Me llamo Gou Tosaí, soy un joven un poco bajo, tez morena y de contextura musculosa, cabello castaño y ojos color celeste, vivo en la ciudad de Tokio- Japón... Hace un par de años cuando estaba en el ultimo año de instituto, conocí a una persona muy especial para mi.
Era una cálida tarde de primavera, estaba comenzando el semestre y el cielo estaba soleado, todos mis compañeros de salón estábamos esperando a que el profesor llegara para dar la clase, hasta que por fin había llegado un tanto emocionado, este tomaba sus libros cuidadosamente y comenzaba a revisarlos intentando buscar algo, luego miro hacia la puerta y dijo “Ah ya has llegado, Pasa”, luego de que el profesor dijera eso entro un joven muchacho bastante alto, cabello blanco y ojos color violeta, de contextura musculosa y tez pálida, era bastante atractivo y casi todos nos habíamos quedado viendo su fría mirada, se paro justo en frente de la clase y dijo.
“Hola” Sin mas nada que decir... solo fue y se dirigió a un asiento vació.
El Profesor sin tomarle mucha importancia comenzó su clase, pero mientras los demás prestaban atención yo no podía evitar mirarlo e incluso quería acercarme a el, luego de un par de horas la clase había terminado y aquél muchacho se había quedado solo sentado en una esquina del salón, las chicas murmuraban muchas cosas sobre el como “Que guapo es ¿Verdad?” “Parece bastante serio” “¿Como se llamara”, el parecía escuchar todo pero solo mantenía la mirada fija al suelo intentando no oir nada de lo que decían, mientras yo miraba todo eso decidí levantarme y presentarme a aquél nuevo alumno e intentar ser su amigo pero cuando me pare en frente de el este se levanto y me dijo.
“Mira antes que nada... no necesito la comprensión de ningún estúpido como tu, así que por favor alejate y te recomiendo que vuelvas a tu lugar.” Aquellas palabras de despreció me había causado dolor, y solo me hacía pensar “Que imbécil”.
Pero que iba ah hacer era su decisión, ni siquiera le había dicho una palabra y ¿¡ya me odiaba!? No sabia que pensar, que decir, solo me sentí avergonzado y me fui... Pasaron las horas y tal como el tiempo se había esfumado en casi nada el cielo claro y azul se había ido formando una lluvia implacable. Ya había salido del Instituto literalmente estaba en la entrada pero había notado algo, en una pequeña banca al frente del Instituto estaba aquél alumno nuevo sentado y solo, sentí un poco de pena por el, pero temía que me hiciera daño y solo podía recordar aquellas palabras que me había dicho antes, pero... no pensaba quedarme allí y me acerque hasta el con mi paraguas y le dije.
“Toma...” Y salí corriendo, era lo único que se me había ocurrido en ese momento lo cuál parecía que lo había dejado en duda.
Mientras corría por la fuerte lluvia me detuve un segundó detrás de un árbol para descansar un rato, cuando escuché que alguien llamaba a fuertes gritos “¡Eh! ¡Oye Chico!” Mire detrás de mi hombro y vi que venía corriendo alguien con un paraguas encima cuando me di cuenta de que era el, me había quedado sorprendido pero no estaba preparado para lo que seguía.
“(Jadeos) Oye... necesito disculparme por lo de esta mañana yo solo estaba algo molesto por un par de cosas...”
“Pues no importa, tranquilo todos tenemos problemas, pero...”
“¿Pero?”
“Solo venías a disculparte ¿verdad?”
“Eh... no, venía a darte las gracias, ademas mi casa es por aca cerca y estas totalmente mojado”
“Ah si... bueno tienes razón mejor vamos así espero a ver si esta lluvia cesa un poco”
Este puso la sombrilla encima de mi cabeza y ambos comenzamos a caminar juntos, yo miraba sus hermosos ojos color violeta e intentaba charlar con el un poco llegando a lograr algo, su nombre era Kotaro Kishida y había venido a vivir a Tokio a buscar una vida mejor. Cuando llegamos a su casa este saco su llave y abrió la puerta, me dijo “Pasa” y puso a un lado el paraguas totalmente mojado.
