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Dulces, revistas y cabarets por MeiNozomi

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Notas del fanfic:

Mes Mura-Aka

Notas del capitulo:

Buenas noches - bueno, aquí es de noche jeje - sólo quería decirles de que a pesar de que este fic está un poco atrazado, sólo quería cumplir por el mes Mura-Aka, espero que lo disfruten tanto así como yo lo hice al escribirlo.

Era la semana en que la primavera se funde en el verano y en que los hombres salen en grupos al exterior, a las plazas, a los campos para gozar del frescor y la belleza de la naturaleza.
Sentado en un banco, se encontraba un chico alto -casi de dos metros- mirando unas paletas que sostenía en ambas manos, a la par en que estaba sumido profundamente en sus pensamientos, sólo miraba los colores de ellas. De ese modo se sentía su corazón, con muchos colores y tonos, revuelto, confuso ...
Trataba de encontrar una explicación a su triste existencia, ¿Por qué estaba allí? ¿Para qué? . Un suspiro recorrio sus labios y una pesadez en su pecho; miró hacia el cielo, buscando alguna respuesta milagrosa, algo que lo confortara ... pero era ridículo, allí nada encontraría.
Decidió entonces seguir haciendo lo que habitualmente hacía, primeramente, ir a la tienda de dulces y llenarse por lo menos, dos bolsas; luego, ir a otra tienda en donde los conseguía gratis si compraba una revista cualquiera, para entretenerse un rato. 
Todos los días hacía lo mismo y eso se repitió mes tras mes, habían pasado unos siete meses, pero su perspectiva cambiaría por siempre ... justo en el momento en que estaba tratando de encontrar su razón de ser, se le presenta una persona, una hermosa persona.
Esos días cambiaron por completo, su corazón se sentía diferente ... mariposas y sentimientos raros recorrian todo su cuerpo, lo estremecía y lo despertaba en las noches como un susto, pero hermoso susto que no daba miedo, daba placer ... alegría.
 
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Como todos los días Murasakibara se levantaba temprano a pasar por sus dulces y la tienda de comics y revistas varias, en el camino prestaba atención a los pequeños detalles de la naturaleza, lo hacía sentír más vivo. Una vez recorrido la tienda de dulces y estos comprados, se dirigió directamente a la segunda, hace diez meses sólo iba por interés, por un interés diferente ya no eran las revistas, los comics era el vendedor ... su nombre ... su nombre ... aún no lo sabía pero pensaba en "Eros" , "Cupido" -que más bien tenía una contextura y rostro de niño pequeño- y el mismísimo "Aizen Myō-ō".
 
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-Buenos días - dijo Akashi , como un buen vendedor que era.
-Buenos días - respondió Mura quien observo al pelirojo que mantenía su mirada en unas revistas, mientras las acomodaba.
Primeramente, recorrió la tienda sin ver ni una revista, sólo a mirar a su atractivo vendedor. Cada vez que Akashi levantaba su mirada, Murasakibara levantaba una revista cualquiera.
 
-Mido ... - llamaba alguien al lado suyo - Mi - i doo ... -.
-¿Qué quieres? - preguntaba una voz gruesa y seca.
-Elije una porno - respondía el primero, agarrandose del segundo.
-¡TAKAO! - llamo la atención del otro.
-¿Qué? ... ¿Qué gracia tiene estar en este sección si no vamos a llevarnos ninguna para ver en casa? ... los dos solos ... con las luces apagadas ... - seguía hablando Takao.
-¡BASTA! ¡Nano-dayo! - gritaba Midorima cansado.
-Midooooo ... - volvía a decir el primero haciendo puchero.
-suspiro- Has lo que quieras - ordenó poniendose colorado.
 
