Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Camino a Casa por ShuKoi

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Pues.... me quedó bien lindo XD Antes de que me salgan con ¡plagiadora! pues.... leí un doujinshi que se llama "Sora to Kumo to Momo" y, al final de éste, decían unas frases muy similares al final del fic, y éstas me dieron la idea para escribir éste fic. Realmente, el fic no se parece en nada al doujinshi, sólo en las palabras del final. Bueno, disfruten, ¡Y arriba el MomoRyo!

Camino a casa

Normalmente, caminaba a casa yo sólo. La verdad era bastante tranquilo hacerlo, pero a veces sentía mucha soledad. Vacío… Y siempre veía a las nubes.

Pero ahora, hay alguien que cada día desde que no conocimos y nos volvimos amigos, me acompaña.
Ahora… ya no es tanto el vacío. Es simple calidez, una calidez a mi lado.

Las nubes, calidez…

Y Momo-senpai.

Ese día simplemente caminamos juntos, hablando de competir en los nacionales. Desde el día en que había sido eliminado de los titulares, Momoshiro había trabajado tan duro por recobrar su puesto, y cuando Tezuka se marchó a Alemania, logró obtenerlo de una manera algo fácil. Sin embargo, él no estaba satisfecho con su fuerza, con su estilo de juego. Siempre estaba inquieto, siempre diciendo alguna estupidez. No sabía qué le pasaba, se enfadaba con facilidad y las cosas le salían bien a la final.

Yo tuve una pequeña idea, invitarlo a casa. Ese día mi padre estaba fuera, y mi prima había salido con mi madre a comprar algunas cosas, ropa, e incluso a hacer las compras de la casa, y eso quería decir que no regresarían hasta muy entrada la noche.

Él aceptó, algo reticente al principio ya que sabía que querría hablar con él acerca de lo que le pasaba, pero al final logré convencerlo. (¿Qué creen que estos preciosos ojos no sirven de nada?) Entramos juntos, y ambos nos quitamos los zapatos para ir directamente a la cocina. Momoshiro se sentó mientras yo buscaba unos helados que habíamos comprado mi padre y yo ayer para comer juntos. (Lo siento, oh gran Nanjiroh-sama, pero Momoshiro llegó antes que tú al refrigerador –sarcasmo-) Le entregué uno de los dos, y luego hablamos un rato.

- Echizen, ¿Seguro que realmente no te importa que Tezuka se haya ido a Alemania? – Preguntó, era como la cuarta vez que lo hacía.

- Mada Mada Dane… ¡Es la cuarta vez que te lo repito, Momo-senpai! – Sí, la cuarta. – Sí me importa, pero eso ayudará bastante al crecimiento del equipo. – Respondí.

- Oh… Heh. – Rió levemente, nervioso a mi parecer, empezando a rascarse la nuca con la mano libre. – Entonces sí te importa… -

- Sí, pero no mucho. El buchou me ponía nervioso a veces… - Con él era la única persona que podía ser 100% sincero. – Y siempre estaba empeñado en que debía convertirme en el pilar central de Seigaku… Aunque no digo que esté mal… -

- Echizen, tienes unas habilidades increíbles en el tennis, nunca lo olvides… Por eso Tezuka-buchou quiere eso de ti… - Se apoyó de la mesa con los codos, mirándome a los ojos.
Yo le devolví la mirada y luego reí. – Extraño de ti, Momo-senpai, estarme adulando. –

- ¡No te adulo! – Peleó él. – Sólo digo la verdad, y no te emociones que eso no pasa todos los días… -

- Oye, Momo-senpai… - Por fin me atreví. – Algo extraño te ha estado pasando últimamente. No sé qué será, pero de alguna manera, te tiene hiperactivo. Más de lo normal, claro…-

- Es que… no estoy contento con mi puesto de titular. Sólo volvieron a aceptarme porque el buchou se fue a Alemania, y eso no me parece agradable ni justo. Quiero ganarme mi puesto, quiero derrotar a Kaidoh, a Taka-san, a Inui-senpai, a quien sea, pero quiero recuperar mí puesto de titular con los méritos que se deben… -

Con que eso era. Lo miré, y sonreí. – Mada Mada Dane, Momo-senpai. Te mereces el puesto. –

- ¿Qué? – Sonrió de una manera algo eufórica. - ¿Acabas de decirme que sí me merezco el puesto de titular de Seigaku? –

- Exactamente, Momo-senpai. Mira, eres uno de los pocos tenistas de ese colegio que vale la pena, quitando claro, a los titulares de ahora. Escucha… cuando te sacaron de los regulares… - Suspiré, ocultando mi rostro entre mi cabello adrede. Estaba nervioso. – Me dolió mucho. Detesto el tennis de Inui-senpai, a pesar de que me agrade su personalidad. Sé que incluso has jugado dobles con él en una oportunidad, pero el tennis no se conforma de datos. Se juega, no se estudia. –

Sus ojos enfocaron los míos mientras yo mordía tranquilamente mi paleta de helado de chocolate con vainilla. (Cubierta de chocolate e interior de vainilla *¬*) Al sentir esa penetrante mirada, sin darme cuenta, dejé resbalar un poco del mantecado por mi barbilla.

Momoshiro se me acercó de manera lenta, mirándome a los ojos, y tomando una servilleta de la mesa para quitarme el helado. Mis mejillas se ruborizaron, ya que después de la acción de “limpieza”, no se había apartado lejos de mi rostro. Seguía ahí, viéndome fijamente.

