho.

Seung contuvo la risa y lo observo, desnudo a su merced; se le había venido algo a la mente, pero si lo soltaba así nada mas Ji Yong seria capaz de matarlo.

-          ¿Aun tienes frio? – le coloco un mechón detrás de la oreja.

-          Me muero de frio. – lo miro.

-          Tengo una manera sencilla en que entres en calor…

-          ¿Un abrazo? – su mirada se le ilumino y extendió los brazos a su hyung. A pesar de su carácter, Ji Yong era un niño muy inocente, que a diferencia de Seung que era todo lo contrario.

-          Algo mejor que eso…

Ji Yong pensó en qué, pero no le alcanzo tiempo para lanzar su pregunta, Seung había tomado su mentón, y capturó sus labios entre los suyos. Si su cuerpo tenia leves temblores por el frio que sentía. Esta vez se le estremeció por completo cuando sus labios se movieron contra los suyos y las manos calientes de Seung se posaron sobre su espalda fría.

El corazón se le disparo, se le acelero la pulsación y sintió sus mejillas arder.

Bueno estaba logrando su objetivo: La temperatura en su cuerpo estaba subiendo.

Y eso no fue todo: Sus manos se deslizaron hasta su cadera, se le escapo un jadeo, a estas alturas se había olvidado del frio que sentía es mas trataba de controlar sus pensamientos. Sus manos se detuvieron al  llegar a sus muslos y los apretó, su piel era suave y estaba muy fría.

-          Si deseas te puedo calentar… – susurro a su oído, el rubio solo jadeo y enredo sus piernas a la cadera del mayor, mientras lo besaba.

¿Hace cuanto que no lo besaba de esa manera? Tan intensa y llena de pasión.

Si que lo había extrañado, había sido un largo fin de semana sin verse. Pero ahí estaban otra vez.

Llegaron a la cama, y cayeron en ella. Se devoraron a besos, acariciándose una y otra vez. Atrás quedo la lluvia, que estuviesen a oscuras, el frio. Y tras esto solo había quedado un rastro de deseo.

Las prendas del mayor desaparecieron, pero aparecieron marcas a lo largo de su cuello. Un beso los volvió a unir, este se hizo mas profundo y la lengua del mayor se paseo con libertad por su cuello y pecho del menor, este se estremeció y gimió.

Ahora lo único que les invadía a ambos era excitación y deseo. Las ganas por volverse uno no se hicieron esperan.

Besos, acompañado de caricias descaradas.

Y la primera estocada vino  seguida de un trueno que se atrevió a iluminar toda la habitación, dejando ver la frente sudorosa del menor con mechones rubios pegados a él, mientras que aferraba con sus dedos, los fuertes brazos de Seung. Ambos volvieron a gemir.

Más besos, y la habitación se lleno de gemidos y jadeos acompañados de los truenos que iban y venían, dejando ver de rato en rato sus rostros parcialmente iluminados, de gozo y placer.

No paso mucho, sus cuerpos cubiertos de sudor, se tocaban y jadeaban. El rubio una que otras veces se le escapaban palabras obscenas, típico en él. Mas besos, y toco su punto dulce… seguido de movimientos mas desenfrenados. Marcas, arañazos en la espalda del mayor, jadeos, mordidas; hasta que gimieron al unísono y llegaron al momento cumbre de furor: El ORGASMO.

Una descarga de placer seguida de una exquisita paz les invadió. Una mezcla de sensaciones y sentimientos llenaban su ser. Y cayeron a la cama.

El rubio cerro los ojos, trato de regular su respiración, sentía su corazón alocado por lo sucedido, golpear fuerte su pecho. Es que se sentía tan bien. Tan feliz… tan ¿querido?… dirigió su mirada a su costado. Y el mayor también le miraba con ojos de ternura y… amor. Le acaricio el cabello, enterrando sus dedos en su cabello café, Seung cerró los ojos ante aquel acto y sonrió cuando sintió la mano del rubio en su mejilla.

-          Te quiero… Seung… – susurro lento, mirándolo fijo, hasta que este abrió los ojos, y un cosquilleo en el cuerpo lo estremeció.

Si que se había tardado en decir esas palabras, pero a pesar de eso le hacia muy feliz que lo haya hecho.

-          ¡Hasta que al fin lo dices! Pensé que moriría antes de oírte decir eso. – y sonrió, se siento el humano mas complacido.

-          Idiota. – se dio la vuelta, el no era muy cariñoso que digamos, le costaba admitir lo que sentía, y cuando lo hizo el estúpido de Seung lo arruina.

Pero Seung lo jalo entre las sabanas y le beso el cuello.

A estas alturas, la lluvia ya se había detenido, las nubes se había dispersado ya. Dejando ver la hermosa luna.

-          Yo también te quiero, mi Ji Yong. – declaro Seung, apretándolo mas a su pecho.

Se  volvieron a besar una y otra vez. Se torno mas intenso aquel beso por las emociones revueltas, y lo ocurrido minutos atrás se volvió a repetir.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Hace mucho que no publicaba por aqui... La ultima vez que lo hice termine borrando todo lo que subi. Lo siento, empezare de a pocos a resubir lo que tenia...

Y gracias por leer!


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