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El Sonido de tu Amor. por vvip

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Notas del fanfic:

Cualquier duda, sugerencia, taldito o mensajito de amor, es muy buen aceptado con un reviews.

 

Pdt: Este fic va dedicado a una persona muy especial <3 Dam, espero que te guste ya que la personalidad de Choi Seung Hyun, es tuya. Además, intenté plasmar lo mejor que pude el amor que te tengo.

 

Con amor Ri, feliz 500 días juntos.

Notas del capitulo:

Cualquier duda, sugerencia, taldito o mensajito de amor, es muy buen aceptado con un reviews.

 

Pdt: Este fic va dedicado a una persona muy especial

 

Con amor Ri, feliz 500 días juntos.

Hay muchos tipos de silencio; los cómodos, esos que se forman cuando estas con tu pareja y estás tan enamorado que las palabras sobran, los tranquilos, aquellos que nacen producto de la concentración máxima en algo: cuando lees, dibujas, estudias o simplemente escuchas música. En contra parte están los silencios incómodos, esos que pueden nacer de una situación vergonzosa, de una humillación, de un vacío incomodo en una conversación o aquellos que se forman cuando dos personas están peleadas. Podría hablarles un buen rato sobre los tipos de silencio y sus clasificaciones con ejemplos para hacer más entretenida esta introducción que les hago, pero....este silencio que siento ahora, no cabe en ninguna descripción.

Es abrumador, incomodo, desesperante y muy solitario.

Sé que ahora se estarán preguntando "¿En que situación te encuentras SeungRi para sentir ese silencio?" Bueno, me encuentro en un pequeño problema... No puedo decirles sobre algo si no sé qué ha ocurrido, sería mentirles y eso es lo que menos quiero hacer...así que lleguemos a un acuerdo, les describiré el contexto.

Veo cuatro paredes blancas con una ventana central en una de ellas, a través del marco de cristal puedo ver la ciudad de Seúl iluminada por los faroles de la calle y las luces interiores de las casas, (estos pequeños detalles me pueden asegurar dos cosas: la primera es que estoy en altura, ya que veo la ciudad en una escala un poco más pequeña, y la segunda que es de noche. ¿Qué tan de noche es? Ni idea.) También veo un televisor sujetado de la pared, completamente apagado y por su reflejo puedo verme pero no muy nítidamente (Quizás tenga polvo (?) ). Si comienzo a ver más de cerca veo una cama, en realidad estoy acostado en una cama. Es cómoda pero fría... Si observo mi cuerpo les puedo contar que tengo mi brazo derecho vendado completamente, el izquierdo parece normal a excepción de unos tubos y agujas, que si sigo el camino de cada tubito… uno me lleva a una bolsa de suero, otro a una de sangre y el otro desaparece bajo la cama. Además, visto de un pijama azul marino que posee varias protuberancias. Llevé una mano para averiguar, y descubrí que esos cerritos son sensores y adivinen que ¡Mas cables! Les seguí con la mirada y llevan a una máquina que muestra mi ritmo cardíaco....el cual está muy acelerado.... Algo anda mal. Según las películas y doramas, cuando esas cosas dibujan tantas rayas así, pitean como locas... ¿Por qué no las escucho?

— ¿Qué está pasando?....

Murmuré o creo que lo hice, tampoco pude oír mi propia voz. Me desespere y grité, o creo que lo hice, porque tampoco me pude oír.

"¿Acaso perdí mi voz?" Pensé mientras no dejaba de gritar mientras miraba aquella maquinista mostrar cerros cada vez mas juntos y rápidos.

La puerta se abrió, entró corriendo una enfermera y me dijo algo, lo sé porque movió su boca....pero no decía nada.

— ¿Qué? ¡Hable más fuerte no le oigo!

Dije... Creo.

Ella no dejaba de mover su boca, pero no oía nada de lo que me decía, solo comencé a sentir un pitido en mi oído izquierdo. Un doloroso y agudo sonido que provocó por auto reflejo,  me cubriera mi oreja. (O la zona donde se supone que estaría, ya que tenía un parche encima). No sé cómo pero más manos tocaron mi cuerpo y me dormí

Cuando me desperté, luego de varias horas, ya que la habitación estaba clara y ¡Adivinen! Las paredes no son blancas sino amarillo crema.... Eso no es importante, ignoren eso. Lo importante es que estaba mi madre, sentada al lado mío, tomando mi mano mirándome con ínfima preocupación.

Su rostro parecía que hubiese envejecido años; sus almendrados ojos llenos de vida, ahora estaban pequeños, rodeados de bolsas por no dormir e hinchados por el llanto. Su mejillas, antaño regordetas y sonrojadas, estaban pálidas y delgadas.

Movió sus labios y me dijo algo. La miré y dije:

— ¿Qué?

Ella me miró por unos segundos, se cubrió la boca con sus manos y salió de la habitación llorando. ¿Qué demonios pasa? Si me lo preguntó yo, ustedes seguramente también se lo están preguntando. Suspire y mire la máquina, ahora estaba más tranquila y ¡sorpresa! Tampoco la oía. Esto no me está gustando, ¿por qué no puedo escuchar? No oí la voz de las enfermeras anoche o la de la de mi madre, tampoco puedo oír el pitido de la máquina... ni mi propia voz.