“Bien ya llegamos” Este se acercó levemente hacía mi y me dijo
“Te traeré algo de ropa para que te cambies” Cuando oí eso simplemente me había quedado algo sorprendido parecía ser muy atento pero simplemente pude decir...
“No gracias no es necesario”
“¡Claro que si! ¡Si no te cambias puedes resfriarte!”
“Pero...”
“¡Nada de peros!” En ese momento solo pude pensar... “Parece mi madre...”
Este se dirigió a su habitación para buscar algo de ropa trayéndome una camisa muy ancha y unos pantaloncillos cortos, este me dio la ropa y me dijo donde estaba el baño para ir a cambiarme, fui hasta alla y cerré la puerta con pestillo para luego comenzar a quitarme la ropa totalmente empapada, estuve así hasta quedar totalmente desnudo, cuando comencé a pensar en cosas sucias sobre el... me había quedado perdido en mi mente un par de minutos cuando derrepente escucho que Kotaro toca la puerta diciendo “¿Estas bien?” Cuando me di cuenta me encontraba recostado sobre la puerta apenas sostenido por mis manos, hasta que mire hasta abajo y note que tenia... una erección, soló pude pensar en vestirme rápidamente intentando ocultarla por un rato hasta que lograra bajarla, cuando por fin lo había logrado salí intentando borrar aquellos pensamientos sucios de mi mente.
Mientras caminaba en pleno pasillo comencé a mirar las diversas pinturas en la pared, era una familia sentada en un sillón parecían muy felices y note que uno de ellos era Kotaro, parecía una persona totalmente diferente cuando oí que alguien había dicho.
“¿Que haces?” Era Kotaro pero había vuelto a tener esa mirada fría en su rostro.
“Nada... solo viendo esta foto en tu pared, ¿esa es tu familia?”
“Si...”
“Valla parecen muy felices en esa foto, hablando de eso... ¿Donde están?”
“¿Ellos?... Pues están muertos...”
“¡Que!... Oye yo realmente lo siento no fue mi intensión hacerte sentir mal yo...”
“Tranquilo... no pasa nada no sabías”
Luego de eso me tomo la mano y me llevo a la sala, parecía que no quería que siguiera viendo aquella foto y las demás, ambos nos sentamos en un sillón y un gran silenció había quedado plasmado en la habitación, mi mente solo podía pensar... “¡Estúpido! ¡Soy un idiota!” Cuando derrepente oí un leve sollozó y parecía ser de Kotaro, cuando voltee a mirarlo vi que de sus ojos brotaban lagrimas de dolor pero este solo intentaba mirar ah otro lado para evitar que yo lo viera, verlo de aquella manera me desgarraba el alma, no lo conocía, no sabía nada de el... Simplemente ¡Nada!... Pero aun así intenté hacerlo sentirse mejor diciendo.
“Oye... se que no debía preguntar sobre tu familia, se que me odias pero... ¡Por que haces esto!”
“¿Eh? (sollozó)”
“... Nada... mejor no digo nada...”
Mire fijamente hacía el suelo avergonzado intentando pensar que todo esto era un sueño, pero simplemente no podía... no podía, cuando derrepente pude sentir su mano en mi hombro, diciendo.
“No estoy molesto contigo, no te odió, es solo que me recuerdas a un amigo que me lastimo hace mucho tiempo y aunque te pareces mucho a el no eres igual y de eso me di cuenta...”
“¿Que?”
“Si... la mayoría de las personas no se me acercan por temor a que les haga daño... pero tu, te acercaste a mi aunque tuvieses miedo”
“Pero... ¿me consideras tu amigo?”
“Claro y espero que tu me consideres igual” Sus lagrimas se habían secado y una gran sonrisa se formo en su rostro, era agradable y bastante franco con sus pensamientos.
Ese día me había quedado en su casa aunque algo era seguro había logrado algo... un amigo en que confiar y con quien estar a un lado.