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Serendipia. por JadeyMary

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Notas del fanfic:

Es la historia principal, de la cual pronto se verán otra, que es la continuación de "Solo un juego", -w-
Espero que lo disfruten.
Los personajes son de mi autoría.

Notas del capitulo:

ouo 
Bueno, pues aquì esta, espero que lo disfruten.
El Fic, tendra unos 10 capitulos, asì que se ira lento.
Gracias de antemano.
Y, ojo con la ortografìa. uvu

La cálida  tarde toca a la puerta del instituto, -uno muy reconocido en la ciudad, inculcaban valores y trabajos de equipo; todos sus alumnos son de elite, pero eso no implicaba el hecho de que sus modales con los demás sean los mejores, aun en la escuela más importante había castas-;  todos los encargados de los proyectos, en este caso los jefes de tercer año, caminan presurosos de un lado a otro; ¿La razón?, organizaban por décima vez su preciado concurso llamado “Talent Show!”, ya se imaginaran el porqué.

Evidenciar sus habilidades artísticas, ante todo el instituto, era de valientes.

En todos esos 10 años, cuantos fueron víctimas de: Ataques de pánico, caídas, vómitos, desmayos, entre otras tantas cosas que ponían en ridículo, y le bautizaban con un debido mote.
Por ejemplo, el más reciente, mas bien, el caso más famoso, es “nauseas giratorias”. Una chica agradable, que practicaba ballet, y en su vuelta más complicada, su estómago le traiciono, devolviendo todo, que era casi nulo, desde ese día ninguno que no fuese de tercero se atrevía a inscribirse, ¿Se imaginan vivir con ese nombre durante tres años? Pobre chica.
Y peor aún, tener que ocultarse, de sus antiguos compañeros,  puesto que en la universidad eran peores las burlas. Condenada a vivir con eso.

Este decimo concurso, iba ser importante, llevaban diez años festejando eso. Al principio el director no daba gran esperanza de vida a eso, pero como siempre, habrá algún loco que se quiera dar a lucir.  Era una diversión por así llamarla “sana” pero, se volvía retorcida en las primeras rodas, donde los más débiles caían. Ya por la semi-final, era más controlado. Los actos eran esplendidos.
El Director, maravillado por la cálida recibida que le dieron los estudiantes, lo incito a querer festejar a lo grande. Por lo cual todos los encargados sufrían un gran estrés.
Tener que organizar todo a una escala mayor, donde la final se celebraría en un disco, y eso se llevaba gran parte de los fondos. Pero tenían que lograrlo, iba a ser legendario.

La jefa del grupo B, dueña de una singular sonrisa, que hipnotizaba a todo chico, y sin llegar a opacar por completo su sedoso cabello castaño claro, su silueta femenina resaltaba todos sus atributos. Dirigía la cordial invitación a todo aquel que encontrase, algunos caían rendidos y aceptaban, ¿qué iban a demostrar?, ya se las arreglarían.

Encontró una nueva víctima, era un chico de segundo.
De un 1.89, con una espalda ancha que daba paso a su formado cuerpo, que lo cubría su bien arreglado uniforme, sus cabellos negros como la noche, eran algo rizados.
Ella sin más miramiento fue a por su presa. Moviendo sus escandalosas caderas.

-¡Hey!

-¿Qué pasa? –Se dio vuelta, mostrando su cara larga, de tez clara, con unos penetrantes ojos grises. No pudo evitar sonrojarse la Jefa.

-Pues… Quería invitarte a participar, supongo que ya tienes una idea de cómo es la temática.

-Hm. –Se lo pensaba el ojigris, a lo cual improviso la nerviosa jefa.

-Se nota que eres bueno en la música, tienes que intentar. ¡A que ganas!

-Supongo que sí, ¿Cuándo es la inscripción?

-Empiezan mañana, y terminan dentro de una semana.

Asintió con la cabeza, dándole esperanzas a la chica de que había logrado capturar a otro más, se dio media vuelta, pensativo, sin antes regalarle una encantadora sonrisa.

“¡Qué más da!” Pensaba el atrevido chico, observando la pequeña y llamativa invitación a inscribirse. ¿Qué podría perder?, ¿mi dignidad?, ¡Que va!, Él era un grandioso músico, básicamente, era experto en gran mayoría de los instrumentos, había uno que otro que apenas estaba perfeccionando.
Se vio sin preocupaciones hasta leer la cláusula.
“Solo se acepta, la inscripción, siempre y cuando su grupo sea mínimo de  2 integrantes”

Este era el fin, Él se sentía tan único, que no logaría encontrar pareja en menos de 24 horas, era todo un reto.
Pensó en sus amigos, tal vez uno pueda cantar. La idea de cantar con alguno de sus 5 amigos le aterraba, a lo único que se podían dedicar esos papanatas, era a bailar, y mostrar su detallado cuerpo.  Y, definitivamente no se rendiría a su grupo, y se humillaría de tal forma. ¡De ninguna manera!

Carcomió sus uñas, necesitaba a alguien, una musa, no sería mala idea. Que simplemente le ayudase en los coros. Nadie se daría cuenta, y no prestarían atención a la chica, su melodiosa voz acapara toda atención.