Murasakibara vió todos aquellos movimientos y lentamente acabó comprando tres revistas pornograficas gays ... de alguna manera no le interesaba, compraba cualquier cosa por sólo obtener una pequeña mirada de su hasta ese momento "Eros" , "Cupido" y los dulces que le dejaba tomar. Aunque no sabía bien si estaba enamorado de los dulces o del pelirojo.
-¿Va a llevar tres? - pregunto el pelirojo inclinando su cabeza para ver a Mura.
-Sí, bien envueltas por favor - respondio aganchando su mirada para ver medianamente sonrojado al otro.
-El pelirojo no entendía la reacción del alto, si era por la clase de revista que llevaba o le daba vergüenza tomar los caramelos como siempre lo hacía - Gracias por su compra, puede tomar los caramelos que quiera - dijo con una hermosa sonrisa, que hizo poner aún más nervioso al alto.
-Gracias a tí - respondio Mura, acto seguido con su gran mano, mirando hacia otro lado, tomó un puñado de caramelos y se esfumó de la escena.
Su corazón latía fuertemente, pero tenía los sentidos mezclados.
 
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Una vez llegó a su casa, éranse las diez de la noche, y ya en su cama con una cerveza a su lado, comenzó a ver las revistas. Respiraciones algo frenéticas aparecían ... estaba exitado.
Pero algo llamó su atención en la revista , en donde daban la publicidad de un cabaret para "homos" que no quedaba lejos de su casa y pensó - ¿Cómo nunca lo había notado o siquiera visto? , tampoco había mucho movimiento por ése lugar entonces ¿Cómo? - repentinamente su celular sonó ahuyentándolo de sus pensamientos.
 
-¿Hola? - preguntó sin muchas ganas, porque sabía quien era.
-¿Muro-cchi? ¿Cómo estas? ¿Bien? - dijo rápidamente en unos segundos a Murasakibara.
-Bien Kise-chin - respondió desaganado - ¿Y tú? ¿Y Aomine? - preguntó al segundo.
-Bieeen, excelente, por tener sexo - respondió lascivo - ¡OE KISE! - se escuchó del otro lado - Tranquilo mi amor, hablo con Mura - dijo tranquilamente - ¿Y ESO QUÉ? ¡CORTA YA! ¿POR QUÉ AHORA LO LLAMAS? - se volvió a escuchar otro ruido raro - ¡OE MURASAKIBARA! Bueno ... esto ... ya lo sabes, luego te llamamos ¡Adiós! - y se cortó la llamada.
-Bien - respondió Mura a todo.
Volvió a ver su revista, era viernes debería de hacer algo por su joven vida. ¿Salir a una discoteca? Quizas ... pero no era de su gran agrado ... pensaba y pensaba. Una lamparita se encendió en su ser cuando dió un vistaso a la revista ¿Y si conocía el cabaret sólo una vez? , para ver cómo era el ambiente. 
Lo pensó casi por una semana, volvió a ser viernes, pero no se animó, era sábado por la noche y tenía ansias,curiosidad ... hasta que decidió tomar un buen baño, mucho perfume y un traje un poco elegante, ya que era un lugar reconocido por su alta cuna. Estaba listo para conocer aquel sitio.
 
