—No puedes estar triste toda tu vida, tienes que seguir adelante. ¡Ni que fuera la única mujer en el mundo! —le repetía su amigo quien le acompañaba en su tristeza, trataba de animarlo de todas las formas posibles. Al principio, cuando recién había terminado con su ahora ex novia fue un poco menos directo y trataba de no mencionarle algo que le pudiera hacer más daño; sin embargo, conforme fue avanzando el tiempo y como veía que el chico no mostraba mejoría, optó por restregarle en la cara lo mala persona que había sido con él y que por ello mismo no debía sentirse triste, pues la chica no lo valía.
—Eso intento, de verdad. Pero no puedo, yo la amaba… aún la amo.
—¡Ahí está! ¡Lo dijiste! «Yo la amaba», por favor olvídate de ella, mándala al carajo. Te sentirás mejor…
—¡¿Cómo?! —dijo ya más alterado. Su compañero había sido quien comenzó con el tema, al inicio de la conversación tan solo comenzaba a sentirse triste, pero sus palabras solo habían provocado que sus lágrimas amenazaran con salir— ¡Todo lo que hago me recuerda a ella! ¡Estuvimos juntos por tres años! Éramos como una sola vida, no iba a ningún lugar sin ella, y ella no iba a ningún lugar sin mí…
—Te equivocas y lo sabes —le interrumpió su amigo. Sabía que lo que le diría sería muy duro para él, pero tenía que escucharlo o jamás se recuperaría—. Ella sí iba a lugares sin ti, se iba con…
—¡Basta! —gritó para evitar que continuara, pues ya sabía lo que le diría y no le gustaría. Ya con las lágrimas sobre sus mejillas, se levantó de la cama y salió con rapidez al baño donde esperaba que nadie más le molestara y le dejaran hundirse en su tristeza, que era lo que él quería. El otro se levantó tras él e intentó detenerlo pero aunque era fuerte, no lo era tanto como él, se liberó de su agarre y logró adentrarse en el estrecho baño y se encerró.
—Jaehyo… piénsalo, no está bien que te sientas así toda tu vida. No eres el único que ha terminado con alguien, ¿recuerdas cuando Minhyuk terminó con su novia? Todos sabíamos que la estaba pasando mal, pero sabía que para mejorar debía tratar de olvidarse de ella, hasta que lo logró —su amigo le había seguido hasta el baño, pero como el otro se había encerrado, solo podía hablar con él a través de la puerta.
—No es lo mismo, Minhyuk fue quien terminó con ella. Quién sabe cómo esté la pobre.
—¡Pero si eres terco! —alzó la voz Taeil, ya se estaba cansando de la actitud de Jaehyo, por más que intentaba reconfortarlo, animarlo para que fuera la misma persona que antes de haber terminado con su novia, sin embargo, todos sus esfuerzos hasta entonces habían sido en vano—. Bien, no insistiré más, ¡haz justo lo que ella quería! —después de gritarle lo anterior, sin importarle que los demás en la casa le escucharan, se fue dando zancadas de enojo a su habitación, en ese mismo instante en el que Taeil se dirigía decidido a su recámara, Kyung salía de la cocina con un trozo de pan en la mano, se detuvo para ver al más chico y antes de poder preguntarle qué le había sucedido, Taeil azotó la puerta tras él, dejando a Kyung confundido.
Se quedó en aquella posición por un momento, tratando de adivinar qué podría haberle molestado de esa forma, mientras se devoraba lo último del pan que tenía en su mano, cuando de pronto escuchó la puerta del baño abrirse, dejando ver a un Jaehyo decaído, con los ojos y nariz irritados por el llanto y por un momento intercambiaron miradas. Verlo así le preocupó y se acercó a él con paso lento hasta que Jaehyo levantó la mano indicándole que se detuviera.
—Estaré bien, Taeil tiene razón, no puedo estar así por siempre —Kyung le sonrió—. Pero al menos por lo que resta del día quisiera estar solo —con la misma mano que tenía delante de su cuerpo señaló su habitación y tras un asentimiento por parte de su amigo Kyung, se dirigió de nuevo a su cueva.
—¡Por fin! —exclamó Kyung alzando los brazos luego de que el otro se adentrara a la habitación, después, corrió a la suya por su móvil el cual mantenía cargando su batería, quitó el cable y con rapidez marcó el número que sabía de memoria— Jiho, tengo noticias, ya entendió que no le hace bien estar así, por fin.
—Espera, ¿de quién hablas? —del otro lado, estaba Zico en el estudio con Poptime, tratando de conseguir alguna buena pista. Ambos disfrutaban del trabajo y no importaba la hora que fuera, con cualquier excusa se metían en el estudio y no había poder humano que los sacara de ahí hasta que conseguían algo de lo cual estar orgullosos.
