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La vida sin ti, segundo acto (O la pequeña historias de cómo una estrella se creyó luciérnaga por miles de años hasta su irremediable implosión que le convirtió en agujero negro) por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Hola, se que no eh estado por acá en mucho pero espero sepan disculparme, muchas gracias a los que aun sigan esta historia y por favor disfruten.

Con amor para un gato gordo y un pollo azul.

Capítulo 17

Un brillo tan hermoso y cegador que la luciérnaga no podía evitar sentir celos de ellas, después de todo su luz nunca llegaría tan lejos.

 

Luffy pensó que al profesor Akagami Shanks se le olvidaría la idea de recogerle después de unas horas.

Le había dado la dirección de su empleo con la plena intención de deshacerse del castigo mientras estaba completamente seguro que el pelirrojo no iría a visitarle, mucho menos a recogerle al finalizar su jornada, de forma que al ver aquel Nissan estacionado frente al local casi le había pasado de largo, ni siquiera ver al pelirrojo bajarse del auto le había captado la atención hasta que este llamase su nombre.

— ¡Oe! ¡Luffy! ¿Qué paso con tu uniforme? — aunque Luffy no se lo hubiera dicho el pelirrojo estaba al tanto de que el café de Bon-chan no era exactamente un empleo de “chicos” al menos no en la manera tradicional de aquella expresión.

Luffy levanto una ceja, un tanto curioso por aquella pregunta y más aún por la presencia de su profesor ahí pero sin darle muchas vueltas al asunto sonrió complacido de ver al mayor, olvidando completamente que el motivo para que aquel hombre estuviera ahí, de inicio, era el castigo que apenas y había “escapado” el día anterior, o más bien no el castigo si no la situación con su hermano; El balde de agua lo había cargado encima de su cabeza hasta que Zoro acabase de dar las 100 vueltas al campo de football, sus brazos aun le resentían pero al menos Shanks había cumplido su palabra de no llamar a sus padres para pasar el chismorreo de cómo le había encontrado follando con su mejor amigo dentro de uno de los salones.

—No lo uso para ir a casa. — deteniéndose al instante dedico una breve mirada al auto del profesor, de un negro lustroso e impecable pintura recordaba más o menos haberlo visto en el estacionamiento del instituto, aunque de alguna manera su memoria le decía haberlo visto en algún otro lugar que no recordaba bien.

Ahora sin embargo sabría a quién pertenecía aquel Nissan, levantando la mirada del auto al pelirrojo sonrió levemente al notar que aquel se había cambiado de ropa, en lugar de la camisa de vestir que le conocía normalmente blanca ahora lucía una camisa de cuello bajo en v con un estampado que había pensado solo su hermano sería capaz de usar, enormes orquídeas beige sobre un fondo liliáceo y unas bermudas marrones para complementar con las sandalias y el sombrero de paja desgastado que hacia lucir a su profesor como si acabase de regresar de un crucero por las Bahamas.

—La próxima vez déjatelo puesto.—comento Shanks soltando el humo de su cigarrillo lentamente, Luffy nunca había visto a su profesor fumar pero de alguna manera el que lo hiciera le había hecho sentir ligeramente más atraído hacia él que antes.

Si, Shanks siempre le había parecido atractivo, pero Luffy sabía que había cosas que no se podían hacer, la educación que le había dado su hermano daba al menos para eso, o al menos era lo que había pensado hasta el momento ¿Si a Ace no le importaba que Marco lo tocase por que habría de importarle si otros lo hacían? Y Marco ni siquiera tenía derecho de réplica en ese asunto, por mucho que con Zoro se comportaba como si lo tuviera.

El rubio no era su padre y nunca lo había sido, así como tampoco su hermano lo era y el hombre borracho que solía ser su primera figura paternal dudaba fuera a poner alguna objeción a lo que le diera la gana hacer con su cuerpo.

—Pervertido. — comentó Luffy con una enorme sonrisa, colocando sus manos en las caderas. — Si lo que gustas es ver a chicos en vestido el café de Bon-chan aún está abierto. —

—Sube al auto, te llevaré a tu casa. — Respondió el pelirrojo, correspondiendo la sonrisa del menor mientras apagaba su cigarrillo en la suela de su sandalia.

—¿Me hubiera llevado a la suya de haber traído el uniforme puesto profesor? — Pregunto el moreno juguetón, cruzándose de brazos ahora.