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Llegó a aquel lugar, era muy grande y bien lujoso. En un momento hasta quiso irse de allí porque había muchos hombres de dinero y para esa noche, no tenía mucho para gastar, en la semana invirtió comprando muchos dulces, chocolates, etc.
Se sentó en una esquina, en donde había sillones rojos con mesas redondas, allí se sentía un poco más tranquilo.
-¿Qué le sirvo esta noche guapo? - le preguntó un chico con una altura más o menos entre 1,80 y 1,90, pelo largo negro llegando hasta su barbilla.
-Un Martini por favor - respondio mirando la figura de aquel chico.
-Hoy tenemos hombres muy guapos, pero pocos chicos con quien estar, si quiere mi turno termina en una hora y podemos pasárnosla bien, me llamo Reo puede buscarme cuando quiera en la barra - dijo el pelinegro mirándolo lascivamente y se alejó a por su pedido.
Repentinamente las luces se apagaron y unas luces iluminaron un pequeño escenario, allí se encontraba una silla dorada ... muchos hombres se pararon para mirar el, al parecer, "show". Pero no, de ése lugar salió un chico que tenía un Kimono Japonés y su rostro tapado por muchos colgantes brillosos, igualmente a su parecer era muy conocido porque muchos hombres se acercaban a besarle la mano, al ser que acababa de aparecer.
-Su Martini guapo - Dijo el chico pelinegro que lo sacó de sus vistas.
-Muchas gracias - respondio Murasakibara sin dejar de mirar a aquel extraño chico.
-Si quieres puedes ir a pedirle su mano, puede hacerte pasar la mejor noche de tu vida ¡Ah! pero una cosa, tienes que pagar 80.000 yenes - no terminó de decir su oración porque fue interrumpido.
-¿¡Qué!? ¿80.000 Yenes? - preguntó sumamente sorprendido.
-Sí,  y otros chicos están 50.000 ... lo siento, pero si vienes a este lugar no te lleves el chasco de no llegar con el dinero - respondió y se rió del otro, acto seguido se retiró de allí.
-¿Disculpe? ¿80.000 Yenes por aquel chico? - preguntó Murasakibara a otro hombre cercano a su lugar.
-Sí, pero también dicen que unas veces lo hizo gratis porque conocía a lo hombres, pero después no vuelve a tomarlos a no ser que le pagen, además ¿ves cuántos hombres besan su mano y se van? - informó y preguntó el segundo.
-Sí, claro -respondió, acto seguido - ¿Por qué lo hacen? - preguntó curioso.
-Porque de esa manera ve si le parece interesante acostarse o no con esos hombres, él da la aprobación absoluta ¿Es la primera vez que vienes aquí? - dijo el hombre mirando algo pasmado.
-Eee ... sí - Afirmó aún con su vista al chico, en verdad tenía mucha curiosidad por ese mundo nuevo que estaba conociendo.
-Pues ... ¿Por qué no pruebas? Eres muy guapo - dijo el hombre, incitándolo a ir.
-Termino el Martini y quizás me den ánimos - respondió algo indeciso.
-Lo termino por tí ... ¡Ve! ¡Ve! - dijo el segundo, dándole empujoncitos al chico alto.
 
Tomó un fuerte respiro ... caminó hasta la fila de hombres que besaban la mano del chico y se iban algo desganados, por un momento se arrepintió pero cuando iba a hacerlo ya era su turno.
 
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-Usted sigue - dijo un hombre vestido de negro, quien antes, lo palmeó para revisar que no tenga nada dañino.
Se quedó mirando a aquel hombre, que sólo tenía extendida su mano y miraba a otro lado como si nada le interesara de todo aquello, que para su vista era algo más que curioso.
Se acercó al chico y se arrodilló por su altura, para besarle cortezmente su mano - Buenas noches - sólo dijo y besó la cálida y suave mano de aquél chico.
-Buenas noches - respondió el chico, por el cual todas las personas de allí se sorprendieron, ya que a nadie le había prestado atención alguna.
Un escalofríos recorrió su ser, era una voz muy suave y serena ... tranquilizadora.
Murasakibara levantó su mirada algo sorprendido porque en verdad no sabía como actuar, que hacer ... hasta que un chico con traje blanco se le acercó al hermoso chico que se encontraba delante de él.
-¿Qué quiere hacer amo? - preguntó en voz baja.
-Eso lo resolveré en mi habitación, déjelo pasar - respondio el chico levantándose de su silla.
Mura se levantó y vió la gran diferencia de las alturas que llevaba, por lo cual le dió mucho miedo. Además, cuando se levantó hasta el mismo chico lo observó y al mirar a su alrededor todos lo observaban ... claro era muy evidente la diferencia, más que eso.
-Disculpe señor, lo acompaño hasta la habitación - dijo el chico de traje blanco.
-Sí ... sí - asintió Murasakibara desapareciendo de allí.
 
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Entró en la gran habitación, era muy lujosa y tenía una cama muy grande con frazadas en color bordó. Un pequeño sitio en donde había sillones y una mesita angosta.
El chico entró y repentinamente una música tradicional comenzó a sonar, éste comenzó a bailar con pasos lentos, calmos mientras una diminuta luz iluminaba su pequeña figura.
Murasakibara no podía creer que era lo que estaba viendo, se encontraba en verdad atontado y maravillado con aquel chico, tenía muchas granas de hacerlo suyo.
Despaciosamente el chico se fue sacando sus ropas una por una, hasta quedar desnudo. Mura observó atentamente a ese pequeño cuerpo, pálido y sobre todo pequeño, en ese momento ya estaba sumamente excitado pero tenía miedo, entre ambos había mucha diferencia de contexturas.
El chico sin sacarse sus colgantes de su rostro, sin dejarse ver, se colocó en las piernas del mayor -que se encontraba sentado en la punta de la cama- y siguió bailando lentamente encima de él. Mura sostenía con ambas manos la diminuta cadera del anterior, sus manos casi la tapaba. 
La música se detuvo ...
-Sácate toda la ropa - ordenó el chico a Mura, quien obedeció sin ninguna objeción.
 
