Es difícil. Y aunque nadie dijo que seria fácil, tampoco nadie menciono que todo seria tan complicado. Pero que se le iba a hacer, Siwon en si mismo es difícil. Y esta bastante seguro de que eso fue justamente lo primero que le llamo la atención de él. Siwon es todo buenos modales, ropa cara, citas de la Biblia y autos de lujo. No pegan, son tan distintos que asusta. Lo asusta a él, por que escapa de su control y si hay algo que a Kyuhyun le gusta es tener todo bajo control. En especial a todo lo que le pertenece.
Por que si, Siwon le pertenece. Es su cosa, novio o como se le quiera decir. Pero es suyo y no hay nada que le joda más que compartir SUS cosas. Y la sola mención de WGM lo enferma a niveles que escapan de su control. Y escuchar a Siwon hablando de lo linda, agradable y buena persona que ha resultado ser Liu Wen lo come por dentro. Y no tiene importancia que sea su novio en ese momento, por que cada vez que habla de ella le entran unas ganas de matarlo que apenas y se las aguanta. Lo mataría, así de golpe. Le tiraría lo primero que encontrase a mano y le gritaría: "No deberías estar ahí, no deberías conocer a personas mejores que yo. Personas de las que puedes hablar delante de otros. No deberías" Pero en cambio se calla, sonríe y juega el papel de buen compañero que lo hace feliz. Por que es lo que le hace feliz y es todo lo que tiene permitido hacer.
Así que esta enojado pero triste y nunca antes se había sentido así. Que le ha tocado soportar por años a otros 12 tipos y ahora apenas puede con uno. Le jode tanto sentirse miserable consigo mismo que quiere arañar las paredes de su habitación. El único lugar que le va quedando donde no tiene que fingir esa tranquilidad y felicidad que esta lejos de sentir. Su habitación que huele a Siwon.
Termina tomando su mochila, un pijama y una cantidad nada saludable de comida chatarra y se va con Changmin. Que no pregunta nada, se hace a un lado y lo deja invadir su espacio con todas sus porquerías y sentimientos a medio cuajar. Le sonríe, lo consiente y come con él hasta que no puede más y tiene que ir por algún remedio para no terminar con sobredosis de azúcar. Kyuhyun sospecha que se siente tan miserable como él.
Debería ir a buscarle. Lo sabe. Lleva días sin hablar con él. Pero el miedo de que Siwon le diga que ya esta harto de aguantar sus niñerías lo aplasta como si una pared de concreto le hubiese caído encima. Por que le quiere. Lo quiere tanto que el solo hecho de pensar en perderlo le revuelve el estomago. Le da pánico, se le corta la respiración y no consigue hilar un pensamiento coherente. Y es que Siwon es demasiado. Le pone patas arriba el mundo. Y es tan estúpido, que ni siquiera se da cuenta de que podría estar con cualquiera en vez de él. Con mujeres hermosas y adorables como Liu Wen. Mujeres con las que podría salir por ahí, besarse y hasta casarse algún día. Mujeres. Nada de chiquillos malcriados como él.
Si fuese capaz de decírselo todo seria más fácil. Decirle que lo ama tanto que si lo pierde seguramente se va a romper en pedazos, todo él. Decirle que a veces la lejanía se le hace insoportable y que tiene miedo de que en algún momento no le alcance la fuerza para saltar los muros que van creciendo entre los dos. Por que ha descubierto lo terrible que es perder a alguien que amas y no esta seguro de poder vivir sin él a su lado. Verlo feliz al lado de alguien más lo ha superado. No quiere saber nada de niñas lindas que hayan compartido el tiempo que es tan valioso para él con su novio.
- Estas hecho una mierda.
- Mira quien viene a hablar.
Changmin le tiende una taza humeante y Kyuhyun tiene que recordarse que esta con su mejor amigo y no con Yesung, el maniático del café. Mirarlo a él es como mirarse a un espejo, pero ni así consigue encajar la taza de café con su estado de ánimo. Se esperaba un sin fin de alcohol, no un café más negro que su vida.
- Creo que debería hablar con Yunho.
- Que has hecho ahora?
- Nada. Y ese es el problema.
Kyuhyun asiente y envuelve sus manos en la taza caliente. Lo entiende. Siempre lo ha hecho y siempre lo va a hacer.
- Queda poco para que entre al servicio y es obvio que espera que yo le diga algo. Pero no puedo, no por que no quiera....Es que no puedo.
- Si puedes.
- Cállate.
- Changmin.
- Vale, debería hablar con él antes de que se vaya.
- Deberías.
Sopla el café y se bebe un sorbo. Le sabe amargo y caliente. Por eso no le gusta el café.
- Y tú también deberías. Me gusta tenerte por aquí, pero no siempre voy a tener el estomago para tragarme tanta porquería junta.
Kyuhyun apoya la taza sobre su pierna y su cabeza sobre el hombro de Changmin. Esta cansado. Y se siente tan miserable.
- No es tan fácil.
- Si las cosas fueran fáciles, estaríamos buscando la manera de hacerlas complicadas.
Suspira y calcula mentalmente cuanto le tomaría llegar a la casa de Siwon. Esta cerca. Si se apura podría estar ahí en unos 15 minutos. La nada misma.
- Eso explica el café?
- Amargo, como tú y tu miserable vida amorosa.
No puede parar la risa que le viene en olas que lo sacuden al punto de casi tirar el bendito café en la alfombra. Y le sorprende un poco darse cuenta que lleva semanas sin oír su propia risa. Por que Siwon no esta y sin él la alegría se desvanece.
Y de repente matarlo ya no es tan importante como el besarlo de nuevo.