—Posiblemente. —

Luffy soltó una pequeña risa, en verdad que el pelirrojo era bastante descarado, aquello le agradaba. — Bien, la próxima vez que quiera irme contigo me lo dejaré puesto. — Dijo sin hacer ademan alguno de subir al auto, sonriendo de manera picara pero amable. — Prefiero ir a casa solo, pero puede venir por mí el próximo sábado. —

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Acostarse con Shanks era hacerlo con un señor mayor de personalidad igual a la de un mocoso, al menos la mayoría de las veces, no le había tomado demasiado tiempo a Luffy el descubrir que su profesor podía llegar a mostrar facetas tan divertidas como diversas pero cada una de ellas parecía más pervertida que la anterior.

La primera vez no había sido planeada, dentro de la oficina del maestro después de un nuevo castigo era lo último que había esperado el menor, más lo había pensado de alguna ocasión en la que el pelirrojo fuera a visitarle al trabajo, hasta el momento seguía sin dejar que le llevara a casa, siempre diciendo que sería para la próxima, no porque desconfiara de él si no porque no le agradaba la idea de que Shanks pudiera llegar a encontrase con Ace, aunque había prometido no meterle en problemas nunca estaba de más el prevenir con su hermano, o Marco, o ambos.

Eso no le había impedido al pelirrojo irle a visitar al café de Bonclay cada sábado, colarle la mano bajo la falda mientras le servía el café y esperarlo a la salida para charlar unos minutos sobre alguna bobería.

Que le invitara a comer de vez en cuando era agradable. Los carros de comida callejera eran igual de buenos que los pequeños restaurantes desconocidos en compañía del profesor, ya fuera yakisoba, udon, curry o calamares fritos cualquier platillo parecía saber mejor en la amena compañía, la cerveza por otra parte seguía sabiendo igual de amarga y aunque la había probado por curiosidad pues el maestro la consumía en copiosas cantidades lo mismo que su hermano cuando solía trabajar aun así a Luffy esta seguía sin gustarle, algunos licores dulces por otro lado no estaban tan mal.

Aquellas citas al contrario de las que había tenido con Marco o incluso con Zoro parecían tener un ambiente completamente relajado, como una sutil preocupación envuelta en una burbuja de mentiras que le decían que no debía preocuparse, por que la actitud irreverente del maestro le hacía sentir que todo estaría bien y que podían verles bien en público aunque no estuviera bien realmente.

Eran un chico y un adulto pero la manera en que charlaban les hacía parecer dos viejos amigos más que siquiera familiares.

No eran esas cosas completamente prohibidas que había tenido con Marco pero había algo de prohibición en esos encuentros.

No eran aquella cosa libre y ligera que llevaba con su amigo peliverde al que tanto quería pero que por algún motivo no sentía pudiera amar como este merecía.

Shanks no le amaba y Luffy no lo amaba tampoco pero ninguno de los dos mentía al respecto; Se gustaban y se deseaba, a veces más lo uno que lo otro.

Así pues, la primera vez que lo hicieran ambos habían sido conscientes de lo que iba a pasar aunque no lo supieran hasta después de que hubiera sucedido. El balde de agua le había caído a Luffy en la cabeza mojándole la ropa por completo. Tras una riña con su hermano y los castigos de Doflamingo ese mismo día por quedarse dormido en clase sus brazos no habían dado para más y 15 minutos después de quedarse dormido sosteniendo aquella cosas sobre su cabeza su despertar había sido abrupto por decir lo menos.

Luffy se había quitado el uniforme dentro de la oficina del maestro mientras aquel iba al gimnasio a conseguirle una toalla, los zapatos a un lado del escritorio, la camisa colgada tras la silla en la que se sentaban los alumnos y el pantalón y ropa interior tiradas por el suelo, lo único que se había salvado era el suéter escolar que Luffy llevaba en su mochila y que era lo que llevaba puesto para resguardar su desnudes cuando el pelirrojo comenzara a secarle el cabello con fiereza.—Lo has hecho a propósito. — escucho a Shanks acusarle y no pudo evitar echarse a reír, sabía que no lo decía enserio, la risa había cesado cuando al ir retirando la toalla de su cabeza y bajándola hasta su cuello el pelirrojo le había hecho levantar el rostro lo suficiente para encararlo, aquella sensual sonrisa había hecho el corazón del pelinegro comenzar a latir mas aprisa. —¿Cómo quieres que no te desee si te comportas de esa manera Monkey? — Había sido un largo tiempo desde que Luffy escuchase su apellido real, el mismo gusto de ser llamado de aquella manera le había hecho rodear el cuello ajeno con los brazos, desde su posición en la silla de madera, haciendo que el pelirrojo se agachase hasta estar a su altura.