- Gracias, Echizen. Muchas gracias por darme este ánimo que tanto necesitaba… - Susurró. Al parecer se dio cuenta de la poca distancia que quedaba entre nosotros ya que se alejó muy bruscamente, tanto, que incluso me asusté.

- Momo-senpai… lo digo de verdad. – Susurré yo de vuelta, volteando mi mirada, apartándola de esos ojos violetas que me parecían bastante agradables. Momoshiro me tomó de la barbilla, y me obligó a verlo. – No miento. Me dolió mucho cuando te sacaron de los regulares… Cuando pudiste jugar con Eiji en aquél partido contra Hyoutei… me sentí… realmente orgulloso. Por primera vez te veía… y… jugaste dobles… como un experto… - Sonreí. Al ver aquéllos ojos, la verdad era que los nervios se esfumaban. – No me importó nada más. Simplemente… tu combinación con Eiji fue muy buena… y después seguiste entrenando… Momo-senpai… Realmente tu estilo de juego vale la pena…  y yo… estoy feliz de que vuelvas a ser titular. A pesar de que en aquél juego contra Hyoutei tú ya no eras titular… era tan feliz de que jugases… de alguna forma u otra… siendo o no titular… Simplemente verte jugar es… - Colocó un dedo sobre mis labios. Yo callé, con las mejillas ruborizadas de nuevo.

- Detente. Echizen… no hables más… - Dijo. Sus ojos se habían nublado. Podía notar otra atmósfera, distinta a aquélla de momentos atrás. – Si no dejas de decir esas cosas….-

- ¿Qué ocurrirá…? – Pregunté, cuando él me soltó de improvisto. Mordí de nuevo mi helado, ya que se estaba derritiendo y estaba escurriéndose por mis dedos.

- Aparte de lo de mi puesto como regular… yo… siento algo… algo distinto… -

- ¿Distinto? – Pregunté de una manera que califiqué como demasiado inocente, mientras lamía distraídamente la crema en mis dedos. Momoshiro seguía los movimientos de mi lengua con sus ojos.

- Entiende, Echizen… Tú… - Se me acercó, tomándome de la muñeca. Ambos perdimos el equilibrio y terminamos en el suelo. Yo volteé la mirada para verlo fijamente. Sentí un extraño calor en mi pecho, distinto al que sentía cuando Momo-senpai me abrazaba, cuando se me acercaba, cuando simplemente me tocaba. Era como un cosquilleo cálido en mi corazón.

- Cuando me dices esas cosas no me puedo contener… quiero decírtelo… pero no… no es correcto… -

- ¡¡Momo-senpai!! Ya llegamos así de lejos, lo que me tengas que decir no me vale de nada comparado con lo que me estás haciendo sentir… - Exclamé, nervioso. Ese cosquilleo se dispersaba por todas partes, opacando mis pensamientos. - ¡No puedo ni pensar! ¡Es la primera vez que me pasa! –

- Eso… ¿Qué…? – Tu rostro mostró confusión ante mis palabras. ¡Pero es que mis pensamientos eran tan confusos! Quería tomarlo por el cuello de la camisa y… besarlo…

- ¡Siento algo extraño! ¡En todo el cuerpo! Y eso… sólo me pasa de vez en cuando, y sólo cuando estoy contigo… - Solté, rápidamente. Mis piernas empezaban a temblar. No podía estarme pasando eso, no me podía estar sintiendo atraído hacia aquéllos tiernos ojos púrpuras…

- Pues… - Sonreíste. – Habrá que probar… algo… - Y así fue cómo sentí los labios de Momoshiro Takeshi presionando los míos en un beso.

Todo ese calor se expandió hasta mis brazos, obligándolos a subir y aferrarse del cuello de Momoshiro. Correspondí con timidez ese beso, el primero en mi vida. Y lo extraño del asunto era que me estaba besando con Momo-senpai, pero aquél calor no mentía… me gustaba Momo-senpai, y mucho. Me abracé fuertemente a él y tomó posesión de mis cabellos, acariciándolos lentamente, haciéndome estremecer. Primera vez que sentía algo así…

- Ryoma… Ryoma… yo… te…. – Lo callé con otro beso. Habíamos terminado sentados en el sofá, simplemente callando. Callando y ocultando muchas cosas que debíamos decirnos.

- Momo-senpai. No digas nada más. Yo… con ese beso lo entendí todo. – Tomé su mano entre la mía, entrelazando suavemente sus dedos fuertes con los míos, delgados y finos. – Entendí lo que no quise ver desde que te conocí… - Suspiré. Qué tonto había sido. – Entendí que aquélla rabia al verte marchar del club, aquél día cuando dejaste de ser titular, era algo distinto a lo otro que sentía por los demás. Momo-senpai, tú… eres especial. Para mí, eres más especial que cualquiera. Sólo necesitaba un empujoncito para darme cuenta de ello… -

- Echizen… - Me abrazó fuertemente.

A partir de allí, los caminos a casa fueron más cálidos que nunca, nos tomábamos de la mano montados en la bicicleta a escondidas. Salíamos juntos, y en alguna esquina oscura de cualquier lugar nos dábamos tiernos besos. Adoraba la calidez de Momo-senpai, y él disfrutaba estar a mi lado.

Nubes, calidez.

Y Momo-senpai. Siempre estaba a su lado, sujetando su mano. Sintiendo su calor.

¿Se puede ser más feliz?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).