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Ambos se encontraban desnudos y el pequeño comenzó a mamar el excitado miembro del mayor, quien se estremeció al sentir los labios del otro.
El chico lo mamaba como no lo había hecho nadie. Gemía roncamente y apretaba las sábanas de la cama.
-Gime ... gime - ordenaba el chico mientras seguía con lo suyo.
Murasakibara entonces comenzó a gemir, dejándo salir su gran voz ronca.
- Ss ... Aa ... Ss ... Uu ... - gemía sin parar.
Luego de unos minutos, sentía que se corría, entonces detuvo al otro su quehacer y lo levantó con sus brazos. Acto seguido, lo llevó hasta las almohadas y comenzó a besar todo su cuerpo -Gime ... - pidió Mura al otro, y comenzó a marmar ahora él.
-¡Aa! ¡Aa! - gemía sin parar el pequeño chico, quien no se dió cuenta que ya no escondía su rostro, que estaba tal cual era.
Murasakibara lentamente subió hasta su cuello y lo miró, en ese momento ambos se quedaron mirando sorprendidos.
-¿Sigues? - preguntó entonces el chico, para romper la tensión.
-S-sí ... - respondió Murasakibara. Estaba realmente sorprendido y anonadado. 
Ese chico, con quien estaba teniendo sexo, sin compromiso y además lo "alquilaba" por una noche ... ese chico, era el vendedor ... era SU vendedor, era su "Eros" ...
-¿Cómo te llamas? - pregunto el chico, haciendo que Mura vuelva a la realidad.
-M-murasakibara Atsushi - respondió un poco tonto - ¿Y el vuestro? - preguntó sin parpadear, sin titubear, ¡Estaba preguntándo su nombre! ¡Era su sueño!
- Akashi Seijūrō - respondió con una media sonrisa.
- Hermoso nombre - dijo Mura con los ojos brillosos, mirándo sólo a Akashi ... encontrándose él mismo con aquellos hermosos ojos de diferente color.
-Quiero que me hagas tuyo ... ahora - ordenó Akashi tomando los fuertes brazos de Mura.
-¡Oh Aka-chin! - dijo Mura sin pensar, su inconsciente lo había traicionado. Akashi sólo soltó una pequeña risa pero sin pensarlo dos beses, tomó por el cuello al mayor y lo besó sin más.
Era un beso lento y cuidadoso. Mura tomaba a Akashi como si fuese de cristal, delicadamente rozaba sus labios con los del menor, tocaba su cuerpo con paciencia y fineza.
 