Se dirigió concentrado en todos sus pensamientos de posibles parejas, ¡Nadie le servía!
Encontrándose en la salida del su aula, a su grupo de “amigos”
Matt, un ojiverde de cabello cobrizo, acompañado de su fiel amigo Will, un Moreno alto.
Atrás del par, se encontraban, haciendo bromas; Charly, el pervertido rubio, Erick su hermano “gemelo”, y el menor Axel, un chico casi común, pero su mirada parda capturaba a cualquier chica que se le atravesase por el camino.

-¡Arion! –Dijeron casi al unísono. Lo cual exalto al ojigris, sacándolo de sus pensamientos.
- Oh, vaya chicos, ¿Qué hacen tan tarde?
-¿Qué no te has enterado? –Decía egocéntrico, el menor.
-¿Enterar, de qué?
-¿De qué más?, vamos a participar en el Talent Show
- Vaya sorpresa, ¿Qué harán?
-Un grupo de baile. –Dijo casi cortante el moreno, se le veía casi obligado.
-Suponemos que tal vez te interese. ¿Cierto?- Incitaba Charly de una forma “sensual”.
- Je, No, Gracias chicos. Pero me temo que esta vez me retiro.
-Vaya, bueno, si logras cambiar de opinión aquí estaremos. –Contesto Matt, con una sonrisa cálida.

Asintió la cabeza y seguí con mi camino.

El cielo hacia un hermoso Arrebol. Las tenues pero potentes luces del rojizo atardecer, bañaban el largo pasillo del instituto, mostrando un panorama indescriptible, como sacado de una película, escucho una tonada.

*__¿?__

Su día, había sido pésimo, como cualquier otro, ya se había acostumbrado, a los pequeños maltratos diarios, parecían que fuesen su comida. Pues todos se la daban.

Había un solo lugar en el cual no sería molestado, puesto que en ese instituto escaseaban los músicos. Espero con ansias el toque del timbre, tenía dos opciones, salir volando al escuchar el timbre –Lo cual atraía a los brabucones-, o quedarse estático, -como si fuese un atareado estudiante- Opto por la segunda opción, no quería regresar a su “casa”. Era lo que menos deseaba en ese instante. En ese momento eran más aceptables las burlas, que regresar a ese horrible lugar.

Suspiro relajado, la mayoría tenia compromisos fuera de la escuela, así que en menos de 10 minutos estaba completamente vacía –lo cual mayor parte tardaba media hora- , tomo su mochila, y a paso lento se dirigió al pasillo.
Aun se escuchaban las risas de las colegiadas, que se dirigían gustosas algún taller, o agruparse para salir al karaoke. Todas esas costumbres que tenían los alumnos de esa institución, el las desconocía.
Nunca pudo tener confianza en algún humano, la mayoría lo botaba, o humillaba, así que aprendió a vivir entre las sombras, eso era tarea difícil, puesto que el sufría Albinismo.  
Lo curioso en su caso,  eran sus ojos, la mayoría de los albinos, eran completamente blancos, pero, sus ojos se mantenían de un color totalmente contrario. Negros como la noche.

Tomo tiempo al inicio, encontrar esa aula. Había intentado con la biblioteca, pero al parecer ahí, casi todos los estudiantes leían, intento en el jardín, pero siempre había chiquillas curiosas, que lo veían.  Hasta descubrir al final de la escuela había una área de música, simplemente vacía, y hermosa.
Se mantenía limpia, había cualquier tipo de instrumento, lástima que se tuviera que desperdiciar de esa manera. La mayoría de las veces, estaba acompañando al piano del aula A-11, que daba una vista hermosa, se veía el jardín, no esa parte donde los chicos jugaban, no. Una que estaba cerrada al público, era un jardín de rosas privados, solo se abría para clausuras, inauguraciones, o cuando alguien importante venia.
El hecho de estar cerca de los rosales, daba un dulce olor a la habitación, casi reconfortante.
Se sentó, suspiro liberando su cansancio, y empezó a tocar las teclas, con un cariño, cual amante fuese.

Se relajó, sintiendo su mente viajar a donde siempre había querido estar, sin cadenas, sin sus miedos.
El llamado de su celular, lo bajo.

Era su tía.
-Bueno…
-¡Ven, aquí rápido!
-¿Paso algo?
-Realmente no, pero te necesito, de ¡YA!
-Si no pasa nada, no hay prisa.
Colgó sin más, y con paso cansado, se dirigió a la salida.
“Otra vez…” Esas palabras rondaban en su cabeza.

*-- Arion.

Llego demasiado tarde, aquella melodía había cesado, una tristeza le inundo.

La oportunidad de encontrar a alguien con quien encajar, se fue.
Pero era demasiado obstinado, le iba a buscar sin cesar, a su querida musa.

“Todos los días vendré, a buscarte”
Lo de menos era su aspecto, le basto con saber que su futura/o compañera/o apreciaba la música, y mucho mejor, sabia tocar el piano. 
Dio un último vistazo al salón.  Y una sonrisa se le figuro por el rostro. 

Notas finales:

Gracias por haberle dedicado un tiempo. c:
Actualizo el pasado mañana. xD
Un Review no hace daño a nadie u3u(?)
Besos y abrazos <3


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