¿Cuánto mas…
¿Cuánto más…?
I
-Sumeragi-sama…- llamaba una serena y pasiva voz.
En medio de la nada, bajo la sombra del único indicio de
vida, un cerezo en flor, descansa un jovencito sobre un lecho de pétalos del
mismo, ataviado con una hakama ceremonial
-Sumeragi-sama…- se oía de nuevo- Sumeragi-sama…- insistía
la voz. El chico reacciona al oír su nombre pero por mas que lo intenta no
consigue despertar, dibujándose un gesto de molestia en el rostro
-Sumeragi-sama… ¿Cuánto mas va a esperar?... Sumeragi-sama-
Exaltado despierta recorriendo con su esmeralda mirada su
alrededor, suspirando aliviado al cerciorarse de que se encuentra en su
habitación. Llevándose una mano a la frente, descansa de aquel sueño que ya se
le ha hecho muy recurrente. Pensaba en el día exacto en empezó con esto. A lo
largo de dos meses no ha dejado de soñar lo mismo: el cerezo, su letargo, la
voz… sobretodo la voz, tan tranquila, tan pacifica… y tan extraña. Por más que
le daba vueltas no podía reconocerla. Suspirando, decidió que era mejor dejarlo,
ya tenía suficiente con pensar en su primer día de clases como estudiante de
secundaria.
OoOoOoO
Inicio de cursos en el Campus CLAMP. En las distintas
escolaridades (de kinder a universidad), los alumnos destacados, en su mayoría
de los últimos grados, dan la bienvenida a los de nuevo ingreso. En la preparatoria,
una jovencita de hermosos ojos violetas, busca insistentemente a alguien,
encontrándolo tres filas mas delante de donde esta (a su costado), saludándole
efusivamente, el chico corresponde con una tímida sonrisa. En el templete, un
profesor anuncia al mejor alumno del instituto, quien, enmarcado por una
agradable sonrisa, declama de forma perfecta un discurso de bienvenida,
llamando la atención de alguien
-… sin mas que agregar, a nombre de todo el instituto les
doy la bienvenida, no sin antes decirles que, si tienen alguna duda o problema,
no duden en acudir a sus profesores o a los alumnos de grados superiores,
quienes con gusto…
-¿Quién es? No recuerdo su nombre… esa Hokuto- pensaba el
jovencito de ojos verdes
-Gracias Sakurazuka, yo creo que el discurso de su compañero
no pudo ser mas que satisfactorio y entendible, reiterando lo que dijo, no
duden en acudir a nosotros. Sin más que agregar, les deseo lo mejor y espero
que su estancia en el campus sea satisfactoria, tanto para ustedes como para
nosotros. Pueden retirarse
-Sakurazuka… sí, Seishiro Sakurazuka- recordaba mientras se
dirigía a la salida
-¡Onii-chan!- se cuelga del cuello del chico
-Ho-Hokuto… hermana
-¿No estas triste, Subaru? Yo sí, porqué no estaremos en la
misma clase
-¿Y por qué será?
-No es mi culpa que la escuela y yo no hagamos buenas migas
¿sabes?... ¿la clase Z esta muy lejos de la F?
-Supongo que no pero… almorzaremos juntos
-¡Genial! Nos vemos a la hora del almuerzo, ¡suerte Subaru!
-Gra-gracias ¡igualmente aneue!
OoOoOoO
La hora del almuerzo llego pronto. Antes de eso, las clases
transcurrieron de forma normal para los de nuevo ingreso, la mayoría eran
conocidos por lo qué no hubo necesidad de un presentación, las nuevas caras con
el tiempo lo harían, la excusa perfecta para integrarse al grupo. Pero, para
alguien con la personalidad de Subaru, no sería tan fácil, tal como lo estaba experimentando
-Ah, espero que a Hokuto le haya ido mejor… pero ¿qué estas
diciendo? Es Hokuto de quién hablas, a ella este tipo de situaciones se le dan
bien…
-Te daría la razón si conociera a esa tal Hokuto- sonrisa
-¡Sakurazuka-sempai!
-Me conoces, eso es bueno…
-¡Subaru! Sumeragi Subaru
-Hmm, Subaru-kun, puedo llamarte así ¿cierto?
-Cla-claro Sakurazuka-sempai
-¿Vas a almorzar con Hokuto-san?
-¿Eh? Ah, sí, ella… ella es mi hermana mayor
-Pues deberías darte prisa si no, no la alcanzaras
-¡Ah! Sí, tiene razón, con permiso Sakurazuka-sempai-
Seishiro lo mira correr hasta desaparecer del pasillo, despidiéndolo con una
linda sonrisa
OoOoOoO
En los jardines del lugar, mientras almorzaban, Hokuto
parloteaba alegremente sobre lo bien que le había ido con los chicos de su
grupo, lo amables que eran, etcétera, etcétera. Subaru aparentaba prestar
atención pero la chica es demasiado lista, percatándose de que este solo simula
-Subaru, ¿me estas haciendo caso?
-¿Eh? cla-claro Hokuto
-A ver, si es cierto, ¿Qué te estaba diciendo?
-Ah… que todos eran muy lindos y que las chicas te habían
alabado por tus bonitas manos y mas cuando vieron la manicura que adornaba tus
delgados dedos –Subaru sabia lo mucho que Hokuto se jactaba de su belleza y
esto ya se la tenía muy aprendido, porque siempre era igual a donde ella
llegara
-Simple suerte ¡pero…! –lo mira fijamente recorriéndole todo
el rostro- eres un pilluelo Subaru, no tenemos ni un día de venir a clases y
tú… ¡me has ganado!
-Ga… ¿ganado?
-¡Sí! y dime ¿Qué te gusto de ella?-
“-¿Ella?- pensaba el jovencito- ¿Quién es ella? No, ¿de que
me esta hablando?”
-¿Su manera de hablar?, ¿su linda cara?, ¿su forma de
caminar?, ¿el como te sonríe? –al oír la ultima pregunta, Subaru no puede
evitar que un rosado rubor enmarque sus mejillas -¡eso fue!
-Que… ¿Qué?
-La manera en que sonríe, eso es lo que te atrae de esa
persona
-¿Persona? Mira no se de que me estas hablando y no quiero
saberlo, ya es suficiente
-Esta bien pero… pronto sabré ¡y…! –mira su reloj- hay que
regresar a clases-.
Camino al salón,
Subaru medita sobre lo sucedido en el almuerzo
“-La manera en que sonríe… ¿la manera en que sonríe qui…?
–de nuevo se sonrosa al ocupar alguien sus pensamientos, sacudiendo su cabeza,
negando alguna posibilidad- no, eso no puede ser… ni siquiera le conozco un
tantito… no”-