Jongin está jodido. Literal y no literalmente.
Tuvo sexo con su mejor amigo, que por cierto, tiene novia, hace dos meses atrás. Fue culpa del alcohol, sin embargo. De hecho, estaba tan ebrio que no recordaba nada de lo que había sucedido esa noche.
Recordaba haber discutido con Jongdae porque no tenía ánimos para ir. Tenía tarea atrasada en Biología y planeaba terminarla esa noche nadando en su propia miseria mientras sus amigos se divertían.
Pero siendo el amigo estúpido que era, Jongdae se había negado a dejarlo y lo había amenazado con mostrarles a todos su foto de pequeño vistiendo un tutu. (En su defensa Jongin dirá que era muy pequeño y solo se había dejado a merced de su hermana)
Jongin no iba permitir que esa foto circulara por los móviles de todo el alumnado. Antes muerto. Por ello se cambió el pijama y maldijo la estúpida sonrisa de victoria de Jongdae.
Tan pronto como llego quiso salir corriendo. Kyungsoo y Minah estaban ahí. Pero no tuvo suerte, Kyungsoo lo vio y él tuvo que componer su mejor sonrisa para no levantar sospechas.
En cuanto tuvo a sus amigos lejos, se sentó en la barra y bebió todo lo que pudo.
Jongin tiene el resto de recuerdos borrosos excepto el momento en el que Kyungsoo lo tiene contra una de las paredes mientras lame toda la extensión de su cuello.
Todo es tan confuso que intentar recordar algo más le produce dolor de cabeza.
Ah.
Pero Jongin recuerda bien el terrible despertar. El ardor en su trasero, la extraña sustancia en su abdomen y sus muslos, el dolor en sus caderas, su total desnudez y todas esas cosas obvias que deja una larga noche de sexo como señal.
Jongin jura nunca haber visto los ojos de Kyungsoo tan grandes cuando su mente conecto las señales igual que la suya.
Cayó de la cama señalándolo con el dedo. Boqueando como pez fuera del agua. Jongin no espero que Kyungsoo estuviese estable para salir corriendo.
Bajo los cinco pisos de diferencia entre el departamento y el suyo y se encerró jurando nunca más volver a salir.
No hablaron por dos semanas. Se rehuían el uno al otro como si se tratase de la peste y se sonrojaban con fuerza si sus ojos se encontraban.
Fue Kyungsoo quien dio el paso hacia a la paz y propuso olvidar lo sucedido esa noche. Jongin acepto de inmediato y pronto volvieron a ser los mismos.
Pero ahora todo estaba arruinado. Las dos rayitas de la prueba de embarazo están ahí condenado su existencia para siempre.
Era la décima prueba que tomaba y ya no tenía ninguna duda de que estaba embarazado.
¿Qué haría ahora? Su padre iba a matarlo y luego su madre y su hermana llorarían su muerte.
Huir tampoco era una opción. Era menor de edad con solo pocos wones en su bolsillo. No iba a llegar más lejos de la heladería unas calles más abajo.
Decidiendo que tenía que hacer algo pronto o su cabeza estallaría con tantas ideas en ella salió del baño y busco a su hermana. Hyuna sabría qué hacer.
-Noona…- lloriqueo tocando la puerta de Hyuna.
Hyuna abrió restregándose un ojo porque Jongin había interrumpido su siesta y ella necesitaba dormir. Quien dice que la universidad es sencilla, no sabe dónde se está metiendo.
-¿Qué quieres?- pregunto malhumorada. Si desaprueba su último examen por quedarse dormida hará Jongin al horno.
Jongin puso cara de cachorrito regañado y le entrego la prueba.
Hyuna parpadeo porque aún estaba con sueño, sus ojos enfocaron las rayitas y dio un chillido. Jongin retrocedió asustado.
-Tu… - Hyuna abrió la boca sin poder creer que la prueba era positiva - ¿Qué hiciste, Kim Jongin? – gruño mirando a su hermano con ojos acusadores.
El menor gimió.
-¡No sabía lo que estaba haciendo!
-Claro que no sabías lo que estabas haciendo ¿Tienes idea del lio en el que me has metido?- Hyuna froto el puente de su nariz porque Jongin era el niño consentido de su madre. Ella solo dirá que la culpa es suya por no cuidarlo apropiadamente.
-¡Hey! ¡Preocúpate por mí! – dijo Jongin indignado.
-¡Me preocupo por los dos, idiota! ¡Dios, ni siquiera yo he sido tan irresponsable!- grito enojada y decepcionada.
No es un secreto que sus padres esperan más de Jongin. Incluso ella misma lo hace. Jongin es un buen estudiante. Tiene unas notas sobresalientes y no se mete en problemas a diferencia de ella que solo saltaba de fiesta en fiesta. Sus padres habían discutido llevárselo a Londres con ellos cuando empezó la secundaria pero Hyuna había apelado para que lo dejaran tener una adolescencia normal sin tener la presión de estudiar sobre sus hombros tan pronto. Su madre que no se fiaba de ella ni un poquito se negó a dejar a Jongin en corea pero su padre estuvo de acuerdo.
Jongin fue puesto a su entera responsabilidad y Hyuna se estaba maldiciendo ahora por haber abierto la boca.
Jongin se encogió porque su hermana esta más enojada que de costumbre y la última vez que la vio tan alterada alguien salió lastimado.
Hyuna trato de ordenar sus ideas o sufriría un colapso.
Su hermanito de diecisiete años estaba embarazado. Con un demonio, no había mucho que razonar en ello. No era tonta como para no saber que Jongin tenía una vida sexual, no tan activa como la suya quizás, pero activa al fin y al cabo.
Pero en ningún momento se le paso por la cabeza que su hermano sería tan estúpido para no saber usar un condón.
Le dio una mirada a su hermano y le pareció estar viendo al mismo niño perdido y asustado cuando sus padres se fueron. Bueno, era momento de sentirse culpable por haberle gritado.
Envolvió a Jongin con sus brazos y el menor sollozo.
-No llores, resolveremos esto juntos como siempre ¿sí? – animo ella separándose un poco, limpiándole las lágrimas y dejándole un beso en la frente.
Jongin asintió y volvió a abrazarla porque el apoyo de Hyuna era lo más importante para él y ahora que ella estaba ahí sosteniéndolo como siempre podría afrontar cualquier cosa.
Incluso estar embrazado de su mejor amigo, el mismo del que ha estado enamorado por dos años. El mismo que tiene una novia. El mismo que lo odiara cuando se entere de su estado.