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Llévame Afuera por Zamazen

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Notas del fanfic:

Esta es la primera historia original que subo, espero la disfruten~

—Su majestad.— el joven de pelo negro llamó al príncipe.
Las manecillas del reloj marcaban las doce, hacía varias horas que la luz se había filtrado por la ventana a lo alto de la habitación, iluminándola completamente; aun así, el joven príncipe dormía imperturbable en la cama.
Eran casi ciertos los rumores, la figura durmiente del príncipe era apenas tan cautivadora como decía la gente, pensó Ryu
Su habitación no era nada como se la había imaginado por las descripciones de los ciudadanos. Era sencilla, la cama era lo que mas espacio abarcaba, seguido por el tocador, donde se levantaban montañas de libros, todos amontonados, supuso que a eso se refería la gente con "desordenada", prácticamente todo lo demás estaba en su lugar.
La silueta enredada en las sábanas de la cama se movió un poco, volviendo a acomodarse.
—Su majestad, es medio día— el chico de ojos negros se inclinó para susurrar en su oído.
—Mmh— dijo —ya voy, ya voy

Con un bostezo se incorporó, sus despeinados cabellos dorados cayendo sobre su angelical rostro.
Miró al chico moreno frente a él por un largo rato mientras sus ojos esmeralda se ajustaban a la luz.
—Y tu... ¿Quién eres?— Preguntó el príncipe, confundido.
—Mi nombre es Ryu, su nuevo asistente personal— respondió el mas alto.
El chico en la cama hizo una mueca, mirándolo de pies a cabeza, lo que le pareció molesto al más alto. «me advirtieron que este chico me puede causar problemas, debo tener cuidado»
—y dime, ¿qué edad tienes?— preguntó, levantándose de la cama
—diecinueve, salí del colegio para empezar a trabajar
El chico rubio mostró desinterés mientras se desvestía frente a él, tirando la ropa con la que durmió, al suelo.
—Así que solo eres un año menor que yo— volteó la cabeza para mirarle con una sonrisa burlona una ultima vez antes de meterse al baño—que lindo.