De pronto llega mi padre, no tenia mejor rostro que mi mamá, pero el traía algo que me llamo mucho la atención: una pizarra blanca (de esas pequeñas que usan las mamás en la cocina) y un marcador. Me besó la frente y se sentó en esos típicos sillones que hay en las habitaciones de las clínicas. (No sé si se han dado cuenta pero estoy en una clínica. Lo dedujo mi súper cerebro de detective (?) )

—Papá ¿Me puedes oír?

Dije pero él levanto una mano en señal de "detente" y comenzó a escribir en la pizarra, me la entregó.

"Te puedo oír claramente hijo. Sé que estás lleno de dudas, así que dilas y te las responderé".

Okey....esto no es bueno. ¿Por qué me está escribiendo?

— ¿Por qué me estás escribiendo? ¿Te estoy hablando?

Sé que hablaba porque sentía como mi boca se movía y porque uno sabe cuando habla o no. Pero no estaba muy seguro. ¿Se imaginan estar pensando todo y no hablarlo? ¡O peor! Que este monologo que hago lo esté diciendo en voz alta y.. Y...y...¡Creerán que estoy loco!

Papá me quito la pizarra, borro lo escrito con su puño y volvió a escribir. Una vez listo su escrito, que era bastante, me entregó la pizarra.

"Hijo, calma. Estas hablando y te escucho perfectamente, así que habla con confianza.... No me podrás oír pequeño, así que te escribo. ¿Recuerdas cómo llegaste aquí? Solo mueve con cuidado tu cabeza con un gesto afirmativo o de negación".

Traté de recordar. Les juro que mis neuronas se quemaron tratando de recordar como llegué ahí. Y nada. Sólo recordaba despedirme de mamá en la mañana porque me iba a la universidad, hice el camino de siempre hacia el metro y... En blanco. No recordaba qué o cómo llegue ahí, así que negué mirándolo entregándole la pizarra.

Un dato freak. En ese momento sentía mis oídos abombados.

El mismo ritual comenzó. Pero esta vez él, antes de escribir me miro con unos ojos bastantes tristes. Mi corazón dio un vuelco, esto no se veía para nada bueno.

 

Mi teléfono vibraba sin descanso alguno, sabía que estaba en el bolsillo trasero de mis jeans, pero quién sabe dónde los lanzó Young Bae en esa marea de pasión que  nos consumió poco a poco hace unas horas atrás. Abrí mis ojos con lentitud, pues ese maldito aparato no dejaba de vibrar y como el apartamento de mi novio estaba en completo silencio, sin otro ruido que la respiración de él: tranquila y profunda, se oía realmente fuerte y cercano.  Lo primero que vi fue el trabajado pecho de Bae, realmente me enloquecía aquel cuerpo…no me aguanté y le di una traviesa lamida. 

 

-Mhm….

Murmuró adormilado, más bien se quejó. No pude evitar reír tiernamente y justo en el momento que me proponía lamerle otra vez, el teléfono volvió a vibrar con insistencia. “¡Agh! ¿Quién diablos será?” Pensé mirando por la ventana, la habitación estaba iluminada  pero no tanto para ser completamente de día…quizás  recién estaba amaneciendo. Perezoso, me  senté con cuidado en la cama para buscar con la mirada mis jeans, no me costó demasiado esfuerzos hallarlos ya que se encontraban sobre la lámpara, que estaba a un lado de la cama de Yongie, colgada de la pared. Un sonrojo se apoderó de mi rostro al ver en dónde estaban y luego comprendí por qué oía tan fuerte y cerca aquel aparato vibrar.  

Con cuidado me estiré para alcanzarlos teniendo el cuidado de no despertar a mi novio quien descansaba en su quinto sueño. Una vez que tomé mi celular de mi pantalón, me sorprendí.

¡Tenía 15 llamadas perdidas de la mamá de Ri! Un horrible presentimiento se apoderó de mi cuerpo, la mamá de mi mejor amigo, casi mi hermanito menor, jamás me llamaba con tanta insistencia a no ser que hubiese ocurrido algo malo. Recuerdo que hace un año atrás, cuando a Ri le asaltaron  ella me llamó con la misma insistencia que ahora. Además…son las 5 am. Las llamadas “buenas” jamás ocurren a una hora indebida.  Mordí con fuerza mi labio inferior y desbloqueé el teléfono para devolverle el llamado…mientras el tono de llamar sonaba, sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho.

-¡JiYong! ¡Hasta que al fin me respondes! ­­–Dijo ella, con una voz horrible.

-Lo siento…estaba durmiendo –Murmuré con apenas una voz audible, la voz de la madre de mi mejor amigo, hizo que mi corazón se oprimiera: realmente algo no andaba bien.