Para Murasakibara fué una experiencia nueva, tantas chicas habia besado ... pero ésto era integramente diferente, nó solo porque era un chico al que estaba besando. Sino, porque ahora era diferente y esa diferencia lo hacia sentirse más completo. 
A Akashi le gustaba cada caricia de Mura, tanto en sus caderas como en su lengua, sentir al mayor era algo sumamente intenso.
Esta vez, mientras se besaban, Mura levanto las piernas del menor y se las llevo a sus hombros. Poco a poco y con mucha dificultad Mura metio su miembro en la cavidad del menor, en verdad era estrecho para su gran miembro, cuando logró con algo de dificultad introducir una gran parte, al sentirse ambos gimieron con mucho dolor.
Mura no pudo sostener las piernas de Akashi y las solto despaciosamente. Ambas manos, las coloco en la cama, apretando fuertemente las sabanas ... no queria lastimarlo - Me duele, me aprieta mucho .. - dijo con un hilo de voz.
-Sólo un poco más ... - dijo Akashi, que le dolía mucho su interior. 
-No puedo - respondió Mura que ya sentía su miembro volverse morado.
-Está bien, muévete - asintió Akashi, agarrándose de las sábanas preparándose para lo que iba a suceder.
Murasakibara tomó nuevamente las caderas de Akashi y colocó un almohada en su espalda luego, paulatinamente colocó en sus hombros las piernas del menor y empezó a embestirlo con delicadeza.
Lentamente Mura comenzó a mover su pelvis penetrando a Akashi en un vaivén de placer al mismo tiempo que, sentían como esa maravillosa sensación recorría su cuerpo hasta el último rincón. Lentamente la velocidad aumentaba motivada por los lamentos de placer que el menor exhalaba a cada respiro de aire. Sin embargo, el mayor en vez de parar seguía embistiendo más y más rápido al menor, pero a la vez con una delicadeza para no lastimarlo, pues los gemidos de placer del chico lo excitaban, sin embargo llego el momento y Mura no resistió y se corrió dentro de éste, ambos sintiendo todo el placer completo.
 
Akahi sentía como la esencia del mayor corría dentro de su ser, jamás había sentido algo igual en su vida. Ningún otro hombre le había hecho "el amor", sí el amor ...
 
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Luego de ese maravilloso día Murasakibara iba todos los días a la tienda en busca de Akashi, pero jamás lo encontró.
Así fue casi por dos meses, Mura se sentía desganado y triste, cada vez que pasaba por la tienda y la veía cerrada recordaba al hombre que conoció esa noche, el cual le había dicho que una vez que se acostaban con Akashi nunca más lo iba a volver a tener.
Pasaba noches y noches en su casa, sin hacer nada ... sólo mirar la televisión o acostarse en su cama a no hacer nada ... sólo pensar y mirar el techo.
 
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-¡Ven a casa! - decían desde el otro lado del teléfono.
-No lo sé ... - respondía sin ganas Mura.
-Antes te escuchaba de buen humor, hoy vuelves a ser peor que antes ... deja tu casa un momento, ¡Ven a casa!  - Invitaba su amigo Kise.
-Está bien ... -. Por casi dos meses no había salido de su casa, el primer mes sólo buscaba a Akashi y el segundo sólo se  quedaba en su casa triste y desamparado como en un principio.
 
Subió largas escaleras de un edificio -el edificio en donde vivía Kise y su pareja Aomine- no quería subir rápido. Una vez allí, tocó el timbre de la puerta.
-¡Mura-cchi! - dijo Kise y abrazó al mas alto.
Murasakibara lo abrazó aún más fuerte - ¡Kise-chin! - dijo al unisono con el otro.
-Atsushi ... - llamó otra voz, era Aomine - ¿vienes a mi casa o a abrazar a mi novio? - dijo irónicamente.
-Aomine-chin - llamó Murasakibara y le hizo una reverencia.
-Hola ... ¿triste por un amorío? - pregunto el peliazul riendo - Aag ... nunca vi a Murasakibara de esa manera , no puedo creerlo - dijo moviendo su cabeza hacia los lados - yo nunca estaría triste por algo así ¡AH! - .
-Buena broma, quiero  verte algún día sin mí guapo - respondio Kise ante la acción de su novio.
-Porque nunca voy a soltarte - dijo Aomine y fue hasta su novio, lo tomó de la cintura con una risa entre tierna y malébola, acto seguido,  le dio un beso corto que hizo sonrojar a ambos al darse cuenta con la cara en que los miraba Mura.
 
 
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-¿Sábes que es lo que pasa Mura? - preguntó Kise mirando atentamente a un distraído Mura.
-No ... - respondió desganado.
-Lo que ocurre es que tú crees que la vida es como un sueño, que un día conoces a alguien y van a vivir felices por siempre y ... - antes de que Kise termine su diálogo, fue interrumpido por Mura.
-¡SI QUE PUEDE PASAR! - grito aniñado el alto.
-¡NO PUEDE! - gritó Aomine.
-¡QUE SI! - respondió Mura.
-¡QUE NO! - dijo Kise. En ese momento, sonó en timbre del departamento - debe ser el vecino - .
 