Ryu siguió al baño al joven príncipe, quien ya se había adelantado a la bañera, sumergió su cuerpo entero, sus cabellos rizados y alborotados asentándose con el agua.
—Ya está el desayuno?— Le preguntó, sosteniéndose de los lados de la bañera.
—Si, su padre lo está esperando abajo— respondió Ryu, más concentrado en hacer espuma con el jabón que en las preguntas del príncipe, quien parecía más ocupado viéndose él mismo, estiraba un brazo frente a su cara y sonreía, luego lo hacía con una pierna, no había duda que este príncipe era un vanidoso de primera, pensó él, suavemente lavando su delicada espalda.
—¿Sabes lavar?— Preguntó, rompiendo el silencio.
—Lo siento, ¿lo estoy haciendo mal?
—No, solo preguntaba si ya lo habías hecho antes— respondió el príncipe.
—Si, a mi abuela cuando le dio amnesia, y luego a mi madre.
El joven príncipe guardó silencio, dejando que las manos del extraño trabajaran en su espalda, estaba acostumbrado, su padre traía a un montón de sirvientes para que le asistieran en todo momento, la mayoría pedía el trabajo porque escuchaban que el hijo menor del rey era un chico joven y hermoso de delicadas facciones y rizado cabello dorado. "Angelito" o "Niño lindo" siempre lo llamaban, él lo detestaba.
Se dejó tallar y enjuagar por el chico moreno que decía ser su nuevo sirviente.
Ryu ayudó al príncipe a salir de la bañera, le puso su bata sin hacer ningún sonido, lo perfumó y vistió tal y como el chico le ordenó, y lo siguió al comedor.
—Padre
—Ah, Hedley, ya conociste a Ryan saludó el monarca, casi grosero
—Ryu señor— lo corrigió.
—Si, si, eso—Dijo el rey —ven Hedley, siéntate a comer— señaló el asiento frente a él.
Hizo como se le pidió, tomando el tenedor apenas su comida llegó frente a él. Ryu se mantuvo inmóvil junto a la mesa.
—Mis hermanos...—comenzó Hedley
—Magnus salió— lo interrumpió el rey
—ya... —su delicadas manos apretaron el tenedor, parecía estar formulando su siguiente pregunta cuando la puerta detrás de ellos se abrió de repente, dándole paso a uno de los mayordomos de la casa, Valentin, Ryu lo reconoció de la vez que llegó a pedir el trabajo.
Se acercó al rey, sin notar a Ryu, a Hedley o a la otra sirvienta parada al final de la mesa. Susurró algo al oído del rey, quien inmediatamente saltó de su asiento.
—Hedley, debo atender este asunto, ¿te molestaría terminar sin mi?
Antes de que él pudiera responder, el rey se había dado media vuelta, dirigiéndose hacia la puerta junto con su asistente.
Hedley suspiró, soltando sus cubiertos frente a él una vez que la puerta se cerró. Sin decir una sola palabra se retiró del comedor rápidamente, como para no ser visto llorar.
Ryu sostuvo su aliento mientras observaba al príncipe retirarse, no entendía lo que pasaba, no entendía su reacción. Justo cuando se estaba decidiendo a seguirle los pasos, la otra sirvienta al extremo opuesto de la mesa lo llamó.
—Mejor déjalo por ahora, siempre se pone así
Se dio media vuelta, sorprendido de que le hubieran leído el pensamiento. Por primera vez le dedicó una buena mirada a la señora, se notaba en su blanca cabellera y las avanzadas arrugas en su cara que había estado trabajando por muchos años, tal vez en el palacio, pues su uniforme de sirvienta se notaba deslavado en las orillas, y aún así se mantenía elegante.
—el príncipe... —comenzó, acercándose a ella
—el príncipe tiende a saltarse comidas cuando esta frustrado,—lo interrumpió— usualmente por su hermano mayor o asuntos con su madre, lamento que hayas tenido que ver eso en tu primer día trabajando aquí. —le dedicó una amable sonrisa, se veía en su edad la experiencia que tenía, quién sabe a cuantos otros sirvientes había visto llegar e irse...
—ven a la cocina, te prepararé algo
—No, no, yo no...— Comenzó, levantando ambas manos
—Venga, si no es pregunta,—le dijo, dándose vuelta y dirigiéndose a la cocina, Ryu no tuvo más remedio que seguirla— eres el sirviente más joven que he visto servir al príncipe, y de los más jóvenes por entrar en este palacio ¿cuál es tu nombre?
—Ryu... ¿El más joven? Solo tengo diecinueve —declaró, tomando asiento frente a la mesa de la cocina.
Aquel lugar era el triple de grande que la cocina de su casa, incluso tenía una mesa en el centro, un horno de leña y enormes alacenas.
—Soy Noely, yo entré a los veintiuno, empecé a trabajar para el príncipe William, fui de las pocas que se quedaron una vez que llegó al trono, llevo mas de cuarenta años trabajando aquí
—Entonces, ha de saber mucho del príncipe, ¿cierto?— La observó andando de aquí para allá preparando el desayuno mientras hablaba, trató de memorizar el lugar de los platos, las tazas, los cubiertos...
—hijo mío, de él y de todos los demás príncipes, los he visto crecer y convertirse en los señoritos que son ahora, el príncipe Hedley claro fue el ultimo, pero me hice muy buena amiga de su madre.
—¿los demás príncipes?
—cinco en total, el príncipe Theo, el príncipe Georg, el príncipe Alexander, el príncipe Magnus y el príncipe Hedley
—¿dónde están ellos? —preguntó mientras Noely dejaba el plato de comida frente a él.
—ah, al príncipe Theo casi no se le ve por aquí, por ser el mayor siempre esta ocupado, al igual que el príncipe Georg, pero él de vez en cuando viene de visita y sale a pasear a caballo junto a su hermano Alexander
—¿y...?
—el príncipe Magnus es por quien menos deberías preocuparte, sale a diestra y siniestra como se le da la gana—Tomó asiento frente a Ryu, sacando un pañuelo del bolsillo de su delantal —El príncipe Hedley tiene prohibido salir del palacio, a pesar de ser el menor, su reputación es bien conocida por todo el reino...
—¿Nunca ha salido? —preguntó Ryu, casi ahogándose con el té.
—Pero claro que lo ha hecho, siempre tiene que ser escoltado por alguien de confianza. —Noely se sirvió una taza de té igual que Ryu— claro eso se demuestra difícil con alguien como él, el pobre es muy inestable emocionalmente
—¿dónde está su madre?
Noely negó con la cabeza
—él no querría que te lo dijera, es un asunto muy difícil para él, pero casi no pasa tiempo con ella.
Ryu suspiró, rendido, ¿qué clase de relación llevará con su madre? Si él tuviese una madre sana y mucho tiempo que perder se la pasaría todo el día con ella. Terminó pensando en su hermanita Olympia, se preguntó si ya habría desayunado, si habría llegado sin problemas a la escuela...

—Mejor ve con él, se andará preguntando dónde quedó su sirviente— Noely le dedicó una amable sonrisa antes de ponerse de pie, levantando los platos sucios de la mesa, Ryu le siguió los movimientos, silenciosamente retirándose de la cocina.
De camino a la habitación del príncipe se dijo a si mismo que podía aguantar lo que sea que el destino le trajera, aun si venía acompañado de un príncipe centrado en si mismo.

Llamó a la puerta, la enorme puerta de madera tallada con una H dorada en la parte de arriba,
—¿Majestad?—cuidadosamente entró en la habitación, aun la única luz provenía de la ventana sobre la cama. —¿majestad?
Se lo encontró tendido sobre la cama, mirando al techo.
—Tengo práctica de arco en unos minutos—apuntó al reloj en la pared—me pararé entonces
Ryu asintió, sin saber si el príncipe lo veía
—¿Qué te dijo mi padre? Cuando te aceptó para el trabajo...
—Dijo... Que no me hiciera ilusiones, que podía ser despedido en cualquier momento...—El rey apenas le había dirigido la palabra cuando lo tuvo de frente, no intercambiaron más información además de mandarlo a la habitación que le correspondía
—Que honesto— Ryu creyó ver una sonrisa amenazando aparecer en el rostro de Hedley mientras se levantaba,—entonces...— se acercó hacia la entrada, tomando el arco y su bolsa con flechas de su armario —Puedes cargar mis flechas

 

Notas finales:

Ah, espero estar publicando minimo una vez por semana, también me gustaría escuchar sus comentarios al respecto, gracias por leer~


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