—Quizá eso es lo que quiero. — susurro Luffy acortando la distancia entre sus rostros hasta rosar con los labios del mayor, la leve barba cosquilleando su rostro antes de sentir la dulce piel de la boca ajena, recibiéndole gustoso, era su primer beso y el beso había dado paso a lo siguiente, lento y pacífico, como los vientos que soplan antes de la tormenta se habían dedicado a explorar con la lengua la boca del contrario de forma profunda hasta robarse el aliento mutuamente, buscándose de manera casi experta, como viejas compañeras que se reconocen en un húmedo y demandante contacto que había hecho al menor suspirar de gusto.

Shanks no había tardado en hacerle ponerse de pie, guiándole con él a la parte de atrás del escritorio, haciéndole sentar sobre aquel mientras el mismo se ponía cómodo sobre su silla, la excitación que ya podía adivinarse bajo los pantalones formales de su maestro habían hecho a Luffy sonreír con autosuficiencia.

Con uno de sus pies sobre cada brazo de la silla y las manos del pelirrojo acariciándole desde las rodillas hasta los muslos el moreno no demoraría demasiado en comenzar a sentir ese leve cosquilleo acalorado que la excitación causaba en él, abrir las piernas al ritmo de aquellas sensuales caricias le había parecido más que natural. —Quiero todo lo que pueda ofrecerme, profesor. — había algo terriblemente morboso y sublime en llamar a aquel hombre de esa manera y el brillo en la mirada del mayor lo confirmaba perfectamente para Luffy.

Subiendo sus manos por el menudo cuerpo de su estudiante el pelirrojo comenzó a alzar aquella única prenda que le deprivaba de la vista del angelical cuerpo de su alumno, deleitándose cuando aquel por iniciativa propia sostuviera el suéter escolar sobre su pecho a la altura justa que mostrase aquellos llamativos botoncitos que no había dudado en comenzar a pellizcar con una de sus manos mientras la otra se entretenía en rodear la cintura del menor, acercándose para poder atender aquel otro botoncito con su boca, los gemidillos ahogados que comenzaban a llenar el despacho del tutor siendo enmarcados por los dedos del más joven en su cabello alentándole a continuar de manera más atrevida y brusca.

—Nhhh… Profe…sor…— cada nuevo mordisco en su pecho y sobre sus pesoncitos le hacía suspirar y apretar levemente las piernas, cerrando a los costados del torso del profesionista sentando frente a él. —Mhhh…— la mano antes en su cintura bajando hasta sus glúteos le había hecho morderse los labios para evitar gemir demasiado alto, el jalón que sintiera hacerle bajar del escritorio para colocarse sobre las piernas de su maestro no le había tomado con tanta sorpresa como sentir a este último ya completamente erecto contra su trasero. Tan deseoso de hacérselo que contagiaba al menor con ese electrizante sentimiento de impaciencia.

Las manos de Luffy habían bajado hasta el pantalón ajeno, desabrochándole lo suficiente para revelar la palpitante erección rodeada de aquel bello rojizo que había hecho al moreno sonreír ligeramente, empujando al mayor lo suficiente para deleitarse con aquella visión por unos instantes, si antes no se había preguntado cómo luciría el cuerpo de su profesor en la cama ahora moría por saberlo. — ¿Te gusta lo que ves mocoso? — el tono satírico y alegre no dejaba tomar ofensa en esas palabras, con una leve y alegre risa Luffy había comenzado a atender aquella necesitada hombría con sus manos mientras sentía al mayor bajar las propias hasta tener cada una en uno de los glúteos del moreno, abarcándoles casi por completo y separándoles para comenzar a probar de manera juguetona entre ellos con la punta de sus dedos. —¿Ansioso por probarlo? — casi cargándole había forzado al menor a soltar aquella necesitada erección y sostenerse en su lugar de su cuello y hombros mientras colocaba aquel menudo cuerpo sobre la gruesa hombría que ya ardía en deseo de sentirse apresada en lo que prometían ser esas estrechas paredes.

Con un suave movimiento de cadera por parte del moreno no había hecho falta siquiera el hablar para confirmar que efectivamente se sentía ansioso, la leve humedad del líquido preseminal mojando su entrada mientras aquella erección se le restregaba entre los glúteos había hecho a Luffy suspirar profundamente y cuando el mayor comenzara a abrazarle hasta rodear con ambos brazos todo su cuerpo a pesar de la lujuria y el deseo había podido sentir una especie de agradable cariño muy distinto a los que habida sentido hasta el momento.

De alguna manera se sentía de nuevo como un niño entre los brazos de un ser querido; Se sentía protegido.