Cuando abrió la puerta se encontró a la persona que creía que encontraría - ¡Aka-cchi! - nombró animado Kise.
-Buenos días Kise, ¿tendrás un poco de azúcar? - pregunto el pelirojo tiernamente.
-¡Sí chiquitín!  , ¡Pasa! - respondio el rubio con una gran sonrisa.
-No quiero molestar a tu pareja - dijo el segundo no queriendo pasar, porque anteriormente había tenido una mala pasada por el celoso Aomine.
-Estamos con un amigo, adelante - dejó pasar Kise al chico , quien puso los pies lentamente en el departamento, además, encogido.
-Permiso, voy a entrar - dijo el pelirojo.
Cuando estuvo dentro instantaneamente su piel blanca se hizo transparente, a Murasakibara se le había caído la paleta de la boca y se paró rapidamente estupefacto. Aomine, no entendía que pasaba y mucho menos Kise que los miraba con cara de desentendido.
Prontamente cuando Akashi corrió hacia Murasakibara y lo abrazó, ambos novios se miraron en el mismo momento sabiendo que era lo que pasaba. Por lo cual, Kise reaccionó y tomó la taza del pelirojo, la llenó de azúcar - Lo siento ... hehe ... - dijo acercándose poco a poco a los seres que se abrazaban - aquí está la taza, pueden ir ambos a tu casa Aka-cchi - acotó , tomó a Aomine del brazo y se fueron de la escena.
-Yo ... yo - quiso hablar el pequeño.
-SHH , quiero ir a tu hogar - dijo el alto tomando a Akashi como a una novia y con las indicaciones del menor llegaron de ese modo hasta la habitación de éste.
 
Una vez dentro de la habitación sólo hubo espacio para la ropa en el suelo y los gemidos que llenaban la habitación, además se completaba con la pasión , el amor y el deseo que de ambos se desprendía salvajemente, como un tornado que arrasa  todo.
-¡Aaa! - gimió con dolor el pelirojo - en todo este tiempo estuve esperándote en donde nos conocimos, pero nunca llegaste - dijo, mientras agarraba fuertemente las sábanas.
-Veo que estuviste inactivo durante el tiempo en que no fui - respondio Murasakibara con voz ronca y suave. Esa voz de la cual Akashi se había enamorado.
-¿Sábes? Me enamoré de tu voz ronca , cuando me decías un simple "Hola" me sentía tan alegre que pensaba que el corazón se iba a ir corriendo - dijo Akashi con una risa, tomando los fuertes brazos de Mura - quiero seguir escuchando tu voz por las mañanas ¿puedo? - pregunto con brillos en los ojos.
- Claro que sí - respondió Mura y acto seguido comenzó a reírse.
-¿De qué ríes? - preguntó Akashi mirando algo serio al mayor.
-¿Sabes? Yo de tí me enamoré porque me regalabas caramelos y eso, me hizo confundir por completo - comentó Mura sonrojandose.
-Y luego, cuando fuiste a ese lugar y bueno ... hicimos eso, nunca jamás me trataron como tú lo hiciste, para mí desde ese momento fuiste el único que mi mente recordaba noche tras noche y día tras día - dijo Akashi. Acto seguido, beso lentamente al mayor.
-En todo este tiempo, no me atrevía a ir a aquel lugar ... yo te esperaba en la tienda, pero tú nunca llegaste ... veo que estábamos esperándonos en diferentes direcciones - comentó Murasakibara volviendo a besar al pelirojo.
-Pero el destino sabe que nos pertenecemos - comento Akashi. 
 
 
Akashi , cedió a la fuerza de Murasakibara y dejó hacerse por aquella persona que había visto desde el primer momento en que sus ojos hicieron contacto, aquel que lo tomó como suyo y lo amó dulcemente.
 
Murasakibara tomó lo que le pertenecía y sólo se dejó ser , sobre todo, ser humano. Y abrió sus ojos, viendo a aquella pequeña persona que tenía debajo y lo amó , lo amó tanto que ambos se cansaron sintiéndose el uno al otro. 
Notas finales:

Muchas gracias por leer y espero de que hayan disfrutado del mes Mura-Aka


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