—De Jaehyo, parece que el esfuerzo de Taeil hoy surtió efecto —una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de Zico al escuchar aquello, sonrisa que por supuesto, Kyung no pudo ver—. Solo que me dijo que hoy quería estar solo.
—Bueno, eso es lo de menos; un día más, uno menos… lo importante es que logre superarlo.
—Deberías intentar hablar con él mañana, ¿no crees?
—¿Qué podría decirle que Taeil no le haya dicho ya?
—Ya sabes a lo que me refiero…
Un momento de silencio.
—No.
—¿Por qué no? ¡Es tu oportunidad, aprovéchala!
—No, Kyung, no puedo. Quizás después… ahora no. Te dejo, debo seguir trabajando, estoy con Poptime en medio de algo —colgó.
—Terco —resopló, sabiendo que había usado su trabajo de excusa para evitar seguir con el tema.
Esa noche Kyung fue a la habitación de Taeil a contarle lo que Jaehyo le había dicho luego de haber salido del baño, aquello alegró a Taeil y le sacó un gran peso de encima. Gracias a Kyung, esa misma noticia se propagó a los demás habitantes de aquella casa: Jihoon y Minhyuk, siendo este último el que avisó del tema a otro de los amigos: Yukwon.
Lo que le había pasado a Jaehyo no era una tragedia. Sin embargo, ninguno de los seis chicos quienes compartían con él su vida gracias al famoso grupo de K-pop Block B, dejaron pasar el tema del rompimiento de Jaehyo con su novia debido a que sabían perfectamente cómo era su compañero y amigo en algunos temas, se preocupaba el doble, a veces el triple de lo que debería preocuparse por pequeñeces de su vida; así que cuando le sucedía algo que probablemente le afectaría, todos estaban atentos a él de alguna manera, pero haciéndole ver que no tenía por qué tomarle tanta importancia a esos problemas que podía resolver rápidamente, él siempre hacía una tormenta en un vaso de agua.
Al día siguiente, como Jaehyo le había dicho a Kyung, salió de su habitación un poco más temprano que los últimos días para desayunar con sus compañeros de casa. Estos al verlo sonrieron instantáneamente, al parecer, Jaehyo sí se había tomado sus palabras y las de Taeil en serio.
—¿Cómo amaneciste? —le preguntó Taeil cuando el más alto se sentó junto a él en la mesa. Minhyuk se había ofrecido ese día para preparar el desayuno y Jihoon le ayudaba a servir la mesa junto a Kyung.
—Mejor que otros días —le respondió con una sonrisa.
—Me alegro, por cierto, Zico nos avisó hace rato que tiene buenas noticias, tal vez compuso ya algunas canciones, y quizás pronto volveremos —eso había cambiado el semblante de Jaehyo a uno mucho más alegre, se notaba que se había esforzado por parecer más tranquilo que los días anteriores pero la noticia que le había dado Taeil le alegró en serio.
—¡Está listo! —alzó la voz Minhyuk y comenzó a servir los platos para cada uno, mientras Jihoon los repartía.
Más tarde, después de haber llegado a la compañía, todos se habían reunido en la sala de prácticas de baile. Zico les ordenó sentarse sobre el suelo de madera mientras él se posicionaba frente a ellos con unos papeles en su mano derecha, su mánager estaba junto a él.
—Gracias por llegar a tiempo como les pedí. Verán, sobre las buenas noticias que les tenía… tendremos una sub-unidad.
Los preparativos para la nueva sub-unidad se llevaron a cabo sin ningún contratiempo, los chicos que serían parte de ese grupo ya se habían elegido gracias a un juego que sugirió su mánager luego de ver el desorden que estaban haciendo, obviamente, todos querían ser parte de él, finalmente, fueron Minhyuk, Jihoon y Yukwon quienes habían ganado en ese juego en donde debían obtener la pelota de color rojo dentro de una caja. Taeil, Kyung, Zico y Jaehyo habían sacado las de color azul. Así que, pronto las presentaciones en los diferentes programas de música de Corea del Sur llegarían para la nueva sub-unidad: BASTARZ y todo estaba listo.
Otro día en la compañía, Zico y Minhyuk, quien había sido elegido líder de la sub-unidad, se encontraban junto a su mánager revisando los lugares de los próximos fan meeting para BASTARZ, uno en particular llamó la atención de Zico y sonrió discretamente mientras colocaba una pequeña nota justo al lado del nombre del lugar que visitarían.
—… Busan, Jaehyo —escuchó el aludido decir a Zico y no pudo evitar sonreír de alegría por saber que acompañaría a los chicos a su lugar de origen, debía admitir que lo extrañaba y ahora que sabía que lo visitaría, ya tenía en su cabeza los planes que haría una vez ahí.