-Bueno, eso no importa. Llamé muchas veces a tu casa pero tu madre me dijo que fuiste a dormir a la casa de tu amigo… Ji, Ri…. M-mi b-bebé…

No dijo más pues la voz se le quebró en plena oración y yo sentía cómo el alma se me iba poco a poco.

-¿Ri..? ¿Qué le pasó? ¿Está bien? ¡Dígame por favor! –Supliqué, pues sus sollozos por teléfono me estaban matando.

 

-Está grave en el hospital… ¿Conoces el hospital general de Seúl?...

No le presté atención a lo que decía, solamente asentía con la cabeza y con la mirada perdida, pues las palabras “grave en el hospital” no dejaban de sonar en mi mente.

-Ven lo antes posible por favor, te estaré esperando.

-Voy.

Murmuré y dejé que el teléfono cayera por mi oído y me golpeara en la pierna. Me tomó dos segundos volver en sí, y de un solo salto me levanté de la cama comenzado a reunir mi ropa. Obviamente desperté a mi amado Young Bae.

 

-¿J—ji?...¿Qué pasa?

La voz de mi Yong me saco de mis pensamientos, le mire mientras me colocaba mi camisa. El me miro preocupado y de un salto, estaba  sujetando mi rostro entre sus manos y sus pulgares limpiaban mis mejillas. No me había dado cuenta que estaba llorando.

—R-ri..

Sollocé alejándole con suavidad mientras me trataba de vestir rápidamente.

 — ¿SeungRi? ¿Qué le paso al panda?

Me miro preocupado y me soltó, dejándome mi propio espacio. Agradecido le bese con amor y rapidez sus labios sentándome en la cama para colocarme mis zapatos. El me miró con ínfimo amor. Se agacho y sujeto mis temblorosas manos, atándome mis zapatos.

 —Llévate mi auto bebé. Cuando llegues avísame ¿sí?

Cuando termino con los cordones se levantó para tomar las llaves de la mesita que estaba en medio de su habitación con un par de libros y su notebook encima,  me las entrego en mis manos.

—Llama. ¿Trato?

Asentí secando mis mejillas húmedas y me levante para tomarlas. Le bese con amor sus labios susurrando un "gracias". Salí rápidamente de su departamento y baje las escaleras corriendo torpe, no podía darme el lujo de esperar el ascensor. Cuando llegué al estacionamiento, reconocí de inmediato la camioneta negra de Bae y me subí a ella. Mientras manejaba con velocidad exagerada al hospital de Seúl pensaba en las palabras de la mamá de Ri. "¿Qué diablos había pasado? " fue entonces cuando una noticia que había visto en la mañana en la televisión se apodero en mi mente. "100 Heridos por bomba colocada en el metro de Seúl".

—No...No...No por favor. Tu no.

 Supliqué sintiendo como mi visión era estropeada por lágrimas nuevamente. Cuando llegue al hospital, llamé de inmediato a la mamá de Ri. Ella me indicó el piso y subí las escaleras corriendo, las imágenes de la estación cubierta de humo, de la gente corriendo desorientada, y de las camillas sacando heridos que pasaron por la televisión ayer mientras almorzaba, no dejaban de acosar mi mente.

—Ji...

La dulce voz de aquella mujer, quien era prácticamente mi segunda madre me rodeó con necesidad. Ella sabía que podría compartir su dolor conmigo, que podría ser un apoyo para ellos. Correspondí de inmediato y tras transcurrir algunos segundos ella se alejó de mí, sentándose en los asientos de la salita de espera del hospital y tomando de mi mano, me hizo sentar.

 —M-mi bebé... Se vio involucrado en el accidente de bomba que ocurrió ayer en el metro...

Mi corazón se detuvo cuando la oí. Literalmente sentía como mi mundo se destrozaba despacio, tortuosamente lento.

 —¿Q..qué tan mal esta él?

 Pregunté temeroso con un hilo de voz. Armándome de valor, la miré a sus ojos, ella me devolvió la mirada.

 —El impacto de la bomba le alcanzó a quemar su lado derecho del cuerpo... Su pierna, su estomago y su brazo, sobre todo su brazo derecho fue el más dañado...pero...

".... El sonido e impacto de la bomba destruyó tu tímpano y quedaste sordo. No sabemos si es temporal o para siempre" "....

¿Nunca les ha pasado que, cuando pequeños, una herida no duele hasta que la ven? Bueno, me pasó algo parecido en esos momentos. Lancé a un lado la pizarra de papá y destapé mi cuerpo.....y en efecto: ahí estaban las vendas cubriendo mi pierna derecha, la mitad de mi cintura y mi brazo que ya había visto. Comencé a gemir de dolor. Mi piel empezó a arder, a sentirse tirante, caliente....era sumamente dolorosa. Mi padre me gritó algo, vi sus labios moverse mientras intentaba tocarme. Silencio...no oía exactamente nada, solo el abrumador pitido que en dolor, no se comparaba con mi ardor en la mitad de mi cuerpo. Grite desesperado... Este dolor y este silencio me desgarran el alma y siento que vivo mi propio infierno.

Notas finales:

Continúa!! Así que... ¿Me dices que te pareció?


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