-----
— ¿Minnie?
— ¿Qué?
— ¿Qué se siente cuando te masturbas? Quiero saber ¿me cuentas?
Xiu Min escupió la leche chocolatada que estaba tomando y miro, entre abochornado y shockeado, a Chen.
— ¿Cómo?— preguntó, creyendo que había oído absolutamente mal. Era imposible que Jong Dae no supiera ¿no?
— Lo que oíste— dijo sin una pizca de vergüenza y se sentó en frente de un sorprendido Min Seok— Quiero saber que se siente.
— ¿Nunca lo has hecho?— le preguntó, incrédulo— ¿Es alguna especie de broma? ¿Un juego? ¿Apostaste con alguno de los chicos?— observó a su alrededor para ver si encontraba a alguien espiando.
— No, Min Seok, no es ninguna broma— se mordió el labio inferior y se removió en su asiento, empezando a sentirse nervioso— Verás… mis padres me dijeron que no era correcto, que me iría al infierno o algo así si lo hacía…— Chen miró hacía sus propias manos mientras hablaba y se puso a jugar con ellas— Ahora sé que es algo normal pero… bueno… aún no puedo hacerlo… Siento que si lo hago mis padres de algún modo lo sabrán… Por eso, aunque sea, quiero saber por experiencia de otro qué se siente… Tu lo has hecho alguna vez ¿no?— finalizó, mirándolo fijamente.
Xiu Min supo, en ese preciso momento, que la cosa iba en serio. Que Jong Dae lo llamara Min Seok, que se notara nervioso, que desviara la mirada eran señales muy claras de que la situación no era joda.
— Perdón por preguntártelo a ti— se disculpó antes de que Min Seok pudiera hablar— Se que tendría que preguntárselo a Kris o a nuestro manager, pero no me sentía cómodo preguntándole a ellos— miró a su hyung, apenado— Pensaba esperar a que volviéramos a Corea y preguntárselo a Suho para no molestarte o incomodarte pero la curiosidad me está matando— se sonrojó— Se cuanto te incomodan estos temas… Lo siento…
Oh, mierda. Oh, carajo, Oh, por las vacas ¿Qué se supone que debía hacer? Para Min Seok era una tortura hablar sobre temas tan íntimos. Esas charlas, definitivamente, no se le daban para nada bien. Lo más probable era que terminara desmayado de la pura vergüenza o con suerte, antes de caer inconsciente, alcanzaba a huir como humo que se lo lleva el diablo. Ni hablar cuando tartamudeaba y empezaba a sudar a mares, Xiu Min se volvía un completo manojo de nervios en situaciones estresantes. Y no le cabían dudas de que ese tema era la madre de las situaciones que lo estresaban y hasta le agarrotaban los músculos. ¿Contarle a Chen que sentía cuando se tocaba? El solo pensarlo hasta le daban náuseas de los nervios. Porque sí, él se masturbaba ¡claro que lo hacía! Pero de ahí a solo saberlo él y contárselo a otro eran dos cosas muy diferentes, separadas por un profundo y oscuro abismo.
Las ganas de decir no eran fuertes, pero no podía ser tan cruel. Sabía que aún faltaba mucho para que regresaran a Corea y tampoco podía simplemente decirle que hablara con Kris, Lu Han, Lay o Tao. No solo por el hecho de que la barrera del idioma podía terminar confundiendo aún más a Jong Dae sino porque, también, ninguno de los chicos parecía ser una buena opción para una charla así.
Kris no tendría ningún tacto para explicarlo.
Tao terminaría huyendo de la vergüenza al solo oír la palabra o, si no huía, lo más probable era que no supiera qué decir.
Lu Han seguro se le reiría a Chen en la cara y lo cargosearía por siempre y, a la hora, todo EXO se habría enterado de la situación.
Lay lo más seguro era que, a la mitad de la charla, se desviara a un tema que nada que ver y confundiría aún más a Jong Dae.
Tampoco preguntarle al manager era una muy buena idea. Seguramente lo único que haría sería regañar a Chen por preguntar cosas tan estúpidas y le diría que se preocupara por mejorar y no por boberías hormonales.
Y así la única opción que quedaba era él. No es que Min Seok fuera la opción correcta, pero sin duda, entre los candidatos disponibles, el único algo decente era él. Para colmo era el mayor del grupo, así que de todos modos tendría que hacerse cargo le gustara o no. Y no sabía si sentirse feliz o molesto por ello.
— ¿Hyung?— lo llamó al ver que no le contestaba nada.
— Dios, Jong Dae— suspiró— No sé cómo responderte, me tomaste por sorpresa— admitió, intentando conservar la calma. Si Chen estaba nervioso, definitivamente, Min Seok no podía estar nervioso. Tenía que transmitir una seguridad al otro que no sentía en lo absoluto.
— Lo lamento— dijo, sintiéndose culpable de poner a Xiu Min entre la espada y la pared— No debí preguntártelo, se que hablar de estos temas no te gusta.
— No, no hay nada que lamentar ni disculpar ni nada por el estilo— negó— Solo dame hasta la noche para pensar en cómo responderte ¿de acuerdo?
— ¿Seguro? Puedo esperar, Min Seok.
— Estoy seguro— le sonrió.
Y Xiu Min se ganó una sonrisa radiante y un caluroso abrazo por parte de un feliz Jong Dae que luego salió corriendo de la cocina.
— Bueno— se dijo Xiu Min así mismo— Acabo de poner un pie en mi tumba.
-----