Se llevó a cabo lo planeado en la agenda de BASTARZ. Mientras tanto, el trabajo seguía siendo ligero para Taeil, Kyung y Jaehyo, y aunque para Zico también pudo haber sido ligero, él siempre buscaba algún pretexto para seguir en la compañía, en el estudio de Poptime o en el propio, ¡era todo un adicto al trabajo! Lo bueno de ello era que, a pesar de que terminaba cansado, eso era lo que él disfrutaba.
Llegó el día en que BASTARZ junto a Jaehyo debían partir a Busan, el viaje fue tranquilo y llegaron poco antes del anochecer, lo que Jaehyo agradeció porque tenía pensado visitar a unos amigos que no había visto en mucho tiempo; pero claro, primero debía ir a visitar a su familia, pues eran las personas a quienes por supuesto, más había extrañado. Y luego de la ceremoniosa bienvenida que su madre le dio a su hijo menor, este se fue a casa de uno de sus amigos.
—¡Jaehyo! —le dijo Yonhyung tras habérselo encontrado en el vestíbulo de su casa, había sido recibido por su joven esposa y esta había llamado a su marido con un grito que más bien había parecido un amable canto para Jaehyo, se sorprendió un poco, pero ya conocía a Haneul y su desbordante ternura y amabilidad.
—¡Tanto tiempo! —respondió Jaehyo y se acercó a su amigo para darle un cálido abrazo que duró un par de segundos, este le sonrió una vez que se apartaron y Yonhyung le revolvió los cabellos, provocando que su peinado se alborotara un poco. Jaehyo no se quejó, ya se lo esperaba.
—¿Cómo has estado? He visto las noticias, sé que como Block B les ha ido bien pero me refiero a ti, más personalmente —de pronto la sonrisa de Jaehyo se apagó y soltó un suspiro—. ¿Qué? ¿Sucedió algo malo?
—Tengo mucho que contarte, Yonnie —su amigo lo llevó hasta la sala de estar y ambos se sentaron en un sillón, Jaehyo en el más pequeño y Yonhyung en el más grande—. Verás, te sorprenderás, terminé con Minji.
Y justo como lo había dicho, la sorpresa en el rostro de Yonhyung no se hizo esperar.
—¿Pero cómo? Si ustedes eran tan unidos, Jaehyo, la verdad yo creí que pronto me llegaría la invitación de la boda —Jaehyo sonrió amargamente—. Lo siento, mala broma. Pero, ¿por qué?
—Bueno… al parecer veía a alguien más desde hace tiempo, me enteré por su amiga, me dijo que no podía seguir ayudando a ocultar eso a Minji y creyó que lo correcto era decirme. Al principio no le creí pero ella me citó en cierto lugar, yo me mantenía escéptico, después de tanto tiempo no podía desconfiar de Minji, pero resultó ser que era cierto.
—Lo siento, sé que debió ser difícil para ti, de haberlo sabido hubiera ido contigo a Seúl —Jaehyo negó sonriéndole esta vez con sinceridad.
—No era necesario, también tengo muy buenos amigos allá en Seúl, ellos me conocen casi tanto como ustedes y supieron cómo hacerme recapacitar, en verdad estaba muy mal pero lo logré. Sigo apreciándola pero, creo que por fin podré seguir adelante sin que el recuerdo de lo que hizo me perturbe más.
—En ese caso hay que celebrar que te deshiciste de ella. ¿Qué?, —preguntó luego de ver la cara de disgusto de su amigo—. Lo siento pero es verdad, si en serio estuvo viendo a alguien más mientras seguía contigo entonces no tienes por qué lamentarlo y alégrate de que por fin se acabaran los engaños —Yonhyung tenía razón, así que Jaehyo decidió no replicar. Este se levantó del sillón y fue hasta su escritorio el cual se encontraba en una de las esquinas de la sala de estar, regresó a sentarse con algo en la mano, se lo mostró—. Mañana estás ocupado, ¿cierto? —Jaehyo asintió mirando curioso lo que le mostraba, adivinando qué era—. Bueno, estas son ni más ni menos que tres entradas para el juego de los Giants, iremos tú, Jin y yo pasado mañana, ¿qué tal?, ¿te sorprendí?
El rostro de Jaehyo se había iluminado en un instante, le mostró a su amigo una enorme sonrisa y asintió ansioso.
—¡Sí!, ¡no puedo creer que iremos a verlos!, hace muchísimo que no voy a un juego de béisbol, con esto de las giras y grabaciones, cuando jugaban en Seúl siempre estaba ocupado, ¡genial! —Jaehyo miraba emocionado las entradas que su amigo le había entregado. Después de enterarse de lo que le había pasado con su ahora ex novia, Yonhyung se sintió más feliz por que su sorpresa le hubiera alegrado, pues además le serviría como una forma de distraerlo de sus problemas.