Luffy no estaba seguro en que momento Shanks había mojado sus dedos pero tras un suave beso en su cuello pudo sentir uno de estos invasivo y casi molesto abriéndose paso entre sus paredes, irrumpiendo esa ilusoria paz de su abrazo.

Apenas ver que aquellas estrechas paredes acomodaban el primero de sus dedos casi a la perfección el profesor no había dudado en introducir el segundo, tijereando un poco en el interior del más joven para probar su elasticidad mientras le llenaba el cuello de suaves besos y acariciaba su espalda con la otra mano, los suaves gemidillos ahogados del más joven en su oído volviéndole cada vez más impaciente.

El moreno había necesitado unos segundos para acostumbrarse a aquel par de dedos pero apenas sintiera estos comenzar a moverse dentro y fuera con más facilidad comenzó a acompañar aquellos movimientos con los de su propio cuerpo, deleitándose en la placentera sensación mientras clavaba sus uñas en el saco del mayor, evitando gemir lo más que le fuera posible. —¿Crees estar listo? — Luffy asintió ante la pregunta y al instante aquellos dedos se habían retirado de su interior para, ahora sobre sus caderas comenzar a guiarle para que pudiera empalarse sobre todo el largo de la hombría del pelirrojo.

—Mhhhh…— un hondo sonido gutural escapo la garganta del pelinegro, mordiendo sus labios procuraba acallarlo lo más posible pero aquello se sentía tan bien que era imposible mantenerse por completo callado, su propia hombría estaba a reventar y eso que era una de las pocas partes que el pelirrojo no había atendido aun, más aun al sentir al más alto ponerse en pie con él sobre aquella prominente erección y hacer que quedase de espaldas sobre el escritorio, si ya estar sentado y repleto había sido delicioso aquel cambio le tenía completamente extasiado, el rostro contorsionado de placer del moreno hacía eco en sus piernas bien aferradas en las caderas de su profesor.

Comenzó a embestirle con fuerza desde un inicio de tal forma que Luffy no había tenido más remedio que buscar la boca del profesor para acallar un poco sus gemidos en un húmedo beso mientras sentía sus ojos comenzar a empañarse con el placer de las penetraciones, sintiendo su propio interior palpitar y tensarse con cada deliciosa intrusión. —S-shanks…— incluso respirar le resultaba difícil, el delicioso vaivén y los labios del maestro recorriéndole el rostro mientras con una de sus manos bajaba a atenderle al ritmo de las embestidas había sido suficiente para hacer al menor comenzar a gotear, no tardaría demasiado en correrse y por la manera como su interior de contraía con fuerza en contra de la gruesa hombría del mayor parecía más que obvio que este también lo sabía.

Shanks le habia sacado de su interior casi por completo para comenzar a empalarle de manera mas pausada pero igual de deliciosa mientras apresaba su miembro con fuerza, impidiendo que pudiera correrse aun si asi lo deseaba.—Dime lo que quieres mocoso…— la voz ronca y excitada del pelirrojo hacia al pequeño estremecer.

—Q..quiero…— pesado y apenas coherente pudo susurrar un poco antes de negar con la cabeza, no podía, simplemente no podía.

—Dímelo, Luffy. — un poco más dulce mientras el ritmo se volvía nuevamente acelerado contra su cuerpo la necesidad de correrse comenzaba a volverse apremiante.

—Quiero… más Shanks… quiero que me hagas terminar…— entreabriendo sus ojos empañados por el placer había podido contemplar con júbilo la satisfecha sonrisa que se dibujara en el rostro de su profesor mientras aligerando el agarre que tenía en su miembro pasaba una de sus manos hasta sus rodillas, haciéndole levantar una de sus piernas a la altura del pecho para con un ronco sonido gutural acabar por vaciarse dentro del más joven al tiempo que la esencia de Luffy se derramaba sobre su mismo estómago.

Ninguno de los dos se movió por unos instantes, el cuerpo de Luffy casi derretido sobre el mueble de madera yacía en una posición extraña pero erótica tras aquel monumental orgasmo, definitivamente no era lo mismo que acostarse con Zoro.—De verdad que eres un viejo pervertido. — había murmurado unos segundos después, con la respiración aun hecha un chaos, y una sonrisa dibujándose en sus labios al escuchar la armónica y escandalosa risa de su maestro.

Shanks le gustaba. —y tú un mocoso que acaba de mojar los pantalones, anda y ponte la ropa de deportes. — le escucho mofarse antes de sentir una sonora nalgada para apremiarlo.

Sentándose de inmediato su primera reacción había sido mostrarle la lengua al pelirrojo; Quizá le gustara pero en ocasiones Shanks podía llegar a ser sumamente fastidioso.