- Chang, tengo que irme.
- Claro, me intoxicas con dulces y luego te vas. Típico de ti.
Seguramente tiene pinta de vagabundo. Con los pantalones de buzo que le vienen grande y la capucha mas gastada que su nombre en boca de las fans. Pero le da igual. Por que la urgencia es más grande.
Antes de irse se para en la puerta y le da una mirada a Changmin. Otra vez esta mirando su taza de café. El semblante oscurecido de tanto pensar.
- Deja de tomar café, te hace poner más sabio y la sabiduría no te pega.
Changmin tiene la delicadeza de fingirse insultado antes de aventarle la taza de café y reírse como maniático.
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Kyuhyun esta seguro de que no va a abrir. Siwon es orgulloso cuando quiere. Y seguramente a esas horas va a tener muchas ganas de serlo.
Se esta planteando darle patadas a la puerta después de tocar el timbre una veintena de veces. Esta perdiendo la paciencia.
- Ábreme - Medio suplica, medio ordena. - Ábreme, ábreme. Ábreme, ABREME. QUE ME ABRAS JODER.
Siwon aparece tras la puerta con el ceño fruncido. Su pie a quedado a medio camino de la próxima patada y el mayor lo mira con reprobación.
- No deberías maltratar las puertas de otras personas.
Suena demasiado tranquilo. Y tampoco se hace a un lado para dejarle pasar. Y se esta congelando ahí afuera, por que hace un frío terrible del que su ropa de vagabundo no lo protege.
- Puedo pasar?
- Puedes, pero no quiero que pases, Kyuhyun.
Siwon es contundente, como un golpe en el estomago. De repente tiene unas nauseas que apenas logra disimular.
- Tenemos que hablar.
- Tenemos? - Siwon enarca una ceja y le da una de esas miradas que mezclan incredulidad e ira a la par. - No quiero.
Hace el amago de cerrarle la puerta en las narices, pero el terror le puede más a Kyuhyun y se prende de su ropa antes de que la puerta se cierre. Su espalda recibe el impacto de la madera con fuerza pero no se queja. No sabe cómo, pero esta encima de Siwon. Aferrado a él, todo piernas y brazos enredados a su alrededor.
- No - Y llora, encima de esa polera negra sin gracia que de hecho él le regalo. - No, no, no.
Lo besa. Un choque violento y desordenado que le duele un poco pero no lo suficiente para hacerlo separarse. Siwon no se mueve. Ni siquiera lo sostiene. Se queda ahí, mudo. Pero no se da por vencido. Poco le importa la dignidad o el orgullo, por que él no va a perder a Siwon.
Cuando ya casi no le quedan fuerzas para sostenerse a si mismo, cuando las lagrimas han llegado a su beso y ya no puede más, Siwon lo sostiene. Lo rodea con los brazos y Kyuhyun se sube a sus caderas. Es tanto el alivio de sentir como su beso por fin es respondido que ni cuenta se da de que su cabeza ha ido a estrellarse con el marco de la puerta mientras entran a la casa.
Un montón de palabras se agolpan en su boca. Y no puede seguir besándolo por que si las deja dentro se va a ahogar. Por que, no puedes, no me dejes, eres mi novio y si te vas me muero y odio a tus amigas, solo te beso yo, y por favor, por favor no me dejes. Y lo saca todo, por fin. Balbucea por lo que parecen horas, colgando del cuello y las caderas de Siwon, llorando como si la vida se le fuera en ello, convulsionándose en su ataque de nervios.
- No quiero discutir mas.- Siwon le acaricia el pelo mientras le abraza y le susurra al oído- estoy harto de discutir contigo.- Kyuhyun quiere prometerle que no va a pasar más, que va a dejarse de tonterías, pero no puede, porque aún le tiembla el cuerpo y el corazón apenas le va- Sé que tienes miedo, pero el echo de que yo no tenga ninguno debería bastarte para pensar que estoy buscando una solución para quedarme contigo para siempre sin importar nada ni nadie. No podría vivir sin ti.
Asiente y se desliza por las caderas de Siwon hasta el suelo y le mira, siente los ojos acuosos y la cara tensa. Y le parece extraño hasta que entiende que es por las lágrimas secas, esas cosas no le pasan nunca ni él reacciona así, pero por eso le gusta tanto Siwon, saca lo mejor y lo peor de él. Lo saca todo.
Y entonces lo besa. Con esa dulzura que ya creía perdida y a la que se aferra de nueva cuenta. Por fin se siente como en casa. Su casa. Como al principio, en el primer beso. Enreda sus dedos con el cinturón del pantalón y le aprieta contra sí y es como si el mundo volviese a su orden natural. Al correcto.
Algo tan simple y fugaz como una caricia suya es capaz de transmitirle mil veces más que cualquier palabra o gesto.
A veces incluso, le da sensación de que puede rozar su alma.
Al menos esa noche. Tiene tantas ganas de que Siwon le quiera, que no puede hacer otra cosa que nada, dejarse hacer. Así que se deja llevar sin mediar palabras. Se limita a vivir el momento, sentir la excitación en sus venas cuando se siente preparado y Siwon le penetra y le embiste y le hace gritar por todos esos días en los que se ha sentido horrible y herido.
Y es que le necesitaba más que a nada.
Siente su peso y la respiración alterada en su cuello y que le jodan, que le maten si no daría el resto de su vida por sentir todo eso un millón de veces más.
Tal vez tenga que dejar de tener miedo, de estar paralizado dudando de sus pasos, y ponerse a luchar por que eso dure toda la eternidad. Por que lo tiene ahí, entre sus manos, solo tiene que protegerlo aun a costa de su alma.