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—Llegas tarde de nuevo. — La voz molesta de su hermano había sorprendido a Luffy en el recibidor, desde que Marco hiciera al pecoso dejar su trabajo de medio tiempo aquel se había vuelto un poco más aprensivo y necesitado, de alguna manera aquello que siempre había añorado en aquel momento de su vida al menor de los D le resultaba extrañamente molesto.

—Me eh quedado a con Shanks, como ya te había dicho. — por algún motivo cada que mencionaba a aquel profesor Ace hacia una mueca como si hubiera comida una ciruela acida y no preguntaba demasiado, aun así aquella noche parecía no lo dejaría tan fácil.

—Estás viendo a alguien. — No era una pregunta, Ace sabía que su hermanito andaba por ahí divirtiéndose mientras él tenía que esperar como buena esposa en casa, jamás le había molestado el estar en casa antes y aun ahora no le molestaba en lo absoluto, no, no era eso, pero ver las marcas rojizas que él no había hecho en el cuello de su Luffy le sacaba de quicio.

—¿Y que si estuviera viendo a alguien? —

—A Marco no le agradará eso. —

—Lo que le agrade o no me trae sin cuidado, Marco es tu novio, no el mío, si abrirte de piernas para él ya no te es suficiente para tenerlo contento quizá deberías buscar otras formas de entretenerlo. — Sabía que estaba siendo cruel, pero Ace había tocado en una fibra sensible y si de por si su relación cada vez se sentía peor meter a Marco en el medio lo hacía aún más doloroso. —A menos que quieras que sea yo quien le entretenga ahora. — sintió la bofetada a penas si doler, su hermano era todavía un poco más fuerte que él pero ya no sentía que pudiera lastimarlo, no de esa forma.

Aun así el corazón de Luffy se había estrujado apenas ver esa mirada de cachorro apaleado en el rostro de su hermano; Ace estaba al borde de las lágrimas, había sido él quien lo golpease pero aun así era el pecoso el que estaba a punto de llorar. De verdad que su hermano era imposible.

Luffy soltó un pequeño suspiro al ver que Ace planeaba retirarse, tomándolo del antebrazo le miro con dureza por unos segundos, no se arrepentía de sus palabras pero cuando era que su hermano se había transformado en lo que era ahora… ¿Dónde había quedado aquel chico fuerte que solía protegerlo? Seguía siendo más bajo que el mayor pero ya no debía levantar la cabeza para mirarle a los ojos.

De alguna manera era la primera vez que caía en cuenta de que quizá aquello de lo que estaba aún enamorado era solo un recuerdo. —Ace…— Su propia voz ya no era infantil ni aguda, aunque seguía sin ser varonil y gruesa, aun no era un adulto pero tampoco era ya un niño —¿Aun me quieres? ¿A pesar de todo? —

—¿Por qué me preguntas eso? —

La confusión en la mirada de su hermano era más que obvia, sonriendo de manera dulce y gentil que creía ya no era posible estando cerca del pecoso jalo un poco más al mayor para apresarlo en un apretado abrazo. — Yo todavía te amo Ace. — Al momento de pronunciar aquellas palabras callo en cuenta de que pensara lo que pensara era cierto. —Siempre voy a hacerlo... — La triste realidad era que a pesar de divertirse en camas ajenas jamás lograría olvidarlo.

Sintió a Ace tomar su mano, correspondiendo al abrazo con suma aprensión y necesidad, se amaban, dijeran lo que dijeran la llama de aquel sentimiento aun ardía, en pequeñas brazas que un soplo llevaría lejos pero aun ardían y quizá eso era justo lo que necesitaban, un soplo que les llevase lejos.

—Huye conmigo Ace… no volveré a mirar a nadie. —

“Huye conmigo” ¿Acaso era ese el soplo?

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Continuara.

Notas finales:

Bueno, primero que nada una enorme disculpa por la demora, entre cosas personales, de salud y que mi pc murió no me fue posible actualizar nada y de aquí en mas no puedo prometer mucho respecto a las actualizaciones, lo que si les prometo es que terminaré con todas y cada una de las historias que ya tengo iniciadas y espero me tengan un poquito más de paciencia por ello.

De nuevo mil disculpas y espero que les haya gustado el capítulo de esta ocasión y la espera halla valido la pena. <3

Con amor para el gatito y sus amigos del wattsapp XD

Te amo gatito rechoncho… y ¿Ves? ¡Si termine antes que Martín!

 

Pd. Amo que me digas pequitas Marco(?) tu sabes quien eres.


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